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    cazos example sentences

    cazos


    1. Los cazos de cinc de los soldados, laspiezas


    2. lasmozas a fregar y dejar como el oro peroles, cazos y sartenes, y un parde mozancones de la


    3. sehacían los desentendidos, limitándose a berrear, a herir cazos ysartenes con más furia


    4. batalla: cazos, almireces,cuernos de buey


    5. Sole les entregaba el hambre llenando sus cazos, y el consuelo de un chusco de pan


    6. Nannie recogió unas ollas y unos cazos y salió con ellos de la cocina, para fregarlos en alguna dependencia interior, cerrando la puerta al salir


    7. Los cientos de hombres que se afanaban cuidando las hogueras, cortando carne, cascando huevos, amasando, removiendo misteriosos líquidos en cazos de hierro colado, frotando enormes montones de sartenes y cacerolas sucias y que estaban dedicados a la ingente e interminable tarea de preparar comida para los vardenos no se detuvieron a contemplar a Eragon y a Saphira


    8. En una mesa había un mortero, con su correspondiente mano, cazos y plantas, mientras que hileras de hierbas secas colgaban de las paredes que perfumaban el aire con sus aromas campestres


    9. y yo le apreté la manga con fuerza creyendo que tal vez podríamos partir todavía y no podíamos, con qué dificultad se curvan las espaldas, con qué dificultad los brazos, con qué dificultad las piernas se mueven, en el sitio de la Estrada Militar no hay soldados marchando con un oficial y un tambor al frente, sino chabolas de negros y gitanos, de gitanos y de negros, sin una luz salvo la de los dientes y la de la baba de los perros tan enclenques como ellos, barracas con trozos de cartón, con tablas, con duelas de barricas, con maderas de andamios, mujeres descalzas calentando cazos en las piedras, niños con rostros como charcos, cieguitos, aun en septiembre un lodazal de lluvia, pobres de vosotras que habréis de entrar a la iglesia (y yo encerrada en el ataúd) y al empujar la antepuerta las llamas de los cirios se inclinarán trémulas hacia vuestro luto que dura lo que una misa y un entierro y habréis de mediros, indecisas, ¿A cuál de nosotras le tocará, Manuela?, ¿A cuál de nosotras le tocará, Luisa?, el cementerio lleno de maridos que no esperaron, que no esperan, ¿Oyes la tormenta?, no es que yo tenga miedo, tú sabes que no tengo miedo, de qué sirve tener miedo, pero habla conmigo, pero quédate ahí un rato, pero no cuelgues todavía, en Ericeira encendía la salamandra al atardecer, el viento en los pinos me aterraba, por la ventana de la sala la colina bajaba hacia las dunas y la arena brillaba, las olas me rompían los huesos en la muralla, mis sobrinos seguían en bicicleta hacia el agua que la bandera roja prohibía, había un café desierto, con grandes letras pálidas, en la cima del farallón, nadie frecuentaba aún la playa de Sao Lourenço, sólo habitada por raras gaviotas, ningún veraneante, ninguna sombrilla, ningún bañista, adolescentes lejos de sus padres saltando por las rocas, y ellas proyectando partidas de canasta, proyectando excursiones a Sicilia, a Yugoslavia, a Leningrado, a Egipto, ¿No te parece, Maria Antonia?, y yo que sí con la cabeza, imaginando un autobús de visitas que tejen por Europa, Sicilia claro, Yugoslavia claro, Leningrado claro, tiene un museo estupendo, Egipto, las pirámides, la Esfinge, y por qué no una excursión a Benfica, y por qué no una excursión a lo que fuimos, bodas, procesiones, bailes de carnaval, partidos de hockey, el lobo de Alsacia de mi padre, encerrado y soltando aullidos, en una jaula, y después de salir las visitas, con sus Sicilias y sus museos, mi sobrino, de espaldas a mí, observando el mercado nuevo, Si la tía no quiere ponerse en tratamiento de quimioterapia no se pondrá, no se preocupe, y yo a él ¿Cuánto tiempo, hijo mío?, y él, cambiando los cacharros de posición, No lo sé, y entonces lo vi sentado en la Quinta do Jacinto, bajo un nogal seco, él, que vivió en Londres, que trabajó en Londres, que tenía ocho canales de televisión y una criada española, ni de la existencia de la Quinta do Jacinto sabía, viviendas con dalias mustias en el otero de Alcántara, el borracho que irrumpía en la sala de costura asegurando Yo vuelo, la modista que lo amenazaba con la plancha y después, ya más calmada, La niña disculpe pero es por culpa de estas cosas y otras más que tengo el corazón hecho una pena, y mi sobrino, con la cartera en las rodillas, en espera de la noche para entrar en casa como yo espero el día para entrar en la muerte porque, no sabiendo gran cosa, sé que moriré de día, durante las primeras horas del día, con un vecino médico, llamado con tal urgencia que ni tiempo tuvo de peinarse, que me auscultó el corazón parado pensando que lo oía cuando lo que realmente oía era el cangilón del ascensor, y conmigo morirán los personajes de este libro al que llamarán novela, que en mi cabeza, poblada de un pavor del que no hablo, tengo escrito y que, según el orden natural de las cosas, alguien, un año cualquiera, repetirá por mí del mismo modo que Benfica se ha de repetir en estas calles y fincas sin destino, y yo, sin arrugas ni canas, cogeré la manguera y regaré, por la tarde, mi jardín, y la palmera de Correios crecerá de nuevo antes que la casa de mis padres y que el molino de zinc pidiendo viento, y mi hermana, viuda también y sin el pecho izquierdo, amputada del pecho por un cáncer, un cáncer como el mío, un cáncer, un cáncer, No es que yo tenga miedo a las tormentas, hay pararrayos por todas partes y además de qué sirve tener miedo, pero no cuelgues todavía,


    10. ¿Estuviste en la cocina todo el tiempo? Supongo que hubo muchas ollas y cazos que lavar, incluso mientras Viridovix preparaba la cena

    11. Cada legión tiene seis mil hombres, cada uno de los cuales necesita su cuenco para cereales y su jarra, además de los cazos y las fuentes de cocinar para cada tienda de diez hombres


    12. Y siguieron subiendo por el árbol, dejando atrás al malhumorado y viejo Cacharros sacando brillo a sus cazos como un loco


    13. Podéis usar las ollas y los cazos como escalones


    14. Tras ellos decenas de esclavos y esclavas que llevaban todo tipo de enseres: desde armas, corazas y escudos hasta calderos, herramientas, cazos, ánforas y pequeños muebles como sellae, mesitas y lámparas de aceite


    15. El jardín era un revoltijo de cajas y estatuas envueltas; un montón de cazos y sartenes atadas con cordel ocupaba las losas frente a la cocina, y los pasillos estaban atestados de camas, triclinios, sillas, pedestales, distintas clases de mesas y armarios


    16. En las ferreterías colgaban de la entrada ollas y cazos, palas y hoces


    17. Pero incluso esa emoción quedó en un segundo plano cuando Loreto levantó la cabeza, suspiró, apretó las mandíbulas y, con determinación, se sirvió tres cazos de sopa


    18. En el exterior, la luna se estaba elevando, fuerte y brillante, y hacía resplandecer la arena con el color de las ollas y los cazos antiguos


    19. —En el armario sólo está la loza, los cazos y tus polvos —replicó Richard con mirada escéptica


    20. El nuevo Gran Bulp, Bron I, había decidido que era hora de abandonar el lugar cuando una horda de Altos armados con cazos, baldes y escobas invadió las catacumbas

    21. Recordó cuándo los Berthelin, que por alguna razón estaban decididos a prescindir de las comodidades en su casa de campo, hervían agua en cazos, en el fogón de la cocina, para lavarse, y tenían un retrete en el exterior de la casa


    22. Al ver las cestas con frutas y verduras, y los cazos y los utensilios desperdigados por doquier, Sonea supuso que era allí donde Dorrien preparaba su comida


    23. Horace, por su parte, se metió en la cocina, donde lo aguardaban las sucias aguas del fregadero y una pila de cazos por lavar


    24. El hombre patinó y chocó contra la mesa, tirando varios cazos mohosos al suelo


    25. La Amyrlin posó la vista en Elayne y de repente se puso a hablar con voz tan alta que casi hizo rebotar los cazos y sartenes de cobre que colgaban de la pared


    26. La conversación fue casi inexistente mientras se frotaban y regaban con cazos de humeante agua la suciedad acumulada durante una semana


    27. Cestos de nabos y zanahorias seguían sin pelar y cortar en trozos, y olores dulces y picantes salían de cazos con salsas abandonados en el fuego


    28. Harry y Ron recogieron los ingredientes no usados, y fueron a lavarse las manos y a lavar los cazos en la pila de piedra que había en el rincón


    29. Después, agrega la harina, rehoga y añade 9 o 10 cazos del caldo de cocción del cardo


    30. En la cocina saltó la alacena de los cacharros y las sartenes y las ollas y los cazos chocaron entre sí

    31. Vertieron cazos de agua en la estufa


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    cazos in English