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Hay una leve llovizna, lo deduzco por la humedad de la avenida, no es un aguacero, sino una leve llovizna con algo de brisa
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humedad de las protestas resbala por el impermeable
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un costado, había poca luz en la habitación, y las manchas de humedad y moho en las
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Lo primero que notó era el dolor pulsativo en la cabeza, lo segundo era la humedad en sus pantalones, no hacía falta indagar la razón porque estaban mojados
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humedad por entre su empedradode guijarros
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No les importaba la humedad, el mal olor, la falta de aire,luz y agua, sino la salvación eterna
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además, una rústica condición:sentíase en ella la humedad del
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fatal suceso, y tomó suderrota, con sus dos perros: y á los tres dias encontró una lagunapequeña rodeada de porcion de guanacos que habian consumido toda elagua, dejando solo la humedad entre el lodo, y llegó tan
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bajo ladoble influencia del calor y de la humedad! Los pajarillos celebranalborozados el retorno de la
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cuales se guarecen los viageros, llegan á corrompersede tal manera con la accion continua de la humedad y
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sobre todo durante los calores delverano, cuando sólo queda en la tierra la humedad de las nubes y laniebla; acostándose en el suelo para beber en la fuente, se ve disminuirsu recipiente á medida que los labios la
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Las paredes del pozo circular, ennegrecidas á trozos por la humedad quedestila la roca, descienden
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corrientes, cascadas: hastaencuentro fuentes extinguidas que reconozco por la humedad de la arena ylas
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suelo, todos los contrastes de sequíay humedad, todas las diferencias de la sombra y el sol se encuentran
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El aire está tan cargado de humedad, que
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Sin duda que la vegetación de losmárgenes, aspirando la humedad por sus raíces y bebiendo abundante
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á otros, igual sobre las márgenes cada planta busca quitará la vecina su parte de sombra y humedad
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elcrecimiento de humedad ó el descenso de la temperatura determinan elpunto de saturación,
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apropósito del calor y la humedad, y por último, encarándose
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continua humedad yobligado á hacerse oír entre los mugidos del
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primera hora a tomar el sol, y se retiraba tosiendoen cuanto sentía la humedad de la
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rezumaban siemprepor la humedad, de la vasta escalera señorialde los Quiñones
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humedad quele mojó los dedos era caliente
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las sequías ó la humedad
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del calor y la humedad, así las preciosas ideas depositadaspor Moreno en el cerebro
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También la humedad y el abandono habíanhecho estragos
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humedad cristalina que los hacía más brillantes y tiernos y que suslabios, en cambio,
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humedad en el vaso de uncactus que vive en la altura, guardando
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del sol yla humedad del mar que la ennegrecieron en su milagroso viaje
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luz de la luna con una humedad lacrimosa
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espinosos ydesapacibles revelen la escasa porción de humedad que les da vida; ya,en
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regiónalcanzaba; el aire cargado de humedad, saturado de las
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humedad, y aunsi se quiere, cierta presion en mayor ó menor grado; y en cuanto ámuchísimos otros, es
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anhelaba y repugnaba al mismo tiempo, pudierasobrevenir por la humedad esgrimiendo, en lugar
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central,el olor mohoso del hierro viejo de las verjas y la humedad de la piedrade los
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rejasherrumbrosas; por su boca parecían respirar los canalones y lasgárgolas la rancia humedad
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menearse y se quejaba del reúma y de la humedad de este jardín
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en el rincón, con unos paquetesde cartuchos enmohecidos por la humedad y cubiertos de
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lluvia y los rociones deloleaje, le habían infiltrado la humedad
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cubiertos deun lodo espeso, producido por la humedad y el
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del cual salía un aliento de humedad estacionada, que se
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por miedo a la gente, pero sus labios secos,acariciados por la humedad de la lengua,
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humedad y a polvo,delatando el olvido en los cofres de algún desván
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agua para sus hojas y sus flores, ámedida que se hace más activa la evaporación y tiende á bajar el nivelde los ríos, aumentan los torrentes glaciales, parecen ríos temporales yproporcionan la necesaria humedad á
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condiciones de frío y de calor, de sequedad y de humedad, desombra y de luz, procuran aclimatarse en su
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dapna allá a cabsa de la humedad de la tierra, los quales
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tanto del orín por la humedad de los marinosaires, dos grandes cerrajas
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y las fachadas ennegrecidas por la humedad, las rejas dehierro, los soportales sombríos, las
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Hacía un fresco agradable en la iglesia yel olor de humedad mezclado con el de la
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Don Pompeyo llevaba los pies encharcados, y era sabido que la humedad lehacía mucho daño,
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A la luz de un relámpago, la Regenta vio los ojos de Álvaro brillantesy envueltos en humedad
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también por el cerebro con la humedad delcristal helado
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a la derecha campos de maíz, ahora vacíos,enseñaban la tierra, negra con la humedad; entre las
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La humedad y el sol iban abriendo las maderas y derritiendo la brea;todos los hierros y
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alimentación, la humedad, el frío, todas lasmolestias naturales en una cárcel de aquel género, le
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En esos días de noviembre, cuando vuelve la humedad y el dominio delgris; cuando vuelven
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sillón,mojado por la humedad
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hombres ylas cosas de un brillo de humedad
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ellos crecía el musgo de la humedad
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exhalaba un olor a humedad, a rancio, que cosquilleabaen la garganta desagradablemente
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entrevieron las paredes destilando humedad; el confusomontón de objetos retirados allí por
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humedad, el atrioherboso está a todas horas, aun a las meridianas, muy salpicado y
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Un plácido calor emergió de su estómago, secando la humedad
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de mohoverdoso producto de la humedad; el piso en vez de ser
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lluvias;pero en los meses de invierno hay en ella mucha niebla y humedad
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En el valle del Amazonasdonde el calor y la humedad hacen que todo palmo de tierra esté
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cubiertas de un papel de ramos dorados,que la humedad había
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con palos y conpiedras para que la humedad no corrompa los
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tuvieron en dos días con qué apagar lased, sino con la humedad
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rechazan al interior la actividad de la piel, como losenfriamientos y la humedad,
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humedad ha transformado órepercutido, y á consecuencia de las cuales se declaran
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aroma general de humedad y frescura,que se elevaba del césped de las plantas, y del conjunto de
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la humedad no se divierta conlos muebles
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El día muere, el velamen muge, las olas crecen, la humedad entumece losmiembros y las dulces ilusiones
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continuas lluvias quemantienen una latente humedad en la atmósfera, refrescada por losNortes y
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estaban cubiertas de esa humedad que es como la piel viscosa de una rana
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Con los ojos vendados, sintió el soplo acre y cálido del desierto de Judea, luego la humedad característica y el rezumante olor de la piedra de las grutas de Qumrán
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Por fin, al cabo de casi media hora de andar en la humedad y la oscuridad, llegamos a una gruta
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Intenté olvidarlo todo: el alimento, el entorno, la humedad, el clima, el calor, la mañana, el mediodía y la tarde, todo lo que podía influirme
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La humedad de la tierra había oxidado los tornillos y no sin esfuerzos abrieron el ataúd
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No podía hacer más que cubrirle literalmente con serrín, frotándoselo bien por la piel para que absorbiera la humedad, y luego cepillarlo suavemente
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Humedad y podredumbre
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Sí, unas plantas preciosas; pero en el jardín hay mucha humedad
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En abril la humedad sureña es persistente
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Pero en la humedad de este mundo, las ruinas eran más ruinas, las enredaderas dislocaban las piedras de distinta manera, los insectos tenían otras mañas y los diablos eran más diablos cuando bajo sus cuerpos gemían danzantes negros
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Y encima de todo, como si lo asombroso de abajo fuera poco, yo descubría un nuevo mundo de nubes: esas nubes tan distintas, tan propias, tan olvidadas por los hombres, que todavía se amasan sobre la humedad de las inmensas selvas, ricas en agua como los primeros capítulos del Génesis; nubes hechas como de un mármol desgastado, rectas en su base, y que se dibujaban hasta tremendas alturas, inmóviles, monumentales, con formas que eran las de la materia en que empieza a redondearse la forma de un ánfora a poco de girar el torno del alfarero
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Hay tantas vegetaciones distintas, en un palmo de humedad, como especies se disputan allá el espacio que debiera bastar para un solo árbol
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Fray Pedro informa que el trabajo realizado respondía a un intento de cultivo de la cebolla, la cual exige terrenos en los que no se estanque el agua ni haya demasiada humedad, cosa que sólo podía lograrse trazando los canteros con el narigón hacia la vertiente
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El aire estaba agrisado por el vapor; la humedad se me agarró a la piel, dándome calor y haciendo que me sintiera sudoroso
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Ana sintió cómo se le metían en las rodillas el frío y la humedad del suelo de piedra
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La sonrisa le brincaba a Ana en los ojos y la felicidad ponía humedad en sus labios, rojos y frutales
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–No permitiré que se estropeen con la humedad y el polvo -dijo Ana
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Julián Santiso va un par de veces al mes, quizá cinco cada dos meses, al piso que tiene en Santiago, en la calle de Romero Donallo, y que huele a humedad y a marijuana, los dos olores están ya pegados a la paredes y dibujando muy extrañas figuraciones, una nariz, una mujer, una puesta de sol, un ahorcado, allí se reúne con sus compañeros/as de salvación y hablan palabras y palabras, Julián Santiso traza en un papel los mensajes y las órdenes que le dicta el Sumo Arquitecto, su mano es llevada por el mismo Sumo Hacedor y no por ningún siervo mortal, y va dejando su huella sobre el papel, Julián Santiso escribe con los ojos cerrados porque el Altísimo le guía con su sabia y serena benevolencia, Dios dispone de las vidas y las muertes y no titubea jamás, las benditas ánimas del purgatorio ofician de despertador al durmiente que tiene que ir a la oficina, pero no ayudan a ahuyentar los sueños pecaminosos, para ello debe pedírsele ayuda a san Cipriano poniéndose de rodillas entre una vela blanca y un ramo de olivo, después se tomará un baño con veintiún claveles también blancos, agua de colonia, azúcar y amoniaco, todos los aliados son buenos para luchar contra el comunismo y las ideas disolventes, amén, a fines del mes de julio de 1969, mientras don Juan Carlos presta juramento ante las Cortes y los astronautas del Apolo regresan a la Tierra, a los rusos se los llama cosmonautas, Julián Santiso reúne una noche en Santiago a sus más leales seguidores, Salustiano Balado Abeijón, también maestro ínfimo de la Escuela de Albores, caminemos hacia la paz blanca y espiritual, Ana María Monelos, la viuda del joyero que se tiró por la ventana, en una bolsa de seda verde mete un trozo de pergamino con tu nombre escrito en letra redondilla, tres clavos de carpintero de ribera usados, una siempreviva, trece cabellos de tu propia cabeza y una estampa de santa Elena, pídele que aleje de ti la histeria, la neurastenia y el mal de amores, el favor debes pagárselo regalando una cruz de Caravaca a una doncella noble, también Fran o sea Simón Pedro,
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En la noche que empezaba a clarear y en la que flotaba el olor todavía nuevo de los ficus, partían apresuradamente rumbo a la estación del Agh, y el perro los precedía a toda velocidad en una gran carrera zigzagueante que terminaba a veces en resbalones sobre las aceras mojadas por la humedad de la noche, después volvía no menos rápido, visiblemente enloquecido por el temor de haberlos perdido, Étienne con la escopeta invertida en su funda de gruesa tela, además de un morral y un zurrón, Jacques con las manos en los bolsillos de su pantalón corto y una gran mochila en bandolera
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Todas las mañanas a las seis y cuarto (salvo los domingos y los jueves), Jacques bajaba los escalones de su casa de cuatro en cuatro, corriendo en la humedad de la estación caliente o bien bajo la lluvia violenta del invierno que hinchaba su esclavina como una esponja; al llegar a la fuente, doblaba a la calle de Pierre y, corriendo siempre, subía los dos pisos para llamar suavemente a la puerta
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Las cochinillas de humedad,
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Durmieron al raso, sin prestar atención ni a la humedad ni al frío, espatarrados, hediendo a vómitos, y despertándose a cada instante con la desagradable sensación de que el mundo aún se movía bajo sus pies
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Se ocultaron por tanto entre unas rocas, comieron algo y se arrebujaron en sus ponchos, dispuestos a soportar de la mejor forma posible el frío y la humedad de la noche andina
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Una mancha indefinida de humedad obscurecía la madera