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los ojos del prelado, quien presenciaba la escena desde el cuadro
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prelado, éste mantuvo relaciones sexuales con los dos individuos, que fueron
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fuentes, utilizaron la grabación para extorsionar al prelado (El País Internacional
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—Señora duquesa…—suplicó el prelado, casi con lágrimas en los ojos
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» El prelado meditaba, bajos los
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—»¡Que Dios le reciba en su seno!—dijo el prelado al moribundo
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La pálida y moribunda desposadavolvió hacia el prelado sus ojos, en los que
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La pobre niña arrodillose a los pies del prelado y le manifestó lossentimientos de su
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prelado, y oponersedirectamente a sus intenciones episcopales, procuraba encontrar
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encontrando eneste digno prelado un protector solícito de la humanidad, dispuesto áponer en juego todos
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la ciudad, losperiodistas católicos y hasta el prelado de la
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Jesuitasocuparon la atención del célebre Prelado de que
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con cuya condición el prelado ayudó consus fondos particulares
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Prelado se llevó a suPalacio mantuvo a todos los religiosos
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Palencia, prelado de muchas letras i erudicion
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cardenal Paulo, prelado quepor su virtud y santidad, y por lo benemérito que fué de la
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Victoria en esto viene, por prelado
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al prelado con patillas que hacía temblar atoda la diócesis con su genio acre y desabrido y sus
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que la mitra está sobre el trono y la corona del rey alos pies del prelado
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velaban los restos del prelado
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Las gentes de la Primada acogían con obstinado silencio la menor alusiónal prelado reinante
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Un ligero ademán del prelado bastó para que se
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El prelado acogía con sonrisas la franqueza enérgica de la buena mujer
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El prelado excitábase hablando de sus luchas con el cabildo
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Calló largo rato el prelado; pero en su irresistible afán de confesarsecon la sencilla mujer,
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toda complicidad conlos enemigos del prelado
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pensandoen la mirada dura y soberbia que clavaría en ellos el iracundo prelado
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Era por lo único que le interesaba lasuerte del prelado
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El alfayate llamaba serenísimo señor al prelado, pero pedía losuyo
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horas, engañando al hambre con la risa, y el prelado y la dama
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besando, con el corazón desahogado ya, la amatista que brillasobre el anular del prelado
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El prelado lobendijo
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El prelado vino a la reja y dijo a la novicia:
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y el prelado diocesano, que habíaapoyado la solicitud de la dispensa en su probada virtud,
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Puesto, finamente, en libertad aquel prelado volvió con él á
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En torno á la capilla y á la granjade aquel prelado,
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una carta para el mismo prelado Arias, enque le suplicaba
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procure ver El Cristo de las batallas,que este Prelado
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La mayoría de la gente estaba convencida de que el prelado haría público un comunicado relacionado con la reliquia
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El portugués se dio cuenta de que el humor del prelado se estaba torciendo
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En aquel punto, levantándose el prelado dio por concluida la entrevista
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Sobre la primera se abría una gran balconada de piedra que se usaba en aquellas ocasiones en las que el prelado o alguna destacada personalidad eclesiástica o civil debía dirigirse al público que llenara la plaza que ante ella se abría, y a ambos lados de la misma se ubicaban sendos ventanales y tres más pequeños a la altura del segundo piso; en las otras tres fachadas eran seis los ventanales, pero no se abría en ellas balcón alguno
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La espera fue breve y la aprovechó el portugués para repasar su exposición a fin de que ésta se ciñera a los gustos de su excelencia, pues de ello dependía en gran parte la generosidad del prelado y, por ende, lo abultado de la escarcela de doblones que como remuneración de sus servicios y previsión de futuros gastos sin duda le entregaría
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Un tintineo de llaves precedió al secretario, que se personó para acompañarlo a la presencia del prelado
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Recogió don Sebastián su ferreruelo del escabel donde lo había dejado y a la indicación del coadjutor se dispuso a acompañarlo; avanzaron a través de un largo corredor jalonado cada diez pasos por la pintura de una figura de la iglesia hispana, ya fuera un santo, un cardenal, un apologeta o un prelado que hubiera precedido en el cargo al actual secretario, y llegaron al salón que era la antecámara del despacho del obispo
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El prelado se ubicó en el extremo del sofá y, tras arrebujarse en sus amplios ropajes, indicó al portugués que lo hiciera en el sillón del mismo lado
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El de Fleitas relató concisa y escuetamente, a gusto del prelado, todas las noticias que a través de sus delatores y por sus propias indagaciones había obtenido, comenzando por las referencias que hasta él habían llegado de la audiencia, tan trabajosamente conseguida, por el hidalgo con don Jerónimo Villanueva y llegando hasta su última entrevista en Zamora en el mesón de Bellido Dolfos con su informador
48.
Tras una oración en latín y luego de encender un cirio al lado de los Evangelios, uno de los dos clérigos, el que se hallaba a la derecha del prelado, comenzó la sesión
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En ese instante intervino el prelado con voz firme y rotunda:
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—El portugués extrajo de su bolsa la carta y se la entregó al prelado
51.
El fraile se adelantó hacia el prelado y a través de la gran mesa le alargó el sobre lacrado
52.
Catalina se puso en pie y el prelado hizo el gesto de acompañarla hasta la puerta
53.
En aquel instante apareció sigilosa por la entreabierta puerta la cabeza tonsurada de fray Martín del Encinar anunciando la siguiente visita concertada por el prelado
54.
Después tomó de encima del catre una camisa de hilo y se la colocó sobre los entumecidos hombros pasando a continuación los brazos por las mangas y agradeciendo in mente al prelado la finura de la tela que apenas rozaba su maltrecha espalda
55.
Dos de los guardias se colocaron a los lados del preso, y el que estaba al mando, delante; la reducida comitiva se dirigió a la puerta de la prisión donde esperaba una carreta que conduciría al bachiller a la presencia del prelado
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Y en el lienzo de pared que figuraba tras el sillón del prelado, un ventanal de vidrios emplomados formado por dos arcos separados por una pequeña columna gótica, y a ambos lados dos anaqueles llenos de volúmenes incunables y pergaminos miniados por dedos hábiles de monjes especialistas que dedicaban su vida y perdían la vista en los conventos a causa de tales menesteres
57.
Tras la mesa la imponente figura del mundano prelado, que en la intimidad vestía como un antiguo señor feudal con el único distintivo de una preciosa cruz de oro, regalo de su tío el cardenal, que colgaba de su cuello pendiente de una cadena del mismo metal; y en el anular de su diestra su pastoral anillo, sentado en un imponente sitial que anteriormente presidió una famosa colegiata; y frente a él, dos sillones de menor entidad, para los visitantes; en uno de ellos se ubicaba en aquel instante el canciller del rey, don Pedro López de Ayala
58.
Entraron ambos y se quedaron a respetuosa distancia, aguardando a que el obispo terminara de escribir en una vitela unas falsas notas, costumbre ésta adquirida por el prelado, al que la experiencia le decía que tal actitud le producía pingües beneficios ya que, aunque el escrito fuera una simulación, el mero hecho de hacer aguardar en silencio a un visitante en pie y sin atenderlo creaba en éste un clima de inseguridad y de temor que posteriormente redundaba en su beneficio
59.
Luego de un breve tiempo que al Tuerto le pareció una eternidad, el prelado alzó la cabeza y lo observó como sorprendido de hallarlo en su presencia
60.
El prelado luchó por salvar la faz
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De nuevo el descaro del hombre sorprendió al prelado, que en un acto reflejo tamborileó con los dedos de la mano izquierda sobre el tablero de la mesilla
62.
El prelado, tras escuchar las razones de Barroso, en una larga perorata puso en antecedentes al bachiller de los inconvenientes que le aportaban las actitudes del tal rabino y así mismo de las soluciones que le había ofrecido sin conseguir que aceptara ninguna de sus propuestas
63.
El obispo abandonó la estancia dejando al Tuerto con el corazón batiendo acelerado ante el generoso ofrecimiento del prelado y que entendió al comprender que, siendo él el único responsable de las acciones que emprendiera, ese riesgo era justo que estuviera bien remunerado
64.
El roce de una sotana de seda y el apresurado y amortiguado paso de unos escarpines sobre una alfombra les anunció la entrada del prelado
65.
El prelado retornó a su sitio en tanto que el sacerdote, haciendo un esfuerzo, se hincaba de rodillas junto al lecho
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-Estaré encantada de hacer lo que pedís en cuanto el prelado dé la licencia necesaria
67.
–Estaré encantada de hacer lo que pedís en cuanto el prelado dé la licencia necesaria
68.
Quizá se diera algún caso en el pasado, pero uno no se imagina un prelado actual con esas tachas
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La glotonería del clero, un lugar común en la literatura festiva medieval, deja también su rastro en obras tan serias como el código legal de las ―Siete Partidas‖, compilado por Alfonso X el Sabio, en el que leemos "que los prelados deuen ser mesurados en el comer, e en el beuer, el comer de mas es vedado a todo ome e mayormente al prelado, porque la castidad no se puede bien guardar con muchos comeres e grandes vicios y que non conviene que aquellos que han de predicar la pobreza, e la cuyta que sufrió nuestro Señor, que la fagan con las faces bermejas, comiendo e beviendo mucho" (I Partida, Ley XXXXV)
70.
Lo usa Su Ilustrísima el día de Pentecostés, y estando el prelado debajo, adquiere el don de lenguas
71.
Tú, Silvano el Tullido, no eres unbuen prelado
72.
Pero, para hacer realidad tan saludables deseos -y el prelado era consciente de ello-, necesitaba adelantarse a la maquinaria, introduciendo el hierro de la sorpresa entre los radios de sus infernales ruedas
73.
El prelado justificó la contenida impaciencia de Camilo
74.
El prelado se reunió con los demacrados cardenales
75.
–En ese caso -replicó el prelado abriendo las manos con impaciencia-, por favor, actúen
76.
Pero, consecuente con su rango, aguardó instrucciones del prelado
77.
El prelado pregunta alternativamente a la enferma y a la superiora, interesándose por la salud de Lucía y por el desarrollo de la operación
78.
Y al final del otoño, nuestra agente en la residencia del cardenal Lomko puso en marcha el mecanismo para conducir al prelado a la primera de las trampas establecida en el plan
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Y también con el título Romanus Pontifex (3), con san Malaquías (3), con el número de orden del mencionado lema (111) y con la unión de la inicial del nombre (J) y el apellido del prelado (3)
80.
Y, señalando los ojos del prelado, añadió:
81.
Aun así, encarnando la personalidad del prelado, fingí no entender
82.
Los enfermeros introducen al prelado en la ambulancia
83.
Otros servidores -alarmados- salen al encuentro del prelado
84.
El nombre y cargo del prelado aparecían en la cara frontal
85.
El prelado comprendió a medias
86.
Tras cancelar la mayor parte de los compromisos previstos en la agenda del día, el prelado mostró el ultimátum a Camilo Chíniv y al director de los Museos
87.
El prelado subrayó las certeras afirmaciones con un amargo rictus
88.
Y ante la comprensible parálisis del prelado, Camilo optó por dejarlo sobre el tablero
89.
Y el prelado se desarmó:
90.
A pesar de la cólera que empezaba a afilar las facciones, el prelado se arriesgó:
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Y el prelado, enseñando los espolones, le abandonó a su suerte
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Y el prelado, reparando en el libro rojo que acompañaba al detective, palideció
93.
Si aquello no guardaba relación con Chíniv y el prelado, ¿por qué había aparecido en el cuartel general de la Seguridad Vaticana? ¿Por qué no en la jefatura?
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¡Que no les quepan dudas, compañeros! ¡Fueron los jesuitas y el prelado quienes promovieron la insurrección y el derramamiento de sangre en Santa Rosa! Ahora, los serviles arrojan ceniza sobre sus cabezas porque les hemos vencido, pero yo les digo a la cara: ¿no confiaban en que la Providencia se pusiera de su lado? ¿No querían un juicio de Dios? ¡Pues ya lo tienen! Dios ha juzgado y dispuesto que los jesuitas se vayan de Guatemala
95.
El prelado tiene que hacer un esfuerzo para continuar su camino y concentrarse en la persona que lo espera
96.
Pero no es eso lo que más impresiona al prelado
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Apenas había coincidido unas pocas veces con monseñor Bonaccorso Oriencio, el prelado al que acabo de sustituir al frente del obispado de Milán
98.
El hombre que esperaba dentro, sentado tras la mesa, no era el prelado Laird
99.
–Tenía la impresión de que iba a reunirme con el prelado Laird –dijo Camon, sin entrar en la sala todavía