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camarilla
1. Cuando llegó a mi noticiaque me acusaban de haber ido al Cuartel General de Moriones a llevarrecados de mi jefe, me volé, y aquella misma tarde, habiéndomeencontrado a la camarilla en el atrio de la iglesia de San Miguel, melié la manta a la cabeza, y por poco se arma allí un Dos de Mayo
2. Recordó el Abdul-el-Kebir de su juventud, cuando lo convirtió en su héroe, cubriendo con su retrato las paredes de su habitación, y recordó luego al gobernador Hassán-ben-Koufra y a todos cuantos componían su camarilla, y comprendió que su decisión personal estaba tomada desde mucho tiempo atrás
3. Echando una mirada de desesperación a su "camarilla", obedeció
4. Seguro estoy de que al poco tiempo de estar en la conspiración, me encontraré tan a mis anchas como en la camarilla de Su Majestad a los dos días de ingreso
5. Contáronnos al siguiente día que al bajar de nuevo San Román con el decreto, los sublevados prorrumpieron en vivas y mueras, estos últimos dirigidos principalmente contra la camarilla, sin mencionar a nadie
6. Había sido seminarista, ordenado de menores; después sirvió en las guerrillas de Guergué, y en la Corte tuvo padrinos de la camarilla frailuna que le hicieron capitán de golpe y porrazo; y como el Rey es así, que no ve más que por los ojos de cuatro cebones que están siempre gruñendo a su lado, aún pensaba que andaba corto en su carrera el tal Gorostia, en lengua de ellos acebo, y hágote comandante de ingenieros
7. Abrevió el caudillo su visita cuanto pudo, no sólo por la prisa de expugnar a Vergara, sino porque le asfixiaba la atmósfera, el tufo de camarilla; y aunque ninguno de los corifeos del Cuartel Real le mostraba desafecto, no ignoraba que en la tertulia del Rey y en los corrillos de toda aquella caterva de vagos y aduladores se le iba formando una opinión adversa, regateándole sus méritos o servicios, censurando sus actos
8. Le traía muy inquieto la protección que esta y su camarilla daban a Ramón Narváez, permitiéndole organizar el ejército de reserva, como un medio indirecto de hacer sombra a Espartero y de levantar frente a él un nuevo ídolo militar
9. Por intimación de usted, separa de su lado a su camarilla; destierra muy contra su voluntad a los que cree sostenedores de su soberanía absoluta; pero continúa entendiéndose con ellos, dándoles ánimos para que conspiren, adquieran fuerza y vengan a libertarle
10. Mientras de esto platicaban los militares, haciendo de paso sátiras muy acerbas de los personajes moderados que componían la camarilla de la Reina, esta escuchaba en su cámara la lectura del programa ministerial, en el cual, entre vanas retóricas, se soltaba esta idea: Pero lo que más generalmente se desea es que Vuestra Majestad se acompañe de hombres prácticos en la ciencia de gobierno
11. ¡Y luego quieren que tengamos paz! ¡Paz cuando abrigamos en sus puestos a los que intentan derrocar la Regencia legítima votada por las Cortes, para restablecer a la Desgobernadora con su camarilla y sus Muñoces! Si nuestros gobernantes tuvieran sentido de la realidad, habrían hecho la limpia total de Palacio, contestando con hechos, no con floridas retóricas, al Manifiesto-protesta de Doña María Cristina, cuando fue nombrado tutor el señor Argüelles
12. Y yo pregunto: «¿Qué significado tiene esta palabra, y qué se quiere expresar con ella?» Ni Espartero estuvo en la batalla de Ayacucho, funesta para nuestra nacionalidad en América, ni los feligreses de su camarilla, a quienes acusamos de infinitos males, pelearon tampoco en aquella célebre acción de guerra
13. -Habrá disgustado a la Camarilla
14. Se dijo que doña Isabel quería perdonar; pero el Rey don Francisco y la camarilla pedían castigos implacables
15. Hay que tener en cuenta la posibilidad de que una camarilla altacopa trate de apoderarse del Cufa Sabut y otra de impedírselo
16. También suprimió el Consejo de Estado para gobernar personalmente, auxiliado por una camarilla (así se llamó) integrada por sus amigotes, algunos de ellos carentes de una mínima instrucción, y no lo digo por el canónigo, que algo de latines sabría, sino por el aguador y el esportillero
17. A pesar de todo, pensó el traidor, la Camarilla había elaborado un buen plan
18. La mitad del tiempo puedes confiar en que sus propias Tradiciones entorpecerán a la Camarilla en combate
19. Veo muy improbable que su enemigo pertenezca a la Camarilla
20. La arzobispo Vykos sería el objetivo obvio en tal caso, ya que la Camarilla parece decidida a destruir a los Tzimisce… debe de ser la influencia Tremere
21. Nada de lo que tenemos apunta a la Camarilla, y las demás opciones tampoco tienen mucho sentido
22. Muchos de los mayores, los más adoctrinados en las costumbres de la Camarilla, apoyaban cada vez con más convicción las palabras del príncipe
23. Sin embargo, aquello… aquello bordeaba la herejía según los preceptos aceptados de la Camarilla
24. Pero, se preguntó Owain, ¿qué ocurriría si el Príncipe era capaz de apuntalar su posición, tal vez acabando con sus propias manos con buena parte de la facción anarquista? La Camarilla estaría mucho menos dispuesta a intervenir si el orden era restablecido
25. Los dos Cainitas, uno un Priscus del Sabbat, el otro ostensiblemente un Antiguo de la Camarilla, no querían que sus relaciones fueran descubiertas
26. Cuando terminaran de comer se dirigirían a vaciar unas jarras de vino a una taberna y luego reptarían hasta el palacio de la Noria para que Asur les informara de un nuevo fracaso en el intento de hablar con el judío ese que parecía haberse volatilizado, y para aguantar los recelos del jodido Ordoño y su camarilla de leoneses, casa de locos, todos mirándose de reojo como apestados, siempre igual y cada vez peor
27. Es la historia del gobierno de una camarilla, un puñado de gente de las agencias de inteligencia que determinaba las políticas de su Gobierno, dirigía secretamente operaciones de enorme envergadura, abusaba del poder y la confianza de la gente, mentía, manipulaba los medios de comunicación y engañaba al público
28. Pero subir hasta la cima -¡y él estaba decidido a hacerlo!– a costa de crear ataduras con alguna camarilla no formaba parte de los planes de César
29. Os aseguro, por tanto, que las decisiones que tomemos aquí, y los desafíos a los que nos enfrentemos en estas noches venideras, darán a la Camarilla razones para temblar
30. Como sin duda ya sabéis, Atlanta ha sido un baluarte de la Camarilla casi desde su fundación
31. La Camarilla está vacilando, caballeros, y resquebrajándose en sus fallidos intentos de impedir su inevitable caída
32. Era una exageración, por supuesto: en realidad, eran siete los clanes que formaban la Camarilla
33. Pero cuando las discusiones se centraban en la pura potencia de fuego, los Gangrel, los Brujah y los Tremere eran casi universalmente reconocidos como las tres mayores amenazas en el arsenal de la Camarilla
34. Al final de la semana aplastaremos a la Camarilla en… --Se calló ante la aparición de la empuñadura de un delicado cuchillo de plata entre sus omóplatos
35. Ningún antiguo de la Camarilla…
36. Según Martínez Barrio, cuando se anunció el nombramiento del nuevo jefe del Gobierno, «la opinión pública y los propios grupos del Frente Popular no ocultaron su sorpresa y disgusto» [64], porque estaba claro que Azaña había llevado a cabo un dudoso nombramiento entre su camarilla personal
37. [6] Jalón, quien sentía el mayor respeto y admiración por Lerroux, se refería al hijo adoptivo y a su camarilla como «el clan Aurelio» y «la aduana»
38. Los machos que llegan a ser dominantes no son los que pelean ciegamente, sino los que durante todos los años de adolescencia, y después, mantienen el más rígido control sobre sus reacciones agresivas y usan todos los recursos de la diplomacia, la tramitación y la distracción para asegurarse, con un mínimo de desprestigio, de que jamás se trabarán verdaderamente en lucha con un miembro de la camarilla establecida
39. Los tribunales sólo adoptan una extravagante actividad cuando hay de por medio una cuestión monetaria: dos tutores codiciosos, una huérfana robada, una tercera camarilla, aún más codiciosa
40. El duque de Monmouth ya no era canciller; le habían privado del título durante uno de sus destierros, y le había reemplazado el duque de Tweed, también conocido como general Lewis, la L en la Camarilla de Carlos II
41. ¡Por qué no lo llaman por su verdadero nombre, una camarilla, una conspiración! ¡Intentan llevar a su majestad a la tumba! Es asesinato por otros medios
42. Los fabricantes, usuarios y acumuladores de monedas forman un culto, una camarilla, una infección parásita, sobreviviendo durante siglos, no más cristianos que los judíos
43. La separación de los dos buques era un proceso largo, y muy ruidoso, lo que estaba bien porque a solo unas yardas la camarilla se ocupaba de asuntos que, en otras circunstancias, despertarían a los muertos
44. Seis corsarios de Berbería —ahora resplandecientes con turbantes y cimitarras— subieron a bordo del bergantín, junto con los demás miembros de la camarilla
45. La tripulación del bergantín fue desarmada y la llevaron a la toldilla, y se cargaron varios cañones giratorios con cantidad doble de perdigones y los apuntaron en su dirección, controlados por corsarios o miembros de la camarilla que llevaban antorchas encendidas
46. Se les unió el señor Foot, quien les preparó chocolate; ya que muchos miembros de la camarilla creían que la mejor forma de mantener a los oficiales españoles en un estupor de indecisión era hacer que mantuviesen una conversación ligera con el señor Foot
47. Aparentemente en eso habló por toda la camarilla
48. ¡Ése es el espíritu, Vrej! —dijo, dándole un sano golpe en el hombro, y luego Jack se alejó y convocó un consejo de la camarilla
49. Esa explosiva libertad de palabra parecía no respetar nada en la tierra salvo al rey Hussein: hacia él mostraba una deferencia mayor de la que dejaba ver Abdulla, quien continuamente gastaba bromas con sus compañeros, la camarilla vestida de seda que lo rodeaba cuando quería estar a sus anchas
50. Pero Marco se sentía tremendamente preocupado por la interpretación que de las justas y viriles leyes de la antigua Roma estaba haciendo el tirano Cinna, quien, no atreviéndose a mofarse de las leyes escritas y de la Consti tución, se había rodeado de una camarilla de abogados serviles que se afanaban en interpretarlas a su gusto