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    Use "oro" in a sentence

    oro example sentences

    oro


    1. Tenía desnudo, fuera de las ropas, un brazo, ceñida aún lamuñeca por la pulsera lisa de oro mate, y en el otro, puesto sobre laalmohada, apoyaba la cabeza, embelesada por ensueños formados conreminiscencias de la víspera


    2. Cruza su rico traje deterciopelo obscuro con pasamanería de oro una banda roja: al fondo hayun cortinaje rojo, y sobre un almohadón se ve el sombrero de terciopelocon plumas blancas


    3. »Pusieron al cuerpo el interior humilde atavío de difunto, y después levistieron como si estuviera vivo, como se acostumbra a hacer con losCaballeros de Órdenes Militares: puesto el manto capitular con la roxainsignia en el pecho, el sombrero, espada, botas y espuelas; y de estaforma estuvo aquella noche puesto encima de su misma cama en una salaenlutada; y a los lados algunos blandones con hachas, y otras luces enel altar donde estaba un Santo Cristo, hasta el sabado, que mudaron elcuerpo a un ataúd, aforrado en terciopelo liso negro, tachonado yguarnecido con pasamanos de oro, y encima una Cruz de la mismaguarnición, la clavazon, y cantoneras doradas y con dos llaves: hastaque llegando la noche, y dando a todos luto sus tinieblas, le conduxerona su último descanso, en la Parroquia de San Juan Bautista, donde lerecibieron los Caballeros Ayudas de Cámara de su Magestad, y le llevaronhasta el túmulo que estaba prevenido en medio de la capilla mayor;encima de la tumba fue colocado el cuerpo: a los dos lados había doceblandones de plata con hachas, y mucho número de luces


    4. En éstas estaban ricasimágenes de bulto de plata dorada y algunas de oro, con otras piezas degran valor


    5. Fué natural de Sevilla y de oficio bati-hoja, que quieredecir, de los que hacen panes de oro


    6. En vez de cantar un romance una solapersona, como antes se hacía, lo cantaron tres ó cuatro; trajes deterciopelo y calzas de seda no faltaban ya en ningún guardarropa, y enlugar de los muchachos, que antes representaban los papeles de mujeres,salían actrices al escenario, llevando perlas y cadenas de oro, y muchasveces en traje de hombres


    7. Con las letras de oro impresa,


    8. De lo que, sosegadamente al fin, le pasó a don Quijote en casa de unos cabreros, en donde se lució con el discurso sobre la Edad de Oro que se mandó


    9. precisión con sólo mirarlos, bolígrafos de oro que te graban las conversaciones sin que te


    10. nacarados yates con bañeras de oro y se entrevistan a menudo con los agentes del terreno

    11. cuerda de arco y daba de lleno en esa habitación, recubriéndola de una pátina de oro,


    12. se encuentra al fin cubierta de oro en toda su extensión, el hombre debe tomar la hoz y segar


    13. Algunos hombres, quizás el más valientes y decididos, ellas lo destripadas eventualmente las áridas montañas del oeste y el oro mineral fue el premio bien


    14. Pero, por desgracia, esta pirámide es tan alta, que desde su cima se puede ver la base y por lo tanto, justificada e inocente, qué puede el orden establecido, si no dona las leyes a sí mismo? Sangre, a cambio de dinero vil es aspirado antes por los políticos y luego, entre la multitud de industriales y comerciantes, que son el paso inmediatamente por debajo de este pico cubierto de oro


    15. precio de oro, y por lo menos tuvo el detalle de ofrecer a los


    16. el bolsillo en oro ¡Hijos de la gran puta!", pensó con


    17. estaba casada por el anil o que l evaba en su mano izquierda, un anil o sencil o de oro


    18. “El oro, el bronce, las coronas


    19. oro las iniciales del nombre que ahora quería olvidar


    20. Pedro Simón añade en su relato, que las ofrendas en metálico aumentaron con el tiempo y que el cacique de Simijaca hizo una vez una ofrenda de cuarenta cargas de oro

    21. El Precursor de la independencia americana se separó definitivamente de su amante, la cual le dio como regalo de despedida el grado de Coronel del ejército ruso, mil ducados en oro y cartas de crédito para los bancos de las principales ciudades europeas, las que parece supo emplear en magníficos regalos a otras dos Catalinas que fueron sucesivamente sus queridas, en Suecia y Noruega


    22. Su conducta despótica puesta en práctica a través del Consejo de Guerra Permanente, el de Purificación y la Junta de Secuestros que le proporcionó cerca de medio millón de pesos oro en tres meses, precipitaron a los patriotas a una lucha desesperada, en la que se vincularon Pola y Alejo


    23. El 18 de septiembre de 1819 se rindió en Santa Fe un homenaje a los libertadores, el cual incluía un desfile militar encabezado por los Generales, la coro* nación con laureles de oro a Bolívar y la entrega de una medalla conmemorativa, en oro y piedras preciosas, a aquéllos; en oro para los oficiales y en plata para suboficiales y soldados


    24. Todo concluyó con un abrazo cordial y un espléndido regalo al sublevado, consistente en dos hermosos caballos que le trajo del Perú, una espada y una lanza con incrustaciones de oro, así como un equipo de campaña


    25. Martin que estaba en sucapilla menor de la ALJAFERIA, y allí le entregó ó presentó el prioreste cáliz, y después de haberlo recibido en sus manos, el rey enagradecimiento dió al prior otro de oro de cinco marcos de peso deZaragoza, cuyos esmaltes y figuras se particularizan en el mismoinstrumento, con obligacion de que los monges no lo pudiesen vender niempeñar


    26. Sentado el servicio y acabada la danza, se quitó el manto yla ropa que llamaban cota, que era de paño de oro con armiños y perlas,y se la dió á uno de los músicos que allí había que llamaban juglares, yen las diez veces que se sirvió la mesa hizo otro tanto


    27. En el viñedo oculto y con rizos de oro


    28. La di fe ren cia prin ci pal en tre El gra no de oro y el Pros-


    29. El gra no de oro y el peón, con su


    30. En el cojín establece una medalla en forma de estrella en el oro, la plata y otros metales preciosos con incrustaciones de piedras preciosas todos preciosos

    31. El hierro es el componente principal con trazas de oro, plata y muchos otros metales preciosos


    32. «El oro! el oro es de la tierra Dios;»


    33. Y cual se tiñen de oro los Andes, ¡contemplad!


    34. «¡El oro! ¡El oro! es de la tierra Dios


    35. solamente un anillo de oro en el cual había grabadas unas letras


    36. Barbarita interrumpía un Padrenuestro para decir, todavía con laexpresión de la religiosidad en el rostro: «¿Rameaditas?, sí, y congolpes de oro


    37. En aquel telón habíaracimos de dátiles colgados de una percha; puntillas blancas que caíande un palo largo, en ondas, como los vástagos de una trepadora, pelmazosde higos pasados, en bloques, turrón en trozos como sillares queparecían acabados de traer de una cantera; aceitunas en barrilesrezumados; una mujer puesta sobre una silla y delante de una jaula,mostrando dos pajarillos amaestrados, y luego montones de oro, naranjasen seretas o hacinadas en el arroyo


    38. Lo primeroera romper la primitiva para coger el oro y la plata, pasando a la nuevala calderilla, con más de dos pesetas en perros que al objeto habíacambiado en la tienda de comestibles


    39. Sobre la camase esparcieron las tripas de oro, plata y cobre


    40. «Pasa, rata» replicó Moreno, que se acababa de dar un baño y estabasentado, escribiendo en su pupitre, con bata y gorro, clavados loslentes de oro en el caballete de la nariz

    41. «Me parece que este año he de comprar algún oro


    42. Al precio quetienen aquí las libras, vale más expedir oro, y por mi parte, me he dellevar todo el que pueda»


    43. Él estaba mandando oro y más oro


    44. ¡Cómo las ponderaba y se las encarecía al pobre a quien se lasregalaba!, ¡ella, que sacaba del bolsón la mano llena y cerrada, paraignorar lo que valía la limosna! Porque en el bolsón andaba revuelta laplata con el oro


    45. De modo que, como conel cultivo de la inteligencia vienen los gustos costosos, tan naturalesen los hispanoamericanos como el color sonrosado en las mejillas de unaniña quinceña; como en las tierras calientes y floridas, se despiertatemprano el amor, que quiere casa, y lo mejor que haya en la ebanisteríapara amueblarla, y la seda más joyante y la pedrería más rica para que atodos maraville y encele su dueña; como la ciudad, infecunda en nuestrospaíses nuevos, retiene en sus redes suntuosas a los que fuera de ella nosaben ganar el pan, ni en ella tienen cómo ganarlo, a pesar de sustalentos, bien así como un pasmoso cincelador de espadas de taza, quesabría poblar éstas de castellanas de larga amazona desmayadas en brazosde guerreros fuertes, y otras sutiles lindezas en plata y en oro, nohalla empleo en un villorrio de gente labriega, que vive en paz, o alpuñal o a los puños remite el término de sus contiendas; como connuestras cabezas hispanoamericanas, cargadas de ideas de Europa yNorteamérica, somos en nuestros propios países a manera de frutos sinmercado, cual las excrecencias de la tierra, que le pesan y estorban, yno como su natural florecimiento, sucede que los poseedores de lainteligencia, estéril entre nosotros por su mala dirección, ynecesitados para subsistir de hacerla fecunda, la dedican con excesoexclusivo a los combates políticos, cuando más nobles, produciendo asíun desequilibrio entre el país escaso y su política sobrada, o,apremiados por las urgencias de la vida, sirven al gobernante fuerte queles paga y corrompe, o trabajan por volcarle cuando, molestado aquel pornuevos menesterosos, les retira la paga abundante de sus funestosservicios


    46. Lucía, como una flor que el sol encorva sobre su tallo débil cuandoesplende en todo su fuego el mediodía; que como toda naturalezasubyugadora necesitaba ser subyugada; que de un modo confuso eimpaciente, y sin aquel orden y humildad que revelan la fuerzaverdadera, amaba lo extraordinario y poderoso, y gustaba de los caballosdesalados, de los ascensos por la montaña, de las noches de tempestad yde los troncos abatidos; Lucía, que, niña aun, cuando parecía que lasobremesa de personas mayores en los gratos almuerzos de domingo debíafatigarle, olvidaba los juegos de su edad, y el coger las flores deljardín, y el ver andar en parejas por el agua clara de la fuente lospececillos de plata y de oro, y el peinar las plumas blandas de suúltimo sombrero, por escuchar, hundida en su silla, con los ojosbrillantes y abiertos, aquellas aladas palabras, grandes como águilas,que Juan reprimía siempre delante de gente extraña o común, pero dejabasalir a caudales de sus labios, como lanzas adornadas de cintas y deflores, apenas se sentía, cual pájaro perseguido en su nido caliente,entre almas buenas que le escuchaban con amor; Lucía, en quien un deseose clavaba como en los peces se clavan los anzuelos, y de tener querenunciar a algún deseo, quedaba rota y sangrando, como cuando elanzuelo se le retira queda la carne del pez; Lucía que, con suencarnizado pensamiento, había poblado el cielo que miraba, y losflorales cuyas hojas gustaba de quebrar, y las paredes de la casa en quelo escribía con lápices de colores, y el pavimento a que con los brazoscaídos sobre los de su mecedora solía quedarse mirando largamente; deaquel nombre adorado de Juan Jerez, que en todas partes por donde mirabale resplandecía, porque ella lo fijaba en todas partes con su voluntad ysu mirada como los obreros de la fábrica de Eibar, en España, embutenlos hilos de plata y de oro sobre la lámina negra del hierro esmerilado;Lucía, que cuando veía entrar a Juan, sentía resonar en su pecho unascomo arpas que tuviesen alas, y abrirse en el aire, grandes como soles,unas rosas azules, ribeteadas de negro, y cada vez que lo veía salir, letendía con desdén la mano fría, colérica de que se fuese, y no podíahablarle, porque se le llenaban de lágrimas los ojos; Lucía, en quienlas flores de la edad escondían la lava candente que como las vetas demetales preciosos en las minas le culebreaban en el pecho; Lucía, quepadecía de amarle, y le amaba irrevocablemente, y era bella a los ojosde Juan Jerez, puesto que era pura, sintió una noche, una noche de susanto, en que antes de salir para el teatro se abandonaba a suspensamientos con una mano puesta sobre el mármol del espejo, que JuanJerez, lisonjeado por aquella magnífica tristeza, daba un beso, largo yblando, en su otra mano


    47. »En esos mismos Juegos florales se ofreció una pluma de oro a la mejorMemoria histórico-filosófica acerca de la expulsión de los moriscos ysus consecuencias en el reino de Valencia, a cuyo premio también opté,presentando una Memoria con el lema El tiempo es la mejor prueba de lajusticia


    48. Y un momento estas tres niñas blancas, gallardas, consus cabelleras de oro sueltas, con la cabeza caída, semejan esas bellasmujeres desmelenadas de Rafael en su Pasmo, de Ghirlandajo en su SanZenobio


    49. Un día, enla misa, el gobernadorcillo de los naturales que se sentaba en el bancoderecho y era estremadamente flaco, tuvo la ocurrencia de poner unapierna sobre otra, adoptando una posicion nonchalant paraaparentar más muslos y lucir sus hermosas botinas; el del gremiode mestizos que se sentaba en el banco opuesto, como teníajuanetes y no podía cruzar las piernas por ser muy grueso ypanzudo, adoptó la postura de separar mucho las piernas parasacar su abdómen encerrado en un chaleco sin pliegues, adornadocon una hermosa cadena de oro y brillantes


    50. ¿Cuándo se cubren de oro ypedrería los santuarios? 12






































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    oro in English

    gold

    Synonyms for "oro"

    dinero caudal