1.
Donde siguen los disparates que de enamorado hizo don Quijote en Sierra Morena incluida la desempolvada que le hizo a sus mejores dotes de poeta, y del encuentro que Güicho Panza tuvo con el cura y el peluquero de su pueblo en la venta que no quería ver ni en pintura por la manteada que le habían pegado en ella
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estaba pegado con celo, pero el paso del tiempo había hecho que
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Empezó a preocuparle que le hubiera pegado alguna maldita enfermedad, incluso el
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Pedernero lo echaba todo a chacota; pero una noche que llevóRubín, bien fresquecito y pegado con saliva, el tema de la pluralidad demundos habitados, Pedernero empezó a despabilarse
5.
¿Qué era aquello? Que losgranujas de la vecindad habían pegado fuego a un montón de paja que enmitad del patio había, y después robaron al maestro Curtis todas laseneas que pudieron, y encendiéndolas por un cabo empezaron a jugar alViático, el cual juego consistía en formarse de dos en dos, llevandolos juncos a guisa de velas, y en marchar lentamente echando latines al son de la campanilla que uno de ellos imitaba y de la marcha real decornetas que tocaban todos
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La tapicería de cuero se le ha pegado a la cara debido al calor y a la
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No había pegado el ojo en toda
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pegado a lacama a aquellas horas, bien a pesar suyo
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En una tabla, cuidadosamente pegado a un rincón, estaba el
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en cuando entreabre elalbornoz y muestra, pegado al pecho, el brazoizquierdo
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No había pegado los ojos entoda
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Entonces Juan vió el papel que estaba pegado y selladosobre la cerradura, y leyó en
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Un papel pegado sobre la cerradura, en que se leía en letrasgordas, lo siguiente:
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pegado un bofetón a una señora
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su recinto, pegado á la nueva edificación
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entrada le llama a usted ya la atención un pequeño aviso queadvierte, pegado en un
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pegado de él!Cuando recuerdo cómo eras y cómo eres,
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sobre la leña, pegado el fuego, se abrasaron en breve yconsumieron todos
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En medio de un campo segado, al que habían pegado fuego los
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Arias, se os ha pegado el desgavilo
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—Pues, su nombre legítimo no es Jaruco, es pegado; pero asina se lepuso en el libro y asina se denominará mientras esté en esta RealCárcel
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algo pegado a las preocupaciones defamilia
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Dió un salto, quedando pegado al suelo por una
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tierra, y pegado fuego á las casas
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Un remiendo mal pegado, una correa mal puesta,
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Estaba pegado con la provincia deHátun Cana, y á tiempos iban
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pensamiento vagaba por los mundosencantados de sus ilusiones, de sus penas, se le había pegado
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modo, que se le saltó el mal pegado botón de la camisa, y las puntas del cuello postizo quedaron
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¿Y el galope que ha pegado Lorenzo con la
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Apareció en la puerta una enorme barba a la cual estaba pegado unhombre
31.
—Quiero que tomes declaración al doctor Menzies y al vigilante que le ha pegado un tiro a Wicherly —dijo—
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Ella había pegado las piernas al cuerpo y se sujetaba las rodillas con los brazos
33.
Hizo que los niños le ayudasen a apartar los muebles y tuvo la precaución de, con la ayuda de su mujer, colocar el armario pegado a la ventana
34.
Bebé permanecía siempre pegado a su madre -supongo que la ayudaría en las faenas de la casa, no lo sé seguro-, y el anciano los dejaba solos y se iba reconcentrando cada vez más en sí mismo
35.
Qué raro, había leído en alguna novela que entre las hileras -pero tienes que andar descalzo por en medio, con el talón un poco calloso, desde pequeño-hay unos melocotones amarillos que crecen sólo en las viñas, se parten con la presión del pulgar, y el hueso sale casi solo, limpio como tras un tratamiento químico, con la salvedad de algún gusanillo gordo y blanco de pulpa, que se queda pegado por el simple átomo
36.
El pelo pegado a la cara, empapada de sudor helado
37.
Estaba entregado a esos pensamientos cuando el sacerdote giró bruscamente a la izquierda y comenzó a correr, pegado a la pared
38.
Mientras se movía por la habitación examinando su contenido, todo lo que iba tocando con su mano se quedaba pegado a ella
39.
Los de la Estación de Enlace AF, en la constelación de Antares, me dicen que en realidad habían recibido el mensaje bien la primera vez, y que me lo han hecho repetir porque les hace gracia que se me haya pegado el acento catalán
40.
El olor acre se le había pegado a la garganta y el humo le metía picor en los ojos
41.
–¿Verdad usted que ese árbol parece una señorita en paños menores y con un clavel mismo pegado al culo?
42.
Martin Deeley dice: «Me encanta sentarme en el suelo con un cachorrillo pegado al cuerpo
43.
El nuevo portero, pegado al cristal, le sonrió
44.
Un toro, llamado «Bailador», el quinto de la lidia, le había pegado una cornada en el vientre
45.
Igual que los matones que me habían pegado, y puede que Jerry Falcon también, cuya muerte seguía siendo un misterio
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Pero entonces ella le había pegado, y rechazándolo con el furor de un gato salvaje, se había escapado de la habitación
47.
Ignoran todo lo ignorable; pero se les ha pegado algo de lo que oyen, y parecen mujeres
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Por suerte, desaparecieron justo a tiempo porque al cabo de un instante, Hurón se precipitó en el claro con el pueblo de Árboles Altos pegado a los talones
49.
–Tía -murmuró Hilfy, haciendo girar su silla con las pupilas muy dilatadas y el comunicador pegado al oído-
50.
La cuarta pantalla de su tablero se iluminó con una claridad y definición excelentes, mostrando al exterior de la Estación Punto de Encuentro, una parte de su silueta toroidal, con los gigantescos números pintados en el muelle oscurecido en algunas zonas por las naves que permanecían con el morro pegado a la estación
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También recordaba la silueta convulsa de Tt'om'm'mu bañada en su luz violeta y al mahendo'sat, pegado al panel (no preguntes sobre los knnn), y a los mahendo'sat de fuera que estaban haciendo las conexiones vitales en el casco de su nave
52.
Se dijo que todo fue obra de la madre, que ésta le había pegado
53.
Y había pegado un estirón considerable
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»Por consiguiente, siempre que se pregunte quién pudo haber matado a Norton, quién pudo haberle pegado un tiro en la frente, dejando su habitación cerrada por dentro (aparentemente), ya que la llave se encontraba en la bata de Norton, tendrá que contestarse: "Hércules Poirot, quien casi desde el día de su llegada aquí poseía un duplicado de la llave de una de las habitaciones
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Ahora recuerdo que el precinto del papel que rodeaba al corcho no estaba bien pegado
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El impacto levantó al hombrecillo del suelo y lo lanzó sobre la pared de la estancia, quedando pegado a ella durante un increíble segundo, los brazos tendidos como si estuvieran clavados a sus aperas tablas, como si estuviera crucificado
57.
Cyrano de Bergerac, aquel célebre hombre feo a una nariz pegado, enamoró con la magia de sus versos a una mujer para que otro la disfrutara
58.
Dado su escaso éxito con la marihuana y para darse aires, Gregory se acostumbró a lucir un cigarrillo pegado en los labios, copiando a los villanos del cine
59.
Cuando por fin salieron de la nube, Saphira tenía el cuerpo cubierto de millones de gotas minúsculas que la hacían brillar como si le hubieran pegado diamantes en las escamas, ya brillantes de por sí
60.
La única explicación lógica, pues, era que Barst llevara un eldunarí pegado al cuerpo bajo aquella coraza de tan extraña forma
61.
Me puse un chal sobre los hombros e hice mi recorrido habitual acompañada por Baltasar, que tenía el hábito de seguirme como una sombra, pegado a mis tobillos
62.
Lo vieron llegar a la casa un día cualquiera, sin previo aviso, con un pañal de infante cubriendo sus vergüenzas, el pellejo pegado a los huesos y ese aire extraviado que se observa en la gente que se nutre sólo de verduras
63.
Una mañana se apostó junto al muro de la casa solariega de los Rojo y esperó paciente pegado al portalón del jardín
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Circunvaló Friedrich Kaiser demorando su presencia en los cristales de aquellos escaparates en los que de niña había pegado su naricilla curiosa
65.
Entonces, tan rápido como le fue posible, metiendo los pies en las separaciones de los ladrillos que servían para intensificar la circulación del aire que secaba la ropa, fue bajando los cinco pisos pegado a la pared como el Hombre Araña
66.
Seis abría la marcha y Simón iba pegado a su espalda; de vez en cuando alguien se revolvía molesto al ser interrumpido en sus tratos o en su celebrada charla, pero al ver el tamaño del motivador de su quebranto volvía el rostro hacia otro lado y se acomodaba como si tal cosa, no fuere a ser que se ganara la malquerencia de «aquella montaña de carne» y que el gigante reparara en él
67.
Rafa me había pegado primero, pero yo no me había limitado a devolverle el golpe
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Un menú pegado en la ventana, ofrecía un variado menú internacional
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–Sí, mi general, ese es, lo llevaba yo cerrado y pegado con lacre
70.
El hombre, pegado a la muralla, comenzó a caminar
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Hacía ya un rato que Basilis había pegado la hebra con el parroquiano de al lado, con el que intercambiaba noticias y se informaba de los accidentes de aquellas costas cuando Ahmed observó una escena de una violencia inusitada
72.
Cabeza titular del área de comercialización de bonos, Davis tenía antecedentes similares a los de Hendley y se pasaba el día pegado a su computadora
73.
Pegado fuertemente a la orilla, parecía anclado para siempre
74.
El acceso era sinuoso y discurría pegado a varios estanques y rodales que aspiraban a parterres pero que no tenían más que tierra
75.
El micrófono en forma de hisopo que llevaba pegado al pecho le permitía comunicarse con los cuarteles generales de Interpol
76.
Harleigh tenía la cara muy hinchada sobre la mejilla derecha, donde el australiano le había pegado con la pistola cuando ella había tratado de morderlo
77.
Sólo cuando me incliné sobre él comprendí que le habían pegado un tiro
78.
Y tú repite la salida de tu habitación, la subida por la escalera y la entrada aquí, y vuelves a hacer todo lo que hiciste hasta que te diste cuenta de que alguien le había pegado un tiro a tu tío
79.
¿Cómo era posible que en el interior de aquella hedionda celda hubiera penetrado la alegría, una felicidad tan grande que un día había dado lugar a que Dindò, que jamás había hecho tal cosa, se pusiera a cantar a grito pelado y no dejara de hacerlo hasta el momento en que le habían pegado un tiro, hasta que lo hirieron de muerte como un pájaro alcanzado en pleno vuelo por un cazador? Le volvió de nuevo a la mente el título de aquella novela
80.
Y, siendo como era, al verse de pronto en presencia de Grazia, no le había pegado un tiro como fácilmente habría podido hacer y como, en el fondo, era inevitable, por la simple razón de que ni siquiera se le había ocurrido la posibilidad de que la muchacha reaccionara o de que, en caso de que lo detuvieran, ésta se convirtiera en su implacable acusadora
81.
—¿Corría más de la cuenta? ¿Se ha pegado un trompazo?
82.
—Un comirciante que se negaba a pagar el impuesto de proticción le ha pegado un tiro al que le pidía el dinero, pero no le ha dado
83.
El hotel se encontraba a mitad de camino entre Vigàta y Montelusa y estaba construido casi pegado a uno de los templos más bellos del mundo a pesar de todas las superintendencias artísticas, las disposiciones de protección paisajística y los planes generales de urbanización
84.
—¡Te burlas de mí! —Jaskier escupió las pipas y echó los restos a un perro callejero que estaba muy pegado a los cascos del caballo—
85.
—¿Qué pasa ahí? —Jaskier, pegado al muro, sacó el cuello, intentando atravesar el chaparrón con la mirada—
86.
Pegado a sus talones iba Gueng
87.
Atravesó el cuarto de estar y entró en la cocina tirándose del pantalón del pijama, que llevaba pegado al culo
88.
El cabello, oscuro y tupido, y apelmazado debido a los cuajarones, cubría una buena parte del rostro, pues estaba pegado a la frente
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Paco entre sollozos, [133] hipidos y babeos-; me han pegado, me han arrastrado, me han
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El monasterio constaba: de un cuerpo de edificio pegado a la iglesia, y de dos alas paralelas que partían en ángulo recto y en dirección de Sur a Norte
91.
Era aquella charla como los rudimentos o albores de la palabra humana cuando el hombre pegado aún a la Naturaleza por el cordón umbilical de la barbarie, desconocía las relaciones sociales
92.
No habiendo pegado los ojos en toda la [93] noche, era su cerebro un horno, sus ideas lúgubres, de una melancolía intensa, como si en el alma se le fuera metiendo el romanticismo de la clase nocturna y sepulcral, ese que huele a tierra de osarios y a siemprevivas putrefactas
93.
Cicerón cruzó de arriba abajo el espacio ante el tribunal presidido por Fanio, sujetándose con la mano izquierda la toga sobre el hombro y el brazo derecho caído, pegado al cuerpo
94.
Consta que el héroe, hallándose frente a la ventana de su habitación, ocupado en cosa tan vulgar como afeitarse, veía descender las hembras por la escala, y al oír el tiro y la algazara que se produjo, apresuró la operación barberil, [42] en la que comúnmente perdía muy poco de su precioso tiempo, y todavía con algo de jabón pegado a las orejas, poniéndose la zamarra y abrochándose los cordones, salió a la salita próxima, donde le aguardaban su ayudante Plaza, dos o tres notables del pueblo y el cura D
95.
Por referencia de un ayuda [332] de cámara del Rey, que despidieron por haberle pegado una tremenda bofetada al gentil-hombre de servicio, sabe la manifestante que D
96.
Según Bravo, durante los combates en que los insurgentes de Chávez intentaban llegar a Miraflores, su unidad se encontró con un soldado leal al gobierno de Carlos Andrés Pérez, que con los nervios se había pegado un tiro a sí mismo en una pierna
97.
El que pronunció el discursillo que extractado se copia, había empezado a estudiar para cura en Vitoria, sirviendo luego de amanuense a un escribano de la Puebla de Arganzón, y en sus diferentes tareas escolares se le había pegado [261] el arte del sofista
98.
Me acordé de su madre con la máquina de pedal arrimada a la ventana, me acordé del murmullo de los tilos, me acordé de la sopa que la vieja comía mientras seguía remendando, de los hilos que se le enmarañaban en el pelo, y el hijo, acercándose a mí, Hola niña, y yo ¿Por qué motivo no me dibujaste el mar?, mi hermano Fernando dormía en la habitación, desde que cortaron las trepadoras sobraba luz en el jardín, un silencio diferente moraba en los arbustos, la ausencia de la palmera ensanchaba el horizonte, viviendas de tejados de pizarra, casas de la Rua Emilia das Neves y de la Estrada de Benfica hasta los castillitos de Portas y el barrio de negros en Damaia, lo que quedaba del Colegio Lusitano transformado en taller de tonelero y refugio de mendigos, con perchas sepultadas en la hierba, el cañaveral del riachuelo, atascado de basura, junto a las vías del tren donde ningún tren pasaba y donde el cadáver del mozo de cordel se pudrió semanas y semanas, Hola niña, y yo No me has dibujado el mar porque el mar no existe, qué mentira el mar, has escondido las olas con los dedos y has hecho galerías y girasoles y mariposas, un mirlo se posó en lo alto de la jaula en la que la zorra se extendiera con el hocico pegado al cazo, La pequeña se ve enseguida que no es mi hija, no insistas, gritó mi padre en el despacho, yo debería acabar con ella y contigo, y sollozos, y bofetadas, y más gritos, y mi hermano Jorge Padre tiene esas cosas, ya le conoces las manías, y él Claro que el mar no es mentira, niña, soy yo que no sabía explicarlo, si tuviese un lapicero te lo mostraría, nuestra madre me trajo la comida con un chichón en la frente y la mejilla herida, dejó la bandeja encima de la cama, bajó las escaleras sin hacerme una caricia, sin besarme, y yo ¿Nuestra madre no es mi madre, Jorge?, el cadáver del mozo de cordel se había dilatado hasta el punto de reventar la camisa, fueron los alumnos de la escuela quienes dieron con él descomponiéndose, y mi padre La pequeña no sale de aquí, exijo que no salga de aquí, exijo que nadie la vea, que nadie piense, que nadie hable, el mirlo alzó el vuelo desde la jaula y yo Si nuestra madre no es mi madre no tengo madre ni padre, puse un aria de ópera en el gramófono y él agarró un lápiz y empezó a garabatear una playa en la pared, dunas, peñascos, toldos de bañistas, paquebotes, y yo, en cuanto comenzó a cantar el tenor después de los violines, El mar es verde, tienes que pintarlo de verde, y mi hermano Jorge Aunque no fueses de ellos serías mi hermana, hermanita,
99.
Entonces hizo girar el picaporte y entró, conmigo pegado a sus talones, con la pistola amartillada en la mano