1.
en la suya al presuntuoso Bazar delPapagayo, que está a su
2.
miraban hacia el fondo del bazar contiguo, y se iban
3.
Tienen este bazar y esta tertulia cierto color
4.
dondesiempre estuvo, tres puertas más abajo del bazar, lo
5.
inútiles en la liquidación de un bazar dejuguetes
6.
y recuerdos piadosos, que hacen deella un largo bazar
7.
habíacomprado en un bazar, le había costado seis duros y había
8.
elegante y de la que nolo era un bazar completo de bisutería
9.
,atravesamos una de las galerías del Palacio Real, y en un bazar deporcelana hemos visto un juego de
10.
gran bazar es elcomerciante, puesto en lugar del cortesano
11.
Bajo su aspecto de cancerbero bibliófilo, De Rozio poseía un terrible talón de Aquiles: una curiosidad y una propensión al cotilleo de corte académico, que relegaba a las mujeronas del bazar a la condición de simples aficionadas
12.
—Hay el fondo para Restaurar la Nave de la iglesia, y las Misiones de San Gil, y nuestro Bazar Benéfico del miércoles, y las Madres Solteras, y la Excursión de los Exploradores, y la Sociedad del Ganchillo, y la llamada del Obispo en pro de los Pescadores de Alta Mar
13.
El bazar le había fascinado
14.
Vagó al azar por el Sur, cuando salió del Bazar del Cobre, viendo las alegres mantas de colores y los cubrecamas de algodón acolchado
15.
{2} Bazar destinado a la exposición y venta de esclavos
16.
Parecía un insignificante hindú de clase media que gozaba con el espectáculo del bazar
17.
Estaban a punto de atravesar el bazar, cuando les llamó la atención un rugido ensordecedor que resonaba en un ángulo de la inmensa plaza
18.
El plan era asaltar un bazar y alzarse con todo lo que tuviese de bueno
19.
¿Acaso el tal Torretta había abierto un bazar en la comisaría? Por un instante, estuvo tentado de ir a comprobarlo, pero después pensó que, a esas alturas, le importaba un pimiento
20.
Ramsés compró un periódico inglés y siguió caminando despacio por el bullicioso bazar
21.
El calor parecía alzarse de las calles polvorientas mientras el bazar cobraba vida y se empezaban a escuchar los rebuznos de los asnos y los resoplidos de los camellos
22.
Estaba en el bazar, el sol caía a plomo y contemplaba una fila de cadáveres alineados contra un muro
23.
Más tarde, fueron a almorzar a casa de los padres de Sharazad, a la mansión Bakravan, cerca del bazar, pero sólo después de que Sharazad insistiera en que llevara puesto el chador, ya que Azadeh lo aborre-
24.
Reconoció a Yusuf, el cabecilla de los Green Band que la noche anterior fue al bazar
25.
–Pero debo decir, Excelencia, de acuerdo con nuestra Constitución y con la antigua ley del bazar qu…
26.
Pero tú, Jared Bakravan, del bazar, ¿has practicado la usura alguna vez?
27.
Aquellos bastardos me dijeron que ha sido confiscado por los Green Bands junto con todas las propiedades de Bakravan, salvo la tienda en el bazar y la casa familiar
28.
En la casa Bakravan, cerca del bazar: 7
29.
–¿No encuentras ahora difícil la vida en Teherán? – le había preguntado, ya que Meshang se había pasado todo el tiempo lamentándose de la nueva reglamentación implantada en el bazar
30.
Y en efecto, era Samarcanda al-Ajam, la propia ciudad en que ahora reina tu glorioso hermano Schahzamán, ¡oh rey del tiempo! Y al día siguiente al de su llegada el príncipe Hossein se presentó en el zoco, que en la lengua del país se llama Bazar
31.
Y aquel bazar le pareció muy hermoso
32.
Y allí nos instalamos, en torno a un barril que hacía de mesa, con una mano de carnero en vinagre, chuletas de puerco, un pan de bazar de dos cuartales y un golondrino de vino tinto de Metelín valiente como un Roldan; que, por cierto, nos recordó el de Toro
33.
No tiene mucho diálogo, pero sí una buena escena cuando varios árabes la violan en un bazar de Marraquech
34.
Pero aquel día en el bazar no hubo violencia ni se sacrificaron vidas
35.
Los camellos que Jutelún compró en el bazar de Kashgar eran distintos a las bestias que él había visto en Ultramar
36.
Colin Falconer La ruta de la seda negros y llenos de sarro, le daba el aspecto de un pordiosero del bazar de Kashgar
37.
Mientras se alejaba de los corrales, Jutelún alcanzaba a ver los toldos de telas del bazar, oía los gritos de los buhoneros, notaba el olor de las especias y de las carnes que se estaban asando
38.
—¡Escúchate hablar! Negocias con las almas de los hombres como si se tratara de un bazar, como los judíos en el mercado de Acre
39.
Bajo los toldos del bazar, las alfombras recién teñidas, secándose al sol, lanzaban llamaradas de carmesí, amarillo y azules reales
40.
Por las cunetas corría el dulce zumo de los melones y los adoquines del bazar estaban cubiertos de pieles
41.
Comprar en el bazar ananás y bananas
42.
Estaba en el bazar el otro día cuando Matthew le compró ese vestido
43.
Hicieron cálculos y después Matt salió del bazar
44.
Mientras meditaba todo eso, pasó junto al bazar de los niños y uno de ellos le recordó:
45.
La habitación parecía un bazar: los zapatos se alineaban sobre la cama, a los pies se extendían los vestidos de noche, como en un escaparate, y los frascos, cosméticos y perfumes se desplegaban en la mesita de noche
46.
Su primera parada fue en el bazar de los mercaderes y practicadores
47.
Estaban en los límites del bazar, y el camino estaba bloqueado por una muralla de gente
48.
–A nuestra izquierda -dijo el Mercedes cuando se internaba en un laberinto de calles lluviosas- está el Kapali Carsi, el Gran Bazar
49.
Con aquel tiempo lluvioso v el aire de tormenta invadiéndolo todo y vivificando todos los olores, se tenía la sensación de estar en un bazar de Bombay, en pleno monzón
50.
El Bazar se extendía en todas direcciones: un laberinto de estrechas galerías, pasillos, túneles y arcadas brillantemente iluminados, divididos y subdivididos en infinidad de minúsculos puestos de venta
51.
Iba a transcurrir mucho tiempo antes de que Inyanna volviera a ver la luz del sol de Ni-moya, puesto que debía iniciar su nueva vida de ladrona en las entrañas del Gran Bazar
52.
Durante tres días Inyanna la siguió por el Bazar y la observó atentamente mientras los ágiles dedos de ésta hurtaban artículos
53.
Vagó libremente por el Gran Bazar, a veces acompañada de cómplices, a veces sola, sirviéndose lo que le apetecía
54.
El Bazar siempre estaba atestado: la población de Ni-moya, al parecer, se acercaba a los treinta millones de habitantes, y era como si todos estuvieran constantemente en los locales comerciales
55.
Eran tres, Beyork, Hankh y Mozinhunt, y formaban parte de una amplia red de distribución de genero hurtado, una cadena de yorts que sacaban mercancías del Bazar y las introducían en canales de venta al por mayor (muchas veces el producto robado era adquirido otra vez por el mismo comerciante que había sufrido el robo)
56.
No todos los comerciantes del Gran Bazar se mostraban complacientes con el gremio de ladrones, y algunos conocían de vista a Liloyve, Athayne, Sidoun y otros miembros de la familia y les ordenaban salir de la tienda en el mismo instante que los veían
57.
Pero el joven que se llamaba Kulibhai era desconocido en el Bazar, y puesto que Inyanna elegía todos los días un sector distinto del casi infinito lugar, pasarían años antes de que las víctimas llegaran a familiarizarse con ella
58.
Cuando iban allí, Inyanna y Sidoun vestían su mejor ropa, robada en los más selectos establecimientos del Gran Bazar, que no era nada comparada con las prendas exhibidas por los aristócratas, pero sí muy superior a su vestimenta cotidiana
59.
Ninguno de esos objetos sería suyo nunca, e Inyanna lo sabía, porque un ladrón que progresara tanto como para darse esos lujos sería un peligro para la estabilidad del Gran Bazar
60.
Y a continuación, con malicia, porque había bebido otra copa de licor y notaba el efecto, añadió-: En el Gran Bazar
61.
Trabajo en el Bazar, pero no para los comerciantes
62.
Sin embargo se las arregló para mostrarse encantador con Inyanna, la trató con elegancia y seriedad y nunca hizo que se sintiera como una mujerzuela recogida por su hermano en las calles del Gran Bazar
63.
Inyanna adquirió tanta seguridad en sí misma en compañía de los grandes del reino que si alguien le hubiera dicho, «Y usted, milady, ¿cómo ha pasado los últimos meses?» se habría limitado a contestar, «Muy bien, he sido ladrona en el Gran Bazar», tal como había contestado la primera noche en la Isla de Narabal
64.
El joven sonrió, la cogió de la mano, dijo que se alegraba de que hubiera vuelto, le ofreció un vaso de vino Alhanroel que acababa de hurtar y le explicó un par de cosas que habían ocurrido en el Bazar mientras ella estaba ausente
65.
El día siguiente, después de la ronda en el Bazar, fueron juntos al Parque de Bestias Fabulosas y vieron por primera vez al finimaulo del Grayge, tan delgado que casi era invisible visto de lado
66.
Durante las primeras semanas Inyanna esperó que cualquier mañana le ordenaran prepararse para volver al Bazar, pero no fue así, y acabo olvidándose de esa posibilidad
67.
Nisa y Judas desaparecieron del bazar
68.
La sensualidad de Oriente la había atrapado como lo demuestra en esta carta enviada a su primo: «¿No te parece apaciguante para el espíritu echarse en una hamaca colgada entre dos palmeras, en un jardín persa, leyendo los poemas de Hafiz en un libro de piel extrañamente encuadernado, comprado en un bazar? Así paso las mañanas en esa ciudad
69.
Por tanto, nada más natural que los kinakuteses del presente tiendan gruesos cables de fibra óptica en todas direcciones, se conecten a todas las compañías de telecomunicaciones internacionales más importantes a su alcance, y se conviertan en un bazar digital
70.
A la mañana siguiente, se permitió el lujo de repetir los baños, y en la calle compro pan y ciruelas frescas para desayunar, mientras se encaminaba al bazar de los judíos
71.
Un avión destartalado de la Bangladesh Biman nos depositó en Cox's Bazar, antigua estación termal de los tiempos de la colonización inglesa
72.
En Cox's Bazar ya no quedaba ni un veraneante
73.
Los soldados de nuestra escolta pasaron algún tiempo en la ciudad esperando a que terminara el ramadán para regresar a Tina y gastando la gratificación que les había dado en satisfacer sus deseos después que anochecía, y cuando se iban, el odabashi vino a despedirse de los oficiales asimilados y les dijo que el gobernador egipcio y el oficial que mandaba las tropas turcas habían reñido y que, a consecuencia de esto, el oficial había retirado las tropas al oasis de Moisés, y que en el bazar corría el rumor de que el egipcio ordenaría a la tribu beduina de Beni Ataba que las atacara
74.
Hay un bazar oriental flanqueado por plantas de plástico descoloridas, cubiertas de polvo
75.
No importa si el hombre se cuenta entre los afortunados que todavía tienen un trabajo, un negocio o una parada en el bazar: debe dejar su trabajo o cerrar la tienda cada vez que el mullah llama a la oración y acudir a la mezquita, donde se controla su asistencia
76.
Se trataba de un bazar angosto y atestado en un barrio que, según Rashid, era uno de los más prósperos de Kabul
77.
En el Bazar Bonte, Emmink vendió sus aves en una atmósfera de furioso regateo, mientras Reith se mantenía a un lado y contra el viento ante los compradores Chasch Azules
78.
Reith se dirigió al bazar, donde hizo una serie de compras
79.
Quizá utilizara todo aquello para obtener tintas de distintos colores y, cuando no pude encontrarlo en las tiendas normales, encaminé mis pasos hacia el bazar del puerto, donde cualquiera que estirara una manta en el suelo y pusiera algo a la venta podía declararse mercader
80.
El bazar de Ispahán, inmenso mercado cubierto que daba a los cuatro costados de la plaza mayor, comenzaba a quedarse vacío
81.
Tras informar a Malek Shah, hizo que se propagara por las plazas y el bazar de la ciudad que se había puesto precio a la cabeza de Hasan
82.
El bazar también brillaba, relucía y fulguraba con metales preciosos, gemas y piezas de joyería
83.
A continuación nos dio un firman, un papel que nos autorizaba a comerciar en el bazar de Bagdad
84.
Guerreros mongoles armados se paseaban entre las multitudes del bazar, recordándoles que el nieto de Chinghiz, el gran kan Kubilai, apretaba aún su pesada bota sobre la ciudad
85.
Después, entre Robert Lee, uno de sus empleados y yo, metimos a Tom en el bazar de Taylor, Muebles y Ataúdes
86.
En fin, hay muchos edificios civiles y establecimientos públicos, un gran bazar, dispuesto en rotonda, donde se acumulan los productos extranjeros e indígenas
87.
Benett, la palabra no es demasiado, un escándalo! Al hablar así, Sylvius Hog paseaba a través de los almacenes, se puede decir a través del bazar del Sr
88.
En efecto, que no encuentra ¿no en este bazar? Coches de viajes, kariols por docenas, cajas de comestibles, cestas de vinos, existencias de conservas, prendas de vestir y utensilios de turistas, incluso de las guías para conducir los viajeros hasta los últimos lugares del Finmark,¡hasta Laponia, hasta el Polo Norte! ¡Y no es todo! El Sr
89.
En largas avenidas acertadamente orientadas se alinean estas tumbas, parecidas a mesas de piedra, conocidas con el nombre árabe de Mastaba (que así se llama el banco de los mercados en el barrio del bazar), alrededor de la tumba en la que el hijo del sol espera reunirse con su divino padre
90.
–¿Que no puede? ¿Y eso por qué? Bien que le ayudó usted a la señora Rode a vender en su puesto del bazar, ¿no?
91.
tragaluz en el incendio del Bazar de la Caridad… y luego las desvalijó
92.
–Tú mataste a la condesa con ayuda de un cuchillo de virola comprado en el bazar
93.
1987 – Gigamesh de fantasía por «Casa de ladrones» y «El bazar de lo extraño» (incluidos en Espadas contra la muerte)
94.
¿Qué hacer? ¿Cómo huir? ¿Por qué camino? El invasor estaba en todas partes, sus soldados de cabellos trenzados merodeaban por el bazar del Gran Cuadrado, por los barrios y los arrabales, por las inmediaciones de la Puerta Quemada, constantemente borrachos, al acecho de un rehén, de un botín, sus hordas incontroladas infestaban los campos vecinos
95.
Aglomeraciones rabiosas en torno a la fotografía difundida, algunos incidentes y el bazar cerró sus puertas
96.
Ciertos rumores, propagados por las autoridades, anunciaban que iba a caer sobre los que protestaban una represión sin precedentes, que el bazar sería abierto por la fuerza armada y abandonado al saqueo de la tropa, una amenaza que aterraba a los comerciantes desde hacía milenios
97.
Aunque apenas tenía treinta años, era ya, como heredero de su padre, uno de los comerciantes más ricos del bazar