1.
" Vendrán unos tiempos de luz y oscuridad me dice, amor y rencor, paz y guerra, felicidad y amargura, vida y muerte, agua y sed, alimento y hambre, cosecha y desierto, siembra y destrucción, PERO quienes estén al frente de los pies del humilde pastor, en la zona de la siembre buena y posterior cosecha, podrán observar desde los lejos las mazorcas resecas, y desde adentro sentirán un olor a fruta fresca, cuando ante sus ojos desgranen el maíz tierno y amarillo
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Pero de pronto, vio una luz distante, un faro que ilumina el minuto playa húmeda: paradas, reflejados; Piensa en esperanza y corre hacia la tenue luz; Corre, casi quería olvidar todas las preocupaciones, dolores, la amargura que experimenta el mundo, su mundo
3.
Sin duda el cura había visto en su cara la amargura de la carga de conciencia que
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Tal vez dentro de la confusión de esos momentos, en medio de la amargura causada por los desastres militares, considerando que todo estaba perdido para la causa de sus luchas y sacrificios, coincidieron en la ilusión de encontrar en un hogar la paz y la libertad que las armas no habían logrado conquistar
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Si la reacción inicial de Bolívar había sido de generosidad, la subsiguiente fue de angustia y amargura tales, que no llegó a sobreponerse, sumándose así a sus padecimientos físicos la tortura moral
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Porque al probar del mundo la amargura
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Pero no por eso se echó como débil mujerzuela a llorar tristezas, sinoque después de publicar un manifiesto de levantado espíritu patriótico,continuó, con más bríos si cabe, la tarea enorme de hacer patria, tareaque fue sobre sus hombros una cruz, semejante a la que llevara, a travésde su calle de Amargura, el Cristo dulce y bueno de los cristianos
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y trasformarlo, cambia encontentamiento la amargura, y encalma la desesperación
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Llegamos a la casa, que estaba en la calle de la Amargura y
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en la casa de lacalle de la Amargura, había tomado el carácter de
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Recordaba con amargura los breves instantes que había pasado
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afliccion; así derramarás en su villano pechotoda la hiel y amargura que él un dia derramaraen el
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el mundo—selimitó a contestar con amargura
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Esta vez Marta habló sin amargura, en el tono tranquilo y
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las órbitas; suslabios apretados revelaban amargura e irritación
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La amargura del desengaño y la impaciencia por adquirir
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sulastimoso estado, en parte también por la amargura de los
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en la amargura de sudesgracia
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suavidad,los olores de vivificante amargura que constituyen el
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amargura, vaciando la copa en el estómago
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la amargura en el corazón?
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sabor de amargura contra el destino, unestremecimiento de envidia, la convicción de
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amargura los dias de la juventud, iesperando sin el calor i abrigo de ellos otras
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no es la fiera afliccion de la amargura,
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de un olivo,ofrece a Cristo el cáliz de la amargura, y los discípulos yacen portierra dormidos
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monótonos yfríos; en el alma, la honda amargura de las
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Rompió a llorar con tanta amargura, que la marquesa, la
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Recordaba con amargura las declamaciones que muchas veces había leídosobre la
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sin amargura los primeros testimonios de lanegligencia y el
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gestos dedesesperación; él embrutecido por la amargura del
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Paladeó Ojeda la amargura de los poderosos en desgracia, que
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amargura de lasdecepciones que habían sucedido a un instante
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pintor y le superó si no en gracia en amargura yexaltación
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amargura: pero he pasado y paso en vela muchasnoches, entregado a la oración, y ha venido a
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una aflicción intensa, y tan doloridos, que su vista sola producía tanta amargura como el
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en las lanchas, si sintieron el chasquido de los remos, ¡concuánta amargura gemirían sus almas
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que inspira: parece que en los ojos se lerefleja la amargura del alma
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Se levantó azorada y dijo con amargura:
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de amargura; en esos momentos trabajosos en que el hombreconoce si tiene algun amigo, la ciudad de
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–¿Entrar en la profecía? – había preguntado con amargura, al avanzar por las tierras de pastoreo como un monstruo, trepando con torpeza por encima de las vallas mientras desde las distantes casas de campo le llegaban los furiosos ladridos de los perros-
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¿Qué le había pasado a Balala por dentro? Si la culpa hubiera sido de los genes, ¿se justificaba tanta amargura al contemplar el descuartizamiento paulatino del nido? Estaba cantado y predeterminado
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O bien, al contrario: aferrarse a sus convicciones milenarias de preservar los afectos urdidos, ¿era la causa de última instancia de tanto desasosiego y amargura?
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En realidad, el señor Crawford destilaba mucha amargura
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Creo que este resentimiento y esta amargura constantes son la maldición de muchos matemáticos y Philip trabajó, investigó y estudió tanto como cualquiera
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Uno de los sitios de La Coruña donde más sopla el viento es en la calle de la Amargura esquina a Alfonso IX yendo hacia la plaza del General Azcárraga, allí volamos todos por el aire
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En general, sin embargo, este castigo era aceptado sin amargura, primero porque casi todos recibían golpes en sus casas y el correctivo les parecía un modo natural de educación, y después porque la equidad del maestro era absoluta, se sabía de antemano qué infracciones, siempre las mismas, acarreaban la ceremonia expiatoria, y todos los que franqueaban el límite de las acciones que sólo merecían una mala nota sabían lo que arriesgaban, y que la sentencia se aplicaba tanto a los primeros como a los últimos, con una equidad entusiasta
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Solían celebrar reuniones para los soldados en los que éstos eran invitados a «descargar su amargura» y a hablar acerca de sus duras condiciones de vida como campesinos desprovistos de tierra
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Durante largas noches permanecía despierta, incapaz de superar la amargura que le producía la injusticia del trato recibido
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El Emperador los observó, pareció complacerse en dejar pasar el tiempo lo suficiente como para que paladearan la amargura del destino que les esperaba y, tras hacer un leve gesto de asentimiento, dijo:
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Pero ya antes había pasado ocho en las prisiones francesas… —Sonrió con amargura Cuando era joven y luchaba por la libertad
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Las mujeres experimentaban una profunda amargura al contemplar cómo algunos hombres realizaban las mismas tareas que ellas pero recibían dos puntos más
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—¿Novia? —La amargura en la voz y el cerebro de su ex marido era inequívoca
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Es un mundo muy injusto -repuso con amargura Meg
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Y evidentemente lo creía, pues lloraba con amargura
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– Había cierta amargura en su voz, la tensa ira que hacía apretar las mandíbulas a una hani ante la riqueza de otras especies, y las leyes y acuerdos entre mahendo'sat y stsho que mantenían eternamente apartadas a las hani de tal riqueza
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Había en su voz un dejo de amargura
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¡Oh! —Se dejó caer en el sofá, llorando con amargura
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Era uno de esos ingleses que, habiendo comprado una porción de un país extranjero, sé quejaban con amargura de las costumbres del país—
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—Un pobre desgraciado —dijo Nevile con amargura y desazón
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Quizá no hubiera dado pábulo a sus ambiciones (¿de verdad era él ambicioso?, yo lo ponía en duda); pero habría mitigado en el mayor aquella pesadumbre y aquella amargura que, de vez en cuando, se manifestaban a través de la casi insufrible seguridad de su carácter
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El joven comentó con amargura:
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—Sí; eso es, exactamente, lo que he estado haciendo —respondió con amargura el financiero
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Había tal acento de amargura en las palabras de El-Kadur, que la duquesa experimentó un estremecimiento
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Roddy exclamó con un matiz de amargura y desesperación:
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Y así seguía haciéndolo todo, con aire de martirio y expresión de amargura creciente
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Clemencia enseñó la carta a su madre moviendo la cabeza con amargura, y arrojó en una mesa la orden del cuartel general
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El accidente fue muy lamentable y comprendo su amargura
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Se reflejó la amargura en su rostro y Gabriela, que levantó los ojos al hablar, lo notó:
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Sin embargo, ni siquiera la eterna amargura de Grosky pudo estropear la belleza del momento
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Su amargura se suavizó un poco al recordar que Sharon y él eran personas sumamente diferentes
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Sólo la inteligencia… y la amargura
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Obviamente, pensó Hood con amargura, nadie se había molestado en considerar la reputación de la Striker de lograr sus objetivos
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Lo mataré, pensó con amargura mientras se levantaba rápidamente, con la intención de atrapar al terrorista antes de que pudiera darse vuelta y apuntar
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Aun así continuaba la costumbre inmemorial, conducido por el deseo de reunión que le quemaba con más voracidad que nunca, ahora que conocía la amargura del fracaso
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No se percibía amargura en su voz, no era más que una constatación, y toda la fuerza radicaba en las propias palabras
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El sabor de la separacióna es un sabor lleno de amargura
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¡La amistad verdadera no puede soportar la amargura de la separación! ¡Hasta el sol palidece cuando tiene que dejar a la tierra!
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Monsalud apuró con resignación este cáliz de amargura
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Silenciosamente, y abrumados de amargura y desesperación, marchaban los dos prisioneros el uno tras el otro: los caballos que montaban no parecían menos tristes que sus amos, a juzgar por la lentitud de su paso y la inclinación de la cabeza
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¡Quien no saboreó las delicias del amor ni gustó su amargura, no sabe lo que pierde al perder a un amigo!
81.
¡Por mí propio gusté siempre la amargura del amor! ¡Y he aprendido a complacer y disculpar a quienes bebieron en tan amargo cáliz!
82.
Estaba desfigurada por enfermiza palidez; sus ojos miraban todo con febril extravío, y el desmelenado cabello así como el vestido en desorden indicaban largas horas de insomnio, de lucha y de amargura
83.
En la Amargura, los granaderos y los cazadores de la Milicia rechazaban con igual bravura a los esclavos, y en el callejón del Infierno, sitio de encarnizada pelea, un hombre formidable, una encarnación del dios Marte con morrión, hundía su bayoneta en el pecho de un faccioso, gritando con voz de cañonazo:
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Pero durante los imponentes ataques de Boteros y la Amargura, [218] nada ocurrió allí digno de mención
85.
Y le dijeron que se reprochaba con amargura el don que le hizo, y hasta que se mordía los dedos y se saltaba las muelas de despecho y de arrepentimiento
86.
Y la sultana quedó sumida en la amargura y la desolación, y su corazón lloró todas las lágrimas de los dolores
87.
Y las dos hermanas gozaron todas las alegrías del odio satisfecho, y pudieron saborear sin amargura en adelante los manjares y reposterías que confeccionaban sus esposos
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Y la desaparición de la joven le sumió en la consunción y la amargura
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Las hubo que contaron el número de golpes con que las gratificaban sus esposos, y las hubo que vertieron lágrimas al hacer el relato de su viudez, en tanto que otras manifestaban su amargura por ver que sus esposos daban preferencia sobre ellas a cualquier rival horrible y vieja o cualquier negra de labios de camello, y hasta las hubo que tuvieron palabras conmovedoras para hacer el relato de la muerte de un hijo único o de un marido muy amado
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Fumando los dos, el pobre viejo, gozoso de tener a quien contar sus infortunios, hizo segunda edición de lo que ya había referido a Saloma, recargando amargura en las acusaciones contra su nieto y nuera
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En su propia casa vio la buena señora una muestra de la general discordia, que fue para ella motivo de gran amargura, porque eran sus hijas las que reñían, y casi casi se tiraron de los pelos en una furiosa Reyerta y examen de pretendientes al regio tálamo
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De mediano talante estuve toda la mañana, pues el grato efecto de la visita al Castillo se me convirtió en amargura viendo a María Ignacia muda y cavilosa, metida en sí, cual si una idea pesimista esclavizara su pensamiento
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Del gran sofoco y amargura que a Nuestro Señor causaban aquellas impiedades, rompió su divino cuerpo en sudor copioso de sangre
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Hallábase doña Celia en el gratísimo pasatiempo de arreglar sus vergeles, cuando vio entrar al buen don Mariano con cara de amargura y consternación
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Viéndole una vez, ¿quién olvidaba la corpulenta y gallarda estatura de aquel señor, su cuerpo bien distribuido de carnes y más grueso que flaco, su faz risueña que declaraba el contacto y serenidad de una vida consagrada a los goces, sin ningún afán ni amargura? Don José de la Riva y Guisando era un hombre que parecía simbolizar la posesión de cuantos bienes [164] existen en la tierra, y el convencimiento de que nos ha tocado, para pacer en él y recrearnos, el mejor de los mundos posibles
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Los agraviados vociferaban amenazando con el retraimiento; [95] dieron un Manifiesto a la Nación, documento larguísimo, quejumbroso, de intensa amargura, en el cual no se nombraba a la Reina
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– Sacudió la cabeza con amargura
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Esa es la razón, quizá, de que esta vez la recepción del embajador Wellesley no se celebre en su residencia de la calle de la Amargura sino en terreno neutral, al costo —esos detalles interesan mucho en Cádiz— de 15
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—Y eso lo dicen ustedes, que son diputados de las Cortes —apunta con amargura Miguel Sánchez Guinea