1.
derodillas, pidiendo al pirata la absolución
2.
—Estás loca—decía el pirata subiendo al puente con un paso aún pesadoy vacilante—; pero si me has despertado por nada
3.
cuarenta ytantos siglos que es pirata en los mares y bandido en la tierra?
4.
garrotazos en el lomo del pirata, logró escapar de sus garras
5.
matar al capitán pirata en la barca queá tierra los conducía y arrojándose después al
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pirata está fuera del derecho de gentes, yla ley inglesa le condena a ser colgado por el cuello,
7.
Byron y Espronceda cantaban el pirata! Sublevábamos usted
8.
Arriba estaba la torre del Pirata,
9.
vivíaen la torre del Pirata; aún estaba en medio de
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veneciano fuese apresado por el corsario omás bien por el feroz y desalmado pirata cuya
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Me sentí, supongo, como puede imaginarse uno que se siente el marinero desarmado cuando un navío de guerra amigo le salva de la persecución de un buque pirata
12.
» Y comienza a contarme de gente para mí desconocida; de padres despedazados por los indios del Marañón; de un beato Diego bárbaramente torturado por el último Inca; de un Juan de Lizardi, traspasado por las saetas paraguayas, y de cuarenta frailes degollados por un pirata hereje, a quien la Doctora de Avila, en estática visión, viera llegar al cielo, a paso de carga, asustando a los ángeles con sus terribles caras de santos
13.
Cuentan los hombres sabios que el noble Abdel Al Hasim, valiente oficial que acompañó a Simbad en algunos de sus viajes, perdió un ojo durante un frustrado abordaje a un barco pirata en el Mar Rojo
14.
El primer pirata se hurgó los dientes con una uña sucia mientras meditaba sobre aquella posibilidad
15.
Pirata : Ladrón de los mares, sin autorización alguna
16.
En mis venas corría la sangre pirata y, a pesar de que era mujer, experimentaba fieros sentimientos
17.
Man-Sciú no se movió; había descubierto en los ojos del pirata un relámpago que traicionaba sus feroces intenciones
18.
—¿Y si la hieres? —preguntó Ong, que estaba tan asustado como el pirata
19.
El pirata, que como todos sus compatriotas era supersticioso y creía en los astros y en otras tonterías semejantes, frunció el entrecejo e hizo un gesto de cólera
20.
Después de cenar, Sun-Pao, que se había puesto muy intranquilo se fue con el jefe de los isleños hasta la mitad del bosque, temiendo una sorpresa de parte de Kin-Lung, porque ya estaba convencido, por las explicaciones habidas y las descripciones hechas, que se trataba realmente del pirata rival
21.
El pirata había dejado atrás a la vieja Man-Sciú, bajo la vigilancia de uno de los bandidos y había dado a los otros la orden de avanzar
22.
Prefiero que repose en el fondo del Atlántico antes de que se convierta en una nave pirata
23.
-Lo que yo les digo es que nunca haré el pirata
24.
-Porque el de pirata es un oficio que ofrece más aventuras y es más lucrativo
25.
El pirata mayor sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo: en las puntas de picas y lanzas los salvajes hacían ondular las ropas ensangrentadas de los hombres que habían quedado de guardia en la cabaña
26.
El pirata descabalgó, ató el caballo al tronco de un árbol, se colocó el kriss entre los dientes y, empuñando la carabina, se lanzó hacia el estanque indicado
27.
El pirata se puso a pasear por el jardín, con el rostro descompuesto, presa de una violentísima agitación que lo hacía temblar de pies a cabeza
28.
Un profundo suspiro salió de los labios del pirata
29.
-He vuelto a encontrar el rastro del pirata y he creído inútil seguirlo a través de la selva
30.
Y el pirata, volviendo a arrojar hasta el fondo de su corazón el recuerdo de Marianna, involuntariamente evocado por el malayo, subió las escaleras, elevándose entre las tinieblas
31.
El pirata arrimó con gesto convulso una silla hasta la mesa, vació uno tras otro tres vasos de whisky, y luego, con voz quebrada o animada, ronca o estridente, alternando gestos violentos e imprecaciones, contó con pelos y señales todo lo que le había sucedido, el desembarco en Labuán, el encuentro con el crucero, la tremenda batalla sostenida, el abordaje, la herida recibida, los sufrimientos y la curación
32.
El pirata, que ya estaba borracho, se puso a beber con nuevo ardor, tragando el ardiente líquido como si fuese agua, alternando las imprecaciones con estruendosas carcajadas
33.
-¡Déjame, Yáñez! -dijo el pirata, poseído de una viva exaltación-
34.
También esta vez el pirata permaneció silencioso
35.
El pirata se inclinó hacia adelante escuchando, y tras unos momentos dijo:
36.
La jovencita se abandonó en los brazos del pirata, repitiendo entre sollozos:
37.
El pirata se volvió, estrechando a su prometida con- - tra su pecho, y se encontró frente a Yáñez, que le señalaba un punto luminoso que corría por el mar
38.
-La muerte tiene miedo del Tigre de Malasia -respondió el pirata con suprema ferocidad
39.
El pirata escondió el rostro entre las manos y dio dos pasos hacia atrás
40.
Justo en aquel momento algunos hombres estaban sacando del agua una cajita de metal, que un pirata, a las primeras luces del alba, había descubierto a unas docenas de metros a estribor
41.
Desconfío de esos restaurantes modernos donde el mozo -un atleta con aros de pirata en las orejas y tatuajes en las manos- se presenta por su nombre de pila y me trata como si yo quisiera venderle una Biblia
42.
El pirata tenía un largo cuchillo entre los dientes y en la diestra un fusil de chispa
43.
Hacía varios días que los atormentaba el deseo de buscar el cadáver del pirata que por poco los descubre, cuando se hallaban escondidos entre las ramas del árbol
44.
—Sí, pero la reconstruyeron de esta forma tras una incursión pirata que casi la quemó por completo
45.
Las plumas, colgadas de un gancho parecían un avestruz agónico, su peluca quedaba sobre la mesa como un despojo decapitado y sus alhajas de vidrio, botín de un pirata defraudado, reposaban en una bandeja de latón
46.
Se reía con dientes de tiburón, gesticulaba al hablar, se movía con la seguridad y petulancia de un pirata
47.
El pirata ha de pensar que queremos negociar con él y pactar un rescate cuando lo que haremos, en verdad, será ganar tiempo a fin de buscarle una ruina que sirva de escarmiento para otros ambiciosos desaprensivos
48.
El barco del pirata estaba totalmente en llamas
49.
Luego que el mayordomo hubo servido las bebidas y tras el intercambio de cortesías a las que tan aficionado era el pirata, se iniciaron las negociaciones en el punto en el que habían quedado el día anterior
50.
La falúa del pirata estaba a la mitad del trayecto entre los dos barcos
51.
Mirad cómo ha acabado el pirata que tenía tras de sí al walí de los ziríes de Túnez
52.
El comisario habría querido preguntarle por qué en el «Nostradamus» una parte de la tripulación se vestía de contador y la otra de pirata; en cambio, le dijo:
53.
¿Os dijo que es un pirata?
54.
Comprendía los deseos del pirata de recoger el cuerpo de Rodrigu-san, pero era peligroso ir allí, y el señor Toranaga había ordenado que le llevase el pirata sano y salvo
55.
Podía ver que el pirata estaba impaciente
56.
El capitán es diabólicamente listo, pero es un hereje, un pirata, y no se puede confiar en él
57.
«Por las barbas del pirata, si este pequeño bribón es capaz de actuar con tal seguridad a los dos días de convertirse en Khan, y después de estar a punto de subir al reino de los cielos hace sólo un par de horas, más le valdrá al Gobierno de Su Majestad encabezar con él la Lista S de peligrosos
58.
—Estás muy sosegado, senador —dijo el pirata, en un griego que traicionaba su procedencia de alguna de las islas espóradas
59.
—Polígono —dijo el pirata, volviéndose hacia sus hombres, que habían separado en dos grupos a la tripulación y al séquito de César
60.
Un pirata es un ladrón descarado
61.
Después de Hadiza, Abu Ghraib, Guantánamo y tantos y tantos atropellos, abusos, violaciones y asesinatos cometidos por los occidentales mientras buscaban las armas de destrucción masiva de Saddam, las ejecuciones del francotirador de Bagdad eran completamente justificables, y en pocas semanas las copias pirata del primer DVD de Yuba empezaron a circular por todo Iraq
62.
Llegaba el momento de huir, exponiéndose a una muerte ignominiosa, la del pirata o bandido
63.
Una vez en la ciudad, acompañé al señor Reed a varias tiendas en las que recogió los artículos que había ido a comprar, tiradores y bisagras de latón que acariciaba suavemente antes de adquirir, pasando los dedos con cuidado sobre la superficie del metal o mirándolos a la luz, a veces con una sonrisa de admiración en los labios, como si fuera un pirata de los de antes, de los que se regocijaban con el brillo de un doblón de oro
64.
Habían solucionado más o menos sus propios asuntos desde la revuelta zeoniana, pero incluso después de que se cortaran las comunicaciones y el pirata del abuelo de Lepold se erigiera en rey, siguieron sin darse cuenta de que el Imperio estaba destrozado
65.
Por eso sabía lo de tu traje de pirata
66.
Alejandro Dumas, padre, que era un gran pirata literario, aprovechó la seudo profecía de La Harpe, que la situó en el palacio del Duque de Richelieu, ya viejo, substituyó a Cazotte por Cagliostro en calidad de visionario e hizo un magnífico prólogo a su novela "El collar de la Reina"
67.
Llevo en la muñeca izquierda el rel de esfera ancha que, tras quitárselo, me regaló el gran poeta y pirata Joaquín Sabina
68.
Los de las colinas, en cambio, tenían fieros bigotes y vestían el atuendo tradicional cretense: gorro negro flaccido -el sariki-, chaquetilla y chaleco bordados, faja ancha morada encima de unos bombachos oscuros muy anchos, que los británicos llamaban «recogemierda», y botas altas que completaban su aspecto a medio camino entre el pirata y el soldado irregular de caballería
69.
Después de vivir unas aventuras propias de un pirata en la isla de Anticitera, Leigh Fermor llegó a Kasteli Kisamu
70.
El mar era la elección inevitable del Pirata
71.
Lo primero que hizo al regresar a casa, tras atender a los brincos de alegría de Pirata, fue quitarse el abrigo y encerrarse en el cuarto de baño
72.
Vamos ahora con la canción del pirata
73.
Tiene una imaginación inagotable, y de hecho consigue entretener a Tim con una historia acerca de una isla llena de tesoros y del pirata que los escondió en ella
74.
—El pirata John Silver el Largo, que tenía una pata de palo y llevaba un loro en el hombro
75.
Del otro lado de la ventana, del otro lado de la ciudad, se encontraba la nave que había conducido al jefe pirata desde la Gran Obscuridad
76.
Recuerda los momentos y los días que sucedieron a la traición de Axios el pirata
77.
—¿De modo que eres un pirata y esa embarcación era tu faltar, eh? —comentó
78.
Ya estaban a punto de doblar por el espolón de rocas detrás del cual se abría la gruta, cuando en la cima de una retorcida higuera apareció la blanca sombra de un pirata, alzó la cimitarra y aulló la voz de alarma
79.
El comisario habría querido preguntarle por qué en el Nostradamus una parte de la tripulación se vestía de contador y la otra de pirata; en cambio, le dijo:
80.
—Euron, llamado Ojo de cuervo, capitán del Silencio, bandolero, pirata y atracador,
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Se dice que en la Edad de los Héroes era la fortaleza de un señor pirata que se quedaba cruzado de brazos y saqueaba los barcos que navegaban río abajo
82.
Lo llaman Ojo de Grajo, el pirata más negro que jamás haya izado vela
83.
No podía dudarse que era un buque pirata; sin embargo, Felipe y Krantz creyeron que podrían rechazar cualquier ataque
84.
Nada más llegar, el pirata se separó del resto y condujo a Aníbal y Maharbal a una pequeña casa que se levantaba junto al muelle
85.
En la pequeña casa, el capitán pirata estaba llegando a un acuerdo con Aníbal
86.
El pirata se hizo hacia atrás reclinándose en su asiento
87.
Antes de pedir nada, un hombre con aspecto de pirata -cicatriz en la mejilla, pañuelo rojo en la cabeza- y sonrisa acogedora colocó delante de ellos dos jarras de agua y otras dos de vino, se inclinó sobre Mari y la besó en la boca
88.
Se afeitaron, se cortaron el cabello y “el pirata” les proporcionó las ropas y los documentos falsificados, caballos, armas y dinero
89.
–Se me ocurre -afirmó “el pirata”, señalando el acantonamiento militar instalado en las inmediaciones de Bidart
90.
La pesca pirata, el tráfico de armas y de drogas, el trabajo infantil, Obiang toca todos los registros y convierte aquel verde remiendo del golfo de Guinea en un pequeño y encantador paraíso para gánsteres
91.
No sólo había explorado el Pacífico y descubierto más de treinta islas, entre ellas las Salomón, sino que fue el primer gobernador de las provincias del Estrecho de Magallanes, participó en las guerras contra los incas rebeldes, realizó la Visita General al Virreinato de Perú, inventó un instrumento de navegación llamado ballestrilla que servía para calcular, de una manera aproximada, la longitud (un dato desconocido en su época), escribió una Historia Incaica, y, además, fue raptado por el pirata Richard Grenville y conducido a Inglaterra, donde hizo amistad con sir Walter Raleigh y la reina Isabel, con la que se comunicaba en un perfecto latín
92.
Pero había transcurrido menos de un siglo desde que los extranjeros habían intentado entrar en la Casa del Canto por culpa de una estúpida disputa de un pirata que codiciaba los reputados tesoros de la Casa del Canto
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–Estás muy sosegado, senador -dijo el pirata, en un griego que traicionaba su procedencia de alguna de las islas espóradas
94.
–Polígono -dijo el pirata, volviéndose hacia sus hombres, que habían separado en dos grupos a la tripulación y al séquito de César
95.
El Gran Hombre había señalado su deseo de erradicar la amenaza pirata, y la fortuna, obediente, convino en gratificarle cuando la cosecha de grano de Sicilia llegó a Ostia, el puerto de Roma situado en la desembocadura del río Tíber
96.
Y precisamente en aquel mismo momento una flota pirata de más de cien airosas galeras de guerra avanzaba, a su vez sobre Ostia desde el mar Toscano