1.
encontraría el melón que habíamos colocado, en las tres habitaciones, sobre la almohada y
2.
Yo soy 23 y ya mi almohada sucia y picante siempre se vuelve suave y fragante y el calor de las mantas, refugio de mis instintos incumplidas diarias, se convierte en un cómodo premium para los miembros de mi emocionados
3.
Tiene miedo cuando pone su cabeza bajo la almohada, pero se oye un claxon de la calle, se despierta, toma una botella de whisky y se lo bebe uno, dos, tres, cuatro vasos
4.
No tiene sentido; enciende otro cigarrillo son los tres! Vueltas y vueltas la cabeza sobre la almohada, la respiración se hace forzada, jadeando en busca de aire
5.
Me siento completamente satisfecho, y el pecho en el que se encontró una almohada blanda en la cabeza, hace deliciosa relajación que otorgamos
6.
mientras acometo la almohada envilecida,
7.
Con la cabeza de la fé en la almohada
8.
Con la cabeza de la fé en la almohada,
9.
El cesante más digno de conmiseración es aquel que sólo pide unoscuantos días más de empleo para poder reclinar sobre la almohada de lasClases Pasivas una frente cargada de años, de sustos y de servicios
10.
—Piénselo bien, piénselo bien; pregúnteselo a la almohada, compañero
11.
En los doblecesdel cuerpo, las rodillas juntábanse a ratos con el pecho, y una de lasmanos servía de almohada a la nuca
12.
Esta tenía la cabeza echada hacia atrás, moviéndolasobre la almohada con cierta inquietud, y sus miradas vagaban por eltecho
13.
Tú no lodices, ¿verdad? Es que en cuanto estoy algún tiempo cerca de ti, de tique nadie ha manchado, de ti en quien nadie ha puesto los labiosimpuros, de ti en quien mido yo como la carne de todas mis ideas y comouna almohada de estrellas donde reclino, cuando nadie me ve, la cabezacansada, estas cosas extrañas, Lucía, me vienen a los labios tannaturalmente que lo falso sería no recordarlas
14.
—Tengo en mis manos la voluntad del gobierno, continuóSimoun; he empeñado y gastado sus pocas fuerzas y recursos entontas espediciones, deslumbrándole con las ganancias quepodía sisar; sus cabezas están ahora en el teatrotranquilas y [182]distraidas pensando en una noche de placeres,pero ninguna volverá á reposar sobre la almohada
15.
almohada el perfil de la lindacabeza, y se quedó Nieves dulce y
16.
Luego, al momento, encerréen una almohada de lienzo un vestido de
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los pliegues de la almohada yque, cuando en ella reclinamos la
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sin cobertores ycon una almohada que, en un apuro, podría
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almohada, abierta de par enpar, dejaba escapar la lana por las
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El día en que descansan la cabeza sobre la almohada conyugal, adviertencon una
21.
embargado deemoción, durmió con él debajo de la almohada y en la primera
22.
En seguida dejó caer la cabeza en la almohada y exclamó en
23.
Y cayó sin sentido en la almohada
24.
El lecho estaba comolo había dejado la agonía, y la almohada
25.
escondió bajo la almohada al vermeentrar, se las había prestado, según confesión
26.
tomando por almohada una rodela»
27.
altar estabanconsumidas; las renovó, y colocó una almohada en el suelo paraarrodillarse en ella,
28.
Quitó la almohada, quedándose con las rótulasapoyadas en el santo suelo; alzó los ojos,
29.
Y aun desde la almohada siguiódirigiendo a su
30.
Esa es la almohada
31.
—Aquí, en la almohada, prendido con alfiler
32.
grande, y sobretodo, el papel clavado en la almohada, a manera
33.
a la Princesa le ponen por almohada en su cuna el mejor de los códigos
34.
almohada en que reposa la cabeza del marido
35.
Una almohada sobre su rostro en la habitación del hospital hubiera servido igualmente a sus intenciones
36.
En la habitación hacía más frío que antes, así que cogí la camisa de debajo de la almohada y me la puse
37.
Sentado en un amplio sillón de su biblioteca, con una almohada detrás de la cabeza, los pies encima de un puf, y con una manta sobre las rodillas para recalcar su condición de enfermo
38.
Se reclinó en la almohada y cerró los ojos
39.
Se agitó inquieta en la almohada
40.
¿Sabe cuánto cuesta una funda de almohada? Treinta y cinco chelines
41.
Nye murmuró que no lo ponía en duda y no tardó en comprobar que la afirmación era cierta, porque se quedó dormido en cuanto apoyó la cabeza en la almohada
42.
Luego deja sobre la mesa las compras que acaba de hacer (un panecillo, algo de queso y una botella de cerveza), saca un revólver del cinto y lo oculta inmediatamente bajo la almohada
43.
era la guerra un juego que abría en la almohada heroicos sueños turbios
44.
–Tasso los mantiene apartados, aunque los dedos se les unen sobre la almohada de la pastoral
45.
Con un súbito giro, me aparto bufando de la almohada, y digo «bufando» porque suelo maldecir bastante a «esos» o «eso» que intentan echarme
46.
Un candor una blancura una almohada ignorante de las cabezas
47.
Dio media vuelta y hundió la cabeza en la almohada, deseando imperiosamente que regresara el sopor y se desvaneciera aquel sueño molesto
48.
–Será mejor que no se equivoque -dijo Chur, incorporándose en el lecho para volver la cabeza sobre la almohada y contemplar el soporte del gota a gota que los enfermeros estaban colocando junto a ella-
49.
Hasta que sus padrinos y los de von Pufendorf ajustaron los detalles del duelo, Lukavski pasaba día y noche con una pistola de repetición en el bolsillo o debajo de su almohada; la misma pistola, por lo demás, que tenía asida con la mano derecha durante la entrevista que mantuvo con von Pufendorf
50.
La condesa, acurrucada en el rincón opuesto, junto a la ventana, tenía la cabeza recostada en una almohada y parecía estar durmiendo
51.
Se pone un pedazo de pastel de boda debajo de la almohada y se sueña con el futuro esposo
52.
Un momento después oprimía el botón del timbre que tenía debajo de la almohada y lo hizo con tal vigor que la enfermera acudió corriendo
53.
Pero yo miraba el colchón, cubierto con una funda de cutí azul, mantas revueltas y una almohada, que había en mitad del suelo
54.
Mi buen amigo Miki Shima, el ilustre doctor japonés al cual recurro ante la necesidad de curar dolencias o averiguar lo exótico, sostiene que estos modernos prostitutos de su país suelen memorizar buena parte de los singas, antiguos manuales eróticos, llamados libros de almohada, porque se guardaban en las cajas de madera lacada que las damas elegantes usaban para apoyar la nuca en la noche sin desarmar el peinado
55.
Una vez terminada la cena, ingeridas las yerbas de los médicos, insertadas las agujas del acupunturista de turno y hojeados los "libros de almohada", primorosos manuales en miniatura con explícitas ilustraciones eróticas, aparecía ante el emperador la afortunada – suponemos- esposa o concubina de esa noche
56.
La encontraron recostada en la almohada, apacible y sonriente
57.
A solas en mi cama abrazaba la almohada, rogando que me crecieran pronto los senos y me engrosaran las piernas, sin embargo nunca relacioné a Huberto Naranjo con las ilustraciones de los libros didácticos de la Señora o los comentarios de las mujeres que lograba captar
58.
Él se puso cada día más furibundo y despótico, le exigía ponme una almohada aquí, no, más arriba, tráeme vino, no, te dije que quería vino blanco, abre la ventana, ciérrala, me duele aquí, tengo hambre, tengo calor, ráscame la espalda, más abajo
59.
En las tardes frías o en las noches húmedas el dolor de los huesos aplastados en el terremoto era tan intenso, que mordía la almohada para que no se oyeran mis gemidos
60.
Las babas han puesto la funda de la almohada de color azul claro justo al lado de su cara
61.
Ayudó a Miguel a tender a la mujer en el diván que le servía de cama y le acomodó la almohada
62.
Supuso que, tal como muchas veces lo había hecho ella misma, estaban atisbando por las rendijas de las persianas y los pliegues de las cortinas, o se habían tapado la cabeza con la almohada para no saber
63.
Los sueños de los niños en piyamas negros retornaron con más intensidad y frecuencia; también soñaba con un hombre suave y oloroso a mar que me envolvía en sus brazos, desper-taba aferrada a la almohada deseando con desesperación que alguien me besara como Severo del Valle había besado a su mujer
64.
Entonces volvió a reparar en el coloso que, alzándose del escabel y tomándolo suavemente por los sobacos, le incorporó con la facilidad de quien recoge un palillo del suelo; y tras colocarle una almohada en la espalda, sin nada decir, se acercó a la marmita que hervía sobre el fuego y, tomando con un cucharón una generosa ración del humeante caldo, lo escanció en un cuenco y se lo acercó a los labios, indicándole sin hablar que bebiera lentamente
65.
Ignacio Fernández Muñoz se emocionaba al pensarlo, como si él también hallara cobijo en la sombra de esa felicidad, el bienestar elemental, una cama con sábanas y almohada en una casa caliente, sin goteras, que se había convertido en el símbolo esencial del lujo
66.
El mobiliario consistía en un somier oxidado con un colchón encima, una colcha llena de agujeros y una almohada sin funda, una minúscula mesita y una silla de paja
67.
Aquella sección del armario estaba dividida en tres repisas; la de arriba y la del centro contenían, sin orden ni concierto, sombreros, revistas italianas y extranjeras unidas por el denominador común de la pornografía, un vibrador y unas sábanas y unas fundas de almohada de repuesto
68.
Cuando sacudía la almohada llamaron
69.
Intentó gritar, pero todo lo que consiguió emitir fue un débil gemido que desapareció como en una gruesa almohada
70.
La observé con un solo ojo desde mi almohada de seda
71.
–Asa pregunta si en cuestiones de almohada pueden compararse vuestras mujeres con las nuestras
72.
–Yo… bueno… sólo he tenido una experiencia de almohada en este país… Fue…, en el pueblo…, y no lo recuerdo muy bien, pues estaba agotado por el viaje y medio dormido
73.
–Todo lo que tiene que ver con la almohada es normal -dijo ella, en tono desafiador, irritada por la falta de buenos modales y por la evidente imbecilidad del hombre
74.
Es un libro de almohada
75.
Sharazad yacía en un baño de espuma, con la cabeza reposando sobre una almohada impermeable, los ojos cerrados, y el cabello recogido con una toalla
76.
Al entrar el comandante en la habitación Azadeh había retrocedido con naturalidad y, en aquel momento, estaba sentada al borde de la cama, con la mano a sólo unas pulgadas de la almohada
77.
Alborotose el Congreso, alborotáronse más los clubs, los ministros estaban con medio palmo de boca abierta, sin saber lo que les pasaba, y mientras el Rey les destituía arrebatadamente, dábales el Congreso un voto de confianza y una pensioncita de sesenta mil reales; admirable almohada para reclinar la gloriosa cabeza después de una caída
78.
Y sin reparar más en su presencia, Califa continuó aullando bajo los golpes que resonaban en su almohada, haciéndose la ilusión de que iban a parar a su propia piel
79.
Decir cuánto agradeció Sola la fineza, fuera imposible, y si el fuerte olor de las flores no la marease un poco, habría puesto el ramo sobre la almohada
80.
Y llamó a su servidor Fairuz y le dijo: "¡Toma esta carta y ve a tal ciudad, y vuelve con la respuesta!" Y Fairuz cogió la carta, y fué a su casa, y guardó la carta debajo de la almohada, y así pasó aquella noche
81.
-Los libres -dijo el ayacucho con énfasis-, están y estarán siempre al lado de la Princesa, si a la Princesa le ponen por almohada en su cuna el mejor de los códigos
82.
Lo había dicho con toda inocencia, acompañándolo de risitas ahogadas en la almohada
83.
Guardó el enfermo bajo su almohada las cartas con intención de irlas leyendo a ratos, y no cesaba de pensar a qué habría ido a La Granja el bueno de Hillo
84.
—No estoy muerto —dijo, hundido en la almohada, sintiendo que volvían a brotarle las lágrimas—
85.
Lázaro, apenas puso la cabeza en la almohada, rompiera en ronquidos profundos
86.
Comandante Chino, como cualquier miembro de los grupos armados bolivarianos, tenía buen acceso a armas de fuego, y una y otra vez me insistía en la necesidad de portar armas, e incluso de dormir con ellas bajo la almohada
87.
Maturana reservaba en lo profundo del pensamiento sus opiniones: antes del discursillo de Ibero había reclinado su cabeza, haciendo almohada con los brazos en el respaldo de la silla, y se quedó dormidito, como una criatura a quien padres viciosos obligan a trasnochar
88.
Noches y noches de piernas que sobresalen del diván y la almohada que se me escapa de la cabeza, y de vez en cuando mi tío irrumpía en la sala anunciando el Fin del Mundo y la Resurrección de la Carne, y ordenándome que me arrodillase para pedirle al mártir Esteban que se compadeciese de mí, hasta que mi madre lo amenazaba con internarlo en la Mitra, y el apóstol se encerraba en el dormitorio, bendiciendo el universo con la palma delgadísima
89.
Le prohibí rebuscar en los cajones, tocar mis libros, leer mi diario, despegar las fotografías de cantantes y de actores de cine que recorté de las revistas, le di la almohada descosida, la que produce asma, la que suelta miraguano en la sábana, le mandaba apagar la luz, cerraba los ojos, y lo oía descalzarse y quitarse la ropa en la oscuridad semejante a los gusanos de seda que rompen el tejido de los capullos
90.
Esto hecho, la carta se pondrá debajo de su almohada
91.
Años y años de soledad entre desconocidos, sin poder ver cómo crecía la niña, sin corazón para contarle su historia a ninguna otra alma, ¡ni siquiera a mí! «Mejor», le he dicho yo, cuando ella ya no podía hablar y ha vuelto a esconder la cara en la almohada, «¡hubiese sido mil veces mejor, hija mía, que hubieses contado el secreto!» «¿Y a quién podía contárselo?» me ha dicho ella, «¿al señor, que confiaba en mí?, ¿pasados los años, a la niña, cuyo nacimiento era para mí un estigma? ¿Podría soportar la historia vergonzosa de su madre de sus propios labios? ¿Cómo se lo va a tomar ahora, tío Joseph, cuando seas tú quien se lo cuente? No olvides la vida que ha llevado, y la posición social de que ha gozado
92.
Tumbose a su vez el patriota, y al poner su cabeza en la almohada, la puso ya dormida
93.
Con estas belicosas ideas se durmió al fin el caballero de Jerusalén, abandonando su noble cabeza sobre la almohada hospederil
94.
Estaba boca arriba, desnuda, la cabeza hacia atrás sobre la almohada manchada de sangre ya seca, respirando con suavidad por la boca entreabierta
95.
Desde que en la casa contigua le cortaron el cuello a un hombre mientras dormía, guardaba un cuchillo debajo de la almohada, pero no estaba seguro de que siguiera allí
96.
Con la cabeza apoyada en la almohada, murmuré:
97.
Éstos tenían las manos atadas delante del cuerpo y les habían puesto fundas de almohada en la cabeza
98.
Antes de su ingreso en prisión, lo había intentado sumergiendo clavos de hierro en agua potable, comiendo óxido, durmiendo con pedazos de hierro bajo la cama y la almohada, y llevando tuercas, tornillos e imanes en los bolsillos de los pantalones