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beso example sentences
beso
1. Más tarde, cuando el marido se fue a acostar, renegando de Dios ymaldiciendo de los hombres, ella dio un beso a cada niño, y enseguida,postrándose de rodillas ante una grosera estampa de Cristo pegada en lapared, comenzó a orar entre dientes
2. pecado manifestar cualquier expresión de alegría, de afecto, un abrazo, un beso
3. Sus esposas estaban estiradas en el sofá y de vez en cuando se acercaron a los dos hombres para conseguir algo de caricia o un beso, pensando que tal vez, lo que hicieron la noche
4. Qué dices?" Pero entonces, incluso que la gente supiera el amor, creo, que la gente ni siquiera sabía el gozo del beso y la cópula carnal, y voy a poseer no menos honor tener como socio y no sólo a la reina, pero yo también tengo otros dos compañeros y yo, que no hay mujeres que alguna vez han sido capaces de lograr, siempre solo y rechazado por todos
5. Ese beso me parece un sueño, esta mujer parece un sueño
6. Abrazo y beso entonces la mujer con el placer, como mi mano se desliza sobre su pecho
7. contemplar "el beso en la Luna"
8. les lanza un beso, embruteciendo todavía más a los marineros de
9. queriendo salir convertido en un beso con alas que se posase en
10. agregué, entusiasmado por Rosillo, y Dolores dio un beso en la
11. un beso a la señora de la camilla, que abrió los ojos sorprendida
12. Las raíces que comió durante la mañana, amargas hasta el beso, dejaron escapar el
13. Si hubieses llegado hasta aquí, sihubieses contemplado con refinada crueldad mi vergonzosa muerte, yo tejuro que al tornar a casa no serían tan serenas tus miradas como lo sonahora, ni el beso de la hija o de la esposa te sabría tan dulce
14. Beso tu nombre que en soberana ostentación,
15. Entre tu beso y el mío,
16. Presiento en tu seco beso
17. en la prisión del beso
18. por el beso de suma importancia
19. «Te voy a traer unas botas muy bonitas» le dijo la que quería ser madreadoptiva, echándole las palabras con un beso en su oído sucio
20. Lucía, como una flor que el sol encorva sobre su tallo débil cuandoesplende en todo su fuego el mediodía; que como toda naturalezasubyugadora necesitaba ser subyugada; que de un modo confuso eimpaciente, y sin aquel orden y humildad que revelan la fuerzaverdadera, amaba lo extraordinario y poderoso, y gustaba de los caballosdesalados, de los ascensos por la montaña, de las noches de tempestad yde los troncos abatidos; Lucía, que, niña aun, cuando parecía que lasobremesa de personas mayores en los gratos almuerzos de domingo debíafatigarle, olvidaba los juegos de su edad, y el coger las flores deljardín, y el ver andar en parejas por el agua clara de la fuente lospececillos de plata y de oro, y el peinar las plumas blandas de suúltimo sombrero, por escuchar, hundida en su silla, con los ojosbrillantes y abiertos, aquellas aladas palabras, grandes como águilas,que Juan reprimía siempre delante de gente extraña o común, pero dejabasalir a caudales de sus labios, como lanzas adornadas de cintas y deflores, apenas se sentía, cual pájaro perseguido en su nido caliente,entre almas buenas que le escuchaban con amor; Lucía, en quien un deseose clavaba como en los peces se clavan los anzuelos, y de tener querenunciar a algún deseo, quedaba rota y sangrando, como cuando elanzuelo se le retira queda la carne del pez; Lucía que, con suencarnizado pensamiento, había poblado el cielo que miraba, y losflorales cuyas hojas gustaba de quebrar, y las paredes de la casa en quelo escribía con lápices de colores, y el pavimento a que con los brazoscaídos sobre los de su mecedora solía quedarse mirando largamente; deaquel nombre adorado de Juan Jerez, que en todas partes por donde mirabale resplandecía, porque ella lo fijaba en todas partes con su voluntad ysu mirada como los obreros de la fábrica de Eibar, en España, embutenlos hilos de plata y de oro sobre la lámina negra del hierro esmerilado;Lucía, que cuando veía entrar a Juan, sentía resonar en su pecho unascomo arpas que tuviesen alas, y abrirse en el aire, grandes como soles,unas rosas azules, ribeteadas de negro, y cada vez que lo veía salir, letendía con desdén la mano fría, colérica de que se fuese, y no podíahablarle, porque se le llenaban de lágrimas los ojos; Lucía, en quienlas flores de la edad escondían la lava candente que como las vetas demetales preciosos en las minas le culebreaban en el pecho; Lucía, quepadecía de amarle, y le amaba irrevocablemente, y era bella a los ojosde Juan Jerez, puesto que era pura, sintió una noche, una noche de susanto, en que antes de salir para el teatro se abandonaba a suspensamientos con una mano puesta sobre el mármol del espejo, que JuanJerez, lisonjeado por aquella magnífica tristeza, daba un beso, largo yblando, en su otra mano
21. Que el cabello la sombree un poco con sus ondasnaturales; pero ¿a qué cubrir la frente, espejo donde los amantes seasoman a ver su propia alma, tabla de mármol blanco donde se firman laspromesas puras, nido de las manos lastimadas en los afanes de la vida?Cuando se padece mucho, no se desea un beso en los labios sino en lafrente
22. Dos hijaslloraban abrazadas en un rincón: la mayor, más valiente, le acariciabacon la mano los cabellos, o lo entretenía con frases zalameras, mientrasle preparaba una bebida; de pronto, desasiéndose bruscamente de lasmanos de doña Andrea, abrió don Manuel los brazos y los labios comobuscando aire; los cerró violentamente alrededor de la cabeza de doñaAndrea, a quien besó en la frente con un beso frenético; se irguió comosi quisiera levantarse, con los brazos al cielo; cayó sobre el respaldodel asiento, estremeciéndosele el cuerpo horrendamente, como cuando entormenta furiosa un barco arrebatado sacude la cadena que lo sujeta almuelle; se le llenó de sangre todo el rostro, como si en lo interior delcuerpo se le hubiese roto el vaso que la guarda y distribuye; y blanco,y sonriendo, con la mano casualmente caída sobre el mango de suguitarra, quedó muerto
23. —Y ante todo, Lucía y Sol, dense un beso
24. de un beso, se desprendía una singular y poderosa seducción
25. le había mirado nunca, los ojoshúmedos, el beso en los labios,
26. gusto, el buenBermúdez Peleches, y pagando el beso de la hija
27. beso ahora para sellar las paces, y adiós
28. Se adivinan la temperatura del beso y la calidad de la sonrisa
29. Ven a darme un beso,
30. »Por toda respuesta, imprimí un beso en su frente
31. humedecido por el beso del rocío
32. —La de expresarse dos su amor juntos y en un mismo beso
33. —Dale un beso, Amaury—dijo el doctor, acercando a los
34. Luego estampó un beso en las pálidas
35. con tratarlassecamente, y las premio con un beso
36. Por aquel beso hubiera yo subido entonces, en busca de flores, hasta lomás encumbrado de la
37. acariciarla y darle un beso, y luego que se iba el señorFernández volvía a los improperios y a las
38. Cuando me levanté y me incliné para darle un beso en la frente, vi quepor las pálidas mejillas
39. Se arrodilló y besó, con prolongado beso, la mano del conde
40. —Yo acaricio a los camellos y a los dromedarios, pero no los beso
41. Proviene del beso de Judas
42. Los novios, al separarse,cambiaron un beso tan puro y
43. Beso, la buena saçón que le dijo el tratarlabien, y acaso la besó y todo, de modo que esta vez quedó
44. el beso o el abrazo de reconciliación, forma protocolar de losarmisticios conygales?
45. Y la di un apretado beso, expresión efusiva de mi hondo cariño
46. mostrareis alpunto, y cada una dará un tierno beso en la
47. beso en la tersa y cándida frente,y a lograr él estamparle
48. un casto beso en lafrente
49. Suúltimo casto beso, el de la noche en que se despidió de
50. en la boca, sellega por las espaldas de Melisendra? Pues miren cómo la da un beso enmitad de