1.
Esteretrato, que es uno de los cuadros de Velázquez mejor conservados y encuyo elogio están los críticos conformes, se conserva en el MuseoImperial de Viena[79]
2.
Me di cuenta de que mientras se mantiene tranquilo en su hábitat natural, se convierten en histéricas en ciudades y lugares civilizados (la compañía de envío, espero que les agradezco este elogio a su nave)
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a los moralistas antiguos que dedicaron extensas páginas al elogio
4.
En el Senado, la obligada declaración de «profundó sentimiento», tras unpomposo elogio de los méritos y virtudes del difunto, hecho por elpresidente
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entre los librepensadores,redundan en cierto modo en elogio de los jesuítas, ya que
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cualmerecen los vencedores elogio, á veces viva y retoñando y reverdeciendosiempre,
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suya cuandose puso a imaginar el elogio de mi alma?
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y compone coplas en su elogio, y sátiras contra los rivales ocontrarios de sus amos
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Y ELOGIO DE SANTA TERESA
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militares, recomendando el mérito de sus compañeros dearmas, haciendo un justo elogio del heroismo con
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reponerse de su turbación, balbuceóalgunas frases de elogio de un modo tan vago, que
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elogio en las páginas de la historia crítica de nuestraliteratura, y Sevilla, que lo tuvo
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Gabriel de Aranda, se habla en varios pasajes de Juan deSalinas, con marcado elogio,
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El autor acentúa más la nota en elogio de Arenal haciendo decir al Forastero en la
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A más de éstas, pueden citarse con elogio las que trabajó en mármol parados altares
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hubo, á más de la representación de La damasutil, cantata en elogio del rey, sainete de
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siglos en el elogio
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un elogio exagerado,le compara a cierto joven poeta inglés,
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El libro esun elogio
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Pasédespués a hacer un caluroso elogio
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merecen censura, sino elogio, las composiciones premiadas de losSres
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puede con lealimparcialidad tributar cumplido elogio al escritor
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de aquel mal paso haciendo el elogio de don Diego
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irónico elogio de los señores con lasimpleza del campesino
25.
Y digámoslo en elogio de D
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elogio por la perfección e igualdad de ella
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Escribió algunosartículos, se puso en relación con varios sabios extranjeros y tuvo lasatisfacción de recibir de ellos frases de elogio que le alentaron
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recorriendo con la vista los cartones que leponía delante, dejando escapar algunas palabras, ora de elogio a losmatizados insectos, bien de compasión cuando Raimundo llegó adescribirle la muerte de su madre
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Todaslas frases de íntimo elogio, de profundo orgullo con que antes se regalóla imaginación, resuenan con eco de burla en la pobre
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—¿Y por qué, condesa?, el elogio siempre es lisonjero
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exclamaciones vacías y nisiquiera una palabra de elogio para esa
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combinaciones de los pueblos, y terminaba conun elogio de las virtudes de la difunta
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de tañedores de guitarra, y le dije que había oído hablar congran elogio de uno
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Alguien hizo el elogio de su fealdad varonil, de suscabellos ásperos y
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noles parecía gran pecado: chorar era una ocupación digna de elogio, sise hacía con
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el lugar, en que, hablandode ella, sellaban su elogio con decir, según la expresión del
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los hombres que a las mujeres,lo que hace el elogio de ustedes,
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Y en esta charla surgía a cada momento el elogio del marido,
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compensación, hizoel elogio de su esposa, valerosa compañera
40.
Hacía el elogio de las pobres gentes que ocupaban la proa
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hecho el elogio de su ciudad
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lasmiradas de la señora, que se enfrascaba en un elogio de las
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Mientras tanto, el señor Kasper pasaba con suavidad del elogio
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Ahora fué él quien hizo el elogio del marido, esforzándose por
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hermano haciendoel elogio de una existencia sedentaria y
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Y el joven hizo un elogio de la navegación mediterránea
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se habían obtenido en las costumbres de lospueblos modernos; hizo un elogio tan
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Elena, entusiasmada con el elogio, no
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elogio de su lealtad y de su claro juicio
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los dueños decasa hicieron el elogio del bridge y se empeñaron
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el elogio quehicieran de las oleosas: aceituna, oro es una, dos
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cinconina en la materia médica, para sustituir al sulfato de quinina[58], son dignos de elogio; pero no han podidoconseguir que la primera 369 sal cure mejor las dispepsias y
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Elogio de la Locura
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brilla: recorrí muchas y no encontré una sola que merezca un elogio, se entiende bajo la calificacion de
55.
–La culpa es suya por haber hecho el otro dia un elogio tan pomposo del senor Morand
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Me pareció muy amable de su parte que me incluyera en el elogio
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Bien creo que está, para censura, un poco larga; alguno dirá que toca los límites de lisonjero elogio; mas la verdad de lo que cortamente digo deshace en el crítico la sospecha y en mí el cuidado; además que el día de hoy no se lisonjea a quien no tiene con qué cebar el pico del adulador, que, aunque afectuosa y falsamente dice de burlas, pretende ser remunerado de veras
58.
Creo que no puedo hacer mejor elogio de tu madre
59.
–Es un elogio muy grande -dijo un compañero-
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- (Con énfasis en el elogio
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Y Cocles se marchó reventando de orgullo, porque un elogio del señor Morrel, el non plus ultra de los hombres honrados de Marsella, lo apreciaba más que una gratificación de cincuenta escudos
62.
Y en verdad, el elogio era merecido, porque si el conde no lo hubiera sabido por la baronesa, o tal vez por uno de los medios que tenía de saberlo todo, la fisonomía del banquero no le habría revelado nada
63.
“Sciancatello” merecía el elogio, porque en lugar de saquear los panales por cuenta propia; los traía intactos para sus señores
64.
Ahogada entre los berridos de elogio al maíz bamboleante y a las reses posicionadas de manera que parecen estatuas, una voz susurrante dice:
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Jamás recibíamos una palabra de elogio por temor a cultivar en nosotras la jactancia, pero so-braban los castigos para templarnos el carácter
66.
DE ELOGIO A LA LEY Y A LAJUSTICIA,
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Apretaban la mano del hombre, le decían palabras de elogio
68.
De elogio a la ley y a la justicia, o sobre nacimiento y nacionalidad
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Era evidente que Fazio esperaba un elogio por la rapidez con la cual había reunido los datos
70.
Se ensalzan sin cesar los ricos matices de mi vestido, y el mayor elogio que se hace de las mejillas de las vírgenes es encontrarles parecido con mi tinte encarnado
71.
Mientras cantaba con sublime expresión [224] un trozo de la Medea de Cherubini, Jacoba y sus dos amigos, en la otra estancia, hablaban con elogio del joven Calpena
72.
Himno de júbilo, compuesto en honor de un dios y en ocasiones en elogio a una persona
73.
Apolodoro de Sicilia la aplicó al pecho desnudo del Meneítos y aguardó con calma digna de elogio a que el emplasto surtiera efecto
74.
No digamos, extremando el elogio, que fue el primer establecimiento montado en Madrid según el moderno estilo francés; mas no le disputemos la gloria de haber intentado antes que ningún otro realizar lo de utile dulci, anunciándose con el programa de la bondad unida a la baratura, y cumpliendo puntualmente, mientras pudo, su compromiso
75.
Hablando de esta mujer incomparable, Juan Antonio y Valvanera no encuentran nunca la última palabra del elogio
76.
Antes de que rompiera en místicas declamaciones y en el elogio de los santos, le taparon sus amigos [181] la boca
77.
[59] elogio a Gálvez
78.
Aquel comentario de Carlos pareció un elogio
79.
No digamos, extremando el elogio, que fue el primer establecimiento montado en Madrid según el moderno estilo francés; mas no le disputemos la gloria de haber intentado antes que ningún otro realizar lo de ―utile dulci‖, anunciándose con el programa de la bondad unida a la baratura, y cumpliendo su compromiso mientras pudo"
80.
Cuando llegaron a la morada, Ayla y Jondalar desataron al uro, y después de dedicar a Whinney palabras de elogio y acariciarla en señal de agradecimiento, regresaron con ella al claro del bosque, para recoger las entrañas del animal, ya que también éstas eran útiles
81.
–Es un gran elogio viniendo de él -dijo Losaduna-
82.
Al relato que de su carácter había hecho el capitán Wentworth, al cálido elogio que hizo de él, presentándolo como un joven y eximio oficial, a quien apreciaba muchísimo, habían seguido pequeños detalles sobre su vida privada que contribuyeron a volverlo interesante ante los ojos de las señoras
83.
–Es un gran elogio viniendo de ti
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Birotteau consumó su desastre con una palabra, con un elogio, con una expresión franca, por la misma bonachonería de la honradez que irritó al tigre
85.
En lugar de sumirse en la turbación, el estudioso inglés dejaba que le chorreara por encima el elogio fúnebre del rector Bolder con total y sabia naturalidad
86.
El príncipe de los matemáticos no pronunció una palabra de elogio o de aliento para el joven francés
87.
Para Abel el elogio de Legendre llegó demasiado tarde desgraciadamente, pero para Jacobi fue un estímulo para seguir trabajando
88.
Las soluciones originales a los problemas difíciles que Galois propuso, eran orgullosamente explicadas en la clase con justo elogio para el joven autor, y Richard propuso, desde el sillón del maestro, que el extraordinario discípulo fuera admitido en la Politécnica sin
89.
Cualquier elogio o justo reconocimiento incitaba siempre a Sylvester a superarse
90.
El reconocimiento sincero, el elogio de los matemáticos, que aunque más viejos que él eran en cierto grado sus rivales, no se hizo esperar
91.
Su proponente dijo algunas cosas muy atinadas acerca de él, pero la mayor parte de los matemáticos suscribieron principalmente esta verdad: "la obra de Poincaré está por encima de todo elogio, y nos recuerda inevitablemente lo que Jacobi escribía de Abel: que había planteado cuestiones que antes de él no había sido imaginadas
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Adormecedoras estaciones! yo os amo y os elogio
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Así, el elogio al gobierno era mucho más corto; por el contrario, hablaba más de la religión y de la agricultura
94.
El párroco era la amabilidad personificada y, cuando ambos cruzaron la iglesia, un elogio a la belleza del pequeño edificio normando y un donativo destinado a los fondos para la restauración del templo ayudaron aún más a sus fines
95.
El alto mando, no muy seguro de cómo había que tratar a unos jóvenes tan extraños, repartió medallas y palabras de elogio
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Era el máximo elogio que podía pronunciar
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En su juventud, había parecido una Dejah Thoris prieta (una de las principales razones por las que Abelard había perseguido a una muchacha tan por debajo de su clase) y también había sido unas de las mejores enfermeras clínicas con las que había tenido el honor de trabajar en México o en la República Dominicana, lo cual, dada la valoración de sus colegas mexicanos, no era poco elogio
98.
Durante el camino, la religiosa me habló sobre la casa, y la tornera, a cada frase de elogio sobre la misma, añadía a manera de estribillo: «Es la pura verdad…» Congratulábase de que la hubiesen escogido para ir a recogerme, y quería ser amiga mía; en consecuencia, confióme algunos secretos y me dio consejos sobre cómo debía conducirme; estos consejos respondían, al parecer, a su costumbre, pero no podían adaptarse a la mía
99.
El grave arcediano comenzó a hacer mi elogio, que ella interrumpió diciendo: «Ha sido una injusticia, ha sido una injusticia, lo sé…» El arcediano quiso continuar, y la superiora le interrumpió: «¿Cómo se han desembarazado de ella? Es la modestia y la dulzura mismas, dicen que está colmada de talentos…» El grave arcediano quiso proseguir sus últimas palabras; la superiora interrumpióle una vez más, diciéndome en voz baja al oído: «La quiero a usted con locura, y cuando salgan estos pedantes, haré venir a nuestras hermanas, y cantará usted una tonada, ¿no es así?…» Me dieron ganas de reír
100.
Por cierto, todos tenemos malos hábitos, con lo cual todavía elogio los míos en comparación con los del agente