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como fuego en nuestra alma
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necesitaba del fuego que estaba en Felipe y partiendo de
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De la decidida vocación de este hombre extraordinarioá la poesía, dan pruebas suficientes la riqueza de sus invenciones, elbrillo de su exposición, la entusiasta animación de sus descripciones, yel fuego y la energía de su lenguaje en la pintura de los afectos
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Tacán: Cada una de las piedras en que se enciende el fuego y sobre las que se ponen los recipientes para preparar comida
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Pondría la mano en el fuego para afirmar que, sólo por esa comida, admitía cada uno
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verdad don del que puedan preciarse los nacidos bajo el signo del fuego
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por el fuego de la muerte, un fuego más intenso que el de los altos hornos, un fuego capaz de
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Y hasta que lo logró, pondría la mano en el fuego, don Caetano, para decir que era puro
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enviara el fuego o el hierro sobre la tierra y los hiciera desaparecer, al cabo de un mes dudaría
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Nos anima un mismo fuego,
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se requiere un fuego lento y ello pone a prueba la paciencia del cocinero
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una sola chispa en un mar de fuego
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por el nuevo estímulo luminoso, recelando siempre los efectos del fuego al cual lo asocian,
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Por todas partes el fuego relucía en el acero de las picas y las espadas
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Y la soberana del fuego dispuso, ordenó y mandó
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Nos pusimos pues a callejear dejando que el fuego de la tarde se consumiera en una luz de
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El vanidoso se parece a aquel que siempre se calienta al fuego en la hoguera de los
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No busques calentarte en el fuego de los demás porque nunca tendrás
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encarnación de la energía absoluta, como no, y los actores, mientras están viviendas sus vidas, variando sus películas favoritas, siempre tienen el fuego del Dios en sus almas eternas, la luz y 154
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luna en el mar y el fuego, en el centro, dorando las sombras
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Tienen por costumbrede enterrar los Muertos, sino son los que entre ellos son Fisicos, que àestos quemanlos; i mientras el fuego arde, todos estàn bailando, ihaciendo mui gran fiesta, i hacen polvos los huesos: i pasado vn Año,quando se hacen sus Honras, todos se jasan en ellas, i à los Parientesdàn aquellos polvos à beber de los huesos en Agua
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cocido que dejaba todos los días en el fuego cuando salía a comprar
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Dormido, entre los últimos crujidos del fuego que los había calentado durante la
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Mientras estuvieron comiendo, refugiados en un fuego plástico, sucio, viscoso, un
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alas azules, y echaría fuego por la garganta, convertido en dragón
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A través del fuego, las imágenes se le volvían
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El fuego se volvió azul, como el de las hornallas en invierno
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Ante la aparición de la Gran Duda, la peste que sacudió todo el Círculo de Fuego,
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Atravesando planicies enteras con las sombras que prestaba el fuego o el día, hasta la
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fascinación por el fuego
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en el control del fuego
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Los justos lo pasarán con la velocidad del rayo paraentrar en el paraiso; los réprobos caerán en abismos de fuego
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El general dio orden al tabernero de que nos hiciese conducir conlas debidas precauciones al colegio tan pronto como cesase el fuego
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La gente se montaba en él y cara de fuego metía el carbón en sus entrañas
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con las plumas del pájaro de fuego
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66 La conclusión a que lleva lo expuesto es bastante clara: el fuego de la tensión sociopolítica fue alimentado, en un caso, por la dictadura y, en el otro, por la crisis económica
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El viejo anhelo que, a lo largo de los siglos, ha inflamado los corazones de los hombres y las mujeres, espera, con todo el fulgor del fuego que arde sin consumirse, la hora en que tocará, de nuevo, a la puerta y jugará, otra vez, su carta
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Con la pistola aún escupiendo ardiente líquido salpica detrás de la quema de fijar el robot robot otro fuego
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El tubo entra en erupción en una explosión de fuego como el contenedor y luego explota en una lluvia de quema de fluido
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Y el fuego de la patria guardando en su regazo Para encender la antorcha de gloria y libertad
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Y otra vez los lleva al fuego
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Y ha muerto el fuego patrio en el altar,
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Que ese fuego que el casto hogar calienta
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tropezamos con las ruinas de la que fuera una casa de campo, destruida por el fuego hace muchos años
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El fuego del sufrimiento se convierte en la luz de la
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¿Qué era aquello? Que losgranujas de la vecindad habían pegado fuego a un montón de paja que enmitad del patio había, y después robaron al maestro Curtis todas laseneas que pudieron, y encendiéndolas por un cabo empezaron a jugar alViático, el cual juego consistía en formarse de dos en dos, llevandolos juncos a guisa de velas, y en marchar lentamente echando latines al son de la campanilla que uno de ellos imitaba y de la marcha real decornetas que tocaban todos
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Fortunata sigue ypasa junto a la taberna en cuya puerta está la gran parrilla de asarchuletas, y debajo el enorme hogar lleno de fuego
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Si prefieres las armas de fuego
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tu hijo, el hijo de unpadre que no era tu marido! Empezó por ocurrírseme que yo debía matartea ti y a tu descendencia, y luego esta idea hervía y se descomponía comouna sustancia puesta al fuego, y entre las espumas burbujeaba aquelabsurdo del Mesías
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Desde aquel punto y ocasión, señor Cura, se90encendió en mí un fuego de amor tan vivo
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Cierto que leconstaba con toda evidencia que su senaduría era una de las de lahornada que de un momento a otro lanzaría el Gobierno a los estantes dela Gaceta; y sobre este importante preliminar, por tantos añosperseguido, nada tenía ya que temer; pero no se trataba de eso, sino dealgo que debía seguir inmediatamente al acontecimiento, como elestampido a la expansión de la pólvora inflamada en un arma de fuego
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comentado, un estímulo relacionado con el fuego, agua, altura, oscuridad, rasgos faciales, ciertos olores, ponen en funcionamiento mecanismos complejos, que pueden
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Lucía, como una flor que el sol encorva sobre su tallo débil cuandoesplende en todo su fuego el mediodía; que como toda naturalezasubyugadora necesitaba ser subyugada; que de un modo confuso eimpaciente, y sin aquel orden y humildad que revelan la fuerzaverdadera, amaba lo extraordinario y poderoso, y gustaba de los caballosdesalados, de los ascensos por la montaña, de las noches de tempestad yde los troncos abatidos; Lucía, que, niña aun, cuando parecía que lasobremesa de personas mayores en los gratos almuerzos de domingo debíafatigarle, olvidaba los juegos de su edad, y el coger las flores deljardín, y el ver andar en parejas por el agua clara de la fuente lospececillos de plata y de oro, y el peinar las plumas blandas de suúltimo sombrero, por escuchar, hundida en su silla, con los ojosbrillantes y abiertos, aquellas aladas palabras, grandes como águilas,que Juan reprimía siempre delante de gente extraña o común, pero dejabasalir a caudales de sus labios, como lanzas adornadas de cintas y deflores, apenas se sentía, cual pájaro perseguido en su nido caliente,entre almas buenas que le escuchaban con amor; Lucía, en quien un deseose clavaba como en los peces se clavan los anzuelos, y de tener querenunciar a algún deseo, quedaba rota y sangrando, como cuando elanzuelo se le retira queda la carne del pez; Lucía que, con suencarnizado pensamiento, había poblado el cielo que miraba, y losflorales cuyas hojas gustaba de quebrar, y las paredes de la casa en quelo escribía con lápices de colores, y el pavimento a que con los brazoscaídos sobre los de su mecedora solía quedarse mirando largamente; deaquel nombre adorado de Juan Jerez, que en todas partes por donde mirabale resplandecía, porque ella lo fijaba en todas partes con su voluntad ysu mirada como los obreros de la fábrica de Eibar, en España, embutenlos hilos de plata y de oro sobre la lámina negra del hierro esmerilado;Lucía, que cuando veía entrar a Juan, sentía resonar en su pecho unascomo arpas que tuviesen alas, y abrirse en el aire, grandes como soles,unas rosas azules, ribeteadas de negro, y cada vez que lo veía salir, letendía con desdén la mano fría, colérica de que se fuese, y no podíahablarle, porque se le llenaban de lágrimas los ojos; Lucía, en quienlas flores de la edad escondían la lava candente que como las vetas demetales preciosos en las minas le culebreaban en el pecho; Lucía, quepadecía de amarle, y le amaba irrevocablemente, y era bella a los ojosde Juan Jerez, puesto que era pura, sintió una noche, una noche de susanto, en que antes de salir para el teatro se abandonaba a suspensamientos con una mano puesta sobre el mármol del espejo, que JuanJerez, lisonjeado por aquella magnífica tristeza, daba un beso, largo yblando, en su otra mano
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« Tiempo que un conejo debe estar al fuego, suponiendo que esté reciénmuerto
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Y ande usted por arenales, pordonde hay piedras, sol por arriba y fuego por abajo, y balas pordelante
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Desarmados los pueblos por la desconfianza de un gobierno débil,caían en sus manos como fáciles presas; á suaproximacion, los agricultores abandonaban sus campos, los ganados sediezmaban y un rastro de sangre y fuego marcaba su paso
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Y mientras grita el uno: Fuego, Fuego,
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Un sol de fuego iluminando el día,
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Ash O Esh (Fuego [Principio Físico O Químico Que Entra En La Composición De
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Las almas, según dichos místicos, cuando ardíanen el fuego del amor divino y
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religióncomo por el amor de la ciencia, semejantes á la columna de fuego queguió en
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de descender sobrelos apóstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en
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Enardecido con el fuego de todas estas reflexiones que le
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y lo que había encontrado sinbuscarlo, era el fuego en que
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hombres y lasmujeres de entonces serían como la yesca, la pólvora y el fuego
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traviesos; adquieren una gravedad que les cae muybien; y todo el fuego y lozanía de
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en una imaginación de fuego por unentusiasmo que raya en delirio, y abrillantada y
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mi pasión, yexplicándole con fuego los estragos que en mi pobre
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El fuego de la juventud y del amor brillaba en sus ojos, pero
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en un sillón juntoal fuego que ardía en la chimenea
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ninguna parte estámejor que en el fuego
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que es la inspiración delpoeta, el fuego del entusiasmo, la
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de fuego son anuncio seguro de calurosodía; anuncia el «sur», el viento abrasador que caldea la
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las selvas del Ganges para forjar con su fuego divino elcetro de
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fueralos rellenos vientres, que hervían como calderas al fuego de ladigestión, y sintiendo subir al
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El fuego le había empujadoa un extremo de la
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atención de un muchacho, seguía lasvertiginosas curvas de aquellas veloces rayas de fuego en el
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El centro, mandado por Soult, y la izquierda por Lannes, ansiaba entrar en fuego; pero el
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entramos en fuego cuarenta mil hombres, y merced a las hábiles disposiciones del gran tirano,
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porque el fuego, no saciado con devorar la habitación cercana, penetraba en aquélla con furia
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columnas avanzadas recibieron el fuego de los imperiales, que rehechos con un destacamento
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de fuego y de la caballería de España, que cargó a los franceses por el flanco
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mujeres se expusieron al fuego, penetrando en los sitios de mayor peligro, y llevando sus
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concierto se restablecía en los cuerpos que hasta entonces habían sostenido el fuego
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Paula Soler, parecía dar fuego a todos los fusiles con la arrebatadora llama de sus ojos; con el
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en aquel pasto, extendía alguna de sus lenguas de fuego azotándonos la cara
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han entrado en fuego, y son las mejores que Napoleón ha traído a España
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derecha, atacaban los segundos, daban fuego los terceros, y el servicio de municiones era hecho
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Vedel, sin aguardar a que les contestara Dupont, rompieron el fuego contra Irlanda,
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enérgicas órdenes para que cesara el fuego de la división recién venida de Guarromán, y el fuego
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de vez en cuando, transmitiéndose una a otra el fuego de sus iracundos sentimientos
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cualsignificaba por el fuego del sentimiento
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y elcanadiense miró, abstraído, el fuego
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vez haciael fuego; transcurrieron algunos momentos en silencio,
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El fuego se había extinguido en el hogar
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Un fuego de ramas