1.
con la pensión de viudedad y un par
2.
Ella, con la pensión de viudedad que
3.
iban de camping, y cuando su corta economía se lo permitía, en alguna pensión de
4.
Se instaló en una modesta pensión del pueblo y
5.
Zea se manifestó “patrióticamente” dispuesto a sacrificarse y, al hacer aceptación del cargo, tiró el anzuelo al incipiente parlamento, para obtener una pensión con la cual esperaba, como dijo enternecido, amparar el futuro de su esposa y su familia, pues podía perecer en tan largo viaje a esos lejanos países
6.
oo, a elección entre dinero en efectivo o una propiedad, y le encimaron la pensión que correspondía a los Capitanes Generales del ejército
7.
Había que conseguirlo, porque aun cuando el Gobierno granadino le había asignado una pensión, las arcas del Libertador estaban casi vacías
8.
El porvenir, encarado sin compensación por accidentes o enfermedades, era un completo enigma y carecía del alivio de una pensión cualquiera
9.
- Índice de los beneficios mínimos de la pensión; los beneficios de la pensión estándar; el periodo de contribución y el monto del financiamiento de la cotización individual (Esping-Andersen)
10.
En pensiones “La reforma provisional que fue positiva en varios sentidos… no se tradujo en un incremento significativo en el porcentaje de la fuerza de trabajo afiliada que cotizaba regular-mente al sistema, sino que aumentó los costos administrativos y después de las expectativas iniciales altas, arrojó dudas sobre el mejoramiento en el valor futuro de las pensiones (que dependía del comportamiento del mercado de capitales) y sobre el mundo de los recursos que el Estado debería destinar para cubrir la pensión mínima garantizada y el pago de las pensiones asistenciales” (Raczynski, 2002:127-8)
11.
Además, los fondos de ahorro individual impidieron la afirmación positiva, concretamente hacia las mujeres: dado que las mujeres viven en promedio más que los hombres, a igual monto total de cotización a lo largo de la vida, menor pensión
12.
Todavía, por ejemplo, esgrande de España y duque, y goza de una pensión
13.
viviendo de sus rentas, o seade la pensión del mejicano
14.
Gregoria milreales mensuales por la pensión de Amparo, y aquel
15.
No pudieron conseguir que la pensión fuese pagada
16.
sacerdote les pagaba una corta pensión
17.
varones lamodicísima pensión del Seminario, por entonces poco más de una pesetadiaria; eran de una
18.
Situaba el monarca tanimportante pensión «en las rentas e
19.
con susruines pensamientos), consienta que le señale una pensión anual, como
20.
con dejarle un mechinal dondevivía en palacio y una mezquina pensión nominal,
21.
Vivo mejor que en la mísera pensión
22.
que subsistían de una mísera pensión del Estado
23.
Con los treinta mil reales de pensión viviríadesahogadamente en un pueblo barato
24.
presupuesto delfomento de la literatura; cuya pensión venía
25.
las puertas delpalacio real, favor seguido de pensión anual de130 libras[77], dejando al tacto y la
26.
Por la pensión del Rey de Francia acudió alConsejo de Estado[282] y al Parlamento[283]
27.
Si la pensión corriera, no
28.
muchaspersonas eran de parecer que él, Antonio Pérez,debiera haber aceptado la pensión de
29.
restituiría los bienes, siempre que renunciarala pensión y saliera de Francia
30.
sumiseria le acordó pensión, deseando el extranjeroacreditar el reconocimiento de los
31.
º Que suplirá cinco mil pesos a la provincia sin pensión de rédito,para la urgencia en que se
32.
parisiense quete procuró una buena colocación con la esperanza de una pensión
33.
lascharreteras del difunto y una pensión de 750 francos para que puedaponer coche en
34.
dar a laconvaleciente, antes de volverla a la pensión, las
35.
pensión; y como la baronesa estudiaba por su parte el medio de
36.
Aquel padre anciano, al quetodos los meses enviaba una pensión
37.
condolió demí y ofreció dar la pensión de segunda
38.
pensión de Rufete, pero elDirector no lo consintió
39.
y concedió una pensión á su hermana
40.
señaló el duque una pensión vitalicia
41.
mayorestrechez, ganar cada año el precio de la pensión de mi
42.
Poco a poco, la pensión entera fue emborrachándose y enterneciéndose, y,al cabo
43.
renta queuna pensión del gobierno como viuda de ministro
44.
talle, lo mismoque si fuesen compañeras de pensión, y antes de
45.
honestasque buscan pensión y a las más interesantes aun que
46.
disponible de la pensión apenas bastabapara tapar la boca a los
47.
a la pensión quedisfrutaba, pues de ningún modo se excedería en
48.
cuartos de la pensión?
49.
menos del dinero de la pensión, para ir desempeñandolas
50.
El valor del indio Juan fué recompensado con el título de comisario,uso de uniforme de sargento y pequeña pensión
51.
La pensión dejo de pagarse
52.
Cuando Pepita abra la puerta de la pensión, encontrará a su patrona en el pasillo:
53.
Isabel iba a señalarle que el sepulturero comía a diario en su pensión
54.
Y Pepita seguirá ayudando a doña Celia en la limpieza de la pensión por las mañanas y coserá por las tardes, atenta al timbre, por si suena la puerta, por si viene el cartero, por si llega otra carta de Francia
55.
Ella se queda en Madrid para seguir luchando en su cédula, y para ayudar en la pensión a sus abuelos
56.
Se despedirán en la pensión y Tensi llorará
57.
Mi madre, al morir, dejó seis mil francos de renta, que él dividió entre mi hermana y yo el día en que obtuvo el cargo que solicitaba; luego, cuando hice veintiún años, añadió a esos pequeños ingresos una pensión anual de cinco mil francos, asegurándome que con ocho mil francos podría ser muy feliz en París, si junto a aquella renta me ponía a labrarme una posición en el foro o en la medicina
58.
Me quedaban los cinco mil &ancos de pensión que me pasaba mi padre y, sucediera lo que sucediese, siempre tendría bastante con esa pensión anual pats vivir
59.
Por lo demás, viéndola llevar su pensión, sola y con tal pasión y tales escrúpulos, en perfecto contento y con la más justificada satisfacción, ¿quién, al asistir sin haber sido invitado por Mlle
60.
Mimi, no ha visto nunca su pensión, como tampoco ha visto jamás, dejando a un lado el quiosco de Mme
61.
Mimi, de violar de una vez aquel santuario de la satisfacción, es que un día, por ejemplo, estalle un drama en la pensión de Mlle
62.
Será solo una pensión del Estado, es decir, hoy día casi el equivalente a nada
63.
El departamento lo sigo teniendo, pero vivo en una pensión de San Telmo
64.
¿A todos los que huyen los agobiará esa nostalgia por su pasado? En Retiro tomé el subte, y después caminé hasta la pensión
65.
Pero al cabo de sólo unos meses las cosas volvieron a torcerse: su padre volvió a meter a la familia en enredos de dinero y Suárez rompió con él, abandonó el despacho y se fue a vivir por su cuenta a una pensión
66.
Tropezó dos veces y en la puerta de la pensión faltó poco para que cayera al suelo, pero la enorme mano de John le sujetó a tiempo por el hombro
67.
Tenía una habitación en el barrio (habitación donde por otra parte no invitaba a nadie de la familia y que Jacques, por ejemplo, nunca había visto) y tomaba sus comidas en casa de su madre, a cambio de una pequeña pensión
68.
{125} Como desde la muerte de su marido debía cobrar(126) cada trimestre su pensión de viuda de guerra, y la Administración, en este caso el Tesoro —Catherine Cormery decía simplemente que iba al Tesoro, que era para ella un nombre propio, vacío de sentido y que en los niños, por el contrario, evocaba un lugar mítico de recursos inagotables de los que su madre tenía derecho a recibir, de vez en cuando, pequeñas cantidades de dinero—, le pedía cada vez una firma, después de las primeras dificultades, un vecino (?) le había enseñado a copiar un modelo de firma Vda
69.
Lupe y Luz vivían en la misma pensión, por lo demás bien modesta
70.
Rogelio, en cambio, se quedó en la casa del pueblo, sobreviviendo con una mínima pensión y con lo que le daban en los bares
71.
En plena luz del día y en una vulgar pensión
72.
Nos pasaba, además, una pensión que depositaba en el Banco a nuestro nombre cada tres meses
73.
—¿Y qué hay de Berna y de la Pensión?
74.
Aquella vez, y ante la sorpresa que vio retratada en el rostro del empleado, tuvo que explicar que deseaba una casa barata para dedicarla a pensión para muchachas
75.
En lo que se refiere al guarda Gerrard y su pensión, me dice el doctor Lord que el pobre anciano se encuentra gravemente enfermo y que no es probable que viva más de un mes
76.
Así fue, principalmente para los camioneros de la Compañía de Petróleos, que se quedaban a pasar la noche en la pensión cuando el cansancio y el tedio de la carretera les llenaban el cerebro de alucinaciones
77.
Se alimentaban de banana y café y vivían en una pensión humilde, en un cuarto de dimensiones escasas, cuya ventana enmarcaba un farol de la calle
78.
Se instalaron juntos en la pensión crepuscular de Carmen
79.
Era el mejor diente de la pensión, pasaba casi todos los fines de semana en la casa de Rupert y Burgel, donde disponía de una habitación reservada
80.
El señor Aravena poseía una máquina filmadora y otra de escribir, portátil y ruidosa, con las teclas descoloridas por el uso, con la cual pasaba todo el sábado y medio domingo sentado en la terraza de la pensión escribiendo sus crónicas a dos dedos, mientras consumía embutidos y tragaba cerveza
81.
Después regresaba a su pensión caminando por las calles solitarias para tomar el fresco de la noche, subía hasta su cuarto, se lavaba y se echaba sobre la cama a mirar la oscuridad hasta que se dormía
82.
El reglamento de la pensión se suavizó y muchas parejas furtivas viajaban hasta la Colonia para pasar una noche en esa casa, porque los tíos sabían que el amor es bueno para conservar la madera y a su edad ellos ya no tenían el mismo ardor de antes, a pesar de las enormes porciones de guiso afrodisíaco que consumían
83.
Era una pensión mediocre para estudiantes pobres, regentada por una pareja de edad madura con vocación para el espionaje
84.
Para evitarlos prefería otras alternativas, pero tampoco aceptaba la idea de ir juntos a un hotel, por la misma razón que no quería ser vista en la pensión de Miguel
85.
Lo sabían las putas, que habían aprendido a exhibir su cuerpo sin enseñar la cara, por si tenían que salir corriendo para intentar escapar por la azotea, y lo sabía Julio Carrión, que aquella misma mañana había vuelto a ver a Mari Carmen, la hija del Peluca, al salir de su pensión, a las ocho menos veinte
86.
La pensión estaba en un piso grande y destartalado, muy limpio pero con pocos muebles, aunque en las paredes se veía el cerco sucio, oscurecido, de los que habían tenido que quemar el invierno anterior para calentarse
87.
En Madrid tampoco había carbón, ni leña, pero eso Julio no lo aprendería hasta que volviera el frío, cuando su padre y él se hubieran quedado como los únicos huéspedes de la pensión y su dueña tuviera tanta pena de sí misma, del hijo que le habían matado en el frente y del otro, preso en Huelva, que no le quedara ya ni una gota de lástima que derramar sobre ellos
88.
Por eso no le gustaban los falangistas, no quería verlos ni en pintura, sin ningún motivo, ninguna razón más allá de un escalofrío instintivo que le obligaba a recordar, a recordarse a sí mismo en un mundo, una ciudad, unas calles que no parecían iguales, como si hubiera agotado una vida entera en sólo cuatro años, el tiempo que había pasado de verdad desde que terminó de deshacer su maleta en el cuarto de aquella pensión donde ya había dormido una vez con su madre, cuando Teresa se lo llevó a Madrid con ella, en un camión abarrotado de gente, para celebrar el triunfo del Frente Popular
89.
Aquella noche, cuando se despidieron, Julio volvió a su pensión andando muy despacio
90.
—Ya, pero con la pensión sólo tengo para ir tirando
91.
Manfred salió de su pensión con mucho tiempo por delante, no fuera a ser que algo se interpusiera en su camino y llegara tarde a su importantísima cita
92.
Los cuartos de tortura del palacio Braschi y de la pensión Jaccarino funcionaban día y noche
93.
La Via Tasso era la maestra de la Via Romagna y los torturadores de aquella casa, donde existió en otro tiempo el Instituto de Cultura Alemán, fueron los maestros de los rufianes de la pensión Jaccarino
94.
Luego de colgar el aparato, Manfred se colocó en la parte posterior del cinturón una Beretta del 9 corto y, poniéndose rápidamente el tabardo, se dirigió al triciclo a motor, aparcado dos calles más allá de la pensión Chanti que la organización de Cáritas le había proporcionado para la atención de los más necesitados, y cuya matrícula del Vaticano le ponía a salvo de enojosos registros
95.
Su madre había gastado todos sus ahorros con las operaciones de Pablo y no disponían más que de una modesta pensión que les asignaba el Gobierno por ser la viuda de un coronel de cuando la Dictadura
96.
con el dinero de la pensión
97.
De la lista se desprende que la pensión de los cónyuges Griffo ascendía a un total de tres millones de liras mensuales, un millón ochocientas mil la del marido y un millón doscientas mil la de la mujer
98.
El señor Griffo, en el momento del cobro, retiraba en efectivo el importe de su pensión para los gastos del mes y dejaba en depósito la pensión de su mujer
99.
Es más joven que yo, tiene setenta y seis años, y su pensión es una vez y media más grande que la mía
100.
—Verá, ayer por la mañana le dije a Susanna que fuese al banco para ver si me habían ingresado ciertos atrasos de la pensión