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cimitarra example sentences
cimitarra
1. Mi capitan se habia puesto delante de mí, yblandiendo la cimitarra daba la muerte á quantos á su
2. En vano losjinetes de la cimitarra dieron varias cargas para dejar un espacio librede gente en torno de Gillespie
3. cimitarra, tan odiados por el pueblo,desfilaban igualmente
4. El día fijado para la boda el novio, acompañado de sus amigos bien armados, se presenta delante de la tienda de la novia e intima con imperio a los padres su entrega, si no quieren probar el temple de su cimitarra
5. El que iba a la cabeza del pelotón se había adelantado blandiendo una descomunal cimitarra y cuando estuvo a tres o cuatro pasos de la tapera empezó a gritar:
6. El Barón se puso en pié, teniendo la cimitarra en la mano derecha y una pistola en la izquierda
7. El gran visir, luego de limpiar su cimitarra en la gualdrapa de su corcel, la envainó con frío ademán, y con el puño en dirección a Famagusta, exclamó con terrible acento, semejante al terrible retumbar del trueno:
8. Bastaría una señal para que los jenízaros, que ya habían entrado en la iglesia, se arrojaran sobre aquellas infortunadas y la mataran a golpes de yatagán y cimitarra
9. Los griegos también descargaban feroces golpes contra los turcos, anhelosos de poder resarcirse de las humillaciones padecidas, hasta que Metiub, que estaba interesado en proteger a la duquesa, se precipitó sobre ellos, haciendo silbar la cimitarra por encima de la cabeza de sus marineros
10. Cogió de la pared una cimitarra y llamó a los centinelas árabes, dándoles orden de que encendieran las mechas de sus arcabuces y se dirigieran con ella al patio
11. Estrecharon en medio a Maduri, que había empuñado una cimitarra y se lanzaron a la muralla
12. Los pescadores de perlas les persiguieron encarnizadamente, matándoles a golpes de cimitarra o a culatazos, antes de que Amali hubiera podido detenerlos
13. Los cuarenta soldados, sin preocuparse por las descargas de los enemigos, se lanzaron adelante, cimitarra en mano
14. Pero encontraron en su camino a Laos y a Ong, los cuales les hicieron frente valerosamente, recibiéndoles a golpes de cimitarra y de hacha
15. El capitán de los «Banderas Amarillas» tronchó en redondo con un golpe de cimitarra, uno de los tentáculos, después un segundo y después tercero
16. Los bosques se sucedían a los bosques, y siempre tan espesos que en muchas ocasiones tuvieron precisión los náufragos de abrirse paso a golpes de cimitarra
17. Con un golpe de cimitarra lo partió en dos, dejando al descubierto la carne blanca y delicadísima que encerraba
18. Sun-Pao había preparado prestamente el fusil mientras Ong empuñaba la cimitarra
19. Sun-Pao, con la mano izquierda tenía levantada a la Perla del Río Rojo, mientras con la derecha apoyaba en el pecho de la doncella, del lado del corazón, la punta de la cimitarra
20. Yáñez subió a cubierta con la cimitarra entre los dientes
21. –Esperad, señor, hay ocasión de recibir un pistoletazo o un tajo de cimitarra
22. Dificultosamente, pues no se sostenía muy firme sobre sus pies, salvó el umbral y entró en la habitación blandiendo impetuosamente su cimitarra
23. Cuando los primeros votantes llegaron al centro, se encontraron con unos inquietantes grafitis en las paredes del colegio electoral: un guerrero árabe con una gran cimitarra en una mano y un Corán en la otra, y una representación de Shaytan, el Demonio del Corán
24. Y que la cólera de Mustafá bajá fue tanta —había perdido seis mil hombres sólo en San Telmo, incluido el famoso corsario Dragut— que mandó crucificar en maderos los cadáveres de los caballeros, y haciéndoles una cruz en el pecho con dos tajos de cimitarra, dejó que la corriente los llevara al otro lado del puerto, donde seguían resistiendo Sanglea y San Miguel, y luego compró todos los cautivos y los hizo degollar sobre las murallas
25. Maldijo y destrabó la cimitarra que ceñía alrededor de la cintura
26. Luego, tras una breve pausa para fumar un cigarrillo, colocaba cangrejos y ostras sobre lechos de hielo picado, antes de que la luz del día diera paso a las ocupaciones repetitivas de la jornada: el ruido metálico de los caparazones al caer en el platillo de la balanza, las bolsas de papel marrón, las ostras que abría con su corta y mortífera cimitarra
27. Mientras las gentes supersticiosas de Europa seguían el imponente espectáculo con ojos de avestruz, contemplando al cometa flamear su cimitarra al aproximarse al Sol y viendo en la ígnea hoja la advertencia de los cielos de que el rey de los reyes estaba enojado con Napoleón y harto de la cruel tiranía, Gauss tuvo la satisfacción de comprobar que el cometa seguía el camino que había calculado rigurosamente hasta el último decimal
28. Ya estaban a punto de doblar por el espolón de rocas detrás del cual se abría la gruta, cuando en la cima de una retorcida higuera apareció la blanca sombra de un pirata, alzó la cimitarra y aulló la voz de alarma
29. Con una sola cimitarra empuñada -mantuvo a Centella en la vaina para evitar ser delatado por el resplandor mágico del arma-, avanzó en el más absoluto silencio y desapareció en las tinieblas
30. Sonó el ruido de las dos paradas, y Drizzt buscó con una cimitarra el hueco entre los aceros de Entreri, un hueco cerrado en el acto por la espada, que desvió con facilidad el ataque del drow
31. Una cimitarra cortó el aire y se escuchó el choque de los metales cuando Entreri levantó la espada para interceptar la trayectoria
32. La rapidez de la decisión le salvó la vida; pero, si bien Drizzt no podía desviar la cimitarra para una estocada certera, sí podía, y lo hizo, golpear con la empuñadura
33. Sólo en aquel instante Entreri comprendió que el resbalón y la cimitarra perdida eran parte de un engaño
34. Se acercó hasta el agujero oscuro del pasaje lateral con la cimitarra un poco apartada para evitar que la luz lo descubriera
35. Mientras tanto, con la otra cimitarra contenía las estocadas del segundo oponente
36. Con la otra cimitarra descargó un golpe contra el hombro izquierdo de Zak, aunque en el último momento desvió la trayectoria como hacía en los ejercicios
37. De acuerdo con el plan, Briza lanzó un hechizo paralizante sobre el goblin, que dominado por el pánico intentaba escapar de la cimitarra
38. Los dedos estaban rotos -el mago sabía que los dedos estaban rotos- y sin embargo Drizzt apareció de pronto ante sus ojos para atravesarle el pecho con la cimitarra
39. El goblin arrojó la lanza; Drizzt desenvainó una cimitarra y la detuvo en pleno vuelo
40. En un acto reflejo consiguió parar el golpe con una cimitarra
41. Se centró en el grito, y la cimitarra lanzó una estocada que destrozó los dientes del enano gris y le atravesó la cabeza
42. La respuesta de Drizzt comenzó con una cimitarra cortando el aire, seguida por el fuego en los ojos lila del drow, y acabó con una afirmación que ni siquiera el obstinado Belwar supo cómo rebatir
43. Se detuvo frente a las movedizas líneas, con la cimitarra mágica lista para atacar en cuanto su objetivo apareciese por completo
44. Las lágrimas que le empañaban los ojos empezaron a deslizarse por sus mejillas cuando encontró entre las ruinas una cimitarra, la cuchilla mágica de la que Drizzt se había apropiado en una guarida de dragón
45. –Te lo demostraré -contestó Entreri mientras se desataba la cimitarra del cinturón y se la tendía a Drizzt-
46. Drizzt observó el deslustrado acero de su cimitarra y se preguntó lo precisos que podían llegar a ser sus golpes contra las armaduras de mithril
47. El sable, la cimitarra y las dos dagas danzaban a su alrededor con mortífero frenesí, apuntando a las juntas de sus armaduras en espera de que un movimiento les proporcionara una apertura a través del metal
48. Y que la cólera de Mustafá bajá fue tanta -había perdido seis mil hombres sólo en San Telmo, incluido el famoso corsario Dragut- que mandó crucificar en maderos los cadáveres de los caballeros, y haciéndoles una cruz en el pecho con dos tajos de cimitarra, dejó que la corriente los llevara al otro lado del puerto, donde seguían resistiendo Sanglea y San Miguel, y luego compró todos los cautivos y los hizo degollar sobre las murallas
49. Otro golpe lateral de la hoja llegó enseguida, y mientras lo detenía, advirtió por el rabillo del ojo que, en el momento del contacto entre daga y cimitarra, saltaban chispas del suelo arañado por la punta de la espada
50. La cimitarra chocó con la espada del blanco y le hizo tambalearse, al tiempo que el arma saltaba fuera de su alcance