Use "indecisión" in a sentence
indecisión example sentences
indecisión
1. pintaba sobre la indecisión de la seda ajada
2. árboles sobrenadaban en la indecisión de lallanura
3. vecesresplandeciera para él, transfigurada, en la indecisión de
4. azul,pero ya muy velado por la indecisión que ponían las
5. que desde entonces comenzó a sentir la indecisión y el aturdimiento que le acompañaron hasta
6. volvió a caer en su indecisión cuando sehalló sentado entre las dos hermanas
7. En tan congojoso estado de indecisión se hallaba el americano
8. percibir en vagorosa indecisión las peñas y losarbustos
9. corta indecisión, movía bondadosamente lacola y se limitaba a husmear los
10. indecisión hasta lo último, y se complacióen suponer que el amor de la vida y del mundo había
11. En aquel momento, no se explicaba su indecisión en acceder a
12. La vieja, después de un corto silencio, miró a Gabriel con indecisión
13. indecisión la cavidadadornada de la estancia
14. vacilación, al fin sedecidió la esposa a dirigir algunas palabras a su padre, si bien concierta indecisión y embarazo, pues conocía bien el carácter de éste ymejor aún el suyo propio
15. silenciosos, con visible indecisión
16. indecisión, la falta de audacia y laprudencia exagerada, rayana en lo ridículo
17. Ni lentitud ni indecisión entran en elcarácter de los sabinos, a cuyo
18. torno de ella con indecisión
19. Pero de pronto la indecisión y el miedo abríanse paso al través de suscreencias,
20. Carmen siguió mirando en torno de ella, pero con cierta indecisión,
21. Lo ocurrido durante aquellas dos horas en la Brunete es inexplicable; inexplicable a menos que se admita que un vértigo de cobardía o de indecisión similar al que se adueñó de los capitanes generales se adueñó también de los golpistas de la Brunete
22. Éste fracasó igualmente cuando quiso difundir un manifiesto donde exponía las razones de los golpistas: el periódico El Alcázar rehusó publicarlo en sus páginas; la emisora La Voz de Madrid alegó problemas técnicos para no emitirlo: ambos medios privaron así al comandante de un recurso propagandístico orientado a vencer la indecisión de sus compañeros de armas en todo el país
23. Aquella tarde, mientras Meg escribía a su padre para informarlo de la llegada de la viajera, Jo subió la escalera a hurtadillas, entró en el dormitorio de Beth y, encontrando a su madre en el lugar acostumbrado, se detuvo por un minuto retorciendo su cabello con los dedos con gesto de indecisión y perplejidad
24. —Sí, señor —respondió el desconocido con cierta indecisión y sonrojándose
25. A la nave no le gusta toda esta indecisión y cambio de planes
26. Tras un momento de indecisión descendió con paso lento hacia el mar
27. -Vamos, pues, a la costa –dijo el Corsario tras una breve indecisión
28. El “Garona” navegó en dirección a Australia durante cuatro días sin divisar la chalupa de los ex tripulantes, y después de largo indecisión, Parry optó por desviarlo hacia el sudoeste
29. Parecía la imagen de la indecisión y daba vueltas y más vueltas a la gorra que llevaba en las manos
30. Nacib, después de un momento de indecisión, apresuró el paso para alcanzarlos
31. Durante su caminata por las gastadas losas del patio, pulidas por los pies de innumerables peregrinos, Morgan experimentó una súbita indecisión, nada habitual en él
32. No pude identificar las emociones que dejaba entrever su expresión, la tristeza, la indecisión, la confusión y la perplejidad que lo transformaron
33. Viendo mi indecisión y perplejidad, añadió con punzante y cruel ironía:
34. El rey Mitrídates en persona fue a enfrentarse con Cayo Casio, pero su indecisión le jugó una mala pasada; empezó a vacilar y Casio tuvo noticia de la derrota de los bitinios y de Aquilio antes de que Mitrídates le alcanzara
35. Humor endiablado tenía el General en aquellos días, y su indecisión revelaba la crisis de su ánimo
36. Fernando, que ya conocía su indecisión y el confuso laberinto a que había llegado su voluntad, no las tenía todas consigo
37. Pude darme cuenta de que el pobre doctor se encontraba sumido en la más profunda indecisión, de donde fue rescatado por la voz grave y sonora del duque barbirrojo, que resonó como un gong llamando a comer
38. Iba a despedirse, pero notó cierta indecisión en la voz de Elín
39. Pero también me asaltaron momentos de indecisión y duda, durante los cuales me pareció escuchar vuestro consejo lejano indicándome el camino a seguir para tomar la decisión más acertada
40. El hombre me examinó detenidamente con un destello de indecisión en los ojos
41. Hubo un silencio de indecisión, y entonces Bayta dijo con calma:
42. A menudo permanecía indeciso con respecto al curso de acción que debía seguir en casos particulares, y esta indecisión le hacía parecer a veces un cobarde
43. De hecho, uno de sus problemas más comunes es la indecisión que le aturde a la hora de tomar decisiones importantes, ya sea comprar un traje nuevo, escoger el colegio de los niños o cambiar la decoración del piso, porque mi hermana cae con facilidad en la inercia de la duda y la mayoría de las veces necesita apoyarse en la opinión de otro para tomar la suya propia, así que es incapaz de ir de compras sola o de elaborar el menú para una cena sin haber llamado previamente a mi madre unas quinientas veces
44. A Jordán le sorprendió notar cierta indecisión en el comportamiento de Dawson, que se acercó al escritorio antes de dar una respuesta precisa a la pregunta
45. Al otro, el que está al lado de los pobres, o de los débiles, o de los marginados, el que lleva un jersey y unas Reebok, ese mismo, habrá empezado con alguna deslumbrante aparición caótica del infinito, algo que en la penumbra de su juventud le habrá dictado vagamente el imperativo de tomar posición, y la sugerencia de qué parte estar, todo habrá empezado como debe empezar, de un modo honesto, pero luego, Dios santo, cuando vuelves a verlo ya adulto y famoso, Jesús, famoso, da cosa ya sólo decirlo, famoso, con su nombre en los periódicos y las fotografías, con el teléfono sonando sin parar porque los periodistas quieren preguntarle su opinión sobre esto o aquello, y él responde, puta miseria, responde, y participa, y marcha en cabeza de las manifestaciones; el teléfono de los sacerdotes no suena, Gould, quiero decírtelo con toda la crueldad necesaria, tú no puedes saberlo pero el teléfono de los sacerdotes no suena porque su vida es un desierto, es programáticamente un desierto, una especie de parque natural protegido, donde la gente puede mirar, pero desde lejos, son animales de parque natural, nadie puede tocarlos, ¿puedes imaginártelo, Gould?, para los sacerdotes es todo un problema incluso dejarse tocar, ¿has visto alguna vez a un sacerdote dando un beso a un niño o a una señora?, sólo para saludarlos, no pienses mal, una nimiedad, lo normal, pero él no puede hacerlo, la gente de alrededor enseguida tendría una sensación de malestar y de inminente irritación, y ésta es la durísima condición cotidiana del sacerdote en este mundo, él, que podría ser un hombre como los demás y que ha elegido en cambio esa soledad vertiginosa, que no tendría vía de escape, nada, salvo una idea, una idea incluso justa, llegada desde fuera para cambiar ese panorama, para devolverle una tibieza de humanidad, una idea que, bien utilizada, perfilada, revisada, protegida de los arriesgados choques con la verdad, conduce al sacerdote fuera de su soledad, simplemente, y poco a poco hace de él el hombre que es ahora, rodeado de admiración, y ganas de acercársele, e incluso deseo en estado puro, un hombre con jersey y Reebok, nunca solo, se mueve arropado por hijos y hermanos, nunca perdido porque está constantemente conectado a alguna terminal de los medios de comunicación, de vez en cuando entre la multitud atrapa al vuelo los ojos de una mujer cargados de deseo, piensa qué puede significar eso para él, esa vertiginosa soledad y esta vida que estalla, ¿hay que sorprenderse si está dispuesto a morir por su idea?, él existe en esa idea, ¿qué significa morir por esa idea?, estaría muerto de todas formas si se la quitaran, se salva en esa idea, y el hecho de que con ella salve a cientos o a lo mejor a miles de semejantes no cambia ni un ápice en este asunto, y es que ante todo se salva a sí mismo, con la coartada accesoria de salvar a los demás, robando a su destino esa necesaria dosis de reconocimiento y admiración y deseo que le hace estar vivo; vivo, Gould, ¿comprendes bien esta palabra?, vivo, sólo quieren estar vivos, hasta los mejores, los que construyen justicia, progreso, libertad, futuro, incluso para ellos se trata de una cuestión de supervivencia, acércate todo lo que puedas, si no me crees, mira cómo se mueven, a quién tienen a su alrededor, míralos e intenta imaginarte qué sería de ellos si por casualidad un día se despertaran y cambiaran de idea, simplemente, qué quedaría de ellos, intenta arrancarles una respuesta que no sea una instintiva autojustificación, mira si puedes aunque sea una sola vez escucharles pronunciar su idea con el estupor y la indecisión de alguien que la descubriera en ese momento y no con la seguridad de alguien que te está mostrando con orgullo la devastadora eficacia del arma que empuña, no te dejes engañar por la aparente docilidad de su tono, por las palabras que eligen, astutamente dóciles, están luchando, Gould, luchan con los dientes por la supervivencia, por la comida, la hembra, la madriguera, son animales, y eso que son los mejores, ¿comprendes?, ¿qué puedes esperar de los demás que sea distinto, de los pequeños mercenarios de la inteligencia, de los comparsas en la gran lucha colectiva, de los pequeños guerreros cobardes que rapiñan restos de vida en los márgenes del campo de batalla, conmovedores basureros de salvaciones irrisorias, cada uno con su ideíta artificial, el médico a la caza de financiación para pagar el internado de su hijo, el viejo crítico que intenta paliar el abandono de su vejez con cuarenta líneas a la semana que suelta donde hagan un poco de ruido, el científico y su puré de Vancouver con que alimentar de orgullo a mujer, hijos, amantes, las penosas apariciones televisivas del escritor que teme desaparecer entre un libro y otro, el periodista que apuñala a diestro y siniestro desde la primera página para estar seguro de existir al menos otras veinticuatro horas más, sólo están luchando, ¿lo comprendes?, lo hacen con ideas porque no saben utilizar otra cosa, pero en esencia es lo mismo, es lucha, y son armas sus ideas, y por mucho asco que nos dé admitirlo, están en su derecho, su deshonestidad es una lógica deducción de un deseo primario, y por tanto necesario, su asquerosa traición cotidiana a la verdad es la consecuencia natural de un estado natural de indigencia que hay que aceptar, no puede pedírsele a un ciego que vaya al cine, no puede pedírsele a un intelectual que sea honesto, no creo, de verdad, que pueda pedírsele, por muy deprimente que sea admitirlo, pero el concepto mismo de honestidad intelectual es un oxímoron
46. El estado de ánimo del anfitrión cambió de repente: la indecisión se vio reemplazada por cierta seguridad
47. 3 Wood, «un tipo robusto y jovial»,4 era igualmente inmune a la indecisión
48. La indecisión característica de este Partido resultó letal
49. Yo le pedí a ella que dijera específicamente que le habían dicho sobre el infierno; cuando niña, y su eventual respuesta fue un rostro conmovedor y expresivo durante la larga indecisión antes de responder: “Es extraño ¿No es así? Después de todo este tiempo, todavía tiene el poder
50. Ahora se le ocurrían diversas opciones de actuación, y permanecía en pie presa de la indecisión