1.
Devoró el Fausto y los poemas de Heine, con laparticularidad de que la lengua francesa, que antes le estorbaba, se lehizo pronto fácil
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su conversación con el diablo, de presentar á Fausto comoun segundo Job, como un
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deenajenación mental; pero Fausto debió preverlo, y en vez de ir á retozarcon las
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Las rarezas del Fausto
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La idea de FAUSTO le acompañó siempre: fue la mayor preocupación de suvida
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era un sabio como FAUSTO, y que si bien más dichoso, habríatenido, como todos los
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Personajes, pues, por el estilo de FAUSTO, como en nuestra España, v
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Aislada la fábula de los amores de FAUSTO y Margarita, su disposición
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todo ello, hay cierta esencial nobleza, cierta radicalexcelencia en el alma de Fausto, y
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mucho de lo deseadopor Fausto, pero ni siquiera está comprendido por el espíritu
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En el numen, que vive en Fausto, hay una fuerza interior milveces más
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Pero de esas cosas ideales,que Fausto crea en sí, concibe y apetece, el diablo
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inclina al panteísmo, no espor cierto en el FAUSTO, donde más bien le contradice
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, a que el FAUSTO alude
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condición finita de Fausto y del mundo loconsiente
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Fausto brilla en la corte del Emperador y encuentra que en ella puedeser lo que se le
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poco inteligible la segunda parte del FAUSTO
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Fausto tiene un castillo en la cima del Taigetes, y es capitán ypríncipe de guerreros
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sacrificar, se refugia en el castillode Fausto, quien la recibe como Amadís hubiera
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—Todavía, ya en una extrema vejez, Fausto busca el bien supremoen la
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A pesar de su poderío, comodidad y bienestar, si bien Fausto impide queentren a
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mientras el alma de Fausto sube al cielo envirtud de lo femenino eterno: expresión
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Tal es, en compendio, todo el poema de FAUSTO, del cual sólo la primeraparte va
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Con la alegría que produjo tan fausto descubrimiento, se
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Sanabrerecordó un momento á Fausto en el jardín
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los tres arcángeles en el maravilloso prólogodel Fausto
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paso furtivo de Fausto al penetrar en la habitación deMargarita;
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Con tan fausto motivo el capitáninvitó el día de la romería á todos los
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luce Mefistófeles en el Fausto en el acto de laserenata
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figura de paje, lo cual yacomprenderás que es una patraña, se llama el doctor Juan Fausto; y
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sido amigos y consejeros de los monarcas,gastando en el fausto de la corte una gran
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Juan ocasión deenterarse de quién era Fausto, y del pacto que había hecho con
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Cordero largaconferencia en la tarde de aquel día cien veces fausto
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elllanto es el aura que la mujer respira en los alcázares, como si Diosquisiese castigar el vicio del fausto
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Lucban, viendo la profundaatención con que escuchaba una melodía del Fausto, tocada al pianopor la
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Era el día en que las proverbiales puertas de una pequeña villa se abren y el resto del mundo parece entrar en ella presentándose con gran fausto
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Vamos, pues, al meollo de la cuestión: el edil Annio Fausto, que ordenó tu detención, me ha entregado un grave informe sobre ti
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Frankenstein se parecía, pues, más a Edipo que a Fausto
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Pero primero venía Fausto
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Los dos muchachos tuvieron la excelente idea de emplear las dos pesetas que les dio su padre en comprar flores para obsequiar con ellas a su segunda madre en el fausto día de su restablecimiento; y en verdad que era de alabar la delicadeza exquisita con que procedían los muchachos, probando que en la edad de las travesuras no escasea cierta inspiración precoz de acciones generosas y de la más alta cortesía
41.
La bendición fue dada por el padre Gracián, con quien celebró Cordero larga conferencia en la tarde de aquel día cien veces fausto
42.
Sus antepasados vestidos de negro desfilaron en carruajes negro y oro, tirados por espléndidos corceles negros, y entre el· séquito de los deudos caminaban sus regordetes mellizos, Fausto y Fausta
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y Fausto, que está en escena,
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y a Fausto que lo divisa,
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Si esa maravilla era cierta significaba que alguien había podido sobrevivir al Apocalipsis y que aun andaba por los caminos terrosos y nos evocaba las plantas, los olores, el olor de la guayaba, tantas cosas maravillosas dejadas atrás, tratando de sobrevivir y ahora, pasado el hecho fausto para unos, infausto para otros, se las habían arreglado para mantenerse allí, vivos y olvidados
46.
Al diablo, Corso, le gustan las metamorfosis: desde el perro negro que acompañaba a Fausto, hasta el falso ángel de la luz que intentó vencer la resistencia de San Antonio
47.
»El padre Fausto sostenía que, desde tiempos inmemoriales, las altas esferas de cualquier organización, los grupos de cualquier índole, gobiernos, religiones e incluso movimientos sectarios, habían utilizado los medios de comunicación para encriptar mensajes cifrados
48.
–En realidad, el padre Fausto no estaba interesado en los textos que la Iglesia le daba para descodificar
49.
Como ya te he dicho, durante un tiempo colaboró con el grupo de investigación a cargo del padre Fausto
50.
Después, el grupo, formado por siete clérigos, fue trasladado al convento, entonces regido por sor Vasallo, para hacerse cargo de unas investigaciones que se suponía, según le dijeron al padre Fausto, que eran de extrema relevancia para la Iglesia
51.
Antes de aquello, el padre Fausto había confiado en tu padre, le dejó el libro y le dio las mismas pautas que a mí
52.
El padre Fausto me lo contó días antes de morir; también me dijo que no sabía lo que tu padre habría contado para ir a aquel lugar tan retirado y poder llevarse al resto de eclesiásticos con él, pero que estaba seguro de que el convento tenía alguna relación con el contenido de este libro -dijo introduciendo las hojas en su interior-, relación que yo no tardé en encontrar
53.
–Existe, porque el libro del padre Fausto habla de él
54.
La primera vez que tuve acceso a los documentos que hablaban de las cartas de san Ignacio de Loyola como algo real, fue durante mis estudios criptográficos con el padre Fausto, como ya sabes
55.
Tras presentar el mensaje que había desencriptado durante mis estudios con el padre Fausto, y cuando comprobaron que mi fe y dedicación a la doctrina católica eran aceptables, se me concedió lo que pedía
56.
Devoró el Fausto y los poemas de Heine, con la particularidad de que la lengua francesa, que antes le estorbaba, se le hizo pronto fácil
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{210} Palabras de Mefistófeles en el Fausto, versos 1339-1340
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Bien es verdad que en aquella circunstancia, así como estaba invocando a Dios, si hubiera aparecido Mefistófeles por algún rincón, igual que el propio Fausto, mi firma en sangre ya estaría estampada en las condiciones de rigor
59.
Sánchez, del general Radhamés Hungría, de los generales Fausto Caamaño y Félix Hermida, en las de los coroneles Rivera Cuesta y Cruzado Piña, y en las de los mayores Wessin y Wessin, Pagán Montás, Saldaña, Sánchez Pérez, Fernández Domínguez y Hernando Ramírez, había miedo y esperanza
60.
Sería fácil entonces dar órdenes a oficiales ejecutivos como Fausto Caamaño y Félix Hermida para que arrestaran a los hermanos Trujillo, y acorralaran a Abbes García, al coronel Figueroa Carrión, al capitán Candito Torres, a Clodoveo Ortiz, a Américo Dante Minervino, a César Rodríguez Villeta y a Alicinio Peña Rivera, con lo que la maquinaria del SIM quedaría inutilizada
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El perro Fausto también tenía ilustraciones, preciosas curvas, orejas y caricaturas de un pastor alemán con un obsceno problema de babeo y el don del habla
62.
Primero ve los libros de la niña: Manual del sepulturero, El perro Fausto, El faro y, ahora, El hombre que se encogía de hombros
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Cuando llegaron a palacio, los rostros barbudos de los campieri que estaban armados en el primer patio turbaron de nuevo los ánimos de Chevalley de Monterzuolo, mientras la amabilidad distante del príncipe, junto con el evidente fausto de las habitaciones que veía, lo precipitaron en opuestas meditaciones
64.
(Entran FAUSTO Y MEFISTÓFELES)
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¡Ved qué bien le va! FAUSTO
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(Fausto mira sin cesar en el espejo; Mefistófeles, arrellanándose en el asiento y jugando con el escobón, sigue hablando)
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Fausto queda un momento pensativo, y luego echa a correr tras ella
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(A Fausto, que ha dejado de bailar) ¿Por qué dejas marchar esa linda muchacha, que tan deliciosa-mente cantaba para incitarte a bailar? FAUSTO
69.
¡Sál-vale! ¡Sálvale! FAUSTO
70.
Mientras la levanta y vuelve la cabeza hacia atrás, se ve a FAUSTO tendido en un lecho de tiempo
71.
Ábrese la puerta lateral y se ve a FAUSTO tendido en el lecho
72.
lo alto de la escalinata FAUSTO en traje de corte, como el de los
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FAUSTO, cubierto con la armadura, y medio calada la visera; los TRES VALIENTES, armados y vestidos como se indicó antes
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FAUSTO, en la extrema vejez paseándose pensativo LINCEO, EL VIGÍA
75.
(FAUSTO cae de espaldas
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(Se elevan llevándose la parte inmortal de Fausto
77.
(Cerniéndose en la atmósfera más alta y llevando la parte inmortal de Fausto)
78.
Fausto Sila no puede competir con el Oro de Tolosa, por lo visto
79.
Y qué emoción tan dulce envuelve el corazón cuando piensas que en esta casa madura el futuro autor de Don Quijote o del Fausto, o ¿quién sabe?, de Almas muertas
80.
[17] En uno de los libros sobre el doctor Fausto, junto con Lucifer, rey de los infiernos, y del virrey Belial, figura Abadónn, gran ministro y consejero del diablo
81.
La mirada se me perdió por la cuesta que desciende desde la plaza de Carlos, donde tras los tejados del hospital de las Clarisas, los castaños del jardín botánico y las torres de San Juan en el Peñón intuía la oscura silueta de la Casa de Fausto
82.
Con los republicanos en el Poder, la ciudad entró en una era de fausto y ostentación en que, a través de los adornos del refinamiento, se adivinaban el vicio y la vulgaridad
83.
Al final se descubrió que su fallecido esposo había convocado a todos los varones vivos del linaje Patterson —cuatro generaciones en total— en la habitación del hospital, los había reunido alrededor de su lecho mortal y había llegado a una especie de pacto indeterminado según el cual, si en algún momento del futuro la presión de las ruedas del Lincoln descendía por debajo de lo especificado o el mantenimiento del vehículo no se mantenía al día, todos los Patterson no sólo sacrificarían sus almas inmortales, sino que literalmente serían arrancados de reuniones o baños y enviados directamente al infierno, como el doctor Fausto de Marlowe
84.
Estaba haciendo una representación unipersonal de Fausto
85.
Es cierto que no fueron las «guerras de liberación» 148 las que le hicieron alzar los ojos con mayor alegría, así como tampoco lo fue la Revolución francesa, – el acontecimiento que le hizo cambiar de pensamiento sobre su Fausto e incluso sobre el entero problema «hombre» fue la aparición de Napoleón
86.
con la grandeza de España de primera clase, y no faltó quien pidiese a los señores de Torquemada, con el debido respeto, que diesen un gran baile, el día de Reyes, para celebrar el fausto suceso
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24 En el segundo Fausto, Fausto se reafirma en la acción y, habiendo vencido al Emperador, conquista al borde del mar una banda de tierra que quiere hacer fértil…
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dio su padre en comprar flores para obsequiar con ellas a su segunda madre en el fausto día de su restablecimiento; y en verdad que era de alabar la delicadeza exquisita con que procedían los muchachos, probando que en la edad de las travesuras no escasea cierta inspiración precoz de acciones generosas y de la más alta cortesía
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Poco tardó en que mi habitación semejase la de Fausto: estantes repletos de libros, comprados por un precio irrisorio a un mercader de la Cervanica[3], esferas, atlas, retortas, mapas celestes, esqueletos de animales, calaveras, bustos de hombres célebres
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Al fin se abrió una conferencia en París; el duque de Bourgogne tenía que servir de mediador en ella entre Carlos y Enrique; la superioridad de este papel y la participación que iba a tener el duque en una negociación en que sólo dependía de él que la balanza se inclinase al lado que le convendría, le indujo a presentarse en esta asamblea rodeado del fausto más imponente
91.
No se adornó la ceremonia con ninguna pompa: las entrañas de la tierra temblarían, rechazarían de su seno al crimen que se colocaría en ellas con fausto
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Penetramos, pues, en el despacho de los directores media hora antes de que el telón se levante ante aquella ya famosa representación de Fausto
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Comparen el tratamiento de la edad primera en todos los casos que he referido y lo que les expliqué sobre la frustración narcisista en Fausto o Dorian Gray, según la interpretación de Imágenes desencantadas de Zolkokowski
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La invención de Morel (1940); El perjurio de la Nieve (1944); Plan de evasión (1945); Las vísperas de Fausto (1949)