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    Verwenden Sie „turba“ in einem Satz

    turba Beispielsätze

    turba


    1. El cura, después de saludar al padre amigo de la romería, le contó rápidamente sobre don Quijote, y así él y toda la turba de los nazarenos fueron a ver qué pasaba con el pobre caballero y, cuando se acercaron, oyeron que Güicho Panza, quien se había tirado sobre don Quijote soltando el más doloroso y risible llanto del mundo creyendo que estaba muerto, de un modo que se hacía cada vez más linajudo en él, por la junta con don Quijote, decía:


    2. los canales de transmisión y la turba que se genera han


    3. De cuando en cuando oigo a lolejos el sordo rumor de un coche; suenan las campanadas lentas del relojde la Puerta del Sol; una voz turba de pronto el sosiego profundo


    4. sobra,que no tiene cubierto preparado en el festín de la vida, que turba orompe el justo


    5. de quién era donQuijote, y así él como toda la turba de los diciplinantes fueron a ver siestaba


    6. la tierra; estabansuspensos los corazones de la mirante turba, temiendo unos y esperandootros el


    7. Enrique llegó bien y fue recibido con vivas por aquella turba, enel andén de la estación


    8. con esa turba que me miraba sonriendo,y acaso por equivocación os he ofendido


    9. comoserlo pudieron las de santo Tomas, Escoto y Suarez?¿Qué son en Francia la turba de los


    10. realidad y que turba lossueños de las vírgenes

    11. hasta laribera, entre las patadas y salivazos de la turba, que


    12. Este espectáculo encanta, turba la imaginación: es un vértigo y


    13. voz que turba ytrastorna los sentidos, un apretón de una mano


    14. Nada turba su reposo,


    15. esto no se turba el acuerdo de las sensaciones, ni sealteran nuestras ideas: luego la suposicion de La-


    16. mundo ejercepresión o turba las inclinaciones del sentimiento


    17. de lejos ya las grandes esquilas quellevaban las reses colgadas al cuello, la turba


    18. pronto seinició en la turba el pavor de la fuga


    19. Entre esta turba decuervos


    20. partes;pero eso era lo que ellas buscaban en medio de la turba de corsarios degran

    21. Han visto las llamas y también la turba de esoscondenados y cantan como


    22. El capitán cayó en medio de aquella turba; la tripulación entera se echósobre nosotros como


    23. turba de hijos, y todos confiaban en él, queera la gloria de la


    24. con un musiquillo borracho, del que se reíantodos, hasta la turba


    25. (Aparece, gritando, una turba de hombres armados


    26. al otro lado del foso, y gritando en medio de la turba, lequitaron el miedo y la persuadieron de


    27. 47 Estando él aun hablando, hé aquí una turba, y el que se llamaba Judas,


    28. de los tejados, y la turba se precipitaba también por elinterior del tubo, haciendo un ruido


    29. ocurrido, porque no hay manera que no encuentren los que se aman; lanovia se turba, se turba el novio,


    30. El mar se turba, el viento sopla y crece

    31. Los demas de la turba defraudados


    32. Recorrieron los dos hombres las calles del barrio viejo y luego salieronfuera de puertas, y tomando por el puente, seguidos de una turba dechicos y chicas llegaron al prado de Santa Ana, se acercaron a labarraca y se detuvieron ante ella


    33. A pesar del grave riesgo personal que ello suponía, continuó enseñando y publicando, hasta que en el año 415, cuando iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanática de feligreses de Cirilo


    34. Sonaron los atambores, llenó el aire el son de las trompetas, temblaba debajo de los pies la tierra; estaban suspensos los corazones de la mirante turba, temiendo unos y esperando otros el bueno o el mal suceso de aquel caso


    35. Y ese movimiento ciego que nunca había cesado, que experimentaba aún ahora, fuego negro enterrado en él como uno de esos fuegos apagados en la superficie pero que en el interior siguen ardiendo, desplazando las fisuras y las torpes agitaciones vegetales, de suerte que la superficie fangosa tiene los mismos movimientos que la turba de los pantanos, y de esas ondulaciones espesas e insensibles seguían naciendo en él, día tras día, los más violentos y terribles de sus deseos, así como sus angustias desérticas, sus nostalgias más fecundas, sus bruscas exigencias de desnudez y sobriedad, su aspiración a no ser nada, sí, ese movimiento oscuro a lo largo de todos estos años estaba de acuerdo con aquel inmenso país que lo rodeaba, cuyo peso, siendo niño, había sentido, con el inmenso mar delante, y detrás ese espacio interminable de montañas, mesetas y desierto que llamaban el interior, y, entre ambos, el peligro permanente del que nadie hablaba porque parecía natural, pero que Jacques percibía cuando, en la pequeña finca de Birmandreis, con sus habitaciones abovedadas y sus paredes encaladas, la tía recorría los cuartos en el momento de acostarse para ver si estaban bien corridos los cerrojos de los postigos de gruesa madera maciza, país donde se sentía como si allí lo hubieran arrojado, como si fuera el primer habitante o el primer conquistador, desembarcando allí donde todavía reinaba la ley de la fuerza y la justicia estaba hecha para castigar implacablemente lo que las costumbres no habían podido evitar, y alrededor aquellos hombres atrayentes e inquietantes, cercanos y alejados, con los que uno se codeaba a lo largo del día, y a veces nacía la amistad o la camaradería, pero al caer la noche se retiraban a sus casas desconocidas, donde no se entraba nunca, parapetados con sus mujeres, a las que jamás se veía, o si se las veía en la calle, no se sabía quiénes eran, con el velo cubriendo la mitad del rostro y los hermosos ojos sensuales y dulces por encima de la tela blanca, y eran tan numerosos en los barrios donde estaban concentrados, tan numerosos, que simplemente por su cantidad, aunque resignados y cansados, hacían planear una amenaza invisible que se husmeaba en el aire de las calles ciertas noches en que estallaba una pelea entre un francés y un árabe, de la misma manera que hubiera estallado entre dos franceses o entre dos árabes, pero no era recibida de la misma manera, y los árabes del barrio, con sus monos de un azul desteñido o sus chilabas miserables, se acercaban lentamente, desde todas partes, con un movimiento continuo, hasta que la masa poco a poco aglutinada expulsaba de su espesor, sin violencia, por el movimiento mismo que lo reunía, a los pocos franceses atraídos por algunos testigos de la pelea, y el francés que luchaba, retrocediendo, se encontraba de pronto frente a su adversario y a una multitud de rostros sombríos y cerrados que le hubieran despojado de todo su coraje si justamente no se hubiese criado en ese país y no supiera que sólo el coraje permitía vivir en él, y entonces hacía frente a esa multitud amenazadora y que, no obstante, no amenazaba a nadie salvo con su presencia, y el movimiento que no podía evitar, y la mayor parte del tiempo eran ellos los que sujetaban al árabe que luchaba con furia y embriaguez, para que se marchase antes de que llegaran los guardias, que se presentaban al poco de llamarlos, y se llevaban sin discusión a los adversarios, que pasaban maltrechos bajo las ventanas de Jacques, rumbo a la comisaría


    36. En cuanto saqué la espada el murmullo aumentó, y la turba se apretó a mi alrededor


    37. Lo rodeó una turba enfurecida cuando iba a echar pie a tierra en el patio de la casa de postas y muchas voces gritaron:


    38. En estos balcones, trescientos mil espectadores romanos, italianos, extranjeros venidos de las cuatro partes del mundo; reunidas todas las aristocracias de nacimiento, de dinero, de talento; mujeres encantadoras, que sufriendo la influencia de aquel espectáculo se inclinan sobre los balcones y fuera de las ventanas, hacen llover sobre los carruajes que pasan una granizada de confites, que se les devuelve con ramilletes; el aire se vuelve enrarecido por los dulces que descienden y las flores que suben; y sobre el pavimento de las calles una turba gozosa, incesante, loca, con trajes variados, gigantescas coliflores que se pasean, cabezas de búfalo que mugen sobre cuerpos de hombres, perros que parecen andar con las patas delanteras, en medio de todo esto una máscara que se levanta; y en esa tentación de San Antonio soñada por Cattot, algún Asfarteo que ve un rostro encantador a quien quiere seguir, y del cual se ve separado por especies de demonios semejantes a los que se ven en sueños, y tendrá una débil idea de lo que es el Carnaval en Roma


    39. En medio de esa turba marchaban los "begs" de Kitab y de Schaar caballeros en cándidos bridones y seguidos de un brillante estado mayor


    40. La turba islámica estaba violando la inmunidad diplomática y profiriendo amenazas de muerte contra civiles, pese a que la respuesta de Su Santidad el Papa y del arzobispo de Canterbury fue la de condenar… ¡las caricaturas! En mi profesión hubo cierta prisa por ver quién se sometía antes, por informar sobre las imágenes en liza sin llegar a mostrarlas realmente

    41. El filibustero se había lanzado entre la furibunda turba con el sable en la diestra y la pistola en la siniestra


    42. Los granjeros le miraron con recelo cuando emergió de entre la turba, y uno dijo:


    43. Una turba de gente que pasó corriendo junto a ellos los lanzó contra las bordas


    44. Sería posible que el agente-yo flexionara los músculos de las piernas, saltara por encima de la turba sentada y repitiera el Salto del Lince de las Naciones Unidas en Miniatura, cata-pumba, a fin de decapitar a la población entera de esta comunidad religiosa


    45. Rematando el palacio, en cada esquina se alzaba un torreón con troneras que servían como defensa del edificio en caso de cualquier incidente; estaban diseñados de tal forma que unos cuantos mosquetes y en tiempos anteriores unos arqueros podían fácilmente rechazar a cualquier turba que con intenciones aviesas se acercara al edificio, ya fuere para apoderarse de él o bien para liberar a los presos que en sus mazmorras subterráneas estuvieren alojados


    46. La turba vociferante lanzaba pullas, huevos y frutas podridas a los ocupantes del carromato y comentaba a su paso las incidencias y características de cada uno de los condenados


    47. Los infelices debían morir según mandaban las leyes, no atropellados por la turba


    48. Una turba de desalmados que habían entrado a tiro hecho con esta obsesión en la cabeza, se refocilaba con las mujeres que les salían al paso, luego de asesinar a sus parientes y amigos, pues sabían que esta grave falta contra el sexto les sería exonerada en confesión al haberla cometido con mujeres judías y que lo habían hecho para desenraizar aquella maldita raza ya que los frutos, si los hubieren, que nacieran de aquellas aberrantes y bárbaras acciones, serían con seguridad nuevos cristianos, pues los judíos ya no existirían


    49. Los infortunados embajadores, que se dirigían a la sede de las Naciones Unidas, habían llegado a la calle 60 cuando tropezaron con la turba


    50. Una turba se lanzó para poder conseguir un bocado de queso














































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    turba in English

    peat

    Synonyme für "turba"

    cáfila caterva banda patulea tropel tropa populacho