1.
A juzgar por la pausa que cayó como una losa marmórea sobre la conversación, don
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de la losa, queel hombre que les habla ya no es un ser viviente
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que en la losa dejé en blanco
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del peso de aquellagran losa de la autoridad materna,
5.
—La puerta de aquella mansión me parece que es la losa de tu
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losa, 644, 927
7.
Asociación, y á los pocos días elalcalde Losa, se dirigió al Ayuntamiento con una
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cabildo, siguiendo Losa con sus solicitudes, en una de lascuales de 1593 decía
9.
Por últimose inscribe el nombre en la losa de la tumba, con una serie de
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yace debajo desta losa fría
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entrar un cortinón más pesado que una losa y dejandoentrever
12.
Las relaciones adúlterasle pesaban en el alma como una losa de
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Pantaleón, seguía pesando como una losa sobrelos deseos y aspiraciones de
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bajo la enorme losa de la tumba
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El arzobispo Valero Losa les puso pleito aprincipios del siglo XVIII
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Aquel sepulcro consistía en una simple losa extendida por
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Y el sacerdote cogió la losa por el borde, con
18.
Entonces tanteó la losa que cubría la sepultura, y reconoció
19.
Echémosles una losa encima
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era fácilproporcionarse una losa de mármol con letras de oro,
21.
la losa que la cubre,inmóvil, con las manos juntas en ademán suplicante, sumergida
22.
nos detuvo la losa
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en la sellada losa
24.
Esta losa la cubre, señor
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silencio, con una rodilla entierra, en un tácito acuerdo, comienzan a levantar la losa
26.
La luz de las linternas permitió ver una gran losa de piedra, el umbral de una escalera tallada en bloques de caliza sin pulir, que bajaba
27.
Ramiro y yo contemplamos boquiabiertos cómo los tres se dejaban resbalar losa abajo
28.
Era una losa de un templo antiguo que contenía un mensaje que parecía idéntico en tres escrituras diferentes: con jeroglíficos en la parte superior, con una especie de jeroglífico en cursiva llamado demótico en medio, y como clave del conjunto, en griego en la parte inferior
29.
«Levantar la losa no es nada: en tres minutos estoy en su habitacion, y en otros cinco habre levantado la piedra que cierra el hogar de la chimenea
30.
Lentamente, el pozo de negrura de la tumba se fue abriendo hasta que la losa se precipitó a un lado por su propio peso y se quebró en dos con el impacto
31.
Aunque tardó un par de meses en conseguir siquiera cruzar la puerta del edificio para informarse, allí consiguió librarse de la tremenda losa de su adicción
32.
Este inclinó su frente hasta tocar la fría losa, y cogiéndola con ambas manos, exclamó:
33.
Cuando el profesor puso su mano en la cruz de oro, los soportes de madera, que cedían un poco bajo la presión de la losa de piedra, parecieron saltar y enderezarse
34.
Envuelto enteramente hasta la cabeza en el sudario, surgía por debajo de la losa fúnebre, cabeza sin ojos, como un gusano, o propiamente como un cuerpo sin cabeza, como una larva blancuzca que, a causa de las sinuosidades del lienzo, parecía enroscada, en tanto que la parte superior vacilaba y tanteaba como una criatura ciega
35.
El silencio pesaba como una losa
36.
A una señal del superintendente se descorrió el lienzo que cubría el cuerpo depositado sobre una losa de mármol y Rosaleen se encontró mirando al hombre que en vida se había designado a sí mismo con el nombre de Enoch Arden
37.
A través de la losa se distinguían maldiciones y amenazas: el León de Damasco no parecía hallarse satisfecho en aquel pozo, que seguramente comunicaba con los subterráneos del castillo
38.
El francés y Amali pasaron por el anillo el cañón de una carabina; y después de muchos esfuerzos consiguieron levantar la losa
39.
Dicho esto, colocó otra vez en su lugar la losa, y echó a su alrededor un poco de tierra para hacer desaparecer las fisuras
40.
Los espacios abiertos de la ciudad estaban cubiertos de hierbajos y matojos, y alrededor de cada losa del pavimento asomaba la hierba
41.
Unos metros más allá, una losa de piedra agrietada le llamó la atención
42.
Haciendo un gran esfuerzo con los músculos de los brazos, avanzó tambaleándose hasta el extremo del patio y dejó caer la losa más allá, en la hierba
43.
En lo más hondo del espacio que quedaba bajo la losa había una enorme ciudadela adornada con una gran profusión de torres y parapetos
44.
La ciudadela se elevaba muy por encima del resto de la ciudad, tan alta que casi rozaba la parte inferior de la losa protectora
45.
Al este, un grupo de elfos a caballo partieron al galope hacia la colina que se levantaba tras la ciudad, con la intención de subir por la ladera y atacar la muralla que rodeaba la inmensa losa que colgaba sobre Urû’baen
46.
Mientras el hombre se iba a la carrera, Roran frunció el ceño y miró más allá de los tejados de las casas, hacia la ciudadela situada en la base de la losa que cubría la ciudad
47.
Mientras esperaba recuperar el equilibrio, pensó en la losa que se extendía sobre sus cabezas, y de pronto se le ocurrió que toda la ciudad podía estar en peligro
48.
Le condujo al sur, lejos de la sombra de la losa de piedra, y allí viró y rodeó el saliente, hacia el norte, en dirección al río Ramr
49.
Mientras recorría las calles, Eragon contemplaba los copos de nieve que caían de lado bajo la losa de piedra que cubría la ciudad, que sin los elfos y los enanos le parecía terriblemente vacía
50.
Miró hacia abajo, apoyando la cabeza en la rejilla, y vio, casi perpendicular a él, una losa de piedra que cubría un pequeño pozo
51.
Examinó la losa que tapaba el pozo, pero la abertura se le antojó demasiado pequeña para que cupiera una maleta
52.
La losa se podía levantar sin dificultad porque tenía una especie de argolla de hierro
53.
reposa un español bajo una losa:
54.
El lecho donde había estado durmiendo no era más que una losa con un poco de paja encima y, poco a poco, fui haciéndome a la idea de que estaba en una especie de cárcel
55.
Vi que una de ellas, una losa de gran tamaño, había sido desencajada y sobresalía un palmo del resto del muro, que estaba intacto
56.
—Agarra esa losa —me indicó—, y sácala del muro
57.
Con el más absoluto asombro, descubrí que podía mover con facilidad la losa y, detrás de ella, vi una negra abertura del tamaño justo para permitir el paso de un hombre reptando con la cabeza por delante
58.
Todos los horrores de la noche anterior debían estar volviendo a Gabrielle, y ahora se encontraba en un sepulcro junto a un esqueleto destrozado, debajo de una losa que apenas podría levantar
59.
Los restos del ataúd de madera crujieron y se quebraron sobre la losa del fondo haciéndome caer encima de mi compañera y aplastándola bajo mi peso
60.
Me incorporé, di un fuerte empujón con ambas manos a la losa de mármol y salté del sepulcro como acababa de decir que haría, levantando la capa en un enorme arco
61.
Se da sepultura a un cadáver, y allí queda: las personas a quienes interesa saben que hay un rincón de tierra donde existen aquellos restos, y pueden marcarlos con una losa, con una cruz o con una piedra
62.
No sólo en aquella ocasión, sino en otras varias, observé que al separarse de doña María y al sentirse libre del peso de aquella gran losa de la autoridad materna, desbordábanse en ella con desenfrenada impetuosidad, fantasía, sentimiento, ideas y deseos
63.
Luego salimos de la tumba, echamos la losa, la cubrimos con tierra, y dejándolo todo como estaba antes, volvimos a palacio
64.
-La puerta de aquella mansión me parece que es la losa de tu sepulcro
65.
Entonces se abrió la tumba, se depositó el cadáver, y se puso la losa
66.
El monje añadió que estos restos se volvieron a enterrar en 1278 bajo una losa de mármol ante el altar mayor de la abadía de Glastonbury
67.
¡Su cuello, cual el cuello del antílope, es elegante y está tallado admirablemente; su pecho es una losa de mármol sobre la que descansan dos copas invertidas!
68.
Carnicero, y parece decidido a echar una losa sobre el partido de D
69.
Y cuando levantó la tierra, observó que la punta de la reja se había enganchado en una fuerte anilla de cobre rojo sujeta a una losa de mármol, casi a ras de la tierra
70.
Sobre una parte principalísima de su existencia [263] ponía la losa con epitafio harto breve: Aquí yace
71.
Entonces, la losa que cubre el suelo del hogar gira sobre un eje, dejando al descubierto una cavidad suficiente para contener a un hombre acostado
72.
Se colocan ambas manos en las sienes de la figura, y atrayendo hacia uno la cabeza la losa recobra su primera posición
73.
Era evidente que, al levantar la piedra, habían introducido cuñas de madera en la grieta formada hasta que al final, cuando la abertura ya era lo bastante grande como para pasar por ella, la mantuviera expe-ita mediante un tronco colocado en sentido longitudinal y que muy bien pudo quedar marcado por una muesca en el extremo inferior, dado que todo el peso de la piedra había de presionarlo contra el borde de esa otra losa
74.
Brunton abrió entonces el arca, le entregó a ella el contenido, presumiblemente, puesto que nada se ha encontrado, y entonces… ¿qué ocurrió entonces? »Qué rescoldos de venganza se convirtieron de pronto en llamaradas en el alma de aquella apasionada mujer celta, cuando vio que el hombre que la había agraviado, acaso mucho más de lo que él pudiera sospechar, se encontraba en su poder? ¿Fue una casualidad que el madero resbalara y que la piedra encerrara a Brunton en lo que se había convertido en su sepulcro? ¿Era ella tan sólo culpable de haber guardado silencio respecto a la suerte corrida por él? ¿O bien un golpe repentino asestado por su mano había desviado el soporte y permitido que la losa se asentara de nuevo en su lugar? Fuera lo que fuese, a mí me parecía ver aquella figura femenina, agarrando todavía el tesoro recién hallado y subiendo precipitadamente por la escalera de caracol, mientras tal vez resonaban detrás de ella gritos sofocados y el golpeteo de unas manos frenéticas contra la losa de piedra que estaba privando de aire a su amante infiel
75.
Refirió que en el entresuelo había encontrado a don Isidro Losa, que aquel día estaba de guardia, muy majo, vestido de gentilhombre
76.
Si esto es verdad, y verdad será cuando tú lo dices, pon una losa sobre el carlismo, que ha muerto para siempre
77.
Este se sentaba sobre una losa alfombrada, desnudo a excepción de su máscara de chivo, cruzado de piernas y con la espada en el regazo
78.
La resplandeciente forma rectangular que antes pareciera no más grande que una losa de cristal, flotaba aún ante él, indiferente ante las llamas del infierno de abajo
79.
Pensando que probablemente hubiera pasado por alto algún detalle, subió nuevamente el largo trecho de escaleras hasta llegar a la losa de granito
80.
Las piedras se hubieran desmoronado sobre nosotros al empujar la losa con la intención de salir
81.
Las paredes estaban decoradas con motivos de dragones dorados y torbellinos de nubes de jade, el suelo volvía a ser de baldosas negras como en el palacio funerario y, también como en el palacio, detrás de la mesa colocada en sentido horizontal, una gran losa de piedra negra de unos dos metros de largo caía en picado desde el techo hasta el suelo exhibiendo esta vez la talla de una especie de cuadrado gigante dividido en casillas, con incrustaciones de oro resaltando las líneas
82.
–¿Por qué no estudian el diseño del suelo y de la losa? – pregunté echando las hojas de té en el agua caliente-
83.
El Bautista es posible que se contentara con curruscarlos sobre una losa al ardiente sol del mediodía
84.
Santa Losa en la que las santas
85.
En esta capilla se venera la losa donde se depositó el cuerpo de Jesús después del descendimiento
86.
En realidad la losa original no está a la vista porque la han forrado de mármol para evitar que los peregrinos la destruyan para obtener reliquias
87.
Colocando el instrumento sobre una losa que flotaba en mercurio para poderle dar cualquier orientación fácil y suavemente, los dos científicos proyectaron el rayo en diversas direcciones tomando como referencia el movimiento de la Tierra
88.
Era una delgada losa de piedra caliza apoyada en un armazón de madera alabeada con patas, sujetas todas las piezas mediante correas
89.
—West Ponente —dijo Vittoria mientras leía la inscripción en la losa de mármol
90.
Sujetaron la losa de mármol que cubría el sarcófago, plantaron los pies con firmeza en el suelo y se prepararon para empujar
91.
La pesada losa no se movió, y Vittoria casi deseó que los hombres no lograran apartarla
92.
Los hombres redoblaron sus esfuerzos, pero la losa no se movió
93.
No tenía lápida, sólo una losa en la que se veía un sol y las palabras «Con amor eterno, tu familia»
94.
ni la losa de los templos,
95.
Caminó entre tumbas, guiado por el pequeño plano, hasta que sus pies se toparon con la doble losa negra grabada con el nombre de su padre y el de Soledad Urdaneta
96.
En un instante eterno, todo volvió a enmudecer, y una realidad cayó sobre ellos como una losa
97.
Delante de la losa doble, Borja y Mar lanzaron las cometas al viento
98.
»El espeso silencio quedó roto por el gemido de la losa circular al rozar sobre la roca y por los entrecortados gritos de aliento que proferían los voluntarios, en su esfuerzo por echar a un lado el pesado cierre
99.
Si guardaba silencio, si permitía que los dientes de la maquinaria le trituraran, entonces -¡pobre infeliz!-, la pesada losa del pecado de omisión le remataría