1.
Sfax ha tomado un ciervo pequeño y delgado, pero la carne sabrosa y deliciosa; Reno en cambio, un gran ciervo con cuernos, pero la carne no es tan valioso como algunos de la presa de Sfax
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En la puerta, un joven de unos veinte años, alto y delgado, de pelo largo y liso, barba, ropas raídas y una correa de guitarra
3.
" Ya, el deporte! Cuántas veces me puse a hacer uno y cuántas veces tuve que parar por mi físico masivo, cómo envidiaba a aquellos hombres que podían correr por horas y horas, y los que se pavoneaba en la playa por su físico delgado y atlético
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[108] Puente sobre el infierno, que es tan delgado como el filode una espada
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cuerpo (bello, feo, fuerte, débil, demasiado gordo, demasiado delgado) para centrar la atención en la
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Las tres se reían viendo la sorpresa y confusión de Moreno, que era unaexcelente persona, como de cuarenta y cinco años, célibe y riquísimo, deaficiones tan inglesas que se pasaba en Londres la mayor parte del año;alto, delgado y de muy mal color porque estaba muy delicado de salud
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Fortunata le encontró más delgado; la calva parecíamayor, y sus miradas tenían cierto reposo que la tranquilizó
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El problema, en principio, no es estar gordo o delgado, es cómo son las ingestas que hacemos, cuá-
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—Allí está el novio, ese joven delgado, moreno,de andar lento que las sigue y que saluda con aire protector álos tres amigos que se ríen de él
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Tome las asas del intestino delgado y traiciónelas para observar el mesenterio
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delgado lo hiláramos en el mundo, ¿adónde iríamosa parar, ni en
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pequeño y delgado y el cuerpo porencima forrado de pergamino y sin agujero, que tienen los marroquíes
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Jacinto Lemus, enque me decia haber recibido un correo del capitan de los indiossantiagueños, Mateo Delgado, quien le participaba, que por el parage quesalieron los enemigos con el robo de Chile, se veian cinco rastros, yque estos habian retrocedido: que aquellos
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distante de una estancia de la mision; se encuentra luegoun delgado arroyo que atraviesa por un
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comenzaron a hilar tan delgado enesta materia, que al fin
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de muchacho pequeño y delgado, con amplios calzones azules,abandonaba la carretilla que iba
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sujetoalto, delgado, de erizados cabellos y retorcido bigote
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Al poco rato se presentó en la sala un muchacho alto y delgado
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cuerpo delgado, siempre en movimiento, saltando sobre lasilla
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delgado, siempre en movimiento,saltando sobre la silla en sus
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lánguida y casivacilante de su cuerpo alto y delgado, o en la
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del Santo Oficio de la Inquisicion, el judaizanteJuan Pinto Delgado, autor del Poema
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feo, decolor bilioso, muy delgado, con escasos cabellos de un
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del hambre, varios chicuelos decabeza enorme y delgado cuello, siempre enfermos y sin llegar
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El príncipe era alto, delgado; representaba cuarenta y cinco
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mirada paracontemplar el delgado puente de piedra que une sus almenas y que en
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ojos al cielo, fijó su mirada en el delgado creciente de laluna, que brillaba apenas, por
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rápidamente y vieron entre losárboles á un hombre alto, delgado, que vestía largo
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el lío de ropas mojadas y malolientes una cabeza enormesobre un cuello delgado; un
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cuello delgado y débil; otras presentaban por detrás un ángulo recto,un corte radical,
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artilleros y el oficial: un individuo delgado, anchode espaldas, de largos bigotes
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Delgado ciertas anotaciones en los libros de Cuenta yrazón
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pálido y delgado, de seis años,sentado en el suelo junto a la falda de su madre cubierta de
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cerro abajo en un delgado chorro que varodeando las piedras y abriéndose paso al
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Una de las señoritas de Delgado sellevó el pañuelo a los ojos, declarando en voz
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El orador era joven, alto y delgado, con grandes ojos negros enclavadosen un rostro
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siempre a salvo, por supuesto, el espíritu poético dela señorita de Delgado) era en la
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La señorita de Delgado, secundada por sushermanas,
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penetraba el más delgado rayo deluz
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Entró en el llamado gabinete, y el señor de Ponte y Delgado se
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de Ponte Delgado,
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Delgado, a saber: la melena y el piepequeño
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Delgado contólas delicias de los veranos de Madrid en su
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Delgado que meponga los motes que quiera
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Germánponía el pie en la escalinata era alto, delgado, de
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Casimiro Delgado, que ála sazon estaba jugando con D
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soga quiebra siempre por lo más delgado, la guarnición padeciómás en este lance que
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hombre delgado y muy pequeño, que veníasoplándose las manos y traía un rollo de papel debajo
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Era delgado y enjuto, como la
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—Yo diría que el punto más delgado es justo aquí
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A los ojos de Caramon, todo cuanto hacía el alto y delgado ilusionista eran malabarismos con varias bolas de luz
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Jacques Talment era un septuagenario muy delgado, con la piel arrugada y los ojos brillantes
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Delgado y de facciones delicadas, Harcourt interpretaba a Wortimerus
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Maison-Rouge es pequeno, delgado y no tiene un pelo en la barba
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Su delgado cuello y las mejillas hundidas indicaban a todas luces un mal estado de salud, pero sus maneras eran tan efusivas como las de un escolar a punto de marcharse de vacaciones
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El Padre Isidro era un hombre increíblemente delgado
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Allí, con la rigidez de la muerte, los ojos helados y la lengua colgando, yacía un gran perro, delgado, con sus colmillos amarillos expuestos al aire en un último gesto de amenaza
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Pero en su primera experiencia del aquelarre Ana vio al Señor de la Noche en forma de un hombre alto y delgado, de cara amarilleada por el resplandor de las hogueras, de rasgos delgados y taciturnos
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La boda de Matty fue también en la iglesia de Santiago, pero con menos gente que en la de Betty Boop, unas cincuenta personas, no más, la familia tampoco estaba en uno de sus momentos más prósperos, después levantó otra vez un poco la cabeza, y la celebramos en el hotel Riazor, Shell vino ex profeso de Madrid y se dedicó a flirtear todo el tiempo con Bob, el marido de Betty Boop, que estaba más mandón y desabrido que nunca, Shell tenía que estar siempre coqueteando con alguien y siendo halagada por alguien y sabía muy bien cómo hacerlo, también estaba en la boda María Carlota, una chica que trabajaba en la oficina de información del ayuntamiento, a lo mejor era en la de turismo o eny la de relaciones públicas, no lo sé, allí había un ordenanza que se llamaba Alejo o Braulio, no recuerdo bien, era un hombre delgado, bajito y sordomudo que se había quedado así de una explosión en la guerra pero que con alaridos y gestos se entendía perfectamente con todo el mundo; Alejo tenía un solo diente, los demás se los había ido quitando con un alambre a medida que se le picaban
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En los días previos al 23 de febrero Milans había conseguido desde la jefatura de la III región militar el apoyo explícito o implícito para su causa de cinco de los capitanes generales (Merry Gordon, jefe de la II región; Elícegui, de la V; Campano, de la VII; Fernández Posse, de la VIII; Delgado, de la IX), pero cuando apenas iniciado el golpe el Rey y Fernández Campo empezaron a llamarlos uno a uno por teléfono y tuvieron que definirse, ninguno de ellos secundó con claridad a Milans
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Salvo excepciones, no hicieron ni una cosa ni la otra; salvo excepciones, su comportamiento fluctuó entre lo bochornoso y lo esperpéntico: así ocurrió por ejemplo con el general Merry Gordon, jefe de la II región, quien había prometido ponerse del lado de Milans y se pasó la tarde y la noche en la cama, postrado por una sobredosis de ginebra; o con el general Delgado, jefe de la IX región, quien improvisó su cuartel general en un restaurante de las afueras de Granada donde permaneció a resguardo de las vicisitudes del golpe y sin pronunciarse a favor o en contra hasta que más allá de la medianoche consideró que la situación se había despejado y regresó a su despacho en capitanía; o con el general Campano, jefe de la VII región, quien no paró de buscar estratagemas que le permitieran sumarse al golpe protegiéndose de una eventual acusación de golpista; o con el general González del Yerro, jefe del mando unificado de las Canarias (el equivalente a la XI región militar), quien se mostró dispuesto a colaborar en el golpe a condición de que no fuera Armada sino él quien ocupase la jefatura del gobierno resultante
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Un cuerpo extraordinariamente delgado
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Una escocesa de unos sesenta y tantos años, con una expresión agria en su rostro delgado, apareció en el portal
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Su turbante era mayor dos veces que el mayor de alguna de las otras; era cejijunta y la nariz algo chata; la boca grande, pero colorados los labios; los dientes, que tal vez los descubría, mostraban ser ralos y no bien puestos, aunque eran blancos como unas peladas almendras; traía en las manos un lienzo delgado, y entre él, a lo que pude divisar, un corazón de carne momia, según venía seco y amojamado
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Luego, el huésped se saca de la manga un estilete corto y delgado y lo clava en el bollo de pan
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Justo en ese momento la puerta se entreabrió lentamente y en el hueco apareció un hombre delgado y enjuto con unas gafas doradas
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Durante todo un periodo, un tal señor Antoine, que Ernest conocía vagamente, vendedor de pescado en el mercado, de origen maltés, bastante guapo, alto y delgado, y que usaba siempre una especie de extraño bombín oscuro, al mismo tiempo que un pañuelo de cuadros anudado al cuello, metido dentro de la camisa, visitaba regularmente la casa, al caer la tarde, antes de la cena
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Esos trámites, con el calor, lo cansaban, dormía pesadamente y llegaba al mes de septiembre delgado y nervioso
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Allí estoy, de medio cuerpo, todavía de luto por mi padre, un fino cuello blanco sin corbata, delgado, alto el perfil de expresión abstraída, y un libro abierto entre los dedos
70.
Dejé de hablar y contemplé al hombre alto y delgado
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Por la noche, cuando me despertaban sus quejidos, apartaba el delgado edredón que me cubría y le administraba masajes que la calmaban temporalmente
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—Es alto y delgado
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y a vista de pájaro es un papel delgado
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—Y como tornero —dijo Lukavski— adquirió usted una fuerza extraordinaria en las manos, fuerza por lo menos mayor que la que su constitución de hombre delgado
75.
Tampoco es su porte, delgado, de caderas estrechas, una mano despreocupadamente en el bolsillo, algo echado hacia atrás sobre los talones
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Es el tipo delgado con la voz
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Jorge Barlett era un joven delgado y larguirucho con una nuez muy saliente y una inmensa dificultad para decir lo que quería decir
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Una vez más, el superintendente actuó como un prestidigitador y sacó el largo y delgado estilete
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Susana no contestó, mientras en la mente de Jorge aparecía la imagen de un hombre joven, nervioso, delgado y de mirar receloso
80.
Avanzó el cuerpo con ansiedad, mientras su delgado cuello parecía retorcerse con anticipada satisfacción
81.
El primero en llegar fue un hombre alto y delgado, de rostro pensativo, y mientras subía los escalones, Victoria se ocultó en la esquina de la terraza
82.
Garroway era un hombre alto y delgado, de faz delgada, ascética
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Cambió algunas palabras con el maestresala, un delgado Mefistófeles, y luego fue de mesa en mesa, hablando con los parroquianos
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Cubría su cuerpo delgado con una falda y chaqueta de lana y una blusa de seda gris, y llevaba el sombrero encasquetado en su bien formada cabeza
85.
Un hombre delgado y de cierta edad estaba de pie junto al cadáver
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Un hombre tan frágil, tan delgado, tan reseco, y sin embargo, en su muerte, tanta sangre
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Él era bajito, delgado, y en su trato y en su palabra demostraba un constante, aunque muy amable, comedimiento
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Corrió un leve murmullo entre los vecinos de Warmsley Vale congregados en la sala y que retorcían sus cuellos para conseguir echar una mirada a aquel hombre alto y delgado que con cara de pocos amigos, miraba al Jurado y al presidente en actitud de desafío
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Estas plantas se elevan sobre un delgado tronco, esparciendo a su alrededor largas hojas; son tan preciosas que bastan, para alimentar, apagar la sed y vestir a los isleños cingaleses
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Eduardo Angkatell era muy alto y muy delgado
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Se consoló un poco al entrar viendo a Enriqueta sentada en un muro con Midge y un hombre alto y delgado
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La trampa tendida por los hombres del rajá consistía en una jaula, de pesada madera, cuya entrada estaba sujeta por medio de un delgado cable a la elástica rama de un tamarindo
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El agujero es estrecho; pero tú, Ong, que eres tan pequeño y tan delgado, podrás pasar
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La Operación Delgado y el Tarzán de Palomares
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Oleg Ignatiev, Conspiración contra Delgado: historia de una operación de la CIA y la PIDE, Progreso, Moscú, 1989
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Allí estaba, un delgado gajo suspendido aún a poca altura en el cielo
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Su brazo delgado se recortó contra la bruma clara de la ventana, buscando a tientas el interruptor
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Cuando conoció a Francisco Leal, Mario era un hombre de edad mediana, con nariz fina y recta fruto de una operación plástica, delgado y erguido a fuerza de dietas, ejercicios y masajes, bronceado con luz ultravioleta, impecablemente vestido con la mejor ropa inglesa e italiana, culto, refinado y famoso
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Ethlbert, un hombre delgado de mediana edad, se acercó al borde de la congregación y gritó:
100.
Regresó por fin más delgado, con la piel casi negra por la reverberación de la nieve y las manos encallecidas, loco de ansiedad