1.
¿He hecho bien? ¿He hecho mal? ¿Por qué noexperimento la dulzura inefable que dejan las resoluciones honradas? Mehe vencido: mi voluntad, domando los impulsos torpes, ha preferido a lahipocresía la sinceridad
2.
Hízose todo eloficio de su entierro con gran solemnidad, con excelente música de laCapilla Real, con la dulzura, y compás, y el número de instrumentos yvoces que en tales actos, y de tanta gravedad se acostumbra
3.
La simpática actriz apareció efectivamente en la puerta, y sus grandes ytristes ojos negros que resaltaban bellamente debajo de la blanca pelucaa lo Luis XV, sonrieron con dulzura a sus fieles amigos
4.
Estas palabras fueron dichas con sencillez y dulzura
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Así, en un día, dejan de amar los hombres a la mujera quien quisieron entrañablemente, cuando un acto claro e inesperado lesrevela que en aquella alma no existen la dulzura y superioridad con quela invistió su fantasía
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santas de España con una inacabable dulzura en los sentidos y
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permitía abandonarse a la encantada dulzura de suspropios
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dulzura sobre las inquietudes y los sinsabores dela vida
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Sus ojos expresaban dulzura y seriedad
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perdido hasta la dulzura de la resignación"
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la libertad y la dulzura de la vida defamilia, el convento es un
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Un corazón todo sentimiento, todo dulzura, todo abnegación,
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La belleza del paisaje, la dulzura del clima y la tranquilidad de lapoblación, seducen a quien
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Gabriela subyugaba las almas con la dulzura de su carácter, mejor quecon su delicada y
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importante cualidad de una mujer es la dulzura, una dulzuraconstante, inalterable,
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mientras el dolor es más intenso, es la dulzura más
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loshombres; y esa dulzura, esa paciencia con que se portaban losmisioneros, á quienes sus variados
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del nuestro, pero bueno para comer, teniendo un pocode agrio con una dulzura agradable
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Pero así la dulzura de las demostraciones como el pensamiento desu
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dulzura del cariño en la memoria
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exquisitasensibilidad, la resignación, la dulzura, el sacrificio y
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suavidad de las líneas, lamisma dulzura en el ambiente, que en
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dulzura de los labios
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que más cautivó el corazón de Engracia, fue la dulzura conque
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dulzura delbienestar, la satisfacción de la vida, en aquel
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dulzura melosa enla voz y en el gesto, elevando los ojos á la
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—Quieto, ¿eh?—dijo pasando sin transición de la dulzura á la
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dulzura quecontrastaba con la huraña repulsión de poco antes,
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dulzura, su enojo en rendimiento, y suindiferencia en amor
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contento del alma, y encantado con la dulzura de su voz,que de
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Era el fin de otoño; ya las hojas estaban amarillas; una dulzura suaveerraba en el aire
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este año,son la dulzura y la humildad
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dulzura y bondad; tiene la sonrisa de los ángeles enla boca y una
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dulzura de las curvas animales, diríase quequieren engañar al
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suavidad, la dulzura, la emoción de las flores del mar
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años) de gran dulzura é inocencia, en queaparecieron sobre la
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excursión, que durante el camino de regreso,influenciado por la dulzura del atardecer, empezó á cantar mientrasmarcaba el paso, llevando sobre un hombro el árbol convertido engarrote
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yentregábase en cuerpo y alma a la sensual dulzura que subía de
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Hablaba con una dulzura infantil, y el empleado acabó por reir, lo mismoque la mujer de la
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ella, firmemente, aun cuando con dulzura y gracia, rehusómi invitación a comer,
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Después de habergozado la dulzura de la pasión más fuerte de su
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Todo era suyo; la dulzura de la
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con la misma graciaque si hiciera el trottoir en los boulevares, mezclando con dulzura
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La dulzura delrecuerdo lo embriagaba, sí, lo
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pensamiento de la Condesa:con su suavidad y dulzura, por ley
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Y lo que es en casa,con sus mimos y con su dulzura, Rafaela le hacía
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No quiero ponderar aquí la devoción, la dulzura y el incesante desvelocon que cuidé de mi D
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El clima de las islas Jónicas es de una dulzura y una regularidad sinigual
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—Amado mío—replicó con cierta dulzura la baronesa, en
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lasaturaban de una dulzura incomparable
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hacíarenacer en él su antigua dulzura, la conmiseración filosófica en queenvolvía a todos los
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Tras un largo silencio, Gabriel habló con dulzura, en vista del gestoirónico y casi agresivo del
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Alejado de la sociedad de las mujeres y sin echarlas demenos, quizá porque dentro de su casa tenía lo más grande y exquisitoque ellas pueden dar, el cariño tierno, vigilante, la dulzura en lapalabra, la abnegación en todos los momentos: dedicado en absoluto alestudio y a su
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Lasolemne dulzura del ambiente se difundía en su alma, y su sentido creíarespirar el
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hablaban, con los ojos enblanco, de la dulzura del pecado monstruoso y de la
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La suavidad, la dulzura, la elocuencia, las caricias fueron los medios,lícitos todos, que empleó
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Varmen, la mayor, que unía á sutimidez juicio y dulzura, era bien querida en
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dulzura de la música y a lagracia de los bailarines
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dulzura, labelleza de alma; por el trabajo, el amor y la amistad,
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ecuanimidad, la dulzura, laconsideración para los padecimientos
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Losregalitos fueron la fruta cuya dulzura le quitó la inocencia, y porculpa de ellos un
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netos, de una serenidad y dulzura tales, que recordaban losque Murillo supo pintar
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Lúzaro,a pesar de su dulzura, tienen bastante afición a hacer su voluntad
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la Princesauna carta llena de razón y de dulzura, en la que se
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su cesto de labor, Carlos secreía vuelto a la niñez y una sensación de exquisita dulzura
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iniciarse losdescubrimientos, que se procediese con dulzura en
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creyendo haber encontradoel ansiado estrecho, pero la dulzura
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dulzura, y desde los labios corríapor lo interior de su cuerpo y penetraba en los huesos
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de fuerza y dulzura, la llenaba de entusiasmo y deadmiración
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La calma del cielo, el frío de la indiferencia amorosa, si bien templadopor la dulzura de la
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sonriendo con dulzura a cuanto le decían
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intenso azul, el sol invernal de suave oro, y sehacía lenguas de la dulzura de la vida en
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casa lehablaba, en silencio, con la dulzura de la paz doméstica, de toda laidealidad de que era
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La dulzura de su voz, la gracia de su mirada, todo atestigua un corazón exquisito
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ondulacionesen el traje! ¡Qué suavidad de colorido! ¡Qué dulzura de sentimiento!¡Qué expresion de
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En los primeros meses los agasajos y la dulzura que emplea todo elque trata de persuadir, hicieron su
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La dulzura del Padre San Vítores y la fuerza de susconvincentes
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¿La dulzura a la que le has echado el ojo en todo el verano?-
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Es lo que decía Omer Joly de Fleury en su fulminante exposición contra el libro De l'Esprit: ¿Qué hombres serían más dichosos que los cristianos si éstos se sometieran en todo a la moral del Evangelio? Si así fuese, ¡cuánta dulzura habría en las costumbres, qué de cordialidad en las relaciones sociales, y regla, honradez y justicia en todas nuestras acciones!(L'âme ou le Système des Matérialistes soumis aux seules Lumières de la raison, por el padre ***
80.
La suavidad y la dulzura están bien para una mujer, pero no son cualidades para un hombre
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Se trataba, vistas desde la distancia, de cimas de varias alturas, algunas sobresalían apenas entre puntas más bajas, otras más escarpadas, muchas dominadas por construcciones -iglesias o grandes casas solariegas y una especie de castillos-que se enrocaban con entrometimiento desproporcionado y, en lugar de complementarse con dulzura, daban a las cimas un empujón hacia el cielo
82.
Era más bien un hombre bien parecido, en el que destacaban particularmente su color bronceado y los ojos oscuros, de rasgos casi orientales, de los que emanaba una sosegada y aplacada dulzura
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Extraño destino, sin embargo; durante casi dos años se había recluido en sí mismo, custodiando su herida siempre abierta, para descubrir después la dulzura de una presencia femenina y volver a la paternidad precisamente en el peor momento
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Y él, que había querido escapar del país sin nombre, de la multitud y de una familia sin nombre, pero en quien alguien, obstinadamente, reclamaba sin cesar la oscuridad y el anonimato, formaba parte también de la tribu, marchaba ciegamente en la noche junto al viejo médico que respiraba a su derecha, escuchando la música que llegaba a oleadas de la plaza, viendo otra vez el semblante duro e impenetrable de los árabes alrededor de los quioscos, la risa y la cara voluntariosa de Veillard, volvía a ver también con una dulzura y una pena que le encogían el corazón el rostro agónico de su madre cuando la explosión, caminando en la noche de los años por la tierra del olvido, en la que cada uno era el primer hombre, donde él mismo había tenido que criarse solo, sin padre, sin haber conocido nunca esos momentos en que el padre llama al hijo cuando éste ha llegado a la edad de escuchar, para confiarle el secreto de la familia, o una antigua pena, o la experiencia de su vida, esos momentos en que incluso el ridículo y odioso Polonio se agranda de pronto al hablar a Laertes, y él llegó a los dieciséis años, después a los veinte y nadie le habló y hubo de aprender solo, crecer solo, en fuerza, en potencia, encontrar solo su moral y su verdad, nacer por fin como hombre para después nacer otra vez en un nacimiento más duro, el que consiste en nacer para los otros, para las mujeres, como todos los hombres de ese país donde, uno por uno, trataban de aprender a vivir sin raíces y sin fe y donde todos juntos hoy, arriesgando el anonimato definitivo y la pérdida de las únicas huellas sagradas de su paso por esa tierra: las lápidas ilegibles que la noche cubría ya en el cementerio, debían enseñar a los otros a nacer, al inmenso tropel de los conquistadores ya eliminados que los habían precedido en aquella tierra y cuya fraternidad de raza y de destino habían de reconocer ahora
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—Acaba de decirle a esa mujer lo buena que eres en la cama —murmuró Bill con dulzura
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Fue entonces que, Jo, viviendo en el dormitorio oscurecido con la paciente hermanita siempre a la vista y con aquella voz triste sonando en sus oídos, aprendió a ver la belleza y la dulzura del carácter de Beth, y a darse cuenta del lugar profundo y tierno que tenía en todos sus corazones y a reconocer el valor de la abnegación y desinterés de su hermanita
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Si el rango y el dinero vienen acompañados del amor y la virtud, los aceptaría agradecida y gozaría con vuestra buena fortuna; pero sé por experiencia cuánta felicidad real se encuentra en una casa pequeña, donde se gana el pan diario y algunas privaciones dan mayor dulzura a los pocos placeres
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Me acarició la cara con dulzura, y pude oler la tierra y el vino en sus dedos
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En cuanto a la dulzura que demostró el doctor en su extrañeza, y a la dignidad de su mujer en su actitud suplicante; en cuanto a la emoción de míster Dick y a la seriedad con que mi tía se repetía a sí misma: «¡Este hombre, y dicen que está loco!» (pues triunfaba en aquel momento de la posición miserable de que le había sacado), me parece que lo estoy viendo y no que lo recuerdo en el momento en que lo estoy contando
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-Lo recuerdo muy bien —dijo con dulzura
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) La dulzura, el tacto, el don de gentes del Padre Maroto, son una garantía de concordia
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- (Con dulzura un poco seca, sin rechazar sus caricias
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A muchos presos interrogaba, particularmente a aquellos cuya dulzura o estupidez los hacía recomendables a la benevolencia de la administración: sus preguntas se redujeron a cómo estaban alimentados y qué reclamaciones tenían que hacer a su autoridad
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Así, pues, el genovés fue quien se dejó engañar por Edmundo, al cual favorecía su dulzura, su pericia náutica y en particular su refinado disimulo
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—No es culpa tuya, buen Alí —dijo en árabe el conde con una dulzura que no se hubiera creído poder encontrar ni en su voz ni en su rostro—
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En un gesto dulce de la Virgen, por ejemplo, se halla recogida la memoria completa de toda dulzura madre —reclina la cabeza hacia un lado, su sien toca la del Niño, pasa la vida, pulsa la sangre en la tibieza
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—Yo, en cambio, lo encuentro muy interesante —dijo Poirot con dulzura
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Sus labios me rozaron la mejilla, y luego me besó una y otra vez, con una dulzura y una pasión increíbles
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Esa noche, la dulzura de los grises y los ocres despertó en mí la conciencia del tremendo cansancio acumulado durante el día
100.
Él contestó con dulzura y en el mismo tono de voz que empleaba al acariciar a sus caballos: