1.
En el atrio de la Catedral se colocó un tablado con dosel, bajo el cual se situaron Bolívar, Santander y Anzoátegui A tiempo que la multitud los aclamaba, los oficiales levantaban los sables, la tropa sus lanzas y los cañones disparaban salvas desde San Francisco, Al toque de silencio, ordenado por el clarín, siguió el discurso de don José Tiburcio Echeverría, Gobernador de la provincia de Santa Fe, y concluido éste, la joven Dolores Vargas París, una de las 20, coloco sobre la cabeza del Libertador la corona, al paso que las bandas ejecutaban himnos, las tropas presentaban armas y la multitud, estimulada con chicha y aguardiente, prorrumpía en estridentes vítores
2.
Con relación á la nuestra es como el aguardiente conrelación al vino
3.
que se pasen,guindas en aguardiente, orejones y otras mil chucherías
4.
—Los gastaría en aguardiente
5.
eso de echarse a cuestas unfardo y levantar y poner en el mostrador un barril de aguardiente
6.
La tal falla iba a acabarcon todo el aguardiente de
7.
Solo uno de loscaciques con su gente se reconoció bebia vino y aguardiente cuando
8.
dansas alegres y jocosas, estimuladas por las repetidaslibaciones de aguardiente, del cual abusan algunos
9.
quesos, el pan, la sal, la harina,el aguardiente: toda clase de gruesos tegidos indígenas de lana y dealgodon
10.
quedel aguardiente que compraban á los españoles, y su pulcú ó chicha,que hacen en su país
11.
aguardiente, que en el Janeiro se dierapor diez pesos, vale en
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—Yo, es diferente, muchacho; yo mezclo el aguardiente con vino,mientras que él lo bebía puro
13.
Borrachos de aguardiente, presas de un ataque de delirio,
14.
que, bajo los vapores del aguardiente, se deja despojar
15.
—Mi madre trejo esta mañana un cuartillo de aguardiente, y tiene labotella escondía en el jergón de la
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Fegúrese usté quedempués que la di el aguardiente con pólvora, la entró un cólico quecreí que
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trincao el aguardiente de la sartén, abrasando como estaba?¡Hombre, si esto es más que maldición de Dios!
18.
—Amén—añadió el pescador de marras, presentándose en la sala con unagran jarra de aguardiente y
19.
Cada uno de los tres huérfanos recibió otra ración igual de pan y quesoy medio vaso de aguardiente, previo
20.
Y la escanciadora del aguardiente, fingiendo una sonrisa de despreciohasta alcanzarse las orejas con
21.
marido supo lo que eras: esa tetraía el aguardiente y te vendía los cuatro trapos para comprarlo…
22.
del aguardiente debajo del delantal
23.
algo, y por lo regular los ahoga en aguardiente
24.
ya nole bastaba el vino y aguardiente que por el puerto de San Isidro letraían los
25.
Se escanció dos copas de aguardiente y se lasvertió en el
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había sacado del serón de su asno untonelillo de aguardiente y
27.
Un gañán ofreció una copa de aguardiente a Juanón, que la
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Y se interrumpíapara empinar la botella del aguardiente, pasándola después
29.
Después, el aguardiente y los años han
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es ya un puro aguardiente desde la cabeza alos pies
31.
acercado—:¿cómo ha de resistir en la mina un cuerpo que en vez de alimento, sea elque sea, tiene dentro un jarro de aguardiente amílico? Estoy convencidode que la mayor parte de las enfermedades que aquí hay son borracherascrónicas
32.
La porquería y el aguardiente laiban
33.
una copa de aguardiente, unasveces bajo la lluvia que se introducía por las rotas
34.
aguardiente, y los que se habían calentado se retiraban delcorro para ceder el puesto a
35.
—Señor Juan Claudio, el aguardiente se ha helado
36.
aguardiente, y el amo de la casa desaparecía
37.
aguardiente de caña, pero en desiguales proporciones,siendo
38.
aguardiente, por medio de lo cualconsiguen, no tan solamente el
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del aguardiente; y cuando se apimplaba, que era un día sí y
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por sus pies; no se lesolvidaría el aguardiente ni algo de
41.
cuanto les das se lo gastan en aguardiente
42.
aguardiente en la tapa del cuello, cuidando siempre de cogerlas con las puntas de los dedos para
43.
inseparablecompañera de la copa de aguardiente; y todo buen
44.
unabotija de aguardiente, cubierta de cintas y flores
45.
una copa de aguardiente queal punto dio con mi pobre cuerpo en tierra
46.
influjo del aguardiente; el rechinar de laspuertas vidrieras de los cafés, por donde salían y
47.
—¿Porqué el aguardiente? 35
48.
aguardiente, cuya fortalezafluctúa entre los 16 y 19°
49.
Este aguardiente es elresultado de la destilación del jugo del coco, llamado
50.
ladestilación de la alquitara ó alambique, del que sale el aguardiente
51.
Éste le dió la razón al borracho, y no sólo le recomendó que bebieratodos los días un poco de aguardiente, sino que le recetó una medicinahecha con ron
52.
El aguamiel de los marineros era peor que el aguardiente de los enanos
53.
Pero el alboroto de la llegada y los primeros encuentros se aplaca en torno a las toscas bateas en que los mineros traen el queso de sus cabras, los rábanos y tomates de una diminuta huerta, junto al casabe, la sal y el aguardiente que ofrecen primero -en remembranza, tal vez involuntaria, del rito secular de la sal, el pan y el vino-
54.
Cuando la enana negra Doña Casilda nos trae la tercera botella de aguardiente avellanado, Simón se ha ofrecido ya a llevarme, en su canoa, hasta donde encontré los instrumentos destinados al Curador
55.
Sobre el mantel redondo de la mesa, tazas oscuras de barro vidriado, una botella de aguardiente y un gran frutero rebosante de uvas
56.
Me desayuné con aguardiente y buñuelos en el parador
57.
Y fue a sentarse sobre las pieles, recordando en ellas el olor de aguardiente del primer centinela
58.
Para tener a los esclavos de buen humor, dispuso el capitán que se les diese doble ración y también un barril de aguardiente
59.
-¿Y un licor que se parece al aguardiente?
60.
Muchas horas más tarde un sargento, a quien yo misma había servido aguardiente de caña el día anterior en La Perla de Oriente, llegó a buscarme
61.
Cuando ya no podía más, me echaba un largo trago de aguardiente y dos aspirinas al gaznate, pero eso no me aliviaba
62.
Fue tanto el salvajismo, que se ha dicho que estaban drogados, tal como se supone que los hombres que se tomaron el morro de Arica estaban intoxicados con «chupilca del diablo», una mezcla explosiva de aguardiente y pólvora
63.
Severo del Va-lle había visto circular las cantimploras con aguardiente y pólvora, una mezcla incendiaria que dejaba las tripas en llamas, pero otorgaba un valor indomable
64.
Antes de despedirse le deseó buena suerte y le regaló sus más pre-ciadas posesiones: un paquete de tabaco y su cantimplora con los res-tos del aguardiente
65.
Fueron apare-ciendo las botellas de aguardiente y champaña, los aromáticos quesos del campo, los delicados fiambres de cerdo preparado en casa, los pa-nes y tortas envueltos en blancas servilletas de lino, pero noté que ella comía muy poco y no probaba el alcohol
66.
La familia había aumentado su riqueza comprando más terrenos de los indios por el pre-cio de unas botellas de aguardiente, hasta tener uno de los latifundios más prósperos de la región
67.
Invariablemente, el primero en aparecer después del almuerzo era Tonico Bastos, que bebía un digestivo, su aguardiente con "bitter"
68.
El "coronel" estrechaba la mano del adversario, sentándose en un cómodo sillón, pero rehusaba el licor, el aguardiente y el cigarro ofrecidos:
69.
Tomó la botella de aguardiente, llenó el vaso de vidrio grueso, el marinero alzó el brazo, saludó en sueco y lanzó adentro el contenido, luego escupió
70.
¿recuerdas que me diste aquellos puches; que con el aditamento de un cierto aguardiente de Chinchón, estaban propios para que metiera en ellos las barbas el mismo emperador del Sacro Romano Imperio?
71.
Llegó a la sazón el buen Cid Campeador repartiendo un poco de aguardiente, y nos dijo:
72.
En las tabernas los taberneros no tenían manos para tanto despacho y muy alborozados escanciaban a los franceses, pues en esto del vender y ganar dinero no hay naciones: ellos quisieran tener un Océano de aguardiente y vino, que junto con algunas pipas de linfa del Zadorra les hubiera hecho millonarios en un par de años de guerra
73.
-¡Aquí no se quieren estafermos! -aulló una voz, de la cual no se tendrá idea sino considerando de qué modo puede hablar el aguardiente
74.
por otra parte el rodar de magníficos coches; la salmodia insufrible del dormido sereno que bostezaba la horas como un reló (9) del sueño, funcionando por misterioso influjo del aguardiente; el rechinar de las puertas vidrieras de los cafés, por donde salían y entraban los patriotas; el triste agasajo de las castañeras que se abrigaban con lo que vendían tendiendo una mano helada para recibir los cuartos y otra mano caliente para dar las castañas; las singulares sombras que hacían las casas construidas sin orden, unas arrumbadas hacia atrás, las otras alargando un ángulo ruinoso sobre la vía pública; los caprichos de claridad y tinieblas que formaban las luces de aceite encendidas por el Ayuntamiento y que podían compararse a lágrimas vertidas por la noche para ensuciar su manto negro; el peregrino efecto de la escarcha en las calles empedradas, que parecían cubrirse de cristal esmerilado con reflejos tristes; el mismo efecto sobre los tejados, en cuya superficie se veía como una capa de moho esmaltada por polvo de diamante, el grandioso efecto de la helada, que en flechazos invisibles se desprendía del cielo azul ante las miradas aterradoras de la luna, la deidad funesta de Enero; la consideración del frío general hecha dentro de una caliente pañosa; el estrépito de la diligencia al entrar en la calle, barquichuelo que navegaba sobre un mar de guijarros, espantando a los perros, ahuyentando a los chiquillos y a los curiosos;
75.
Entró en Bilbao por su pie; en su casa le agasajaron sus primos, padre y tíos, que alarmados estaban ya por su demora, y el primer cuidado fue darle friegas con aguardiente en todo el cuerpo y meterle en la cama, donde sólo permaneció horas, porque su viveza era incompatible con el reposo, y no quería más que correr a enterarse de cuanto en la gloriosa villa ocurría
76.
Hay momentos en los que pienso que si mi padre no me hubiese traído a Lisboa yo sería feliz, y por ser feliz quiero decir no encontrarme tan sola con mi enfermedad como aquí, donde la adivino, la mido en el interior del cuerpo, calculo sus progresos en el hígado, en el corazón, en los riñones, me inyecto dos veces al día, si me siento mareada, en el retrete del Liceo, de modo que mis compañeras no desconfíen de nada, porque aquellas a quienes se lo conté imaginan que llevo una muerte contagiosa conmigo y tampoco a mi tía le digo nada, vuelvo del médico y ella, fingiendo que no sabe adonde he ido, Buenas noches, mi tía a la que nunca le gustó que mi padre se casase en África con una desconocida, con una mulata tal vez, sin prevenir a la familia, sin traerla primero a Portugal para someterla en Esposende a la aprobación de mis abuelos, y la única vez que vinieron se apearon sin avisar en Oporto, hicieron el resto del viaje en autobús, con mi madre en busca de Mozambique en las ventanillas, y aparecieron en casa de mis abuelos, a la hora de comer, con una maleta llena de estatuillas y de máscaras de madera, y mi abuelo, que vendía telas en un establecimiento llamado Perla del Tergal, ¿Qué es esto?, y mi abuela mientras se santiguaba Sácame de ahí la carantamaula del Demonio, Domingos, que siento la peste del infierno en casa, y era el olor de la diabetes, y mi madre a mi padre, sin hacerles caso, sin conversar con ellos, apoyada en el alféizar en busca de las traineras de la isla, mi madre, intrigada con los petreles, ¿Qué aves son ésas, Domingos?, y mi abuelo, cogiendo una jirafa de marfil, Fíjate en el bicho, Orquídea, ¿en el sitio donde vivís hay elefantes?, y mi padre Son petreles, devoran barcos hasta no dejar ninguna espuma detrás de las hélices, y mi abuela, agarrada al rosario, Huele a infierno, ya os he dicho que huele a infierno, que huele a las flores de los muertos, pásame el chal que voy a buscar al párroco, y mi abuelo, sirviéndose aguardiente, Daría diez metros de franela por toparme con elefantes al galope en el bosque, y mi tía ¿E hipopótamos, Domingos, qué es lo que hacen con los hipopótamos?, y mi padre A los petreles no les escapan ni la niebla ni el viento, devoran lo que pueden, hasta un cine ambulante que anduvo por allí se les sumió en el estómago, ¿no es verdad, Orquídea, no es verdad que no se volvió a saber nada del que manejaba el proyector?, y mi tía El cine se fue a Póvoa, Domingos, ¿dónde se han visto petreles que se lancen a picotear películas?, y mi abuelo, repitiendo el aguardiente, Sólo vi uno en el calendario de la taberna, y mi padre No picotean películas pero picotearon a tu amigo el que vendía las entradas, el que no volvió a tirarte los tejos, y mi abuelo ¿Qué?, y mi padre Que responda Orquídea, que Orquídea te hable de los sauces llorones, y mi tía Mentiroso, ojalá se te paralicen las piernas, mentiroso, y mi abuelo ¿De los sauces llorones, grosera?, y mi madre Petreles, dices tú, ¿es petreles como los llaman, Domingos?, y mi tía Yo qué sé, padre, es invención de Domingos, los aires de Mozambique le han secado la mollera, y mi padre a mi abuelo ¿No quiere venir a volar conmigo bajo la tierra?, y el párroco, atareado en bendecir el baúl y los rincones de la tienda, y cubriendo a mi madre con un crucifijo enorme, Realmente huele a infierno y a las flores de Satanás, pero no es de las estatuas sino de esa pecadora, y mi abuelo a mi padre ¿Tú vuelas bajo la tierra, muchacho?, y mi abuela a mi padre Ay has traído al demonio contigo, Domingos, y el cura, echándole agua bendita a mi madre, En nombre de Jesucristo vade retro, emperador de las tinieblas, te ordeno que liberes a tu sierva y regreses a tu reino, y mi abuela ¿Y si ella pare un hombre lobo?, ¿eh?, y mi padre a mi abuelo He volado en la mina de Johannesburgo, padre, si usted tiene un pico y quiere probar yo le enseño, abrimos un hoyo en el suelo y listo, y el cura Vade retro, y mi madre Devoran barcos pero ahora andan por encima de nosotros piando, en una de ésas nos meten en el buche, y mi abuela, lanzando cocodrilos y guacamayos de madera por la ventana, Un bebé oscuro, lleno de pelos, qué horror, un bebé que salta de la cuna para galopar por la casa, hace años, venía yo en el tren de Lamego, descubrí dos a lo lejos, a carcajadas en un pinar, el cura sujetó a mi madre por el brazo, Vade retro, y mi padre Alto ahí, no sea fresco, suéltele la mano a mi mujer, y mi abuelo Pico no tengo, ¿no sirve un rastrillo, hijo?, y mi tía Yo no me acosté con ningún hombre sobre la lona después de los espectáculos, yo no quise perder lo que sólo se sabe que se tiene cuando se pierde, lo que sólo es importante cuando deja de ser, porque cuando se tenía no existía y lo que yo tenía quedó en la arena de Esposende y es parte de las mareas y de los arbustos de la playa, y mi madre Yo no pretendo acabar a gritos, como las aves, por encima de esta casa, y mi padre al cura Si vuelve a tocarla le rompo la cara, vaya a echar su agua a otra parte, y mi abuela ¿Y el incienso, señor párroco?, si ha traído el botafumeiro échele unos humos a ella y listo, y mi abuelo Quien dice rastrillo dice cualquier cosa que agujeree, una pala, una hoz, unas tijeras, ¿lo que hay que hacer es cavar un foso, no?, y mi tía Nunca lo he visto con la cabeza descubierta, nunca lo he visto desnudo, pero me falta su aliento en los oídos, me faltan sus dedos, me falta la paz de después y el mar que bate en mis huesos en los peñascos y yo no quería, padre, yo no quería, yo quería y no quería, yo quería, yo no quería querer y quería, yo fui a Póvoa a visitarlo y el acomodador Hay aquí una moza que te busca, Claudino, y él al empleado Yo a ésa no la he visto en mi vida, dile que es un error, hombre, y el acomodador a mí Él no la ha visto en su vida, y yo sin el valor de hablar, yo sujetándome las horquillas del pelo sin darme cuenta de que me sujetaba las horquillas del pelo, y el cura, salpicando con agua bendita a mi padre, Yo no he tocado a su esposa, señor, he venido a exorcizar al Príncipe del Mal, y mi abuelo, a martillazos en la tarima, ¿Es necesario ir muy abajo para volar, Domingos?, y mi tía Pero me quedé hasta el final de la película, y cuando las personas salieron y el acomodador apagó las luces allí dentro, cerró la puerta con candado, puso cerrojo a la taquilla y desapareció por las calles de la ciudad, cuando el dueño del cine bajó los escalones desde la cabina allí estaba yo, a que era un error, a que él no me vio nunca en su vida, mirándolo, sin reproches, sin pegarle, sin llorar, mirándolo, y él ¿Qué pasa?, y yo, Sólo quería que me devolvieses lo que me quitaste en Esposende para poder irme, y mi madre, acostumbrada a los cocoteros de la playa, Los petreles se comieron las traineras, qué pena, y mi padre a mi abuelo, Con unos diez o quince metros alcanza que después cogemos el ascensor de la mina, y el viejo a mí, en la cervecería de los camioneros que recobraban fuerzas para el Alentejo, pedía, sonándose, otra infusión de limón, posaba su palma sobre la mía, la retiraba, la posaba otra vez, el viejo componiéndose sus pocos pelos con la mano libre, La señorita aún no ha respondido a mi pregunta, al fin y al cabo ¿se casa conmigo o qué?
77.
Fue tal el desatino de ésta, que se propinó una toma de fósforos en aguardiente, porque el galán había faltado a una cita que le dio en la iglesia de la Encarnación
78.
Habían dispuesto los ayudantes, sobre una mesa de despintado pino, agua, refrescos y aguardiente de Chinchón
79.
En Febrero del 49 fue a Játiva Diego Ansúrez a negociar cambalache de aguardiente anisado por pieles y arroz (que así el menudo comercio cambiaba las especies, empleando el dinero tan sólo para las diferencias)
80.
La Junta Suprema limitaba a los asociados el uso del vino, y prohibía en absoluto el aguardiente
81.
Requirieron la Jumos y Gamoneda el aguardiente blanco, que por añeja costumbre era [15] la reparación más eficaz y consoladora en sus maduros años
82.
En el acto estalló el incendio, pues el tren iba cargado de aguardiente y otras materias combustibles
83.
Asistían los Sánchez Guinea, y se trataba de firmar la liquidación del místico francés Madonna Diolet, que tras dos meses de trámites en el Tribunal de Marina —dejando algún dinero entre las uñas codiciosas de los funcionarios judiciales— había sido declarado, al fin, buena presa con su carga de cueros, trigo y aguardiente
84.
El aguardiente, quizás
85.
—Es el aguardiente, supongo
86.
De Morgan tuviera menos de matemático, hubiera podido ser más filósofo; y puede recordarse, que las Matemáticas y los tragos de aguardiente dañan especialmente, a largo plazo"
87.
–Pues mire -replicó haciéndole una reverencia-, cuando quiera -y le dirigía una mirada suplicante- un jarrito de aguardiente -dijo finalmente-, y le daré friegas a los pies de su niña, que los tiene tiernecitos como la lengua
88.
Felicidad había tenido la precaución de poner para ellos, sobre la cómoda, una botella de aguardiente, un queso y un gran bizcocho
89.
Hasta las siete no había tren para Hamburgo, pero Koppel dijo que esperaría en el bar, tomando café y una copa de aguardiente para calentarse
90.
-«Ya estoy viendo a Manjavacas empeñando el tarro o cambiándolo por gotas de aguardiente
91.
y la voz, se le había enronquecido como la de las personas que beben aguardiente
92.
Denle un poco de agua con aguardiente»
93.
—Les ha ofrecido las tierras de los blancos y de los ladinos y acabar con el monopolio del aguardiente
94.
Quemó luego el Corregimiento, la casa parroquial, el estanco de aguardiente y la Administración de Rentas
95.
Guiados por el mayor de los bufones, jauntearon con música, fuegos artificiales, aguardiente y regalos
96.
Pedro Arreciado sabe que Romana lo espera en la estación, quizá con las personas que persiguen, pero pide un tercer aguardiente al camarero
97.
Miserables tabernas donde el viento gime a través de los cristales rotos, dejando ateridos a los hombres que, con el estómago siempre vacío, juegan a las cartas, encontrando furiosas borracheras en un sorbo de aguardiente
98.
Ya la pólvora de los disparos había enturbiado la atmósfera, como una nube blanca y espesa, y su olor áspero y excitante cual un rudo aguardiente llenaba el espacio, donde resonaban desordenadamente las detonaciones, entre los alaridos del enemigo que subía el cerro y las frases de mando de los oficiales
99.
Los niños rechazaron amablemente después de olerla el aguardiente que les ofreció para que entraran en calor