1.
Caldas tuvo directa participación en los hechos que culminaron con el acta de Independencia y, una vez consolidado el nuevo gobierno, tomó partido al lado de Camilo Torres, como ferviente partidario del federalismo, en la etapa de la llamada “Patria Boba” y en los conflictos subsiguientes
2.
Petión era un ferviente partidario de la causa libertadora, y en conferencia (jue tuvo con Bolívar y otras personalidades, determinó el 2 de enero de 1816 organizar una expedición que recibiría el nombre de Expedición de los Cayos, para la invasión del territorio continental
3.
No deja de ser significativo el hecho de que don Florentino fue un ferviente santanderista, íntimo amigo del Hombre de las Leyes y que, cuando la lucha política se polarizó entre los defensores y los opositores a la dictadura de Bolívar, no vaciló en formar parte del grupo de conspiradores el 25 de septiembre de 1828
4.
La historia no alcanzó a recoger los nombres de muchas heroínas desconocidas que sucumbieron en los combates, o que cayeron en manos del ene- migo, pagando con la vida su ferviente amor a la libertad
5.
anhelo ferviente de bondad suprema, por suaspiración á lo divino, que él cree
6.
ferviente, ni le diese unahiga por que se pusiera a los curas
7.
qué me complazco? Porque aquellas diosasescuchaban la ferviente plegaria de los
8.
Así las gentes le adoraban y le bendecían, y él paseaba por los campossu conciencia pura, con la santa simplicidad de un apóstol del Bien,convencido y ferviente
9.
Fué aquel un idilio intenso, ferviente, vibrante, erigido en una hora degloria humana, en que todas las ilusiones de Carmen florecieron condivinas rosas…
10.
Y la joven juntaba las manos en un ademán de ferviente súplica
11.
ferviente que la de
12.
25 Este era instruido en el camino del Señor, y ferviente de espíritu,hablaba y enseñaba diligentemente las
13.
La verdad es que se iba cansando del chico; la adoración ferviente sinlímites que
14.
Es un ferviente admirador suyo
15.
¿Sabía mi padre en verdad lo que significaba el amor? ¿Era consciente de su condición de enamorado? Quiero decir, ¿sabía que había entrado en el mundo del amor? Ese ferviente deseo orientado a otra persona: el querer estar con ella, cogerle la mano, olerle el pelo, poseerla…, ¿era capaz él de relacionarlo con el amor?
16.
Con ella, la oscuridad era más clara que el día, la noche no era sombría, la noche era malva, la noche era ardiente; ella era espera ferviente del día que va a nacer
17.
Y ¿hay más que ver, después de haber visto esto, que ver salir por la puerta del castillo un buen número de doncellas, cuyos galanos y vistosos trajes, si yo me pusiese ahora a decirlos como las historias nos los cuentan, sería nunca acabar; y tomar luego la que parecía principal de todas por la mano al atrevido caballero que se arrojó en el ferviente lago, y llevarle, sin hablarle palabra, dentro del rico alcázar o castillo, y hacerle desnudar como su madre le parió, y bañarle con templadas aguas, y luego untarle todo con olorosos ungüentos, y vestirle una camisa de cendal delgadísimo, toda olorosa y perfumada, y acudir otra doncella y echarle un mantón sobre los hombros, que, por lo menos menos, dicen que suele valer una ciudad, y aun más? ¿Qué es ver, pues, cuando nos cuentan que, tras todo esto, le llevan a otra sala, donde halla puestas las mesas, con tanto concierto, que queda suspenso y admirado?; ¿qué, el verle echar agua a manos, toda de ámbar y de olorosas flores distilada?; ¿qué, el hacerle sentar sobre una silla de marfil?; ¿qué, verle servir todas las doncellas, guardando un maravilloso silencio?; ¿qué, el traerle tanta diferencia de manjares, tan sabrosamente guisados, que no sabe el apetito a cuál deba de alargar la mano? ¿Cuál será oír la música que en tanto que come suena, sin saberse quién la canta ni adónde suena? ¿Y, después de la comida acabada y las mesas alzadas, quedarse el caballero recostado sobre la silla, y quizá mondándose los dientes, como es costumbre, entrar a deshora por la puerta de la sala otra mucho más hermosa doncella que ninguna de las primeras, y sentarse al lado del caballero, y comenzar a darle cuenta de qué castillo es aquél, y de cómo ella está encantada en él, con otras cosas que suspenden al caballero y admiran a los leyentes que van leyendo su historia? No quiero alargarme más en esto, pues dello se puede colegir que cualquiera parte que se lea, de cualquiera historia de caballero andante, ha de causar gusto y maravilla a cualquiera que la leyere
18.
Hablaba con ira, pero al mismo tiempo con dulzura y siempre con aquella ferviente convicción que mantenía en trance a su audiencia
19.
Mateo Fernández Gómez de la Riva, rubio, de piel blanca, la nariz muy grande, el cuello demasiado largo, tenía cara de pájaro, pero también era alto, delgado, apuesto a su manera, y a María le gustaba desde que levantó en el aire la simbólica copa de Verdi para descubrir en sus ojos una emoción sincera, ferviente, que le elevaba sobre los aplausos corteses, casi indiferentes, de otros invitados de su tía María Pilar
20.
Había sentido una gran decepción al enterarse de que el Servicio Secreto de los Estados Unidos estaba convencido en un ciento por ciento que fue Lee Harvey Oswald por su cuenta quien mató a Jack Kennedy En su academia en Beltsville, cerca de Washington, Jack había tenido en sus manos, e incluso disparado, una réplica del fusil Mannlicher-Carcano de 6,5 milímetros que le quitó la vida a Kennedy y había recibido el informe completo sobre el caso -para su propia satisfacción, aunque no para la de la industria de la conspiración que tan ferviente y comercialmente prefería creer otra cosa
21.
—Desde hace tiempo, el más ferviente deseo del señor Norrell es poner al alcance de un público más amplio los medios para adquirir una mejor comprensión de la magia moderna —dijo Lascelles—
22.
desde el centro ferviente
23.
Soy un ferviente creyente en sacar a la luz todas las malas noticias durante mi interrogatorio, es decir, a mi manera
24.
Sidi resultó ser un ferviente devoto del proceso revolucionario
25.
Javier Istúriz, el más ferviente partidario y adorador de la Reina Cristina, tan devoto de la hermosa Reina italiana, que a ella sometía por entero su voluntad y sus ideas
26.
cojo un rosario, y en ferviente oración recibo los consuelos de Allah, que con mano suave alivia mi corazón del anhelante susto
27.
La musulmana, que es única religión verdadera, no excluye los cañones, ni se opone al uso y buen gobierno de estas terribles máquinas; que bien claro nos dice el Profeta en su santo libro: «Sé ferviente en la oración, y Allah pondrá en tus manos el rayo con que podrás aniquilar al incrédulo»
28.
El corruptor de la celtíbera es un hombre de más de cuarenta años, llamado don Ángel Cordero, viudo también, dueño y cultivador de tierras en Aldea del Fresno y Cadalso de los Vidrios, y tan ferviente devoto de la Economía Política, que a comprar volúmenes de esta ciencia del Limbo dedica buena parte de sus rentas
29.
Era un discurso bello y dulce, en el que Daniel expresaba su ferviente convicción y desnudaba su alma
30.
Me daba perfecta cuenta de que usted no podía hacer eso sin pensar en la misión que emprendió durante la Guerra Civil en favor del Norte, pues recuerdo que expresó su ferviente indignación por la manera en que fue recibido por los más turbulentos compatriotas nuestros
31.
En la soledad del furgón leyó el joven aventurero lo que le decía su ferviente señora
32.
¿Cuál era la finalidad de este objeto? Norman deseaba de modo ferviente descubrir la finalidad de la esfera
33.
Comprendía lo seductora que debió de ser para ella, y sin embargo, una vez que me puse a considerarla desde el punto de vista de Frieda, a sentir toda la fuerza de aquella ferviente negación, comprendí también por qué quería deshacerse de mí
34.
Bane procuró ocultar ciertos hechos a sus adoradores; lord Black temía que, si conocían sus limitaciones humanas, su necesidad de dormir y de alimentarse, entonces su veneración dejaría de ser tan ferviente y su disposición a sacrificarse por su causa se vería mermada
35.
Ese día el gobierno español ya conocía el ferviente malestar que su decisión generó en varios países de la OTAN, y especialmente en Estados Unidos
36.
Era el ferviente deseo de desafiar la realidad, destruyendo todos los valores, con el fin de demostrarse a sí mismo que era capaz de existir oponiéndose a la realidad, y que nunca se encontraría coartado por ningún hecho sólido e inmutable
37.
estaba yo mirando la ferviente
38.
Königsberger, uno de los primeros discípulos de Weierstrass, era un ferviente devoto de su maestro
39.
Salomé posó una ferviente mirada en el techo
40.
Tewdric era cristiano ferviente y sus seguidores llenaron a rebosar el recinto iluminado por llameantes antorchas colocadas en tederos de hierro repartidos por las paredes
41.
En cambio Pacho Santos, que es un católico ferviente y practicante, se interesaba en el mensaje que tenía muy Poco en común con el de los políticos profesionales
42.
Expresó que era un ferviente partidario de la entrega de Pablo Escobar
43.
No era un ferviente nacionalsocialista, ni le importaba mucho la formación del partido o su llegada al poder
44.
¡Es mucha el ansia de libertad! —Aristarco era el más ferviente defensor de la resistencia
45.
Cuando los hombres de los Hermanos Nesci empiezan a meter los animales y el equipamiento de los Hermanos Benzini en sus carpas y su tren, ni el más ferviente optimista de entre nosotros puede seguir negando lo evidente
46.
Tenía una mancha en medio de la frente, en realidad un moratón, como señal de su ferviente identidad religiosa
47.
La expectación y el nerviosismo se apoderaron de todos los congregados alrededor del furgón, la emoción palpable que se despierta cuando un deseo ferviente se hace realidad
48.
El padre Jules Lemire, ferviente partidario de la política del mlliement (ya era demócrata-cristiano) es elegido diputado por Hazebrouck en 1893
49.
En 1941, este ferviente protestante se enrola en la Waffen SS, para «echar un vistazo en los bastidores del foco del mal», como lo escribirá después de la guerra en un informe que redactará en la cárcel antes de suicidarse
50.
Cuidado con los utopistas y su creencia ferviente en el camino que lleva al orden social ideal
51.
—Expreso mi más ferviente esperanza de que esta exposición iniciará una nueva era en nuestro museo, una era en que la innovación tecnológica y un renacimiento en la metodología científica se combinarán para infundir nuevo vigor al interés del público por los museos…
52.
Una podría suponer que el servicio al cliente de la entreplanta de Tiffany's tiene sillas suficientes para acomodarnos a todos nosotros, su ferviente público
53.
[6] Hace alusión a Léon Gambetta (1838-1882), estadista francés y ferviente defensor de la democracia moderna y de la separación de la Iglesia y el Estado
54.
–Octava cuestión: Jackson siempre ha sido un ferviente republicano; está convencido de que, cuando el gobierno de los Estados Unidos está en manos de este partido, Dios favorece a nuestro país, mientras que, cuando llegan al poder los demócratas, quedan libres las fuerzas del mal
55.
Acullá, de improviso, se le descubre un fuerte castillo o vistoso alcázar, cuyas murallas son de macizo oro, las almenas de diamantes, las puertas de jacintos; finalmente, él es de tan admirable compostura, que, con ser la materia de que está formado no menos que de diamantes, de carbuncos, de rubíes, de perlas, de oro y esmeraldas, es de más estimación su hechura; ¿y hay más que ver, después de haber visto esto, que ver salir por la puerta del castillo un buen número de doncellas, cuyos galanos y vistosos trajes, si yo me pusiese ahora a decirlos como las historias nos los cuentan, serían nunca acabar; y tomar luego la que parecía principal de todas por la mano al atrevido caballero que se arrojó en el ferviente lago, y llevarle, sin hablarle una palabra, dentro del rico alcázar o castillo, y hacerle desnudar como su madre le parió, y bañarle con templadas aguas, y luego untarle todo con olorosos ungüentos, y vestirle una camisa de cendal delgadísimo, toda olorosa y perfumada, y acudir otra doncella y echarle un mantón sobre los hombros, que, por lo menos, dicen que suele valer una ciudad, y aun más? ¿Qué es ver, pues, cuando nos cuentan que, tras todo esto, le llevan a otra sala, donde halla puestas las mesas, con tanto concierto, que queda suspenso y admirado? ¿Qué el verle echar agua a manos, toda de ámbar y de olorosas flores destilada? ¿Qué el hacerle sentar sobre una silla de marfil? ¿Qué verle servir todas las doncellas, guardando un maravilloso silencio? ¿Qué el traerle tanta diferencia de manjares, tan sabrosamente guisados, que no sabe el apetito a cuál deba de alargar la mano? ¿Cuál será oír la música que en tanto que come suena, sin saberse quién la canta ni adónde suena? ¿Y, después de la comida acabada y las mesas alzadas, quedarse el caballero recostado sobre la silla, y quizá mondándose los dientes, como es costumbre, entrar a deshora por la puerta de la sala otra mucho más hermosa doncella que ninguna de las primeras, y sentarse al lado del caballero, y comenzar a darle cuenta de qué castillo es aquél, y de cómo ella está encantada en él, con otras cosas que suspenden al caballero y admiran a los leyentes que van leyendo su historia? No quiero alargarme más en esto, pues dello se puede colegir que cualquiera parte que se lea de cualquiera historia de caballero andante ha de causar gusto y maravilla a cualquiera que la leyere; y vuestra merced créame, y como otra vez le he dicho, lea estos libros, y verá cómo le destierran la melancolía que tuviere, y le mejoran la condición, si acaso la tiene mala
56.
Además, lee una y otra vez todos los días, de manera ferviente e incansable, todas las versiones sucesivas de todos los textos del Gran Hombre, comentándolos convenientemente, ofreciendo su apoyo, su admiración, su entusiasmo, en ocasiones incluso algún buen consejo literario
57.
La idea es ingeniosa, pero no creo que haya habido jamás un stajanovista tan ferviente que cuando tenía algo urgente que transmitir no interrumpiera el trabajo para decirlo
58.
Aquel hombre que poseía, y posee, una fortuna valorada por el Financial Times en dos mil millones de dólares; que cotiza las acciones de sus empresas en los mercados financieros de Wall Street, de la City de Londres, de la despiadada Bolsa de Tokio; que compra y vende solares y manzanas enteras de rascacielos como si jugara al Monopoly; que fue recibido en audiencia privada por el Papa a los pocos días de su segunda boda, en compañía de su joven esposa, vestida para la ocasión con un ondulante traje negro y una clásica mantilla española, entregándole de paso el Sumo Pontífice un mensaje secreto de nuestro monarca; que ejerce una influencia al parecer terminante en varios gobiernos sudamericanos y africanos; que es confidente, amigo y asesor de las más altas jerarquías de la nación: aquel plutócrata, supo Lorencito, con asombro, incluso con terror, porque se veía claro que tras su voz tan suave y sus maneras delicadas se ocultaba una ambición sin límites, era también un ferviente y desatado católico, un buscador y coleccionista implacable de cuantas imágenes y reliquias milagrosas podía comprar o robar, sin importarle el precio o los medios necesarios para lograr sus fines
59.
Al mando de esta fragata está un ferviente bonapartista, de nombre Charles de La Tour, un tipo raro que en cierto modo a Christy le cae bien
60.
Es un ferviente romántico, gran admirador de Byron; por lo visto aprendió inglés con el propósito de leerlo en el original
61.
Realizaba profundas investigaciones; leía mientras la luna seguía su órbita por encima del valle de la alta montaña resplandeciente de cristales, leía libros sobre la materia orgánica, sobre las cualidades del protoplasma, de esa sustancia sensible que se mantiene en un extraño estado interino entre la composición y descomposición, y sobre el desarrollo de sus formas, siempre originales y presentes; leía tomando una parte ferviente en la vida y en su misterio sagrado e impuro
62.
Hablaba entonces de las cámaras electorales, del censo de ciudadanos y de las papeletas de los comicios, sopesaba cualquier posible eventualidad, citaba literalmente y de corrido el solemne juramento que habían de pronunciar los votantes, hablaba del «libre y franco debate» sobre todos los candidatos cuyos nombres figuraban en la lista que, según la Constitución, habría de realizarse en las respectivas cámaras, y expresaba su ferviente deseo de que le permitiesen tomar parte en el «libre y franco debate» cuando le tocase el turno al candidato Hermann Hagenström
63.
¿Por qué? Tal vez no sólo por un ferviente sentimiento piadoso hacia el difunto cónsul, sino porque un inconsciente instinto la llamaba a intentar conciliar su fuerte vitalidad con el reino de los Cielos para que allí tuvieran a bien concederle una muerte dulce pese a su inquebrantable deseo de aferrarse a la vida
64.
La situación era insostenible, se producían tremendos encontronazos entre ambas y, por más que la señora Permaneder intercedió por ella con la misma ferviente insistencia con que había rogado que no se deshicieran de las dos grandes mansiones y sus muebles, la vieja Ida fue despedida
65.
El ayudante era un adorador ferviente de todos los dioses, y en particular del General Divino
66.
Sus ojos enrojecidos brillaban con una intensidad ferviente, con una mezcla de desesperación y de esperanza tales que, al verla, a David le dolió en el corazón
67.
Las casas de juego mostraban luces más brillantes y una actividad más ferviente
68.
Había exprimido medio limón en su boca y ahora acercaba a los labios la copa de pisco, con una mirada ferviente y codiciosa-
69.
Una tarde, en un bar de San Francisco, se apoyó en la barra con ferviente intensidad y trató de analizarlo:
70.
Pero mientras Cosroes caía de sus alturas para precipitarse a la deshonra y la muerte, Mahoma poco a poco unía a las vigorosas tribus árabes y les inspiraba una ferviente creencia en una nueva religión, una total confianza en la justicia de su causa y la inmediata recompensa del Paraíso para aquellos que luchasen y muriesen por esa causa
71.
Para Pericles esta confianza era totalmente racional; la experiencia había probado su validez; y admitía, según pienso, que brota de una confianza en la misma vida, de una creencia ferviente y creadora de que el hombre es capaz de transformar la naturaleza, por azaroso y difícil que pueda ser semejante proceso
72.
dijo que Jason todavía era el tesorero pero Padre dijo por qué iba a trabajar Tío Maury si él padre podía mantener a cinco o seis negros que no hacía más que sentarse con los pies dentro del horno por supuesto que podía alimentar y alojar a Tío Maury de vez en cuando y prestar un poco de dinero a quien mantenía su creencia, de Padre, en la derivación celestial de sus propias especies con tan ferviente ardor entonces Madre lloraba y decía que Padre creía que su familia era mejor que la de ella que estaba poniendo a Tío Maury en ridículo a fin de enseñarnos lo que ella no entendía que Padre nos estaba enseñando que todos los hombres son acumulaciones muñecos rellenos de serrín recogido de los basureros a los que habían sido arrojados todos los muñecos precedentes el serrín fluyendo por qué herida en qué parte que por mí no murió
73.
Los lectores que hayan leído mis anteriores novelas recordarán la intensa, ferviente y sacrílega relación entre el vampiro Armand y el cuadro florentino titulado El cortejo de los reyes magos, pintado para Piero de Médicis por Benozzo Gozzoli, que en la actualidad se exhibe en Florencia en todo su esplendor
74.
—Nynaeve no entendía cómo era posible que la voz de Masema fuera tan ferviente y tan fría al mismo tiempo—
75.
–Echó a la escoba una mirada de ferviente admiración y dijo-: ¡Vamos!
76.
Susan sabía que, en opinión de Rowland, el excanciller -un erudito, escritor, abogado y ferviente católico- era un hombre digno de respeto y un ejemplo para todos
77.
Rydag ya tiene nombre y ha sido aceptado por el Clan –dijo, con la ferviente esperanza de que así fuera
78.
Los malditos réprobos entran por la puerta delantera, entregan su diente falso al mayordomo y se les saca por la puerta trasera al patio de atrás donde el verdugo de la corte los está recompensando con ferviente entusiasmo
79.
Su aspiración, su deseo ferviente, era hacer una salida en descubierta, encontrarse cara a cara con la víctima propiciatoria y llevar a cabo lo que denominaba «el degüello», imaginado con ansia, incluido aquel movimiento preliminar de alerta y parada, de una muerte segura para el adversario
80.
El producto del saqueo y la matanza fue solemnemente distribuido entre los que a él tenían derecho, el día de Santiago, patrón de España, después de una ferviente invocación a la divinidad
81.
Más adentro, ya por los caminos de piedra se observaban todas las señales de una constante y ferviente actividad, de un continuo quehacer: los antiguos habitantes, los convalecientes, los dignatarios, los encargados del almacén, los afortunados miembros elegidos de los destacamentos internos iban y venían, cumpliendo con sus tareas cotidianas
82.
Y por eso estaban presionando hasta el límite, dirigidos por Jackie, que navegaba por el complejo de almacenes tan bella y entusiasta como siempre, ocultando su deseo de poder tras su amor por Marte y su devoción por los ideales de su abuelo, y tras su buena voluntad esencial, rayana en la inocencia, la joven universitaria con el deseo ferviente de que el mundo fuera justo
83.
En tiempos de Sam Norton, la enfermería no estaba tan abarrotada y yo diría que los enterramientos a la luz de la luna cesaron por completo, lo cual no quiere decir, por otra parte, que el señor Sam Norton no fuera un ferviente partidario del castigo
84.
Los legionarios les formaron un cordón con sus cuerpos a todo lo largo de la travesía de estrechas callejuelas que fueron el sombrío y ferviente decorado de su existencia
85.
¿Se ceñiría Caín a una definición moderna y buscaría entre las sectas con sede en Madrid o se ajustaría a los cánones medievales en los que cualquiera que no siguiera de forma ferviente (e intachable) a Cristo tenía los días contados? Con seguridad, elegiría la primera opción, pues el reto lo era todo
86.
En silencio, y en lo más profundo de mi corazón, repetí sus últimas palabras y su ferviente deseo
87.
La actuación del gobierno en los primeros seis meses de la guerra está presidida por este anhelo ferviente de conseguir la eficacia necesaria en la dirección de la lucha con el mínimo estrago