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    Use "coalición" in a sentence

    coalición example sentences

    coalición


    1. Conformaron la Coalición de Organizaciones Gays de Centroamérica (CONGA), y


    2. regional a unir esfuerzos con la Coalición de Organizaciones Gay de Centroamérica,


    3. Desde el punto de vista de las prácticas de asignación de los recursos, el conflicto por el papel del Estado, tanto hacia abajo como hacia arriba, ayudó a crear las condiciones para la amplia coalición de sectores y de actores empresariales y sociales, de izquierda, de centro e incluso de centro-derecha, que apoyaron la insurrección, el exilio de Somoza y la toma del poder por parte del FSLN


    4. Encuanto á una coalición de las grandes potencias, los Estados Unidos


    5. el júbilo de Inglaterra, el estupor de Rusia, los preparativos de la coalición, el descrédito del


    6. las causas que venían preparando una coalición entreRosas y los agentes de los


    7. grupo, al que daba Isidro el título de «gran coalición depotencias


    8. Hacia 1993, el Llamamiento Conjunto de la Ciencia y la Religión para el Medio Ambiente dio paso a la Asociación Religiosa Nacional en pro del Medio Ambiente, una coalición de comunidades católicas, judías, protestantes, ortodoxas orientales, la Iglesia negra histórica y cristianos evangélicos


    9. Así fue la ley hasta la década de los sesenta de este siglo, cuando una coalición de individuos y organizaciones, entre las que figuraba la AMA, trató de abolirla y restablecer los valores más tradicionales, que se encarnarían en el caso Roe contra Wade


    10. España se retira de la coalición

    11. Para las elecciones presidenciales de 1970 se frustró el orquestado empeño publicitario contra la coalición de la Unidad Popular, pero aquellos medios volvieron a colocarse a las órdenes de la CÍA para impedir que Allende asumiera el poder


    12. Desde el punto de vista político Cortina era hacia principios de los años ochenta un militar de fidelidad monárquica que, aunque cuatro años atrás había aceptado sin reticencias el sistema democrático, ahora pensaba como buena parte de la clase política (y a diferencia de Calderón, atado a la lealtad de Gutiérrez Mellado) que Adolfo Suárez había hecho malla democracia o la había estropeado, que el sistema había entrado en una crisis profunda que amenazaba la Corona, y que la mejor forma de sacarla de esa crisis era la formación de un gobierno de coalición o concentración o unidad en torno a un militar de las características del general Armada, a quien Cortina conocía bien y a quien además se hallaba unido a través de su hermano Antonio, que mantenía una buena amistad con el general y que había continuado su carrera política en las filas de la Alianza Popular de Manuel Fraga; desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista de su quehacer en el espionaje, nada define mejor a Cortina que la propia naturaleza de la AOME


    13. El segundo, el movimiento a favor del golpe, posiblemente empezó a fermentar en la mente de los cabecillas rebeldes no mucho después de que el Rey prohibiera la entrada de Armada en la Zarzuela, y debió de afianzarse en ella a medida que comprendieron que el Rey no iba a apoyar en principio el golpe y que en principio los capitanes generales tampoco estaban dispuestos a hacerlo; en el fondo, el movimiento no era más que una variante casi obligada del plan original del golpe: en el plan original Armada acudía al Congreso ocupado desde la Zarzuela y, con el respaldo explícito del Rey y del ejército en pleno, formaba un gobierno de coalición o concentración o unidad bajo su presidencia a cambio de la libertad de los diputados y del retorno del ejército a sus cuarteles; en esta casi obligada variante Armada acudía al Congreso con el mismo propósito, sólo que no desde la Zarzuela sino desde el Cuartel General del ejército, donde tenía su puesto de mando como segundo jefe de Estado Mayor, y con todo el respaldo explícito o implícito que fuera capaz de recabar, empezando por el respaldo del Rey


    14. Un enigma que no es un enigma, porque la verdad es otra vez lo evidente: el militar anunciado sólo podía ser el general Armada, que de acuerdo con los planes de los golpistas llegaría al Congreso desde la Zarzuela y, con la autorización del Rey y el respaldo del ejército sublevado, liberaría a los parlamentarios a cambio de que aceptasen formar un gobierno de coalición o concentración o unidad bajo su presidencia


    15. Tejero estaba contra la democracia y contra la monarquía y su golpe quería ser en lo esencial un golpe similar en el fondo al golpe que en 1936 intentó derribar la república y provocó la guerra y después el franquismo; Milans estaba contra la democracia, pero no contra la monarquía, y su golpe quería ser en lo esencial un golpe similar en la forma y en el fondo al golpe que en 1923 derribó la monarquía parlamentaria e instauró la dictadura monárquica de Primo de Rivera, es decir un pronunciamiento militar llamado a devolverle al Rey los poderes que había entregado al sancionar la Constitución y, quizá tras una fase intermedia, a desembocar en una junta militar que sirviese de sustento a la Corona; por último, Armada no estaba contra la monarquía ni (al menos de manera frontal o explícita) contra la democracia, sino sólo contra la democracia de 1981 o contra la democracia de Adolfo Suárez, y en lo esencial su golpe quería ser un golpe similar en la forma al golpe que llevó a la presidencia de la república francesa al general De Gaulle en 1958 y en el fondo a una especie de golpe palaciego que debía permitirle desempeñar con más autoridad que nunca su antiguo papel de mano derecha del Rey, convirtiéndole en presidente de un gobierno de coalición o concentración o unidad con la misión de rebajar la democracia hasta convertirla en una semidemocracia o en un sucedáneo de democracia


    16. No faltará quien elija situar el inicio de la trama en el mismo palacio de la Zarzuela, algunos meses después, el día en que Armada supo que debía abandonar la secretaría de la Casa del Rey, o, mejor aún, algunos años después, cuando el monarca empezó a favorecer con sus palabras y sus silencios las maniobras políticas contra Adolfo Suárez y cuando consideró o permitió creer que consideraba la posibilidad de sustituir el gobierno presidido por Suárez por un gobierno de coalición o concentración o unidad presidido por un militar


    17. La razón de esta promesa no debió de ser una sola: el Rey sin duda pensaba que el hecho de hallarse destinado Armada lejos de Madrid dificultaba su acceso a noticias más abundantes y exactas acerca del ejército; sin duda creía que situarlo en un lugar central de la jerarquía castrense podría ayudarle a frenar un golpe; sin duda quería tenerle cerca para poder recurrir a él en cualquier contingencia, incluida tal vez la de que presidiera un gobierno de coalición o concentración o unidad


    18. Para aquel entonces Armada sentía que todo conspiraba a su favor, y la prueba es que, sin duda aconsejado por él, días atrás Milans había vuelto a reunir a su gente o a parte de su gente en General Cabrera para asegurarle que el golpe quedaba congelado hasta nuevo aviso porque la caída del presidente del gobierno y el traslado inmediato de Armada a Madrid significaban que el golpe era innecesario y que la Operación Armada había arrancado: a la mañana siguiente de la dimisión de Suárez los periódicos se llenaron de hipótesis de gobiernos de coalición o de concentración o de unidad, los partidos políticos se ofrecían a participar en ellos o buscaban apoyos para ellos y el nombre de Armada corría de boca en boca en el pequeño Madrid del poder, promocionado por personas de su entorno como el periodista Emilio Romero, que el 31 de enero proponía al general en su columna de ABC como nuevo presidente del gobierno; tres días más tarde el Rey llamó por teléfono a Armada y le dijo que acababa de firmar el decreto de su nombramiento como segundo jefe de Estado Mayor del ejército y que preparara las maletas porque volvía a Madrid


    19. Ignoro cuál fue la reacción del Rey a las palabras de Armada; no hay que descartar que dudara, y un motivo para no descartarlo es que, aunque UCD ya había propuesto a Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor de Suárez, el Rey aún tardó once días en presentar su candidatura al Congreso: es muy improbable que en la ronda obligada de consultas con los líderes de los partidos políticos, previa a la presentación de la candidatura, se mencionase siquiera el nombre de Armada, pero en ella sin duda se habló de gobiernos de coalición o de concentración o de unidad; además de esa demora, otro motivo invita a no descartar que el Rey dudara: mucha gente y desde hacía mucho tiempo abogaba por una salida excepcional que, sin violentar en teoría la Constitución, no supusiese una aplicación automática de la Constitución, y él tenía una confianza absoluta en Armada y pudo pensar que un gobierno presidido por el general y apoyado por todos los partidos políticos calmaría al ejército, ayudaría al país a superar la crisis y fortalecería la Corona


    20. Ése fue el final de la Operación Armada, el final de la operación solamente política; a partir de aquel punto quedaba excluido que el antiguo secretario del Rey alcanzara la presidencia de un gobierno de coalición o de concentración o de unidad por el cauce parlamentario

    21. Cortina se presenta ante el teniente coronel como hombre de confianza o portavoz de Armada; le alecciona: subraya que la operación se realiza por orden del Rey con el propósito de salvar la monarquía, establece claramente que su jefe político es Armada aunque su jefe militar sea Milans, le repite el diseño general del golpe y la salida prevista para él (habla de un gobierno presidido por Armada, pero no de un gobierno de coalición o concentración o unidad), le hace preguntas técnicas sobre el modo en que piensa llevar a cabo su parte del plan, le asegura que puede contar con hombres y medios de la AOME e insiste en que el asalto debe ser incruento y discreto y en que su misión concluye en el momento en que una unidad del ejército lo releve y Armada se haga cargo del Congreso ocupado


    22. Suárez carecía de un partido propio con que acudir a los comicios, así que durante meses, agazapado, maquinando a distancia y jugando de farol con la pamema de que no iba a presentarse siquiera como candidato, aguardó a que se formase una gran coalición de partidos centristas en torno a un partido encabezado por Areilza; una vez formada la coalición, cayó en picado sobre ella y, fortalecido por la certidumbre generalizada de que la lista electoral que él encabezase con su prestigio de partero de la reforma sería la vencedora de las elecciones, colocó a los dirigentes de la nueva formación ante una disyuntiva diáfana: o Areilza o él


    23. No hizo falta que respondieran: Areilza tuvo que retirarse, él remodeló la coalición como quiso y el 3 de mayo de 1977, el mismo día en que se fundaba UCD, anunció su candidatura a las elecciones


    24. Aunque sería razonable remontar el origen de todo al mismo día en que el Rey lo nombró presidente del gobierno y, ennoblecido por el cargo, se propuso actuar como si fuera un presidente del gobierno nombrado por los ciudadanos, abriéndose a la razón política y moral de la oposición democrática, lo cierto es que su nuevo personaje no dio señales de vida hasta que, a fin de desmarcarse de la derecha, poco antes de las elecciones Suárez insistió en conceder un peso desproporcionado en UCD al pequeño partido socialdemócrata de la coalición, y hasta que, justo después -mientras en su grupo parlamentario se discutía la posibilidad de que sus diputados ocuparan el ala izquierda del hemiciclo del Congreso, simbólicamente reservada a los partidos de izquierda-, él se declaraba socialdemócrata ante su antiguo vicepresidente y le anunciaba la formación de un gobierno de centro izquierda


    25. El penúltimo día de diciembre de 1980 El País pintaba un cuadro de fin del mundo en el que el desbarajuste territorial auguraba una solución violenta; después de acusar de irresponsabilidad a todos los partidos políticos sin excepción y de reprocharles su ignorancia culpable del punto de llegada del Estado de las Autonomías, o su interesado desinterés por definirlo, concluía el editorial: «Una descomposición política menos grave que la que aquí […] se apunta llevó a Companys a sublevarse, el 6 de octubre de 1934, contra un gobierno central de coalición derechista, y a una fracción socialista a promover la desesperada intentona de Asturias»


    26. Si su único propósito hubiese sido reconquistar la presidencia, hubiera debido hacerlo: liquidado Fraga y resignados los llamados poderes fácticos a su vuelta a la política, Suárez era para casi todos el líder natural del centro derecha, y por eso el sucesor de Fraga le ofreció una y otra vez convertirse en el cartel electoral de una gran coalición capaz de derrotar a los socialistas


    27. Si no eres capaz de respetar mi posición y aceptar una división justa de las responsabilidades, como debería ser entre dos aliados, entonces opino que no eres apta para dirigir una coalición como la nuestra, y me opondré a ti en todo lo que pueda


    28. Se da en este momento la paradoja de que gobierna una coalición de partidos de centro y de izquierda (Concertación), con un presidente socialista, pero la economía es neocapitalista


    29. Los partidos de izquierda se juntaron en una coalición llamada Unidad Popular, que incluía al partido comunista


    30. Los partidos de la coalición peleaban como perros por cada morcilla de poder y Allende no sólo tenía que enfrentar la oposición de la derecha, sino también a los críticos entre sus filas, que exigían más velocidad y radicalismo

    31. Sihanouk volvió al poder como parte de una inestable coalición gubernamental en la ahora denominada Kampuchea Democrática


    32. Se formó una nueva coalición con el partido de Hun Sen, que restableció la monarquía y puso a Sihanouk en el trono


    33. Cuando finalmente se decide hacer algo al respecto, es necesaria una coalición


    34. La multitud subía y bajaba, abría alacenas, rompía tapices, volcaba sofás y sillones, creyendo encontrar tras alguno de estos muebles al objeto de su ira; violentaba las puertas a puñetazos; hacía trizas a puntapiés los biombos pintados; desahogaba su indignación en inocentes vasos de China; esparcía lujosos uniformes por el suelo, desgarraba ropas, miraba con estúpido asombro su espantosa faz en los espejos, y después los rompía; llevaba a la boca los restos de cena que existían aún calientes en la mesa del comedor; se arrojaba sobre los finos muebles para quebrarlos, escupía en los cuadros de Goya, golpeaba todo por el simple placer de descargar sus puños en alguna parte; tenía la voluptuosidad de la destrucción, el brutal instinto tan propio de los niños por la edad como de los que lo son por la ignorancia; rompía con fruición los objetos de arte, como rompe el rapaz en su despecho la cartilla que no entiende; y en esta tarea de exterminio la terrible fiera empleaba a la vez y en espantosa coalición todas sus herramientas, las manos, las patas, las garras, las uñas y los dientes, repartiendo puñetazos, patadas, coces, rasguños, dentelladas, testarazos y mordiscos


    35. Así pues, Octavio y Merula enviaron una delegación a entrevistarse con el Meneítos en el sitio de Aesernia, suplicándole que concluyese un tratado de paz con la coalición samnita y acudiese a Roma lo antes posible


    36. Innumerables jefes del ejército y personajes políticos de la coalición se derramaban por el Reino, pronunciando todo lo que encontraban por delante y estableciendo Juntas en todo lugar donde caían


    37. Granada y Almería se pronunciaban [30] sin comprometerse, no renegando del Regente mientras no viesen que era segura su perdición; otras provincias adoptaban el mismo sistema, de una cuquería y eficacia admirables; en Valencia la coalición y los moderados amotinaron al pueblo y ganaron parte de la tropa, dejando casi inerme al valiente General Zabala


    38. El correo del Sur traía, con las noticias de la declaración de guerra y el fárrago de versos patrióticos, un clamor inmenso y unánime que pedía la coalición del Perú y Chile contra el maldito godo; clamor que más bien iba buscando el convencimiento fácil del partido revolucionario que el del Gobierno del Presidente Pezet


    39. Casi todos los príncipes alemanes y los reyes de Prusia y de Dinamarca se sumaron con sus fuerzas a la coalición antiborbónica


    40. Los soldados de la coalición austro-inglesa eran perseguidos y asesinados por grupos de guerrilleros organizados de modo espontáneo, sobre todo en Castilla

    41. En las negociaciones de paz o en los planes de coalición para emprender una guerra, se recreaba en urdir trampas, fingir acuerdos, engañar a los interlocutores o desdecirse de promesas anteriores, con lo que sus adversarios iban aumentando en número


    42. La magna coalición será un hecho muy pronto»


    43. Sus últimos esfuerzos se han dirigido contra ACTMAD, una supuesta coalición de madres contra las drogas


    44. La historia bíblica hace de Codorlaomor el elemento más importante de la coalición (aunque Amrafel se mencione en primer lugar en el 14


    45. Es un himno de triunfo a la victoria sobre Sísara, y en él enumera Débora las tribus de la coalición que tomaron parte en la victoria


    46. Las turbias aguas de la izquierda volverían a su cauce con el gobierno de Juan Negrín, coalición de socialistas, comunistas y republicanos


    47. Pero mientras los Estados septentrionales estaban formando su coalición, Ozías de Judá murió, en 734 a


    48. Ozías y Jotam, que habían aprendido bien la lección sobre la potencia asiría, no quisieron unirse a la coalición, ni tampoco Ajaz


    49. 738Teglatfalasar III derrota a la coalición occidental encabezada por Judá


    50. Otro ejemplo: los nacionalistas de Coalición Canaria se olvidaron en sus cuentas de presentar una ayuda de 1 millón de euros concedida por el gobierno local y otros 831













































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    coalición in English

    coalition

    Synonyms for "coalición"

    liga unión federación confederación asociación pacto convenio