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vestidor – gimnasio, y el cuarto de
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gimnasio a hacer el tonto)
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Había dejado a su hijo en el gimnasio y
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habíaabandonado el gimnasio y se mantenía de pie entre los dos,
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gimnasio, además de en la casa
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Un gimnasio frente al mar
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–¿Se lo vas a decir, mañana, o pasado, en el gimnasio?
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Era evidente que los huérfanos gozaban allí de total libertad, y no como los alumnos del gimnasio provincial, entre los que hasta hace muy poco se podía contar nuestro oficial de registro
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Levantamos los ojos y vimos a la entrenadora Ramsey, quien abrió las puertas del gimnasio y, a paso lento, se encaminó al tablón de anuncios
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Estos auténticos multiculturalistas prematuros se habían aburrido de «la ley», se habían sentido ofendidos por la circuncisión, se habían interesado por la literatura griega, se habían sentido atraídos por los ejercicios físicos e intelectuales del gimnasio y se habían vuelto bastante adeptos a la filosofía
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Peor que cuando Martínez me desnudó en el gimnasio y me escondió
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El impacto de las vejigas de goma llena de ecos el espacio del gimnasio
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El resultado fue demoledor: de entre treinta y dos personas que habían visto a aquellos individuos trabajando, veintinueve de ellas reconocieron la foto del que llevaba la voz cantante en el carné de socio del gimnasio cuyo nombre era Teodor Katinski
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Toni Fiorella se encontraba en el pequeño gimnasio practicando djurus, cuando entraron dos nuevos reclutas de la rama principal del FBI
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Los estudiantes solían quedarse en su propio gimnasio, lo cual a Toni no le importaba
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–Por supuesto, si algún día coincidimos en el gimnasio -respondió
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¿Estarás en el gimnasio el lunes?
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Toni Fiorella hacía estiramientos en el gimnasio para calentar las rodillas
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Y así lo hizo cuando la asesina se introdujo en el cuartel general de Net Force y utilizó a Toni para tenderle una emboscada en el vestuario del gimnasio
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Alzó la vista y vio a Alex entrar en el gimnasio con su bolsa
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La mayoría de ellos eran ratas de gimnasio, tipos que se tomaban muy en serio la musculación o el levantamiento de pesas
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Si va usted al gimnasio cuatro veces por semana, redúzcalo a dos
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Alex sólo estaba familiarizado con el primer nivel, pero era obvio que había practicado fuera del gimnasio
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No creo que vea a mucha gente en Ciudad Central; parece completamente absorbido por su trabajo y yo juzgaría que sólo va a la ciudad para mantener su forma física en el gimnasio
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Después sólo le quedaba tiempo para pasar unos quince minutos en el centrífugo del gimnasio
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El cúmulo de sentimientos que había sufrido en el gimnasio no había tenido mucho del indio, pero era evidente que ya se había sobrepuesto
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—Lo único que ambicionaba Tiberio era estudiar en el gimnasio de Rodas, pasearse todos los días ataviado con un manto y unas sandalias griegas y hablar de filosofía
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–La telefoneé ese día pero estaba en el gimnasio
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–En cuanto al joven Jackson, ¿qué puedo decir? El incidente en el armario del gimnasio fue inesperado, si bien juzgué que la culpa la tenía principalmente Claire Danson por tentarle a portarse mal
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corredores, salas, dormitorios, pasos de prefectos en el gimnasio, los cipreses del recreo, una sierra en la distancia, charcos de agua, cigarrillos clandestinos, el profesor de Geografía, con puntero, enumerando afluentes en un mapa,
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–Sale a correr todas las mañanas y hace pesas en el gimnasio local los fines de semana
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Jack recorrió toda la rotonda y entró en el gimnasio
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¿Has averiguado dónde está el gimnasio?
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Componían el Cuarto de Su Alteza varios aposentos: alcoba, guardarropa, sala de estudios, gimnasio, comedor, oratorio, secretaría, oficios, etcétera
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Ha estado en el gimnasio y se estaba duchando
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Las pistas de juego y el gimnasio ocupaban el piso superior
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Pensaba dirigirse a la guardería y al gimnasio, pero cambió de idea y fue a la garita de los vigilantes
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Hace años que Fielding perdió el interés por la medicina forense, y gasta casi todas sus energías en el gimnasio
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¿Rayaron el Ferrari negro mientras estabas en el gimnasio? – La pincha para que diga la verdad
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–No he dicho que estuviera en el gimnasio -espeta ella, y su hostilidad confirma las sospechas de Benton
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¿Quieres ir luego al gimnasio? ¿A eso de las cinco y media?
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Yo estaba arriba, en el gimnasio, y resulta que miré hacia abajo y la vi saliendo por la puerta de la coci na
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El plan perfecto sería acabar en el gimnasio y luego ir a la sauna
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De hecho, una de las razones por las que sigue viviendo en Nueva York a pesar de que los alquileres puedan calificarse como mínimo de astronómicos, las relaciones personales casi no existan, los inviernos sean para tártaros y la comida un asco es, según me confesó una vez -recalcando con seriedad que me lo decía muy en serio y sin atisbo de ironía-, porque en Madrid nunca tendría la oportunidad de acostarse con los hombres que encuentra en esta ciudad, ya que en nuestra capital no hay tan alta densidad de actores y modelos por metro cuadrado, ni tampoco una segunda generación del melting pot, cuya mezcla de razas ha dado como resultado especímenes de museo, ni está tan extendida la costumbre, el ritual o la imposición de la hora diaria mínima de gimnasio, motivos por los cuales Sonia, que se asume como hombreriega, sigue viviendo en Nueva York a pesar de que jure a quien quiera escucharla que echa muchísimo de menos Madrid, a sus amigos y a su familia
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Jackson, ¿va a un gimnasio? Está tan fuerte
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–¿Vas muy seguido el gimnasio, Bobby?
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Tiene buen carácter, y la atmósfera del gimnasio es relajada
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Según Sam, el gobierno en el poder había implementado una política de tolerancia, alojando a los intelectuales en varios edificios públicos de la ciudad: el gimnasio de la universidad, un hospital abandonado, la Biblioteca Nacional
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Dejó la bolsa del gimnasio en el pasillo y se fue a su habitación
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Andaba con la intención de entrar en el Gimnasio Malibú a verla
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Miró por todo el gimnasio
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Canney estaba sentado de espaldas a ellos, con unos auriculares puestos y haciendo ejercicios de piernas en su bien equipado gimnasio casero
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Entró en el gimnasio ya entrada la tarde
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Mondini siguió con lo suyo todavía un par de horas, después el gimnasio empezó a vaciarse, todos cogían sus cosas y se marchaban
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Al día siguiente, a las tres de la tarde, volvió al gimnasio, y Larry seguía allí
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Pasaron junto a otras construcciones, que unos carteles identificaban como teatro, piscina, gimnasio, pista de tenis
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Nuestra rutina era simple y liviana: dormíamos hasta el mediodía, desayunábamos hojeando los periódicos y entonces usted salía en buzo a correr por el Retiro y luego seguía trotando hasta un gimnasio cercano, donde pasaba un par de horas levantando pesas, haciendo abdominales, estirándose y ensanchándose, pedaleando sin desmayo en la bicicleta estática
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Mientras usted daba vueltas en zapatillas por el Retiro o sudaba en el gimnasio cercano, yo, todavía en piyama, pidiéndole un tecito más a la amable chica dominicana que se ocupaba de las faenas domésticas, me entregaba al dulce vicio de llamar por teléfono a mi familia y mis amigos, a quienes ciertamente echaba de menos
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Así transcurrían aquellos días en extremo apacibles: usted embelleciéndose en el gimnasio; yo empobreciéndome en el teléfono
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Supuse que ésos eran los últimos matones que mi casero había sacado del gimnasio
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¿Se trataría del vestuario de un gimnasio? ¿De alguna casa de masajes? ¿De una posada de mala muerte? ¡Tanto daba!
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Me quedaban dos alternativas: podía hacer el ridículo dejando floreros con claveles de color rosa en la puerta de la casa de cierta mujer o ejercitar mi cuerpo en el gimnasio
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En lugar de ponerla en aprietos, acudí al gimnasio
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–No, aunque oí mencionar a un tal Tiberio, que debía de estar en el gimnasio
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De cualquier forma, en el gimnasio, Gómez se veía fuerte y decidido
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Por otro lado, ella pasaría la semana sola en la universidad, bailaría sola en el gimnasio y comería sola
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Y cuando, finalmente, uno de ellos, delgaducho, con gafas, siempre leyendo, que no juega nunca en el gimnasio con los chicos, respira el aire y continúa respirando, y muy pronto está haciendo el Nautilus tres veces por semana en las Fuentes de De Funiack y se va a jugar a los bolos con los schvartzers
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Stride encontró al agente de bolsa en una máquina de pesas de la parte trasera del gimnasio y fue hacia él en zigzag, sorteando los aparatos de gimnasia
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En la puerta que daba al gimnasio en donde por la noche dormíamos un par de carabineros habían dejado de hablar y miraban el cielo
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Los carabineros de la puerta del gimnasio se habían multiplicado, ahora eran cuatro
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Nos mandaron ponernos en fila e iniciaron el recuento de cada noche antes de encerrarnos en el gimnasio
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Era un Messerschmitt, Bolaño, te lo juro por lo más sagrado, me dijo Norberto mientras entrábamos en el gimnasio
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Debo empezar a ir a ese gimnasio
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A fin de desarrollar el físico que necesitaba para conseguir sus objetivos, siguió una disciplina atlética brutal y rigurosa, dedicando a sus ejercicios en el gimnasio las horas que los demás niños destinaban a los juegos y a la familia
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La ruta les llevó hasta un gimnasio en un callejón del Soho, un espantoso y mugriento edificio de ladrillos
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A medida que su visión recuperaba la normalidad, Doyle percibió que se encontraban en una amplia celda común, compartida con un montón de patanes y reprobos, entre los que figuraban casi todos los participantes de la partida de dados en el gimnasio
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De pronto, se hizo un silencio de muerte en el gimnasio
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El énfasis que ponía Mogshack en la inquebrantable intimidad era tan intenso que no había lugares de reunión, salones de tertulia, ni siquiera un gimnasio
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El último favor que Guido Parra le pidió fue que le consiguiera una visa para Venezuela y una gestión para que su hijo terminara el bachillerato en el Gimnasio Moderno de Bogotá
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El 16 de octubre de 1946, a la una y once minutos de la madrugada, Ribbentrop subía las escaleras del patíbulo, instalado en el gimnasio de la prisión, para ser ahorcado
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Miraron por la brecha hacia el parque del colegio y el techo del gimnasio, siempre bajo el mismo grisáceo cielo otoñal que vieron antes de que empezaran sus aventuras
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Si haces ejercicio en el gimnasio intensamente entre 4
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Cuando salían en fila del gimnasio y se abrían paso hacia Historia de la Magia, James dijo a Ralph:
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James suspiró nerviosamente y dobló la esquina hacia el gimnasio
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—El gimnasio está casi listo
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Mientras caminaban hacia el gimnasio para la reunión del Club de Defensa, Rose se entusiasmó bastante con la idea de practicar en el club técnicas de Artis Decerto
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James alcanzó la puerta del gimnasio el primero
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El gimnasio está abierto todo el día
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El gimnasio era frecuentado por excelentes jugadores
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–¿Quizás en el gimnasio? – preguntó Zak-
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Se despreocupó de la siniestra quietud, y dirigió sus pasos hacia el gimnasio y las habitaciones de Zaknafein
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Cuando llegó del gimnasio al día siguiente me encontró en su cama, en posición fetal
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Después de que las autoridades urbanísticas de la ciudad, tan amigas normalmente del saneamiento, no mostraron ninguna inclinación por derribar aquel conjunto de mohosas construcciones de ladrillo, se habían instalado en él algunos artistas y profesionales libres, entre ellos una parejita de gays que se dedicaban a reparar aparatos eléctricos antiguos, una banda de rock etno-metal que competía en hacer el mayor ruido posible con una mando-prog-band y que estremecía todas las noches hasta los cimientos un abandonado gimnasio; allí también se había instalado Ma Liping con su tienda de compraventa de toda clase de artículos, desde imitaciones baratas de jarrones Ming hasta aves canoras llenas de moquillo en portátiles jaulas de bambú
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Tal vez fuera la manera en que Amber había intentado consolarlo después de que él se hubo desahogado todo cuanto quiso sobre la ignorancia de Julian, o que el consuelo de ella animara también al Tim físico con sus besos, sus abrazos, la suave elasticidad de sus brazos, cultivada en el gimnasio; tal vez se debiera a que las fantasías de Tim, tras tantos años de rutina matrimonial, siguieran girando exclusivamente en torno a ella, hasta el punto de que no le interesaba acariciar otro trasero ni deslizar su mano en otro delta que no fuera el de Amber, lo que lo calificaba para deslices amorosos como una locomotora de vapor para salir de un andén; o porque él, en los momentos de soledad, de autosatisfacción, no quería imaginarse a nadie más que no fuera Amber; tal vez porque el corte dorado de su figura no había sufrido ninguna merma a pesar de los años que se le habían añadido, y porque sus pechos —¡vivan los genes!—, desafiando la fuerza de la gravedad, siempre encontraban aquella posición legendaria que le había hecho creer, al principio de la relación, que abrazaba dos melones maduros: tal vez, también, se tratara de que, al intentar abrir los cierres del albornoz de Amber, se había visto arrastrado hasta el extremo opuesto del módulo, lo que no hizo sino excitarlo aún más, ya que su mujer quedó entre el aleteo de la bata abierta, como un ángel dispuesto al pecado
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En la piscina estaban Heidrun, Finn y Miranda; competían a ver cuál de ellas chapoteaba más, mientras eran observadas por Olympiada Rogachova, cuyo marido estaba en el gimnasio y había iniciado una pugna con Evelyn Chambers en una competición de levantamiento de pesos colosales
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–Groucho, ¿estás bromeando? Acabo de realizar un curso de doce lecciones en un gimnasio, bajo la instrucción personal de uno de los profesionales más famosos que existen en América
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Estaré al lado, en el gimnasio, por si surge algo
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Entrenadora del gimnasio en la OSS
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Yo no vuelvo con una tía que ha estado con ese cachas de gimnasio
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Nafai la conocía del gimnasio