1.
Julián empujó la puerta, dejando atrás el olor acre a
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sagradamente entre el polvillo de los guisantes, el maíz y el acre olor de los
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humo se metía en los ojos y el acre olor de la pólvora atravesaba la garganta
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con el acre y la esperanza entrecruzados
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largo de la margen del rio, hasta la jurisdicción exentade San Juan de Acre; y además,
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El olor acre y penetrante de la selva, cargado de
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acre como el Mar Muerto, si corrientesinferiores, tales como la
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insoportable a cuerpo en descomposición, unperfume acre y
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afición de los montañeses al acre mostoriojano[2]
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duda, con el placer acre propio de lasvoluptuosidades del
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acre fruto es del falso aprecio,
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cortijo en las que creíaaspirar el perfume acre de las dehesas, el
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al prelado con patillas que hacía temblar atoda la diócesis con su genio acre y desabrido y sus
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El aire que se respira en talguarida es acre y fétido
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parentesco, que sazonan ciertas pasionescon el acre y atractivo
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sagrada de la muerte, gritando con laboca seca por el acre vapor
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cultivado en la isla,hierba de acre olor
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Jaime experimentó en su olfato una sensación acre de
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fermentar,dándole el acre perfume de los recuerdos tristes
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vegetación que ya había muerto, subía unolor acre, un vaho de
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activo, y la leucorrea es acre ó consiste en una serosidadsanguinolenta
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acre yse complica con rubicundeces y movimientos congestivos sin gran fijeza
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sequedad y calor acre en la piel
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Como protesta de la eterna vida, en el mismo camposanto las malashierbas crecen vigorosas, extienden sus vástagos robustos por el suelo ydan un olor acre en el crepúsculo, tras de las horas de sol; pían lospájaros con algarabía estrepitosa y los gallos lanzan al aire su cacareovaliente, como un desafío
25.
Con los ojos vendados, sintió el soplo acre y cálido del desierto de Judea, luego la humedad característica y el rezumante olor de la piedra de las grutas de Qumrán
26.
Anduve lentamente durante unos quince minutos por el bosque, y en ese tiempo debí recorrer un área de aproximadamente un acre
27.
El olor acre se le había pegado a la garganta y el humo le metía picor en los ojos
28.
Un humo acre flotaba al nivel del suelo
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Arrugó la nariz al percibir el acre olor del kif
30.
Un olor acre a humedad lo envolvía todo
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impregna los tejidos del mismo zumo acre,
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con un acre sabor a nada en la garganta
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Huelo su acre sudor
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El ardiente tableteo, el arma adquiriendo vida con las breves explosiones, el olor acre a pólvora, la sangre de los enemigos de Dios y de Irán derramándose
35.
Luego se encogía de hombros, se relamía los dientes de aquel modo irritante con que durante décadas sus alumnos le hacían burla a sus espaldas, daba una palmada como signo de frustración y zascandileaba en medio del agradable olor a cuero de los cubos de libros y el aroma acre del papel de la mejor calidad
36.
Se sentía en mala posición y ello le tornaba más acre aún
37.
La estancia, majestuosa de proporciones, pero en gran abandono, estaba impregnada del olor un tanto acre de adormidera
38.
Antes de que Suzanne pudiera responder, fue interrumpida por un siseo, todos miraron hacia las bases de las esferas, un vapor surgía de los agujeros y un olor acre invadió la sala, les lloraron los ojos
39.
-Pues a mí me parece que esto no tiene nada que ver con un interrogatorio -prosiguió Suzanne-, la extraña luz intensa, el gas acre y ahora la depilación sugieren otra cosa
40.
Una capa de humo acre flotaba ahora sobre la habitación
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un acre legado por el padre
42.
El hedor acre hirió la nariz de Dedo Polvoriento mientras caminaba por el callejón donde ejercían su oficio los herreros
43.
Y es que, en efecto, la actitud dual de los templarios, unida a su doble condición de monjes y soldados, provocó una doble visión sobre ellos; el obispo de Acre, Jacques de Vitry, llegó a describirlos en esa doble faceta de la siguiente manera:
44.
Guido había logrado recuperar el mando del ejército y decidió, junto con el maestre Ridefort, que la reconquista de la ciudad de Acre sería el primer paso para reconquistar los territorios perdidos en 1187, pues su posesión era crucial para lanzar una contraofensiva contra Jerusalén
45.
La defensa se basaría en mantener la posesión de la ciudad de Acre, protegida por el mar y por un doble recinto de poderosas murallas
46.
El maestre del Temple, que sabía cuáles eran las intenciones del sultán, había intentado convencer a los defensores de Acre para llegar a un acuerdo, pero fue tachado de cobarde y de estar más preocupado de sus intereses económicos y de sus negocios con los mercaderes musulmanes que de luchar por la defensa de los Santos Lugares
47.
–La pérdida de Tierra Santa y la caída de Acre supusieron en la cristiandad un fuerte impacto; algunos la achacaron a los templarios, que no habrían sabido defender los Santos Lugares, e incluso los consideraron culpables de la derrota ante el Islam
48.
–CHIPRE (1291-1311): Perdida Acre, la sede central se trasladó a la isla de Chipre, gobernada por el linaje de los Lusignan, y allí permaneció hasta su disolución
49.
Su sede era una sala, primero junto a la mezquita de al-Aqsa en Jerusalén, luego en «el Temple» de Acre y por fin en Chipre
50.
También era el encargado de la flota y del astillero que el Temple tenía en San Juan de Acre
51.
Algo similar ocurrió en el asedio a Acre en 1291, donde, pese a que muchos pudieron haber escapado en alguno de sus navíos, murieron todos los templarios que se quedaron para defender el gran torreón donde guardaban su tesoro y donde había estado hasta entonces la casa central del Temple
52.
Hacía tiempo que corría el rumor de que los templarios poseían un fabuloso tesoro que habían trasladado desde San Juan de Acre a París cuando se vieron obligados a abandonar Tierra Santa
53.
Una crónica da cuenta de que en 1291 los templarios custodiaban en la ciudad de Acre su tesoro, pero no da la menor pista de en qué consistía:
54.
En realidad, esta reliquia es una falsificación realizada en el siglo XIV, pero que la leyenda ha convertido en un objeto de culto que los templarios trajeron de Oriente tras haber pasado por Constantinopla, Acre y Chipre; aunque hay quien atribuye precisamente a ellos la falsificación
55.
Ricardo I conquista Chipre y la vende a los templarios 1191 julio, rendición de Acre a los cruzados; se instala en Acre la casa central del Temple
56.
Las dos bolas de cinta se habían desgarrado, humeaban y despedían el olor acre de los fuegos artificiales
57.
El aire, transportado hasta ellos por un pequeño ventilador, era húmedo y acre, y con frecuencia se mezclaba con los gases de los motores diesel, de forma regular iba variando la presión desde una fuerte ráfaga que dejaba la habitación helada, salpicándolo todo con un polvo graso, hasta un suave chorro de aire caliente que les incomodaba y les sumergía en un sopor
58.
Mientras tanto, los caballos de tiro que ellos habían llevado de Acre hacía mucho que habían muerto
59.
En Acre debían de suponer que para entonces él y el fraile estarían a salvo y regresarían con la respuesta de Hulagu
60.
Si Josseran no hubiera visto mil veces aquella clase de comercio en las medinas de Acre y Tiro, tal vez habría pensado que Jutelún y el mercader de camellos llegarían a las manos en cualquier momento
61.
La habitación estaba completamente a oscuras y el acre hedor de las ropas sucias de Brill invadía la atmósfera
62.
Josseran pensó en los regalos que llevaba consigo desde Acre, la espada con incrustaciones de piedras preciosas, los rubíes, los guantes de cuero, perdidos en el ataque de Sartaq
63.
La capital es un lugar llamado Acre, cerca de Alepo, ciudad que tiene sitiada el kan Hulagu
64.
La caballería de Jutelún también había capturado al caballo de Josseran, en cuyas alforjas encontraron el tratado que Qubilay ofrecía al gran maestre del Temple en Acre
65.
—¡Escúchate hablar! Negocias con las almas de los hombres como si se tratara de un bazar, como los judíos en el mercado de Acre
66.
En realidad aún había un olor acre en el aire, de rapado
67.
«En el ambiente flotaba el humo, el polvo provocado por el hormigón hecho trizas y el sabor acre de la cordita de las bombas estalladas
68.
Un sabor acre que sentía en su boca la despertó
69.
Sólo un oleoso y acre humo permaneció, pesado, sobre la colina
70.
El olor acre del carbón encendido llenaba la habitación
71.
Un político lo comentó en cierta ocasión, con acre simplicidad: «Es cuestión de matemáticas electorales
72.
Despedía un olor acre
73.
Había un hedor acre a orina de cabra y un olor caliente y reconfortante que rezumaba a través de la piel del ganado, y luz en los músculos largos de Arab Maina y Arab Kosky
74.
El acre olor de las cabras llegaba hasta el café
75.
Al fondo del pasillo se elevaba un humo acre, de modo que caminó en dirección contraria
76.
Al fondo se elevaba un humo acre, de modo que caminó en dirección contraria
77.
Así, Kit sólo sentía de vez en cuando un olor acre, pero que se disipaba en seguida en el aire frío de la noche
78.
Meggie se negaba a traspasar de nuevo el umbral, no por el acre olor a quemado que aún brotaba por las ventanas, ni por las puertas carbonizadas, sino por los recuerdos, pues en cuanto veía la casa creía que la atacaban animales feroces
79.
De los subterráneos donde estaban encerradas las fieras subía un olor acre
80.
El pretor se aleja, arropándose en su capa, que levanta un viento cargado del olor acre de las cortezas y hierbas quemadas
81.
En ese instante, las hogueras empiezan a llamear y se extiende por encima de las legiones un humo que despide un olor acre a carne quemada
82.
Cuando san Juan de Acre cayó (1291), los templarios controlaban de hecho los mercados monetarios de toda la cristiandad
83.
Se produjo una explosión tremenda, que ensordeció a los luchadores y formó en el aire una cortina de humo acre
84.
Antes de regresar al avión recorrió una corta distancia del sendero, cuando de pronto dio con un arroyuelo y, aliado, un claro en la maleza, de aproximadamente un acre de extensión
85.
El sendero desembocaba en un pequeño claro, quizá de un acre de extensión
86.
Las fogatas de la aldea desprendían un humo acre que impedía que Tarzán captara el olor de la criatura que estaba en el tejado
87.
La muerte se deja presentir y se anuncia en el aire con un olor acre muy característico; una clase de fragancia que prevalece por encima de cualquier percepción sensorial
88.
El humo acre hacía que le llorasen los ojos—
89.
El último en cruzar las puertas fue Hediondo, el prisionero, cuya peste acre lo precedió
90.
—Has cometido un grave error, Lord Nieve —dijo al final con el tono acre de un enemigo
91.
–Has cometido un grave error, Lord Nieve -dijo al final con el tono acre de un enemigo
92.
El humo acre hacía que le llorasen los ojos-
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En los parapetos de otro cementerio, el de Gandesa, sigue firme el 37 batallón de Ametralladoras franquista, formado por andaluces que resisten bien el «calor pegajoso y sofocante, recrudecido por el olor acre de la pólvora, el humo y el polvo
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—Oye, corazón —dijo Locatelli en un tono más acre que de costumbre—, estás ofendiendo a los anfitriones
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No sabemos qué hizo en estos tres días y no hay tiempo de pedir información a San Juan de Acre
96.
Otro breve apunte afirma que un año antes de caer Jerusalén de nuevo en manos musulmanas, el sepulcro fue trasladado, con gran secreto, a San Juan de Acre, «en espera de que el Consejo tome una decisión», textualmente
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Se encontraron en una pequeña habitación mal iluminada, con un habitáculo a cada lado de los que procedía un olor acre y que rápidamente identificaron como letrinas
98.
Una humareda azul abrasadora y el acre olor de la pólvora llenaban la habitación