1.
El cuarto estaba casi a oscuras; por las rendijasde la madera penetraban dos o tres rayos de sol, agitando millares deátomos inquietos que bullían como polvo de luz; las galas estabanesparcidas sobre un sofá de raso, y el corsé de seda azul con trencillasblancas, caído al pié de una butaca
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flamante corte de lino blanco bordado en raso
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agitaban como abanicos los faldones del frac, los bajosde blanca muselina y las cintas de raso de
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asistentes, y se ríen cuando sacan del fondo del arcael chupetín de raso de sus abuelos, la faja de
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envolvente sobre mi ala izquierda, y me metí tras el armario, dirigiendo el raso de metales de la
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nivel del cielo raso
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hierro, que por la parte de dentro lindabacon el cielo raso y por fuera arrancaba a ras de la calzada; por allí semetía un raudal compacto de claridad cenizosa, como en los cuadros querepresentan apariciones, y se
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campo raso al calordel sol, se metió el padre reverendo en la enramada
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el cielo raso y los pájarosen sus jaulas, allá abajo, en la ventana
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paño fino y largos,y de raso, y de tafetán y de sarga
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contrastan de talmanera con lo raso del resto, que parecen haber sido plantados por lamano del hombre
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vayas poniendo de trecho a trecho, hastasalir a lo raso, las cuales te servirán de mojones y
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unosribetes de raso blanco, que se debieron de hacer, ellos y la saya, entiempo del rey Wamba
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con el pelo suelto, corpiñoliso, muy escotado, de raso azul
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había un par debotas altas de raso blanco con cordones de oro
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tempestad,con su zapato de raso celeste que se entierra en la arena mojada, en
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de raso al igual que las paredes, un armariode espejo, de palo
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Con los ojos fijos en el cielo raso, me
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tristementefija en el cielo raso
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Condesausara cilicio bajo el corsé de raso, ni que tuviera
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Allí, á cielo raso, oyendo de lejos el estrépito de las máquinas,
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arriba con alcoba, tan bajas detecho que el conde con sombrero tocaba en elcielo raso
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también al pintorque está haciendo el cielo raso que lo adorne
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la forma de sucuello a la marinera y por el esplendor de la corbata de raso azul
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que iban calzados con unos pantuflos de raso amarillo, seacercó á la ventana
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porfalta de cielo raso en la alcoba, le escocían los ojos con el polvo quecaía del desván, cada vez que (y
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plegado el raso blanco, los encajes blancos, los tulesblancos,
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llaman el Marrubial, campo raso en queestá un rollo de piedra mármol, junto del cual
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Su conciencia fue uncampo raso sobre el que
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Era, según su expresión, unsoldado raso de la Iglesia,
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Gabriel creía estar a campo raso en una noche obscura,únicamente al ir
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cristalazogado, el raso, los encajes, los ojos, formaban un
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ser el raso verdey las guarniciones de oro
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reclinada en el muelle respaldo de raso del cupé;a pesar de sus 38 a 40 años estaba
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largos, sacando la punta de su zapato de raso por elruedo del vestido
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brazos, frotaba su cara en uno de sus hombros, leacariciaba el cuello con el raso de
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) Lazo grande de raso sobre los bullones
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Trozos de brillante raso de colores vivos eran los toques calientes,
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al raso, con porteros de Banda y de Vidriera, con el encargadodel Guardamuebles,
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Salídel cuarto y bajé con Mary al raso del caserío
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En el raso de la ermita, cercado por una tapia baja encalada, unascuantas muchacas estaban
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todos los romeros en el raso dela ermita
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campo raso apenascerraba la noche
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vestidos de raso azul; lascortinas y el papel de las paredes, del mismo color
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interiorreflejándose en los espejos, matizando el raso de las sillas,estropeando el
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No tenía la suavidad del raso como las de María, porque lostrabajos de la
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de cabra selvática, repartiendo miradas de amargadesolación entre el cielo raso y una
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Ya le habían puesto un preciosovestido de raso blanco guarnecido por delante
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los demás veían el camino raso ycómodo, él encontraba una
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Un minuto despuésse vio sentado en el confidente de raso azul que había en el tocador dela tiple
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una suavidad que, al acercar la piela la condición del raso, la separaba de ciertas cualidades de la
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Ponle a una paleta una falda de raso, y no
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Hénos otra vez á cielo raso sobre las losas del imperial Paris
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loszapatos, de raso blanco, vueltos tacón arriba, estaban al pie del lecho;en el suelo había
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De raso en una funda trae la cola,
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les probaron el primer trajede raso, había entre ellas una marimorena muy cerca del repelón
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, que visten los hombres, y un manto,generalmente de raso, conocido con el nombre de
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Bennett miró al soldado raso como el primer oficial al capitán del barco
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Antes de salir de la habitación, se detendrá frente al espejo del armario ropero, se ceñirá el talle con un lazo ancho de raso y se pondrá de puntillas
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No tenemos cristales en las ventanas porque no tenemos ventanas, sino que los muros se elevan unos cuantos pies por encima del suelo, dejando el resto del espacio abierto hasta el cielo raso, aunque tenemos un tejado para resguardarnos del perpetuo sol de mediodía
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El cielo raso remeda una bóveda de caverna, verdecida irregularmente por hongos y filtraciones
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El asesinato de Carrero fue providencial para el país porque la desaparición del presidente del gobierno que debía preservar el franquismo facilitó el cambio de la dictadura a la democracia, pero, dado que con Carrero perdía a un protector poderoso, para Suárez pudo ser catastrófico; la muerte de Herrero Tejedor pudo ser aún peor: con ella se diría que Suárez quedaba definitivamente al raso, desprovisto también del amparo del hombre a cuya sombra había desarrollado casi toda su carrera política y que sólo tres meses antes del accidente lo había nombrado vicesecretario general del Movimiento
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Durmieron al raso, sin prestar atención ni a la humedad ni al frío, espatarrados, hediendo a vómitos, y despertándose a cada instante con la desagradable sensación de que el mundo aún se movía bajo sus pies
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Shelley se llevó al pecho diez largos dedos y luego los alzó señalando el cielo raso
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Esta sala octógona, forrada de raso color de rosa, con colgaduras de muselina de las Indias, los sillones de madera antigua, dorados y forrados también de telas antiguas, en fin, dos lindos pasteles en forma de medallón, en armonía con el resto de la habitación, hacían que ésta fuese la única de la casa que tenía algún carácter
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Siguiendo la indicación de la nota, Vainilla abrió el cajón del armario y encontró dos pares de calcetines nuevos y dos cojines redondos de raso negro
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Llevaba el cabello empolvado y un vestido de raso blanco guarnecido con pieles de marta cebellina, y en el pecho exhibía un único y gran diamante
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Llevaba un vestido de raso blanco, adornado con pieles de marta cebellina
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El pintor la había representado vestida de raso color rosa y con un ramo de lirios silvestres entre sus manos
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De vez en cuando abría el armario para sacudir los vestidos y no resistía la tentación de despojarse de sus ropajes oscuros y probarse a escondidas los trajes bordados de pedrerías, las estolas de piel, los zapatos de raso y los guantes de cabritilla
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Iba en bata de levantarse y zapatillas de raso, porque se regía por los horarios de París, con una diferencia de varias horas y dos estaciones
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Por el suelo había un trastorno de zapatos de raso, bolsos de debutante, cinturones de bisutería, suspensores y hasta una flamante espada de cadete militar
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Recordaba que, cumpliendo el mandato de su madre, tomó sus cuatro pertenencias y se dirigió a Quintanar del Castillo, que distaba de la silvestre tumba unas doce leguas; durmió al raso y se alimentó de la caridad de las buenas gentes, y poco a poco se fue informando de lo que le interesaba
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Jaime gateaba entre los muebles rotos y los pedazos de cielo raso que caían a su alrededor como una lluvia mortífera, procurando dar auxilio a los heridos, pero sólo podía ofrecer consuelo y cerrar los ojos a los muertos
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Sobre su cabeza cubriendo una gruesa trenza que le llegaba a la cintura, un blanco velo de lino{90} y los pies calzados por unos escarpines de raso
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Los dos se abrazaron sin decir nada más, y el que sobrevivió recordó para siempre aquel abrazo, lo atesoró entre los instantes más preciosos de su vida, lo evocó con la codicia del avaro que recuenta sus monedas sin cansarse y volvió a vivirlo muchas veces, en los días más duros y en los mejores, entre el deslumbramiento del amor y el acecho de la muerte, entre la velocidad del infortunio y la lentitud de la prosperidad, entre el olor a miedo de los vagones de los trenes, el olor a miedo de las noches al raso y el inconsciente olvido del olor a miedo, y después, con las emociones y los deseos, con los domingos y los días laborables, con el calor del cuerpo de su mujer en noches de invierno muy arropadas y las risas de sus hijos que crecían sin el fardo agotador de su memoria, Ignacio Fernández Muñoz guardó siempre el recuerdo de aquel abrazo como un tesoro sin precio, el salvoconducto que le permitió seguir estando vivo, llegar a ser feliz en un mundo donde ya no existía su hermano Mateo
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Tras cubrir sus hombros con una sábana, la hicieron sentar en un escabel frente al espejo de cobre y maquillaron sus ojos con rabillos negros, brillos y reflejos; peinaron sus cabellos, adornándolos con aderezos de perlas y turquesas, y finalmente la vistieron al modo otomano, con una especie de bombachos que cubrían sus piernas, un corpiño transparente, oportunamente tamizado con incrustaciones de pedrería que dejaba entrever sus senos ocultando sus pezones y un chalequillo de raso azul y plata
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Súbitamente un fuego raso y bajo se extendió por la cubierta del Yashmin
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Fenwick clavó los ojos en el cielo raso con desdén
80.
A la luz de las dos lámparas de emergencia que pendían del cielo raso, Juan y Sancho corrieron hacia los técnicos y los tomaron del cuello
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Pero también vio algo más: un ojo rojo que los observaba desde el cielo raso, sobre la puerta del salón de música
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Pasaron un cable por la instalación del cielo raso hasta el piso de la habitación de Georgiev, le conectaron un amplificador de sonido, yescucharon cómo los hombres repasaban sus planes
83.
al cielo ese de los hombres, raso
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La Estación del Medio podría ser la mayor de todas las atracciones turísticas… -echó un vistazo al cielo raso color de azur-
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Algunos hombres rezaban en voz baja sus oraciones mientras se dirigían hacia sus camas al raso
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En medio de la sala, que estaba tapizada con sedas, aparecía un lecho de mármol incrustado de perlas y cubierto con un mosquitero de raso
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Cuando los mercaderes vieron llegar al príncipe y adivinaron quién era, acudieron a su encuentro, le invitaron a entrar en sus tiendas, y le levantaron en su honor una magnífica tienda de raso rojo con figuras multicolores, representando flores y pájaros, alfombrada de sedas de la India y brocados de Cachemira
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Uniose a ellos Sola y durante un rato no se habló más que de pies castellanos, de una puerta por aquí, de cuatro vigas por allá, de las paredes que debían empapelarse y de las que debían ser pintadas, del nuevo corredor (15) para ir a la cocina, del cielo raso y de otras menudencias
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Los pliegues relumbrones de su raso interior, el brillo severo de su terciopelo, la niebla negra de sus encajes, hechura fantástica de hilos tejidos por moscas, y la pasamanería de sus guarniciones reunían en derredor de una cara hermosa no sé que misterioso cortejo de geniecillos, que ora parecían [326] serios ora risueños y a su modo expresaban el pudor y la provocación, la reserva o el desenfado
90.
—Yo, un Cornelio patricio, marchar como un soldado raso en una legión? —replicó—
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-Esto es vivir en campo raso -dijo Salvador con escalofrío-
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El cielo raso del techo se ha caído en algunas partes, mostrando la armadura y tillado; el suelo está cubierto por esteras de las más ordinarias
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A este punto se dirigieron a marchas forzadas, y a media noche encontraron a sus compañeros, acampados al raso, en árida y polvorosa colina junto al río Seco
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Hasta el lunes por la noche lo mandaba James Barclay, un valiente veterano que comenzó como soldado raso y fue ascendido a suboficial por su bravura en tiempos del motín
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Y yo pregunto ahora: «¿qué hubiera sido del pobre Juan, si en el momento de salir yo con las mulas para darles de beber, no hubieran salido también los señores al campo raso, para escudriñar con miras mágicas los espléndidos signos del firmamento?»
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Apareció luego el humorcillo en las piernas, con lo que se deslució aquel cuerpo de estatua, aquella piel que superaba en tersura y suavidad, puedes creérmelo, al más fino raso y al terciopelo más pulido
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La tubería entra en la cámara fuerte y va a terminar en este rosetón de yeso que hay en el centro del cielo raso, donde queda disimulada por los adornos decorativos
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Bajó esa noche por el embudo del sueño de ella con lo que pudo llegar sin golpearse, con la suavidad de raso de las sábanas y las cortinas de la habitación de la doncella
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Las balas, tiradas con precipitación, zurrearon sobre nuestras cabezas, chascaron en las tablas o fueron al mar; pero antes de que los enemigos se cubrieran para recargar, nuestro artillero y sus ayudantes les asestaron en tiro raso el cañón de crujía, cargado con un talego de clavos, eslabones de cadena vieja y bala suelta; de manera que la borda saltó picada de astillas, entre un estrépito terrible de obenques cortados y crujir de madera rota, con los de los mosquetazos a medio agacharse, haciéndoles no poco daño
100.
Además de un encanto singular, indefinible —sereno, es el término que acude una y otra vez al pensamiento de Pepe Lobo—, relacionado con la cualidad agradable de su piel femenina y blanca, las tenues venas azuladas de las muñecas entre los puños de encaje y los guantes de raso que usaba aquel día, la boca agradable, entreabierta en el acto de escuchar incluso a quien, como el capitán corsario, no parecía gozar de sus más vivas simpatías —al menos eso dedujo de la forma cortés y un poco altiva con que ella se condujo todo el tiempo—