1.
Ahora sus ojostropezaban con el delito más cobarde y monstruoso de la tierra
2.
Nerón, al germen del histrionismo monstruoso depositado en el
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animal monstruoso que adelantaba con una rapidez horriblepor el sendero junto al
4.
Ella ahogó su tribulación en el monstruoso refugio del
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querepresenta todas las visiones de la vigilia anterior de un modoincoherente y monstruoso
6.
La fiebre de aquel monstruoso delirio lesecaba los
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hablaban, con los ojos enblanco, de la dulzura del pecado monstruoso y de la
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poco á poco su lecho, royendo óseparando las piedras que les molestaban; el monstruoso
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través de los días y las noches, cantabanel choque monstruoso
10.
Para el amo en general, el negro es un compuesto monstruoso deestupidez, de cinismo, de hipocresía, de bajeza y de maldad; y el solomedio de hacerle llenar sin murmuración, reparo ni retraso la tarea quetiene a bien imponerle, es el de la fuerza, la violencia, el látigo
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monstruoso para los que viven en el mar
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monstruoso desgaste le hacía pensarpor instinto defensivo en la
13.
Por más monstruoso que fuera, explicaba, el genocidio tenía un motivo
14.
El mal monstruoso, infame, ahuyenta la vida; el mal es la muerte, ese escándalo intolerable, es la muerte que se inmiscuye en el fuego sagrado, es la muerte que entra en la vida a través de la vida, a través de la voluntad del hombre
15.
Otro no vio a tiempo al nudibranch, y el monstruoso ser se lo tragó de un bocado
16.
Llevaba horas enfrascado en el océano de documentos tratando de desentrañar aquel monstruoso sumario judicial; su estómago le reclamaba atenciones, amén de una clara moratoria en la ingestión de café si se esperaba de él que siguiera cumpliendo sus funciones con cierta dignidad
17.
En Leteo, en cambio, unos seres de aspecto monstruoso se comportaron con decencia
18.
Ese monstruoso señor Bexheath ha intentado influir en el jurado de todas las maneras, con los recursos más arteros, aprovechando incluso el desafortunado —aunque encantador— tartamudeo de Arthur
19.
Fuera lo que fuese, cruzó el espacio a toda velocidad con su monstruoso color amarillo, rompiendo el cielo con un estruendo que paralizaba el ánimo, y se remontó en la lejanía dejando que el aire abierto se cerrara a su paso con un estampido que sepultaba las orejas en lo más profundo del cráneo
20.
El cuerpo de Sharn sentía que «abajo» era aquel cuerpo monstruoso que estaba en el horizonte; caminaba por Erewhon como una mosca por la pared
21.
Las cruces blancas semejaban fantasmas y la torre de la iglesia parecía el fantasma de un gigante monstruoso
22.
Y cuando miré por las ventanas de marcos blancos y dorados vi que también la naturaleza, enteramente perturbada, yacía, por así decirlo, abrasada, pero llena de sombras, como si las alas de un monstruoso espanto batieran sobre ella
23.
El hecho de que un procurador tuviera el deseo de evitar la demora de las cartas parecía tan imposible que por un momento Bobby se preguntó lleno de ansiedad si la señora Rivington se daría cuenta de aquel detalle monstruoso
24.
La oscuridad había invadido el interior del monstruoso animal, pero por la portezuela abierta vieron entrar un poco de luz, suficiente para distinguir la cara leal del sacerdote brahmán
25.
Los veinte hombres recogieron sus barras de hierro, levantaron con gran esfuerzo al monstruoso animal y volvieron al tiempo que los músicos y los danzarines
26.
Empezó a hablar en tono grave, y Eragon le escuchó con asombro creciente mientras trazaba la epopeya de ataques, ase-dios y traiciones, el abandono de Carvahall, el recorrido por las Vertebradas, el asalto a los muelles de Teirm y la navegación por un remolino monstruoso
27.
El monstruoso chivateo de los indígenas recibió a la caballería, que salió al galope
28.
Él Comando de Decisión, que manejaba casi toda Norteamérica, no era la horrible realización de un monstruoso grupo de hombres sedientos de poder
29.
El monstruoso depredador hacía que el robusto capitán pareciese un enano
30.
Todos los que estaban en el muelle contemplaban con asombro, satisfacción, curiosidad científica e incluso cierto escepticismo, aquel monstruoso cautivo que revivía ya rápidamente en su gran tanque de hormigón
31.
Pero el enemigo avanzaba con el apoyo de un monstruoso KV-1
32.
Los dos espectadores de este monstruoso acto de corrupción parecieron en un principio estar prestos a intervenir, pero al propio tiempo daban la impresión de experimentar un cruel placer al presenciar aquel espectáculo
33.
Lo que había creado con esfuerzo monstruoso, con los golpes fulminantes de su coraje guerrero, con su nativo conocimiento de los hombres y del país era mezquino para quien se sentía capaz de manejar un Imperio
34.
Puede que las cosas las comprendiera con dificultad, pero era el prototipo del eterno adversario, infatigable, terco, murmurador, vocinglero, despiadado y monstruoso
35.
Convenían todos en que no era fácil entender a Rafael Maroto, monstruoso enigma en que se reunían todas las complejidades psicológicas
36.
En el propio caserón o castillo roquero del cacique feudal se sentía la continua labor de zapa del monstruoso cien-pies que minaba la tierra
37.
En un silencio tenso y absoluto, Mac se inclinó, agarró las agallas del monstruoso salmón y tiró de él hacia la hierba
38.
Sintió que se le ponía la piel de gallina cuando advirtió de cerca esa pelusilla que la recorría por entero, quiso rozar más que tocar o agarrar, tenía que rozar, como si además de los largos años en el cielo sin el sentido del tacto le hubiesen afectado creándole una obsesión más -pensó que tendría a su regreso que consultar una vez más al pobre psicoanalista celeste agobiado de trabajo en los último tiempos-, acaso no la despierto, sí, sería mejor si soy invisible, intocable e intocador, pobres fantasmas, pensó, su suplicio eterno de ver y no tocar, doloroso, frustrante, quiso probar, bien podía hacerlo primero con alguno de los objetos dentro de la habitación, con la cortina que se movía a merced del viento suave y cálido de la buena estación, con la silla veneciana adosada a la pared, con los batientes de la ventanilla levemente abiertos, con el reboso del velo caído a los pies de la doncella, no, hubiese sido un golpe monstruoso, era mejor, sí, intentar tocarla a ella, era mejor llevarse la decepción ya en el momento oportuno para disfrutar el acercamiento prometedor, qué tal si funcionaba, si por estar en el mundo de la tierra -así fuese a través de los sueños- pudiera acercársele y ser carne estremecida una vez más, viejo deseo, viejo y desolador, y dirigió con estudiada lentitud su mano hacia el pecho diciéndose qué más da si pasa de través, sumergiría sus manos hasta el fondo mismo de su vientre y las refregaría imaginariamente en esquinas inexploradas por los más audaces descubridores, cerraría los ojos e inventaría sus límites y adivinaría entonces con la mayor tranquilidad sus formas y la recorrería y la aprendería de memoria, que bien valía la pena así fuera por guardar la conciencia de artista enamorado de las formas, perdería el miedo, sí, eso era, se sentiría en otro mundo, apartado de ella, convertiría su frustración en alegría, sería un espectro propio para la sabiduría, tendría por unos instantes el secreto de la fabricación del oro y no lo compartiría con nadie
39.
(A pesar de la reputación de que poseo un ego monstruoso, por lo general consigo no verme en los periódicos o en la televisión
40.
¿Será porque no tengo un ego monstruoso?)
41.
Puesto que el mundo es monstruoso, puesto que puede conducir al hombre a la desesperación, una desesperación tan tremenda, tan absoluta, que nada puede abrir la puerta de la cautividad de la desesperanza, A
42.
O la señora Winchester, la viuda del fabricante de rifles, que temía que los espíritus de las personas que habían muerto por disparos hechos con los rifles de su marido vinieran a llevarse su alma, y por lo tanto continuamente añadía habitaciones a su casa, creando un monstruoso laberinto de pasillos y escondites, de modo que pudiera dormir en una habitación diferente cada noche y así eludir a los fantasmas
43.
El ser monstruoso aulló, convulsionó todo su cuerpo en un esfuerzo sangriento y nació
44.
¿Le gustaban a su padre, un hombre monstruoso y de alma mezquina, esas hermosas historias? En aquel momento Kelemvor pensó que no era posible
45.
Cuando el jinete pasó volando, la bolsa de lona cayó de las manos de Adon y el joven clérigo se agarró a una de las patas traseras del monstruoso caballo
46.
El guerrero vio que el clérigo no solamente se aferraba al monstruoso animal, sino que además empezaba a trepar por la pata, ajeno a las violentas sacudidas que daba y a los cascos en llamas del caballo
47.
Y eso es lo que me parece sencillamente monstruoso
48.
–¡No, es monstruoso! Incluso a estas alturas, deberías llevar a tu arrendador ante el consejo regional y reclamar el restablecimiento del contrato
49.
Tres volúmenes-año era monstruoso
50.
–¡Es monstruoso! ¡Regocijarse de la muerte de un niño! – No se regocija
51.
El dolor era monstruoso, y la horrible mirada de aquel hombre anhelaba la pérdida de la conciencia
52.
El cielo monstruoso, lleno de estrellas, el cielo entero giraba de costado
53.
Las vibraciones del monstruoso recolector ahogarían sus pasos rítmicos durante un rato
54.
El emperador quería matarme, pero intentó disimularlo con este monstruoso exceso
55.
La opresión de las paredes de la caverna les produjo la sensación de estar en el vientre de algún monstruoso dragón vigilante, que esperaba ver cómo las empresas o ambiciones humanas, por muy importantes o poderosas que fuesen, no superaban la prueba de la mortalidad
56.
El jefe de policía les había indicado cómo llegar a un monstruoso edifico de ladrillo, de tres plantas de altura, tal vez la casa más grande que había en Decin, en un ancho bulevar flanqueado por frondosos árboles en las dos aceras
57.
«Quizá sean los retratos de los gigantes que vivieron en la tierra después de los dioses», sugerí, recordando el monstruoso hueso de la cadera del que me había hablado Neltitica
58.
Pero, aunque reconocí una costilla y un hueso de muslo allí, también me di cuenta de que no pertenecían a un gigante humano, sino a algún animal monstruoso
59.
—¿Aerion el Monstruoso? —Jon conocía bien aquel nombre
60.
—Mientras cazaba en su Bosque Real, lo destrozó un jabalí monstruoso, o eso me dijeron en Antigua
61.
El maestre Luwin le había contado hacía tiempo que la edificación había ido creciendo a lo largo de los siglos como un monstruoso árbol de piedra, con ramas gruesas, nudosas y retorcidas, y raíces profundamente hundidas en la tierra
62.
Cuando se aproximaron a las imponentes murallas del monstruoso castillo de Harren el Negro, Brienne le apretó el brazo
63.
Cuando pueda pensar con más claridad se dará cuenta de lo monstruoso de su traición
64.
–¿Aerion el Monstruoso? – Jon conocía bien aquel nombre
65.
–Mientras cazaba en su Bosque Real lo destrozó un jabalí monstruoso, o eso me dijeron en Antigua
66.
Sí, al cabo del tercer día Cristo hubiera sido un desecho monstruoso incapaz de erguirse, pestilente y ciego
67.
En el instante en que arrancó, el monstruoso pie cayó con estrépito sobre el montón de chatarra y lo aplastó con tal fuerza que el coche en el que ellos tres huían brincó en el aire
68.
Se ha cometido un crimen monstruoso y el velo del secreto envuelve todavía a sus autores
69.
–La linterna en el cañón del fusil estaba encendida y la he visto durante un instante a plena luz; es un animal monstruoso, una bestia salida de los mismísimos infiernos, es… -Fue sacudido por un estremecimiento convulso, tenía el rostro de color terroso, los ojos enrojecidos, la respiración entrecortada
70.
El doctor Wassory había construido, a partir de éstas y otras circunstancias, un monstruoso plan
71.
El torno, contemplado desde unos pocos metros, me parecía monstruoso, demasiado grande y con un aspecto demasiado industrial para que pudiera estar relacionado con ningún deporte ligero
72.
Todo lo que habían oído les sonaba tan monstruoso que, al principio, se quedaron largo tiempo en silencio con la cabeza gacha
73.
Y cuando se detuvo, de repente, el monstruoso sapo le dirigió la atención y lo miró fijamente como si hubiera comprendido cada una de sus palabras
74.
–Gobernar una plantación es un trabajo monstruoso
75.
La lente de los prismáticos aumentaba la distorsión del calor a través del aire quieto, haciendo que todo cambiara de tamaño y figura, y en un segundo todo era insignificante y al siguiente monstruoso
76.
Era monstruoso, gris y siniestro entre los mangles, escondido en su madriguera
77.
¿Cómo pudieron adaptarse a tal dislate las élites informadas de la sociedad? No hablo de los intelectuales, artistas, minoritarios comprometidos políticamente; me refiero al profesor, al notario, al agente inmobiliario, al científico, al abogado, al economista que sin participar de la confrontación a la dictadura no tuvieron sensibilidad ante lo monstruoso de la construcción social del régimen
78.
Al morir los padres de Luciana yo había tenido, finalmente, aunque suene monstruoso, mi reparación
79.
Se llama Olifant y fue enterrado con él, junto con Durandana, su espada mágica, en el monstruoso montículo funerario que ves allá
80.
Un estruendo monstruoso, que asalta mis oídos, a punto está de fulminarme ahí mismo
81.
¿Quién podrá saber las angustias producidas en un perro por nuestros juegos discontinuos? Empecé a decir algo, pero me senté en el césped con un dolor monstruoso en el pecho y vomité un torrente de cosas verdes y negras que no recordaba haber comido
82.
Les contó todo lo que pudo recordar, empezando por «Mi comprensión de la verdad» y acabando por el guardián monstruoso que había surgido literalmente del maderamen para atacarlo
83.
Pero lo sucedido recientemente es monstruoso
84.
Se hallan emparentados, radicalmente emparentados, en todas las alturas y profundidades de sus necesidades: es Europa, la única Europa, cuya alma, a través de su arte multiforme y tumultuoso, aspira a ir más allá, más arriba, y tiende – ¿hacia dónde?, ¿hacia una nueva luz?, ¿hacia un nuevo sol? ¿Mas quién expresaría exactamente lo que todos esos maestros de nuevos medios lingüísticos no supieron expresar con claridad? Lo que es cierto es que a ellos los atormentaba un mismo Sturm und Drang` [borrasca e impulso], que ellos buscaban del mismo modo, ¡esos últimos grandes buscadores! Todos ellos dominados por la literatura hasta en sus ojos y sus oídos -los primeros artistas dotados de una cultura literaria mundial -, la mayoría de las veces, incluso, también escritores, poetas, intermediarios y amalgamadores de las artes y de los sentidos (Wagner, en cuanto músico, es un pintor, en cuanto poeta, un músico, en cuanto artista sin más, un comediante); todos ellos fanáticos de la expresión «a cualquier precio» – destaco a Delacroix, el más afín de todos a Wagner -, todos ellos grandes descubridores en el reino de lo sublime, también de lo feo y horrible, y descubridores aún más grandes en el producir efecto, en la puesta en escena, en el arte de los escaparates, todos ellos talentos que superaban en mucho a su genio -, virtuosistas de pies a cabeza, dotados de inquietantes accesos a todo lo que seduce, atrae, coacciona, subyuga, enemigos natos de la lógica y de las líneas rectas, ávidos de lo extraño, exótico, monstruoso, curvo, de lo que se contradice a sí mismo; como hombres, Tántalos de la voluntad, plebeyos llegados a la cumbre, que se sabían incapaces, en la vida y en la creación, de un tempo [ritmo] aristocrático, de un lento, – piénsese, por ejemplo, en Balzac – trabajadores desenfrenados, casi destructores de sí mismos mediante el trabajo; antinomistas y rebeldes en las costumbres, ambiciosos e insaciables, carentes de equilibrio y de goce; todos ellos, en fin, prosternados y arrodillados ante la cruz cristiana (y esto, con toda razón: pues ¿quién de ellos habría sido suficientemente profundo y originario para una filosofía del Anticristo?-), en conjunto una especie temerariamente audaz, espléndidamente violenta de hombres superiores, que volaba alto y arrastraba hacia la altura, especie que hubo de empezar por enseñar a su siglo – ¡y es el siglo de la masa! – el concepto de «hombre superior»… Que los amigos alemanes de Richard Wagner decidan por sí mismos si en el arte wagneriano hay algo alemán de verdad, o si no ocurre que lo que cabalmente distingue a ese arte es el provenir de fuentes e impulsos supraalemanes: y en esto no se infravalore el hecho de que, para que se formase del todo el tipo de Wagner, resultó indispensable justamente París, hacia el cual le mandó aspirar en la época más decisiva la profundidad de sus instintos, y que toda su manera de presentarse, de hacer apostolado de sí mismo, sólo pudo alcanzar su perfección a la vista del modelo de los socialistas franceses
85.
Un lamento monstruoso asaltó sus oídos, profundo y obsesivo al irrumpir en el silencio del amanecer
86.
Pero tras él, ya se estaba cerrando la enorme losa de piedra de aquella prisión de la que era imposible escapar, crujiendo y chirriando mientras cedían las oxidadas bisagras bajo el monstruoso peso
87.
Al otro lado de las paredes de la tienda estaba la ciudad de Perro Ahorcado, que se había dejado construir en un saliente de un precipicio monstruoso
88.
Con el jaleo monstruoso que tenía lugar a pocos metros, nadie soñaría con perder el tiempo mirándolos
89.
Ahora el hombre monstruoso estaba al lado de ella
90.
Abrim estaba reuniendo la potencia necesaria para un hechizo que se remontaría hasta el cielo y rodearía la torre de Ankh de un millar de demonios aullantes, pero en aquel momento resonó un monstruoso golpe en la puerta
91.
–Tenga usted la bondad de recordar que en cuanto le vea fuera de esta casa le voy a aplastar la cabeza -contestó el monstruoso sirviente
92.
Con la curiosidad y el desprendimiento del viajero que no tiene más preocupación que la de instruirse, había estudiado ese demonio e incluso había hallado en sí mismo aptitudes inquietantes para desempeñar un importante papel en el culto monstruoso que se le tributaba
93.
Habló de la humildad de interrogarse acerca del sentido de todo lo monstruoso que había sucedido en aquellos meses, cuando el Maligno había encontrado en ellos las puertas abiertas para desencadenar el más funesto de los ataques, al descubrirles tan débiles
94.
La solución evidente, pese al monstruoso riesgo de confusión que entrañaba, era un repliegue nocturno
95.
Un esbelto pero monstruoso pájaro estaba posado en el pasamanos de la escalera, a menos de un metro de él, y lo miraba con unos brillantes ojos negros
96.
–¡Chris! – gritó Rebecca cuando entró corriendo en la habitación, y se detuvo en seco cuando vio el monstruoso reptil-