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esbeltez example sentences
esbeltez
1. hombros de una desusada esbeltez, morenos y bien torneados; el cuello enhiesto, grácil; los
2. La muchacha poseía, es cierto, la esbeltez de una
3. hallaba ante mí tan compuesta como el día anterior, tersa y fresca, dotada de una esbeltez
4. esbeltez, lamanera de andar, eran una delicia
5. comprendido mirándola, que la esbeltez de aquella mujerera
6. madre, y una esbeltez demuchacha sana en la que todos los
7. Paro, á pesar de su gimnástica esbeltez de efebos
8. proporcionadaharmonía de los miembros, cierta vigorosa y elegante esbeltez,
9. bienproporcionado, y ancho de espaldas, sin que la esbeltez y la eleganciale faltasen
10. admirándose del desarrollo y esbeltez de su cuerpo, de
11. prolongándose las sombras de las personas conla esbeltez de los
12. esbeltez angulosa; otros,cuadrados y fornidos, con el cuello
13. origen aristocrático en laslíneas finas de la proa, la esbeltez de
14. iglesia que no llamaba la atención por su esbeltez nipor otra cualidad buena o mala
15. descubríantoda la esbeltez de la figura, la graciosa
16. decía Mochi, que la quitaba la agilidad, la esbeltez
17. tenerse bastantes datos desde el balcón, si bien no era difícil apreciar la esbeltez de su cuerpo, su
18. Era una mujer poderosa, antes de la guerra seguramente gorda, ahora sólo redonda, carnosa y muy favorecida por la esbeltez del hambre, que había eliminado lo que sobraba dejando lo demás en su sitio
19. Conducida por el canónigo atravesó el primer patio para dirigirse a la sala rectoral, y entonces pude admirar toda la esbeltez de su talle que le hubiera envidiado una joven de quince años, toda la gracia, toda la soupplesse de sus movimientos, toda la opulencia de sus formas, perfeccionadas por el genio de la voluptuosidad
20. En cuanto a las vibraciones o balanceos que ella esperaba, no existían; a pesar de su esbeltez, la increíble banda por la que iba subiendo era tan rígida como una barra de acero, y el giróscopo del vehículo la mantenía bien firme
21. ¡El que lee en los astros contemplaba la noche! ¡Y de pronto surgió ante su mirada la esbeltez del apuesto mancebo!
22. Beltrán en un pasadizo entre el claustro y la iglesia, donde gozaba de la hermosa vista del despedazado monumento, que apreciar podía en su esbeltez de conjunto, no en sus riquísimos detalles
23. James se sentó a la mesa de la cocina, admirando la esbeltez de los brazos y el cuerpo de Anne
24. El mar la miraba con sus olas —la esbeltez de la figura, el pelo negro en la brisa como bandera pirata—, y la escuchaba reír y la escuchaba soñar con unos ojos oscuros que siempre lo contemplaban
25. En la actualidad, los alimentos ricos en fibra se anuncian asociando la regularidad intestinal a la esbeltez y a un estómago plano
26. La presión sobre las mujeres, década tras década, por cumplir un ridículo estándar de esbeltez, continuaba intacto: recordaba sus propios sentimientos de inadaptación, de pie delante de un espejo de cuerpo entero con su traje de baño cuando tenía la edad de Becky
27. Tenía, pues, la gloriosa esbeltez de una muchacha de dieciocho años, lo cual, considerando que ya tenía ochenta y dos e iba para los ochenta y tres, no era pequeña hazaña, atribuible en particular a la fortuna del difunto señor McKoy
28. Rodilla de Álamo no tenía ninguna de las características de Nariz Roja: era más bien rechoncho, en contraste con la esbeltez del posible futuro jefe; hablaba profusamente, mientras que el sabio en ciernes era taciturno; y su rostro solía estar iluminado por una sonrisa abierta, generosa y amplia, subrayada por la blanca dentadura, cuando Nariz Roja conservaba siempre el continente sombrío de un caudillo
29. Se halló a sí misma imaginando qué parecían las manos de Hubert, la estrechez de sus caderas, la esbeltez de sus piernas
30. –Sin embargo a mí me gusta la esbeltez
31. Su enfermedad la había dejado más delgada y frágil; pero también había resaltado la belleza de sus rasgos y la esbeltez de su cuello y sus muñecas
32. en las formas de una esbeltez (¡ay!) de adolescente afectada…
33. Y más tarde, cuando Faulques abandonó el museo, y tras pasar junto al bronce ecuestre situado frente a la puerta caminó en dirección al Zócalo, la vio a ella sentada ante una mesa de la terraza de una cantina, la bolsa de fotógrafo sobre una silla, los ojos color de uva todavía más verdes por la luz de la calle, con aquellos pantalones vaqueros que resaltaban la esbeltez de sus piernas largas y delgadas, y la amable sonrisa de reconocimiento que hizo a Faulques detenerse para hacer un comentario sobre el museo y el cuadro que ambos admiraban, sin saber que ese momento estaba cambiando el sentido de toda su vida
34. Y como, a pesar de todo, subsistía cierto parecido entre el fuerte príncipe actual y el retrato que mi recuerdo conservaba, admiré la fuerza de renovación original del Tiempo que, sin dejar de respetar la unidad del ser y las leyes de la vida, así sabe cambiar la decoración e introducir audaces contrastes en dos aspectos sucesivos de un mismo personaje; pues a muchas de esas personas las identificamos inmediatamente, pero como unos retratos de ellos mismos, bastante malos, reunidos en la exposición en que un artista inexacto y malintencionado endurece los rasgos de uno, le quita la lozanía de la tez o la esbeltez del talle a otra, ensombrece la mirada
35. Las entreabiertas puertas dejaban ver corredores centrales, patios rodeados de ligeras columnas, el pozo tradicional con su elegante armadura de hierro, la escalera de caprichoso giro, el peristilo adornado de plantas trepadoras en plena floración, las ventanas con bastidores de piedra de una esbeltez incomparable, algunas con miradores a la española
36. Su esbeltez, de líneas rectas y armoniosas, le recordaba la elegancia de las figurillas de Tanagra sobre las mesas de las hetairas de Atenas, la arrogante adolescencia de las canéforas pintadas en torno de los vasos griegos
37. Más bien corpulento, hacía régimen para conservar cierta esbeltez
38. Asesinos de curiosa esbeltez y de apariencia elegante con sus pantalones de montar, escribiendo sus últimas confesiones bajo la ventana de altas rejas de la celda de los condenados a muerte, escuchando en la capilla de Newgate el postrer sermón, con su ataúd al alcance de la mano, o colgados del extremo de la cuerda, mientras el togado capellán les observaba, con la Biblia en la mano
39. Bárbara era alta, probablemente rebasaría en algo el metro ochenta y dos, y aunque no poseía la esbeltez de palmera de muchas mujeres de estatura aventajada, tampoco le sobraban kilos