1.
La actividad era febril y yo apenas me había espabilado
2.
Anzoátegui está ebrio de gloria, de pasión y un poco de vino; la alegría es propicia a las amables confusiones y en medio de ella, la febril pareja desaparece sin que nadie lo note, o al menos con toda discreción
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¿quién era?» preguntó el Delfín que sentía el ardorde una curiosidad febril
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Cogió la hucha y con febril mano le atizóun porrazo
5.
Apoyando la mano en elhombro de él, su mujer miró los garrapatos que trazaba con febril manosobre un papel
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En medio de la calma que siguió a la agitación febril de aquel
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Una febril agitación reinaba en las calles barridaspor el viento, y
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interés vago en conocer la concienciadel cocinero mayor, que por su estado febril, por
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revelaba para Dorotea en elardor febril de sus manos, que estrechaba una de las
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febril de una excitación extraña; elamor, pero un amor lastimado, ofendido, receloso,
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Luegolos repasaba con febril actividad en su imaginación
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rostro en unaliento seco, febril, con emanaciones violentas de
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renglones en un estado casi febril
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En estas horas de impaciencia febril, Máximo y yo
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actividad febril del comercio y de todoslos halagos del arte, que
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traducía a su mujer los relatosinterminables del guarda, pero la impaciencia febril de
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levantaba antes del amanecer y corría por el campo conuna impaciencia febril
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Mientras hablaba con una volubilidad febril unas veces
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estado febril en que nos ponen generalmente los males ajenos
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Y empezó un regatear febril, una disputa de contratación
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todos aquel deseo febril de goces y eldelirio de llamar la
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Osorio, de su creciente y febril afán dejugar
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Salvador paseó unas cuantas calles del gran puerto francés, con aquelpaso automático y febril con que había medido en Luzmela las estanciasmudas del palacio
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salidas, su febril coquetería, y esaligera pedantería que son las
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través y comenzar áagitar los remos con febril energía
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En el movimiento febril que agitaba su mano vi bien que tenía
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un fulgor febril en la mirada de lasolterona anticipada y en la
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salón,estaba paseándose con agitación febril que sacudía con
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Durante todo el día la abuela mostró una actividad febril y
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La anciana se agitaba, presa de una excitación febril y balbucíapalabras
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yo esperaba con unansia que tocaba en lo febril
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Por la repetición febril de ideas y conceptos era el tal
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días, y cómo les trastorna el febril anhelo de los regalitos, de los nacimientos, y las esperanzas
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la forma febril; se le puede administrar en el período deagudeza, pero no es
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El sudor febril es
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muy útil contrael eretismo febril y el estado nervioso de los tísicos, de las
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constituye elperíodo intermedio al estado febril erético y á la infiltracion serosade los
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agudo ó febril, y por la tarde, épocanatural de la sobreescitacion sanguínea en las
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sobreviene siempre un sudor que calma la agitacion febril, cuando esabundante y
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fenómenos de reaccion y de calor febril sonnulos, lo cual constituye un estado
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febril, el arsénico es uno de losprincipales medios que, con el carbonato de cal, se
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veces la somnolencia, lasconvulsiones y la 254 agravacion febril por la tarde y por la
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pocofrecuente, mientras que en cualquiera otro estado febril el pulso de la brionia es
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es el mas indicado en el estado febril completo, en lacongestion consumada, en la
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—En toda afeccion febril las consideraciones etiológicastienen la mayor
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Ya está pues espuesto todo el aparato febril que la cicuta cura;tambien se la ha
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recrudescencias de la tos y de la irritacion febril
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había acabado por dormirse con un sueño febril y puso una carta sobre la mesa, diciendo:
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De golpe el agente saltó del diván y en un brusco acceso de actividad febril empezó a pasear por la sala, abriendo y cerrando los puños
50.
Cuando se decidió a hablar, su temple era intachable y casi contradecía el febril brillo de sus pupilas
51.
Al mirar hacia abajo, desde mi apartamento, y contemplar el bullicio y el febril ajetreo de mi mundo, me pregunto si no estará alguno de ellos deambulando por las abarrotadas calles y los atestados trenes subterráneos y si, en el caso de que me decidiera a salir y fuera escudriñando los rostros de los transeúntes, no descubriría a uno de ellos, obteniendo así la respuesta que buscaba
52.
Nuestro pobre cerebro no lleva una vida fácil, y lo que me sorprende no es que haya tantos desequilibrados sino que nuestra mente resista al continuo rodar de ideas y a las emociones que las acompañan; en resumen, a esa actividad febril y con frecuencia desordenada
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Estos pensamientos y otros mil semejantes me tenían febril de miedo y emoción
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Durante los intervalos de aquel corto diálogo, que sostenía con vivacidad febril, rompía los carbones con las tenazas y parecía contrariado
55.
Dora bajó la cabeza sobre su cuaderno y dijo al cabo de un momento (durante aquel tiempo yo estaba en un estado febril y sintiendo mis piernas tiesas como palos):
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Se tapó la boca con la mano, con una agitación febril, y, fijando los ojos en mí, palideció mortalmente
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En servicio de ella desplegaba el poeta-secretario una actividad demente, febril, y se multiplicaba para organizar los trabajos, para aumentar el número de socios y alcanzar la protección del gobierno
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Los chicos se repartieron con febril alegría el botín
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Estas palabras eran pronunciadas en estado de febril indignación, que no es posible describir
60.
Al entrar en el pueblo, Bertuccio, arrimado a un rincón del coche, comenzó a examinar con una emoción febril todas las casas por delante de las cuales pasaban
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La señora de Saint-Merán dormía con un sueño agitado y febril
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Tully y sus congéneres habían recorrido ya un cierto trecho cuando él se dio cuenta de que Pyanfar venía detrás y, sin vacilar ni un segundo, regresó corriendo hasta ella y le apretó el brazo con una alegría casi febril
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Tully se lo puso en el dedo y alzó nuevamente la mirada con una expresión febril en sus ojos
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Los otros se miraron desconcertados, mientras él proseguía con una agitación femenina y febril:
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Le ofrecieron un vaso que vació con el cuerpo sacudido por febril temblor
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Los trabajos realizados con febril entusiasmo duraron más de un mes, pero una vez terminados se pudo disponer de una cómoda escalinata que giraba en torno al cono desde el tronco hasta la cúspide
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Hecho esto, se regalaron con un trozo de babirusa asado por el muchacho, y volvieron a la tarea con actividad febril, trabajando entonces ya encima de los bambúes
68.
Con la salida de los primeros rayos del sol, Blanca recuperaba la cordura y el control de sus nervios atormentados, se daba cuenta que sus angustias nocturnas eran fruto de la imaginación febril que había heredado de su madre y se tranquilizaba, hasta que volvían a caer las sombras de la noche y recomenzaba su ciclo de espanto
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La actividad cerca de los almacenes era febril
70.
La actividad del grupo fue febril
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Clemencia se hallaba agitada de una manera febril, y ponía un cuidado exquisito en no ver a los que estaban a su frente
72.
Juan sonríe: ¡que no haya sucedido nada en absoluto es la lesión psíquica más dolorosa que Juan ha sido capaz de causar la pasada noche! Imagina a Angélica lamiéndose, febril, sus no-heridas
73.
La siguiente hora transcurrió en medio de una actividad febril
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La conversación terminó en el punto en que la he dejado, porque la noche estaba muy avanzada y casi todos empezaron a rendirse al sueño, excepto el mayorazguito, cuyo despabilamiento era casi febril a causa del organismo de su imaginación
75.
En mi derredor la efervescencia de aquella patriótica alegría, de aquel entusiasmo febril causaba estrepitoso oleaje
76.
Y sin esperar más, porque su impaciencia era febril, salió dejándome solo
77.
Por un lado grupos de soldados cantando con febril alegría, por otro las cuadrillas de personas piadosas que trasportaban a sus casas los heridos, y en todas partes una general satisfacción, que se mostraba en los [52] diálogos vivos, en las preguntas, en las exclamaciones jactanciosas y con lágrimas y risas, mezclando la jovialidad al entusiasmo
78.
La condesa con su mirada penetrante quiso imponerme silencio; pero yo no podía callar, y los pensamientos que se agitaban con febril empuje en mi cerebro, afluían precipitadamente a mis labios, dándome una locuacidad que no podía contener
79.
Con febril presteza e iluminada por súbita idea, abalanzose la dama hacia el joven; arrojó [259] en tierra el sombrero de este, desabotonó su levita con dedos más ligeros que el pensamiento, arrancó el uniforme como si fuera un pañuelo puesto sobre los hombros, arrancó el tahalí, la gola, el cinturón, la cartera y en un instante no quedó sobre el cuerpo del infeliz renegado ni una sola prenda que indicara su filiación
80.
Un gran movimiento en palacio, excesivo flujo y reflujo de intrigas, febril actividad en los excelsos camarilleros, indicaban que era día de piano
81.
Estaba desfigurada por enfermiza palidez; sus ojos miraban todo con febril extravío, y el desmelenado cabello así como el vestido en desorden indicaban largas horas de insomnio, de lucha y de amargura
82.
El mismo enfermo, cuyo febril espíritu luchaba con la miserable carne que lo expelía sacudiéndose, fue quien rompió de nuevo el silencio
83.
Le temblaban las carnes, a pesar de disfrutar del abrigo de una manta, y sus ojos extraviados así como su anhelante respiración anunciaban un estado febril y congojoso
84.
Acontecía que después de un largo período de exaltación febril, Sola se quedaba muda y sosegada otro largo rato sin decir más que algunas palabras a media voz
85.
Poco después Navarro dormía, y en su febril sueño recibió a Su Majestad, le rindió pleito homenaje; oídas sus órdenes, le llevó consigo al teatro de la guerra
86.
Antes de concluir de comer abandonó la mesa, y se puso a medir [47] con febril paseo la habitación, así a lo largo como a lo ancho
87.
Iban [174] por la cuesta de Unzaga: Churi, sombrío, taciturno; Zoilo, con alegría febril, cantando, divirtiéndose en pegar brincos para arrancar a tirones las ramas de los árboles
88.
Su sueño febril era como esos monólogos cerebrales en que ovillamos y desovillamos una idea; monólogo en el cual Fago se reconocía también estratégico, pues tenía el sentido geográfico, o de las distancias y diferencias de altura entre los terrenos
89.
«¿Y por qué habían de ser santos? -se dijo volviendo a su febril paseo, con las manos en los bolsillos-
90.
Creo yo que las empresas políticas le seducen, le enloquecen; pone en ellas toda su alma y una actividad febril
91.
Retirada su gente a Cuevas de Vinromá, el caudillo se ocultó en la casa del cura de la Jana, donde permaneció algunos días en lastimoso estado, febril, exangüe
92.
Su inquietud continua, la palidez de su rostro, el estado nervioso y febril en que de ordinario se encontraba, no eran más que la impaciencia loca para llegar a donde quería ir, el sentimiento de la desproporción entre sus facultades y la poca materia gobernable que cogía entre las manos
93.
No era muy satisfactoria la situación de los cinco caminantes agregados a la partida, pues Iturbide iba en estado febril, tendido en un carro; a Sabas le había salido un grano en el muslo; Zoilo tenía el pescuezo torcido de una fuerte
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La llegada al arrabal de Pinondo, en Durango, donde se albergaron, borró aquellas impresiones, que no revivieron hasta el día siguiente por la tarde, en ocasión de, hallarse el caballero rendido de cansancio y un poco febril
95.
Consagrose después a un rudo trabajo epistolar, mandando para La Guardia en plieguecillos de papel toda su alma y tiernísimos memoriales, y mientras escribía con destreza febril, apenas se enteró de que el recibimiento [72] hecho en Madrid al Duque fue un delirio, de que la Junta revolucionaria, como quien no dice nada, se permitía pedir a la Reina que diese un manifiesto reprobando los consejos de los traidores que la rodeaban; que separase de su lado a todos los funcionarios palatinos y personas notables que habían concurrido a engañarla, etc
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Molinillo era mi pensamiento imaginando con giro febril la hermosura de Erhimo
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En los días de remisión febril, la enfermería de paz era muy frecuentada de amigos y compañeros
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De este dato precioso partieron las gestiones emprendidas con febril ardor por Clavería, ayudado del joven estudiante
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Ahora hablaba con una energía febril, con las largas manos convulsionándose y sacudiéndose en gestos para que me alejara
100.
En Madridejos, donde pasaron la noche del 5 al 6, no expresó Teresa con tanto ardor su propósito de ir a reunirse con Felisa; más bien se notaba frialdad en lo que días antes fue deseo febril