1.
La atención informe es inseparable de la dimensión del Ser
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inseparable de la vida, de tal manera que nuestra decisión se refiere realmente a la clase de relación que
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El resultado, el cual es inseparable de las actuaciones que condujeron a él
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emanan los actos y es inseparable de ella
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es inseparable de la conciencia humana que la percibe y se relaciona con ella
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A los pocos días Ángel era también «el mejor amigo de la casa», y elcompañero inseparable de Luz y sus amigas en corrillos, fiestas ypaseos
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hija de la edad de Magdalena, sumejor amiga, y su inseparable
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apresuró a manifestar el objeto de su embajada,echando mano a la inseparable cesta
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extenso; la extensiones de todo punto inseparable de dicha sensacion
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que consiste el método, permanece siempre; el modo dela generacion de la idea es inseparable de la
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] La voluntad, compañera inseparable de la inteligencia, y que nopuede existir sin ella, es
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El segundo, como un accidente propio é inseparable, sigue laconservacion del estado,
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estaba! En su alma elasco era inseparable del
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En fin, la presencia de la guerra en todos los tipos decivilizaciones conocidas, el hecho de que ella es inseparable de
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en las vilezas que le costaba cada pantalónnuevo; en el hambre, inseparable
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No bien habían andado cien pasos, apareció Bobart armado con su inseparable escopeta y
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–Si el sionismo y el retorno de los judíos a su tierra son anteriores a la Shoah, para mí la creación del Estado de Israel después de la guerra es inseparable de la catástrofe -expuso Mina-
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Buoron, que era quien había hablado, y su ahora inseparable compañero, entraron mientras así departían en el pabellón comunitario
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Quiere hacer uno un viaje largo, y si es prudente, antes de ponerse en camino busca alguna compañía segura y apacible con quien acompañarse; pues, ¿por qué no hará lo mesmo el que ha de caminar toda la vida, hasta el paradero de la muerte, y más si la compañía le ha de acompañar en la cama, en la mesa y en todas partes, como es la de la mujer con su marido? La de la propia mujer no es mercaduría que una vez comprada se vuelve, o se trueca o cambia, porque es accidente inseparable, que dura lo que dura la vida: es un lazo que si una vez le echáis al cuello, se vuelve en el nudo gordiano, que si no le corta la guadaña de la muerte, no hay desatarle
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Marcomer y sus hijos, junto con Ohilin y Manfred —otro muchacho del lago de las Cigüeñas y compañero inseparable de aventuras de Siegfrid—, habían llegado a tiempo para escuchar las intervenciones más importantes
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Aquella tarde, rara ausencia, no se encontraba allí su inseparable hermano Manuel
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-¡Truenos de Hamburgo! -exclamó Van Stiller, que estaba bajo el puente de órdenes con su inseparable compadre y don Rafael-
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Sebastián Veniero ordenó que fueran en busca del griego, el cual no tardó en presentarse, en compañía de su ya inseparable amigo el albanés
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Vio a la periodista y su inseparable compañero, el de la cámara fotográfica, avanzar por el patio ignorando los ladridos
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El miedo es bueno en pequeñas cantidades, pero cuando es una constante, un compañero inseparable, te merma y te resulta difícil hacer lo que sabes que debes hacer
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Como simbólica burla, quebró en dos la espada toledana, inseparable compañera de Pedro de Valdivia, y la plantó en tierra a los pies del prisionero
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¡Hegel es inseparable de la lengua alemana y de toda la elocuencia académica y alemana en que su filosofía aparece expresada! No hay un Hegel para niños o para adolescentes o, incluso, para universitarios políticamente inquietos
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Y así las cosas, la vieja llegó a ser la consejera inseparable de aquella casa
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Le perdonó, regalándole un ropón de honor y una fuerte suma de dinero, y continuó, como antes, haciendo de él su compañero inseparable en los momentos de mal humor
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Y desde entonces Abu'l Hassán fué el compañero inseparable del califa Al-Motazid Bi'llah
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En cuanto a sus ratos de ocio, los pasaba en la intimidad del sultán, de quien se había convertido en compañero inseparable y amigo a toda prueba
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, Manio Acilio Glabrio, compañero inseparable de Cayo Graco, aprobó la lex Acilia que instituía un tribunal permanente que entendía en extorsiones, presidido por caballeros y que contaba con un elenco de 450 caballeros designados entre los que se elegía al jurado
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, Saturnino volvió a ser candidato y, como esta vez no obtuvo el cargo, su inseparable amigo Cayo Servilio Glaucia organizó el homicidio de uno de los candidatos elegidos y Saturnino ocupó el tribunado en sustitución del asesinado
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En la casa de La Panadera se quedó Navascués, inseparable amigo del otro peine, y su mono de imitación, con tan mala sombra, que cuantas aventuras intenta son bajas parodias de las del maestro
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Ya tienes el Espadón en la calle, y a don Leopoldo en el Ministerio de la Guerra y Presidencia del Consejo, con su inseparable Gran Elector, y con Zabala, Calderón Collantes, Alonso Martínez, Cánovas, etc
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Allí estuvieron enredando Tinito, el Príncipe, Juanito Ceballos, que era su compañero inseparable, y Pepito Tamames
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Ibero, inseparable de Quirós, llegó con este y otros tres a la Pardina, donde comieron y se proveyeron de armas; pasaron la Hoz por una elevada cornisa de piedra que iba ondulando al son del río, y contemplaban desde vertiginosa altura la cristalina corriente, en la cual se distinguían las enormes truchas, dueñas de su elemento en aquella región abrupta y solitaria
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El salinero reconoce entre ellos a don Lorenzo Virués, con su casaca azul de cuello morado, sombrero con escarapela roja y la inseparable cartera de cuero colgada a la espalda
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Creo que cualquier civilización planetaria que llegue al estadio de la exploración y explotación espacial, habrá aprendido a dominar la tendencia a los conflictos destructivos que, hasta ahora, han parecido algo inseparable de la inteligencia
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El granito de oro que su madre le había echado en el corazón se había consumirlo en el hogar parisiense, Pero Carlos no tenía entonces más que veintiún años, y en aquella edad, la lozanía de la vida parece inseparable del candor del alma
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El paquistaní apunta en su cuaderno de arroz, mientras su inseparable amigo chino le dicta lo que supones que es una receta:
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Entre estos jóvenes se encontraba también el hijo mayor de Pichuín, Güichal, nieto de Yanquetruz y amigo inseparable de Panguitruz Guor
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Esas veintisiete novelas fueron escritas con la sangre, las angustias, las dudas permanentes y la estrechez inseparable de toda una familia
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Y continué escribiendo en el inseparable cuaderno de campo…
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Inseparable de esta era Felisa, de alguna más edad, también de tipo fino y como de señorita, sin serlo
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A pesar de que, por lo tanto, le importaba principalmente dormir en provecho de su trabajo, no se quejaba él de las condiciones que reinaban en el dormitorio, ni ante la cocinera mayor ni ante Therese; pues en primer lugar, considerándolo bien, todos los muchachos sobrellevaban esas condiciones penosamente, sin que jamás se quejaran seriamente; y en segundo lugar, porque consideraba las molestias del dormitorio como una parte inseparable de su tarea de ascensorista, tarea que por lo pronto había recibido con gratitud de manos de la cocinera mayor
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El hijo de Abdulá, aquel inseparable custodio de la mujer ansiada, pasó por delante de él
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Seneb le dio unas palmaditas en la espalda mientras se encaminaba a la puerta en compañía de su inseparable Min
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Desde 1966 vivió en Londres en compañía de Miriam Gómez, con quien se había casado en 1961 y que se convertiría en su compañera inseparable
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Se veía a sí mismo, de inmediato, con su uniforme de parada y su inseparable metralleta M—1 en la mano, en la atestada iglesia de San Cristóbal, asistiendo a las honras fúnebres del Jefe
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A pocos se les permitía moverse con esa libertad por las entrañas del anfiteatro Flavio, pero su caso era especial: a fuerza de sangre y victorias en la arena, se había convertido en el mejor de todos los gladiadores del Ludus Magnus; era como si su carne misma fuera parte inseparable de los muros que sostenían el edificio
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En esa época, el asesoramiento psicológico regular era algo inseparable de la navegación espacial tripulada
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Sin duda no de León, que sería inseparable de su hermana ahora que se habían reunido
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Inseparable de la idea del telediario, al menos los fines de semana, es la radiante perspectiva de una copa de vino tinto
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Quiere hacer uno un viaje largo, y si es prudente, antes de ponerse en camino busca alguna compañía segura y apacible con quien acompañarse: pues ¿por qué no hará lo mesmo el que ha de caminar toda la vida hasta el paradero de la muerte, y más si la compañía le ha de acompañar en la cama, en la mesa y en todas partes, como es la de la mujer con su marido? La de la propia mujer no es mercaduría que una vez comprada se vuelve, o se trueca o cambia; porque es accidente inseparable, que dura lo que dura la vida: es un lazo que si una vez le echáis al cuello, se vuelve en el nudo gordiano, que si no le corta la guadaña de la muerte, no hay desatarle
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–La escayola fue el compañero inseparable de mi infancia
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-Parece- se decía- que no es el fastidio condimento inseparable de las conservaciones sostenidas por personas de elevada alcurnia
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/ ¿Hacia dónde corres, Dolores Haze? / ¿De qué está hecha la alfombra mágica? / ¿Es este insano un puma de crema? / ¿Y dónde has estacionado, mi inseparable autito? / ¿Quién es tu héroe, Dolores Haze? / ¿Otro de esos actores de gorras azules? / ¡Oh los días fragantes y las playas con palmas, / y los autos y los bares, Carmen mía / ¡Oh, Dolores, cómo duele esa victoria automática! / ¿Sigues bailando todavía, amor mío? / Los dos con chaquetas gastadas, ambos con remeras destrozadas, viajando por los Estados Unidos con una niña-esposa / sembrando a su Molly en cada estado / en medio de la protegida vida silvestre
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La Teoría Queer es inseparable del movimiento queer
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Años después, cuando su padre y ella estaban exiliados al pie del Etna, llegaron historias que hicieron comprender por qué Alejandro tenía tan poca prisa en contraer matrimonio; rumores que hablaban de su inseparable Hefestión, y también de un joven persa que había servido a emperadores, que bailaba como la propia Terpsícore y que superaba en belleza y encanto a cualquier doncella, hasta el punto de que Alejandro le había besado delante de todo el ejército
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Puede que no le hiciera caso anoche, en privado, pero en el entrenamiento tenemos que parecer un equipo inseparable
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La idea de asociación es, en general, inseparable de la idea de absoluto; por consiguiente, es terrorista, es decir, antiliberal
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Mientras tanto, Skipper, el perrito corgi, su amigo inseparable, mordisqueaba suavemente la pata trasera de Jingo
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Al propio tiempo que consideraba su destino inseparable del de aquella singular mujer, un terror sordo le rebullía en el fondo del alma, y por más que procuraba, haciendo trabajar furiosamente a la imaginación, figurarse el porvenir al lado de Tristana, no podía conseguirlo
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a la hora en que despertaba dentro de mí esa angustia que más tarde emigra al amor y puede hacerse inseparable de este sentimiento amoroso, no hubiera yo querido que subiera a decirme adiós una madre más hermosa y más inteligente que la mía
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ideal, con valor universal, extrañabase ahora al ver la estatua que mil veces esculpiera en su imaginación reducida a su propia apariencia de piedra y a la misma distancia de mi mano que un cartel de elecciones pegado en la pared y la contera de mi bastón; allí sujeta a la plaza, inseparable del desembocar de la calle principal, sin poder huir de las miradas del café y del quiosco de los ómnibus compartiendo el rayo de sol poniente, y dentro de algunas horas la luz del farol, con las oficinas del Comptoir d’Escompte, envuelta, del mismo modo que esa sucursal de un establecimiento de crédito, en el olor de las cocinas del pastelero, y sometida a la tiranía de lo Particular, hasta tal punto, que si hubiera querido dibujar mi firma en la piedra, ella, la Virgen excelsa, revestida por mí hasta aquel instante de existencia general e intangible belleza, la Virgen de Balbec, la única do cual, ¡ay!, quería decir que no había otra), hubiese mostrado inevitablemente en su cuerpo, marchado por el mismo hollín que ensuciaba las casas vecinas, las huellas del yeso y las letras de mi nombre a todos los admiradores que allí iban a contemplarla; y a ella, a la obra de arte inmortal por tanto tiempo deseada, me la encontré metamorfoseada, al igual que la iglesia, en una viejecita de piedra cuya estatura se podía medir ,y cuvas arrugan se podían contar
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Y lo mismo ahora tenía motivo para regocijarme porque esta morena me había mirado do cual me hacía suponer que me sería más fácil entrar en relaciones con ella primero), pues así me presentaría a las demás, a la implacable chiquilla que saltó por encima del viejo, a la otra tan cruel que dijo: “¡Me da lástima ese pobre viejo!”, a todas aquellas muchachas de cuya inseparable amistad podía gloriarse
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El vestir de aquellas dos mujeres me parecía como una materialización nívea o matizada de su actividad interior, y, al igual que los ademanes que había visto hacer a la princesa de Guermantes, y que no había dudado que correspondiesen a una idea oculta, las plumas que bajaban de la frente de la princesa y el corpiño deslumbrador y recamado de su prima parecían tener una significación, ser para cada una de las dos mujeres un atributo que sólo a ellas pertenecía y cuyo significado hubiera querido conocer yo: el ave del paraíso me parecía inseparable de la una como el pavo real de Juno, y no pensaba que ninguna mujer pudiese usurpar el corpiño recamado de la otra como no podría usurpar la égida centelleante y franjeada de Minerva
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Pronto llegaría la fecha en que, el otro verano, fui a Balbec, y en que mi amor, no inseparable todavía de los celos y que no se preocupaba de lo que Albertina hiciera todo el día, había de sufrir tantas evoluciones, antes de llegar a ser, tan diferente, el de los últimos tiempos, que este año final en que comenzó a cambiar y en que acabó el destino de Albertina me parecía colmado, diverso, vasto como un siglo
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Y junto al prodigioso Mauricio, comprensivo, sagaz, lugarteniente inseparable de la viuda Stuart-Pedrell que confiaba en él mucho más que en su hija, los dos muchachos absolutamente superdotados para la belleza, los estudios y el amor filial
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Al señor Eustache Oriental en persona, al Presidente de la Sociedad Astronómica de Montelimar, con su inseparable anteojo en banderola
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Parece divina, pero también ateniense, y en ese templo el pueblo de Atenas parece confundirse con los dioses y ser casi inseparable de ellos
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Por ejemplo, decían que el intuicionismo era inseparable de ciertas características indeseables
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Uno de los lázaros se unió a ellos y los siguió arrastrando los pies pesadamente, mientras su voz fría, seguida de su inseparable eco fantasmal, murmuraba lo que le gustaría nacer con aquel grupo
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No iba sola: la acompañaban cuatro mujeres —dos de ellas también pintoras, y las otras dos adolescentes— y su inseparable Aldo
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En aquellos momentos, resultaban una parte inseparable de ella
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Además, una hormiga sometida a esta influencia puede entrar en un estado llamado de «fijación» en el que se vuelve inseparable de su oruga durante un período de varios días
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A primera vista el robusto niño de los jardines de España, el oficial ambicioso que entra en su tienda sacudiendo de sus hombros los copos de nieve, parecen tan aniquilados como lo estaré yo cuando haya pasado por la pira; pero sin embargo están ahí, soy inseparable de ellos
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La pobre mujer apenas había podido apartar los ojos de Duke desde el momento en que entró en el local con su inseparable cartera bajo el brazo
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El de nuestro trío inseparable llegó la noche de la graduación
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Era la mascota inseparable de Ihbias, general del batallón Jauría, que contaba entre sus compañías con una unidad de ciento veinte perros de combate; aunque ninguno de ellos igualaba en tamaño ni ferocidad a Torko, una bestia de ciento cuarenta kilos y áspero pelaje negro
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Estas radiaciones alteraron el organismo del inseparable, de manera que las células empezaron a transmutar
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Desdicha grande fue la de nacer en la católica España a lo largo de siglos de persecución implacable! Ojalá nuestras madres nos hubieran cagado a mil leguas de ella, en tierras otomanas o de negros bozales! Allí hubiéramos crecido libres y lozanos, sin que nadie se metiera en nuestras vidas ni nos aterrorizara con castigos y amenazas! Cuántas veces vimos desfilar enjauladas a nuestras hermanas camino del quemadero! Cualquier gesto o descuido podían delatarnos y conducirnos a las mazmorras del Santo Oficio, debíamos obrar con sigilo, temblábamos de gozo y terror entre las piernas de quienes ofrecían lo suyo a la voracidad enloquecida de nuestros labios, quizás alguien nos había espiado e iría a denunciarnos, qué desgracia nos acechaba tras los breves instantes de fervor y de dicha? Nos sabíamos condenadas y la certeza de nuestra fugacidad nos empujaba a afrontar temerariamente el peligro, el Archimandrita en el que reencarnó Fray Bugeo nos protegió a la sombra de su convento, aquí no encontraréis mujeres sino hombres que huyen de ellas, componen fratrías y visten faldas, los que no corren tras las mozas de la cantina ni solicitan a las devotas en el confesionario se encargarán de vosotras y aliviarán vuestras ansias, éste es el único puerto seguro en nuestros tiempos de iniquidad y miseria, disfrazaos de monaguillos o monjes, vivid entre falsos castrati, fingid gran devoción a Nuestra Señora y afinad el canto en la iglesia, no puedo ofreceros más, extremad la prudencia, cien mil ojos y oídos fiscalizan nuestros actos, registran dichos y movimientos, graban el menor suspiro, ni el KGB ni la CIA han inventado nada, el Gran Inquisidor de estos reinos vela por su quietud y de todo tiene constancia, no confiéis en ningún amante ni amigo, sometidos a tormento podrían traicionaros, acampamos en un universo de fieras, quien no devora acaba por ser devorado a fuerza de envilecernos asumíamos el reto, invocábamos al demonio y sus obras de carne, celebrábamos aquelarres y coyundas bestiales, nos hacíamos encular junto a los altares por los matones más brutos del hampa, escupíamos su espesa lechada en los cálices, la consagrábamos y consumíamos con la misma unción de los Divinos Misterios las obleas eran nuestros preservativos! el odio y aversión del vulgo a las de nuestra especie nos servía de estímulo, instigaba a trastocar sus sacrosantos principios, convertía la abyección en delicia exaltada sangre, esperma, mierda, esputos, meadas, cubrían las ricas alfombras de la iglesia ante la mirada vacía de sus Vírgenes y santos de palo inventábamos ritos y ceremonias bárbaros, coronábamos con flores a los sementales más alanceadores, los proclamábamos Vicarios de Cristo en la Tierra, exprimíamos hasta la última gota del sagrado licor de sus vergas en noches inolvidables que evocábamos con místico rapto mientras prendían fuego a las piras y nos reducían a materia de hoguera entonces bendecíamos la crudeza del destino y la gloria de nuestra audacia, nadie nos puede arrebatar una furia y ardor que se renuevan en el decurso de los siglos, muertas hoy y renacidas mañana, sujetas a la gravitación de una absorbente vorágine, éramos, somos, las Santas Mariconas del Señor listas para todos los desafíos y asechanzas, las devotas del Niño de las Bolas y su Vara de Nardo, hemos sufrido mil muertes y no nos amedrantan los zarpazos del monstruo de las dos sílabas, descendíamos a las simas del Pozo de la Mina y nos dejábamos azotar por verdugos encapuchados, eran inquisidores?, gerifaltes nazis? Incubos revestidos de la parafernalia de las sex-shops neoyorquinas?, los zurriagazos restallaban en nuestras espaldas, nos revolcábamos con beatitud inmunda en los charcos de orina, allí no cabían sonrisas ni humor, sólo gravedad litúrgica, preceptiva de enardecida pasión, misterios de gozo y dolor, crudo afán de martirio, usted mismo nos vio, con cautela o cobardía de mirón, en la época de sus cursos en la universidad vecina, trabados en piña en el cerco de premuras y ahíncos, hasta el día en que topó con un denso e inquietante silencio y de escalera en escalera, túnel en túnel, aposento en aposento, asistió al espectáculo de la gehena, no ya de los mares de luz oscuridad fuego agua nieve y hielo, sino el de cadáveres y cadáveres maniatados, con grillos en los pies y collarines claveteados en el cuello, sujetos entre sí con cadenas, colgados de garfios de carnicero, inmovilizados para siempre en sus éxtasis por el índice conminatorio del pajarraco, debemos recordárselo? usted nos dejó allí, en aquel despiadado abismo, pero nosotras transmigramos y reaparecimos en el círculo de amigas del Archimandrita, de su odiado e inseparable pére de Trennes fuimos las gasolinas de mayo del 68 y desfilamos por los bulevares con nuestros perifollos del Folies Bergére y cabelleras llameantes, abrazamos con efusión todas las causas extremas y radicales, seguimos a Genet y sus Panteras Negras de Chicago o Seattle, coreamos con kurdos, beréberes y canacos consignas revolucionarias e independentistas, rechazamos las tentativas de normalización de nuestro movimiento y su inserción insidiosa en guetos, abjuramos solemnemente de cualquier principio o regla de respetabilidad nauseabunda somos, escúchenos bien, las Santas Mariconas, Hermanas del Perpetuo Socorro, Hijas de la Mala Leche y de Todas las Sangres Mezcladas y lo seremos hasta el fin de los tiempos mientras perdure la llamada especie humana o, mejor dicho, inhumana, ¿no cree? ya sé qué pregunta quiere hacerme, a mí, el fámulo importado de las remotas islas, sobre mi insulso traje de oblato, la adivino en el temblor impaciente de sus labios y la malicia abrigada en sus pupilas, y le responderé antes de que nos despidamos y le dejemos a solas con su asendereado libro por provocación, mi querido San Juan de Barbes! para dar una última vuelta al rizo y cumplir con el papel de garbanzo blanco en mi universo de garbanzos negrísimos!, voy con mi compañera al baile de máscaras animado por la Orquesta Nacional de su barrio, allí arderemos todas las gasolinas y corearemos nuestra consigna, derriére notre cul, la plage, y acabada la fiesta y con la aprobación expresa del bendito arzobispo de Viena y del cardenal romano que, según Millenari, hizo voto perpetuo de homosexualidad, celebraremos una clamorosa sentada frente a la Prelatura Apostólica con nuestros abanicos, penachos, plumas, lentejuelas, collares, minifaldas, tetas de goma, pichas gigantes, para exigir la canonización inmediata de Monseñor en razón de su vida y escritos cuajados de testimonios de santidad irrefutable si quiere acompañarnos, le reservaremos un billete de avión!
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los juegos seguían siendo un acontecimiento inseparable de Hellas
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¡En [127] qué vacilación tan grande estaba! En su alma el asco era inseparable del agradecimiento
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Hay que reconocer que muchos de estos amuletos son hermosos, como también es maravillosa la materia de que están hechos, la forma, la composición y sus proporciones artísticas; y esta belleza, serena y equilibrada, es inseparable de su destino mágico