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En su desaliento, sus visitas irán espaciándose
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A partir de la toma de Cartagena, el 6 de diciembre de 1815, luego de ciento seis días de un sitio en el cual se sufrieron todos los rigores que eran de esperarse, un profundo desaliento se apodera de las pocas tropas que en el interior de la Nueva Granada se encontraron en condiciones más o menos aceptables para enfrentarse a los “pacificadores”, nombre que les dio la historia y que por lo menos resulta inexacto, si no perfectamente equivocado
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de nuevoabatido por el desaliento al abismo de la desesperación,
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Presa de un desaliento inexplicablemetí los pliegos en el sobre
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y su desesperado desaliento
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El desaliento las tuvo hasta bien entrada la noche clavadas en susasientos del salón,
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ojos, se desmayaban sus enérgicos brazos, cayendo con desaliento sobre los del sillón
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que caíanotra vez en el desaliento de la droguería de Daniel,
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que nossume en el más completo desaliento y en la más profunda de lastristezas
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El desaliento entra por un instante
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Nome sumiría en el desaliento, no huiría
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todo eso durante largas noches, enlas tinieblas, y el desaliento se
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dividida entrela esperanza y el desaliento, agotando así su
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—¿Y tú me lo preguntas?—dijo con desaliento el
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momentos de desaliento, el recuerdodel ridículo en que había
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recibiese un latigazo, paracaer de nuevo en el desaliento
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Aquella rebelión contra la ciencia producía en Sánchez grave desaliento
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La tristeza y el desaliento seapoderaron de aquel hombre
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abandonadas luego en el desaliento de una impotenciaabsoluta
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soportales, sentía inmenso desaliento, mientras miraba con
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Los meses sucesivos fueron de desaliento para el héroe
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—Digan lo que quieran—repuso Tarlein con desaliento
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dirección al camino, sacome del desaliento en que estaba y meprodujo una viva
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desaliento searroja en el banco de la izquierda, primer
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Entonces comenzó á mirar con desaliento la mezquindad de la Dársena, yla penuria de su explotación legal
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subsistía después del desaliento antetales ambiciones tan
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la voz del desaliento envenenado,
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Era un impulsivo,sin recaídas de desaliento:
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como el de un pájaro;empujándolos lo mismo al desaliento, que
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Esta decepción causó tal desaliento en los huelguistas, que
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desaliento que eranatural, de los rumores de intervención francesa, de las relacionessecretas de Fernando con Luis XVIII, y, por último, del ejército deobservación puesto por el Gobierno francés en la frontera con elpretexto de cordón sanitario
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—¡No quiere!—respondió con desaliento el padre
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de sus compañeros, pero antes de llegar al pisoinmediato se detuvo, con el desaliento
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diciendo con expresión de desaliento:
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El senadorlo declaraba con desaliento: nadie
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Y los albañiles contestaban con un gesto de desaliento
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apasionado y enérgico, en el que lacontrariedad, lejos de estimularle, le causaba desaliento, y en el queel desaliento producía la desesperación
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Estaba escondida como un delito, oculta como una pena, en el cuartitodel sobrado, recostada con fatiga y desaliento en el quicio de laventanuca
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Al principio es ungran peligro el desaliento que produce la comparación entre la propiavida y la
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Y el otro, abriendo los brazos con una expresión de desaliento, dijo:
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inoportuno aumentar con talrevelación el desaliento de su amigo
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El francés habló con desaliento
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sentimiento detristeza y desaliento sucedía a esta indignación
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La madre cayó en un gran desaliento
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Luego movía la cabezacon desaliento
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Don Pedro apoyaba con desaliento la cabeza en el cerrado puño
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murmuraba en su cerebroel desaliento
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alba,experimentaba una sensación de sorpresa y desaliento
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demarcharse, se dejó caer con desaliento en uno de los divanes
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en el diváncon un desaliento que parecía desafiar su cólera, fué
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Aprovechó Morsamor aquella retirada y el desaliento que había infundidoen la guarnición que
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El torero pasó de la acción al desaliento, quedando en una actitudhumilde y
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Sobrevinieron entonces el desaliento, el malestar, la despreocupación yuna pereza
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viva, hasta el desaliento mascompleto
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del oro: la melancolía se eleva hasta el desaliento y el disgustode la vida; el moral se
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por la apatía, laindiferencia, el desaliento
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con desaliento y mirando su obra con profunda atención, murmuró:
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su cólera y produjese el desaliento
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Hastaen su vestir percibíase la languidez y desaliento que tan a
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Lasacciones á precio de 500 pesos se tomaron, la sociedad principióá funcionar y á pesar de la abundancia del producto terruño, elproducto metálico en los balances de inspección debió ser negativo,pues á ciencia cierta sabemos solo se han repartido dividendospasivos entre los accionistas, llegando el desaliento en estos,hasta el punto que hoy no tienen precio las acciones por falta decotización y por consiguiente de demanda
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Siempre malo es el desaliento y agrava cualquier situación
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No basta combatir el desaliento, hay que llegar hasta el valor que la dificultad excita
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—Tu confianza tendrá que ser muy fuerte, amor mío, para combatir el desaliento al que habrás de enfrentarte cuando busques una manera de huir del palacio del Cid y de la ciudad de Korsar
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El imperio de la lucha de clases comportaba, paradójicamente, que los dirigentes de la clase obrera y sus aliados se olvidaran de mirarse al ombligo para defender sus propios intereses y se concentraran, en cambio, en la vocación inaccesible al desaliento de cambiar lo establecido y heredado
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El cura se encogió de hombros y los dejó caer con desaliento, exhalando un suspiro
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Desfallecí de consternación y, reclinándome en el respaldo con desaliento, cerré los ojos y procuré recuperar el ánimo
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La llegada de su columna levantó el ánimo de los guardias civiles sublevados, que empezaban a ser víctimas de la fatiga y del desaliento, conscientes de que el fracaso de la negociación entre Armada y Tejero había impedido un desenlace favorable del secuestro y de que a cada momento que pasaba era más difícil que el ejército acudiera en su auxilio; pero, además de proporcionar una momentánea dosis de moral a los rebeldes -permitiéndoles creer que por fin la Brunete se había unido al golpe y que aquel destacamento era sólo la cabeza de puente del esperado movimiento general-, tan pronto como se puso a las órdenes de Tejero Pardo Zancada se concentró en la tarea de insubordinar otras unidades: provisto de un listín telefónico de la división que se había procurado en el Cuartel General y saltando de teléfono en teléfono a medida que quienes dirigían el asedio al Congreso le cortaban las comunicaciones con el exterior hasta dejar únicamente cuatro o cinco aparatos en funcionamiento de los ochenta de que disponía el edificio, Pardo Zancada habló (desde un despacho de la planta baja del edificio nuevo, desde la centralita, desde las cabinas de prensa) con numerosos jefes de la Brunete dotados de mando en tropa; tras dar novedades a San Martín llamándole al Cuartel General, habló con el coronel Centeno Estévez, de la Brigada Mecanizada II, con el teniente coronel Fernando Pardo de Santayana, del Grupo de Artillería Antiaérea, con el coronel Pontijas, de la Brigada Acorazada XII, con el teniente coronel Santa Pau Corzán, del Regimiento de Caballería Villaviciosa 14
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y la realidad era que a aquellas alturas de la madrugada -a medida que tras la comparecencia del Rey en televisión caían en cascada las condenas al golpe de las organizaciones políticas, sindicales y profesionales, de los gobiernos autonómicos, de las alcaldías, de las diputaciones, de la prensa y de un país entero que había permanecido en silencio hasta que vislumbró el fracaso de los golpistas- el interior del Congreso empezaba a estar maduro para la capitulación, o eso era al menos lo que pensaban quienes dirigían el cerco al edificio y habían abandonado ya la idea de asaltarlo con grupos de operaciones especiales por temor a una escabechina y concluido que bastaba dejar correr el tiempo para que la falta de apoyos externos hiciese sucumbir a los secuestradores: salvo los principales líderes políticos, aislados durante toda la noche en otras dependencias del Congreso, los parlamentarios permanecían en el hemiciclo, fumando y dormitando e intercambiando en voz baja noticias contradictorias, a cada minuto que pasaba más seguros de la derrota del golpe, vigilados por guardias civiles que intentaban hacerles olvidar los ultrajes de los primeros instantes del secuestro tratándolos con mayor consideración cada vez porque cada vez estaban más desmoralizados por la evidencia de su soledad, más diezmados por el sueño, la fatiga y el desaliento, más arrepentidos de haberse embarcado o haberse dejado embarcar en aquella odisea sin salida, más asustados ante el futuro que les aguardaba y más impacientes por que todo acabase cuanto antes
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Al observarlo daba la impresión de que estuviese protegido por una especie de energía secreta que, evidentemente, había sido capaz de preservarlo del embrutecimiento y del desaliento que hubieran podido, con razón, apartarlo de su trayectoria
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Alcide debió de leer el desaliento en mi cara
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Susana se dirigió, o más bien se arrastró hacia el lóbrego cuarto de que había salido, y pudo a tientas hallar su jergón, donde se arrojó con desaliento
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Me mira con desaliento
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La palidez y el desaliento desaparecieron, y en su lugar apareció una expresión de placer—
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Se reclinó en la butaca con el rostro abatido y grave mientras movía la cabeza con desaliento
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Miró de hito en hito a lord Estair, que hizo un gesto de desaliento
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Sintió cómo dentro de ella la invadía el desaliento
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El capitán general hizo un ademán de desaliento
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El almirante hizo un gesto de desaliento, pero no tardó en recuperar todas sus energías
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Un gran desaliento parecía dominar a los esposos, a pesar de la promesa del gran almirante
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- ¡Parece que no está aquí el Corsario! -repuso el hamburgués con desaliento
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Aquí nadie se muere de hambre, porque al pisar el límite del desaliento, siempre se tiende una mano amiga, decía José Leal para explicar las ollas comunes en las que un grupo de vecinos echaba lo que cada quien podía aportar a la sopa de todos
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Durante un rato hicieron el esfuerzo de parecer festivos alabaron los refinados guisos y agradecieron las atenciones de ese noble amigo, pero pronto el desaliento se extendió como una sombra, cubriéndolos a todos
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Debíamos comenzar de nuevo, dijo, pero eso no podía ser motivo de desaliento, sino de entusiasmo para los vigorosos españoles, que jamás se daban por vencidos, y los leales yanaconas
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Nadie habría sobrevivido al desaliento si hubiera tenido tiempo de pensar en su suerte, pero no lo había, ya que desde el amanecer hasta bien entrada la noche se trabajaba
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Daba pena ver los rostros demacrados de la población, las cuencas hundidas, las manos convertidas en garras, el desaliento
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Lo había hecho en otras ocasiones, tantas que ella había perdido ya la cuenta, antes de su boda y después, siempre que percibía el más sutil síntoma de desaliento en una mujer de la que se había enamorado casi en el instante en que la conoció
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Lo soltarían a la deriva cuando los vientos y corrientes dominantes fueran favorables, durante el tiempo necesario para provocar la alarma y el desaliento previstos
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El señor Goon lanzó un gemido de desaliento
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Pero a él lo habían dejado en libertad de reunir sus impresiones y hasta este momento la principal era el desaliento, al comparar lo que el hombre había hecho en Marte hasta entonces con los problemas que aún debía afrontar
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Pero Josefina no oía, como era de esperar, y cerrando los ojos con desaliento, pareció más dispuesta a dormir que a comer
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Me sentía enfermo otra vez, mortificado por acerbos dolores; y además, la idea de que Dios me había abandonado en mi noble empresa decretando el triunfo del crimen, dábame un profundo desaliento, en virtud del cual casi empezaba a morir
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Viéndose nuevamente detenido en el camino de su ambición, se tragó sus hieles, deplorando la doblez de algunos amigos, que habían trabajado en contra suya, y empezó a sentirse minado por el desaliento y la falta de fe
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Se oyó un suspiro generalizado y cundió el desaliento entre los senadores
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Tal era el desaliento de Fago y tan aplanante su pasividad, que no hizo el menor movimiento cuando Saloma descosió con sus puercas uñas las insignias que en las mangas llevaba
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En su desaliento, pensó el capellán con seguro juicio que, pues no le salían amigos de valía por ninguna parte, era forzoso buscar el arrimo y calor de los seres humildes
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Transcurrieron muchos días sin saberse nada concreto; días de expectación, que por lo común engendran el desaliento
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Maroto se internó en Vizcaya; Espartero, fijando en Ramales su Cuartel General, dio descanso a sus tropas antes de emprender la ocupación del país vasco-navarro, contando con el desaliento del enemigo y con la descomposición y ruina de su antes poderosa unidad
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Corrieron no menos de una docena de versiones distintas, a cual más elaboradamente falsa, acerca de la invidencia del señor Frankland y de sus causas; acerca de las condiciones lamentables en que su esposa había llegado al hotel; y acerca de cómo el desaliento se había apoderado del inexperto señor Orridge después de que el galeno hubo terminado la primera exploración de la paciente
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Al Congreso fueron los dos, creyendo encontrar allí grande animación, concurrencia extraordinaria de diputados y charladores de política; mas no vieron sino contadas personas, y en ellas, como en todo el ambiente de la casa, desaliento y tristeza, con olor a miedo
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El General Infante, Presidente, ponía en duda lo del desaliento, y cuando llegó la noche dormitaba en un sillón de su despacho