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mundano example sentences
mundano
1. Las señoras entraban y salían, dejando en el ambiente dela casa un perfume mundano que algunas narices de reclusas aspiraban conavidez
2. Iba cesando el rumoreo mundano
3. de Jesucristo, cuando lo que sienten es verdadera pasión por un ideal mundano
4. Torna á hablar el clérigo mundano
5. Arcipreste atribuye al clérigo mundano, que quierejuntar la Fe y el miedo al infierno con tan horrendo
6. mayor esplendor mundano, encontré esta frase: «El cambiode las modas es una
7. el poder mundano, arrostró con serenidadlas privaciones, los insultos, los tormentos, y porfin una
8. mundano, hizo su aparición en aquel hogar hastaentonces casi
9. ytransparentes, eran doctas en los secretos del amor mundano
10. ángel mundano que derrama sobre el corazón del
11. prescindía de toda erudiciónque pudiera parecerles enfadosa; adoptaba un lenguaje mundano
12. elocuencia exponía «las razones que,desde el punto de vista mundano, aconsejaban el
13. 1 TENIA empero tambien el primero [sus] justificaciones del culto, y [su]santuario mundano
14. La causa del Príncipe representa, y no puede menos de representar, la adopción de los principios de gobierno fundados en la libertad, la extinción de los privilegios y el fin del mundano poderío de un clero fanático y, por lo general, poco ilustrado, eterno obstáculo de nuestra prosperidad y esplendor
15. A este genio pero supersticioso político mundano le parecía que la supervivencia del pueblo judío y su admirable y tenaz adhesión a sus rituales y narraciones antiguas demostraba el trabajo de una mano invisible
16. Tras la mesa la imponente figura del mundano prelado, que en la intimidad vestía como un antiguo señor feudal con el único distintivo de una preciosa cruz de oro, regalo de su tío el cardenal, que colgaba de su cuello pendiente de una cadena del mismo metal; y en el anular de su diestra su pastoral anillo, sentado en un imponente sitial que anteriormente presidió una famosa colegiata; y frente a él, dos sillones de menor entidad, para los visitantes; en uno de ellos se ubicaba en aquel instante el canciller del rey, don Pedro López de Ayala
17. En comparación con éstos, los vampiros de París habían sido primitivos, bastos e infantiles; sin embargo, terminé por entender que había sido el propio carácter sofisticado y mundano de París lo que había impulsado a Armand y a su grey a apartarse del contacto con los mortales
18. Lady Lydiard había sentido un placer mundano al alterar el sentido de la propiedad de la profesora… y estaba dispuesta a llegar a mayores extremos sobre la delicada cuestión de los motivos de Isabel para dejar su casa
19. La monjita que disfrutó esa historia por primerva vez después de Sofía, y que es algo literata y no muy intransigente con lo mundano, me la dio a leer a mí: somos grandes amigas, paisanas, y a sus buenos consejos debo yo el haber salido bien de ciertas borrascas que en su día sabrá
20. —Tu invitado es mundano, un personaje azogado en cuyos pensamientos anidan la avaricia y la traición
21. En esa sociedad cerrada, alejada del tráfago mundano y exclusivamente formada por hombres (o por mujeres, en los monasterios femeninos) uno de los pocos alicientes de la vida residía en la gastronomía
22. Desde un punto de vista mundano, nada sacaría en limpio con la amistad de Sir Walter, nada ganaría con que las cosas cambiaran
23. Tenía fuertes sentimientos de unión y honor familiares, sin ninguna debilidad u orgullo; vivía con la liberalidad de un hombre de fortuna, pero sin dilapidar; juzgaba por sí mismo en todas las cosas esenciales sin desafiar a la opinión pública en ningún punto del decoro mundano
24. Humilde y hambriento, pensó, sorprendido de que un pensamiento tan mundano invadiera su cabeza en un momento como aquél
25. Las señoras entraban y salían, dejando en el ambiente de la casa un perfume mundano que algunas narices de reclusas aspiraban con avidez
26. vos influya en el mundano
27. Así, el amado lector podrá darse cuenta de que, después de haber bebido en las fuentes de la sabiduría, puedo ofrecerle algo más que este mundano ensayo sobre el sexo y sus ramificaciones
28. Gran inversionista suizo, arquitecto, mundano y sibarita, con cierta debilidad por el rock de los noventa
29. Algunos historiadores han descrito a éste como hombre mundano y ambicioso, postulando que la frustración de sus planes tenía por objeto el sojuzgamiento de sus inconvenientes aspiraciones seculares
30. Maître Andrieu no sólo gozaba de una reputación excepcional de Jurista, era también un hombre mundano, y entre sus clientes figuraban artistas, escritores y las estrellas de la Opéra
31. Un individuo de aspecto artero, con el pelo ondulado, vestido siempre con cierto rebuscamiento y fingiendo un desenfado mundano
32. Era la venganza de mi ejercitada facultad histórica sobre la evidencia del juicio mundano, el más bajo común denominador para quienes conocía, pero inapelable debido a la anchurosidad del mundo
33. Creo que, de hecho, en el análisis final, y eso es lo que resulta tan atractivo en cuanto a lo que Nick Hornby está intentando decir en su defensa: que en un mundo más bien mundano y anodino ha encontrado algo capaz de proporcionarle experiencias emocionales que
34. Ahora posee dos parroquias, aunque nunca ha estado en ellas, y una buena porción del botín; así que, desde el punto de vista mundano, es un hombre mucho más importante que antes
35. El autor exponía la filosofía del amor físico y la voluptuosidad con una especie de paganismo mundano y epicúreo
36. Se encontraba allí sentado, perdido en amargos y tristes pensamientos sobre su destino, sobre su porvenir, cuando un profesor de la institución de los jesuítas Stella Matutina, que paseaba por el parque, se sentó a su lado, se quitó el sombrero, cruzó las piernas bajo su sotana de cura mundano y, después de leer durante algún tiempo su breviario, entabló una conversación que continuó muy animada y que había de decidir el destino de Leo
37. Se dio cuenta de que esta particularización de lo mundano era el resultado de una repentina mutabilidad del mundo de los sentidos
38. Y, volviendo a las razones que impidieron a Odette el acceso al barrio de Saint–Germain, convendrá Hacer notar que la última vuelta del calidoscopio mundano la determinó una serie de escándalos
39. Y ocurre igualmente que los productores de obras geniales no son aquellos seres que viven en el más delicado ambiente y que tienen la más lúcida de las conversaciones y la más extensa de las culturas, sino aquellos capaces de cesar bruscamente de vivir para sí mismos y convertir su personalidad en algo semejante a un espejo, de tal suerte que su vida por mediocre que sea en su aspecto mundano, y ‘hasta cierto punto en el intelectual, vaya a reflejarse allí: porque el genio consiste en la potencia de reflexión y no en la calidad intrínseca del espectáculo reflejado
40. Las almas, al despojarse de la envoltura terrenal, actuaban su pasado mundano en límpida y hermética visión de conciencias puras
41. He encontrado a Saint-Loup el domingo por la mañana en el paseo de las acacias, ¡monta con otro señorío!, respondió otro, y con conocimiento de causa, ya que aquellos jóvenes pertenecían a una clase que, si no trata asiduamente al mismo personal mundano, con todo, gracias al dinero y al ocio, no difiere de la aristocracia en la experiencia de todas aquellas elegancias que pueden comprarse
42. Y es tan necesaria la conexión entre ciertas cualidades literarias y la falta de éxito mundano, que al leer hoy las Memorias de la señora de Villeparisis, tal epíteto justo, tales metáforas que se siguen, bastarán al lector para que con su ayuda reconstituya el saludo profundo, pero glacial, que debía dirigir a la vieja marquesa, en la escalera de una Embajada, una snob como la señora de Leroi, que tal vez le dejaba un tarjetón doblado de paso que iba a casa de los Guermantes, pero que nunca ponía los pies en su salón por miedo a rebajarse en medio de todas aquellas mujeres de médicos o de notarios
43. Cuando decía de una mujer: “Parece ser que es encantadora”, o de un hombre que era lo más inteligente que darse cabe, no creía tener otras razones para consentir en recibirlos que ese encanto o esa inteligencia, sin que el genio de los Guermantes interviniese hasta ese minuto último: más profundo, apostado a la oscura entrada de la región en que los Guermantes juzgaban, ese genio vigilante les impedía encontrar inteligente al hombre o encantadora a la mujer, si uno u otra carecían de valor mundano, actual o futuro
44. Pues bien; en ese momento del año, cuando la gente invitaba a cenar a la duquesa de Guermantes, apresurándose, no fuese que estuviera ya comprometida, ella declinaba las invitaciones por la única razón en que jamás hubiera pensado un mundano: iba a emprender una excursión por mar para visitar los fiordos de Noruega, que le interesaban
45. Así es que por más que el amigo de los Guermantes no dijera sino cosas falsas a cuenta de mí, ni me rebajó ni me enalteció (desde el punto de vista mundano) en la idea que de mí siguió forjándose
46. ” Claro está que el ser invitado a casa de la princesa de Guermantes quizá no fuese; desde el punto de vista mundano, más difícil que cenar en casa de la duquesa, y mis escasos conocimientos heráldicos me habían hecho saber que el título de príncipe no es superior al de duque
47. (“María-Gilbert” protegía a muchos de ellos; había que cuidarse de que no lo abordara a uno alguna ilustre cantatriz alemana); por cierto temor también con respecto al nacionalismo, al que, aunque detentara, como el señor de Charlus, el espíritu de los Guermantes, despreciaba desde el punto de vista mundano (ahora preferían, para glorificar al estado mayor, a un general plebeyo antes que a algunos duques); pero al que, sin embargo, como se sabía tan cotizada como mal pensada, hacía amplias concesiones, hasta llegar a temer estrecharle la mano a Swann en ese ambiente antisemita
48. Me parecía que le hubiese resultado más cómodo dejarlos sobre una silla; pero yo advertía que era poco conveniente e inútil pedirle que abandonara los ornamentos de su jira pastoral y su sacerdocio mundano
49. mundano en el que se
50. Los deslumbraba con sus relatos de cenas a las que nunca los invitarían, con la mención en las revistas o con el retrato -expuesto en el Salón que habían hecho de él tal o cual escritor o pintor reputados, de aquellos cuyo talento estimaban los titulares de las otras cátedras de la Facultad de Letras, pero de cuya atención no tenía ninguna probabilidad; en fin, por la elegancia de la misma ropa del filósofo mundano, elegancia que habían confundido primeramente con descuido hasta que su colega les explicara con benevolencia que el sombrero de copa puede dejarse en el suelo, durante una visita, y no se lleva para una cena campestre por elegantes que sean, debiendo reemplazarse por el fieltro, que acompaña muy bien al smoking