1.
A las doce de la noche, demolida por el cansancio y la rabia, Maruja se tomó dos pastillas del barbitúrico fulminante, y no despertó hasta las ocho de la mañana del día siguiente
2.
Cuando el barbitúrico le penetró en la vena, desapareció la ansiosa expresión de sus ojos y sus músculos empezaron a relajarse
3.
Y con el vino toman seconal, un barbitúrico, que se puede conseguir en grandes cantidades en el barrio y que además es barato: un billete o así por cinco rojitas, lo suficiente para dejar frito a cualquiera