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hambriento
1. ES EL MÍO UN OFICIO HAMBRIENTO
2. Es el mío un oficio hambriento que se gasta,
3. Es el mío un oficio hambriento
4. hambriento del sudor de los feligreses,
5. Cual pan sabroso para el labio hambriento,
6. —Que le traigan dos—dijo el señorito gozando con la idea de ver comera un hambriento
7. paraintentar conversiones! El señor Cuadros era un hombre perdido parasiempre, un hambriento
8. hambriento me abandonaron, y después de setenta años meencuentro igual en el mismo sitio
9. pueblo hambriento y lasautoridades y los nobles, cuyos resultados fueron funestos
10. acurrucado como un gato que se encuentrahuído y receloso, y hambriento en desván
11. Flaco, desnudo, hambriento, acurrucado en la puerta delas cocinas, comiendo de la
12. cuantos meses,sucio, descalzo, desarrapado, hambriento y
13. mortecina de un reverbero de gas, la formaescuálida de un perro hambriento hociqueando en el
14. Behring, yencerrado en medio de los hielos, hambriento,
15. vagabundo de los caminos, muerto de frío, hambriento, sucio, malvestido y exhausto,
16. Una cosa que me hizo vulnerable a la manipulación de Bob era que yo estaba hambriento
17. Las afirmaciones candorosas del muchacho, hambriento de
18. Había llegado a los diez y nueve años, hambriento y casi
19. resplandeciente, devastando comoun león hambriento en un
20. Estaba solo, agobiado deextenuación, hambriento y desnudo
21. hambriento, buscando losalmuerzos y las meriendas del Mosco, experimentaba ella
22. , el gato errante y hambriento, que había presenciado aquellaescena, huía por los aleros ondulantes con un galope de terror; y en unalambre tendido sobre el hueco de la tronera, dos golondrinas,
23. emoción y del deseo hambriento quereflejaban sus ojos
24. de estemodo el estómago hambriento y seguían adelante con el
25. cuando elescualo hambriento, no encontrando en la superficie
26. señor de la torreva alimentando con prudencia al hambriento y
27. el hambriento mira encandilado, de lejos, bajo latortura de su
28. de comer a un hambriento; y compenetrándose del espírituque dictó las Obras de
29. Uno de los del numero hambriento
30. Cada pueblo del tránsito le parecía una estación de calvario para suestómago hambriento; recordaba las
31. ¡Ser un esclavo fugitivo en una tierra extraña, una tierra cedida como coto a los cazadores de esclavos, cuyos habitantes son raptores legitimados, donde está continuamente sometido al peligro terrible de que se apoderen de él sus semejantes, lo mismo que el cocodrilo odioso se apodera de su presa! Insisto, debe ponerse el lector en mi situación, sin hogar ni amigos, sin dinero ni crédito, buscando cobijo y sin nadie que se lo dé, queriendo pan y sin dinero para comprarlo, y al mismo tiempo con la sensación de que le persiguen implacables cazadores de hombres y en las tinieblas más completas respecto a qué hacer, a dónde ir o dónde quedarse; completamente desvalido en medios de defensa y de huida; rodeado de abundancia pero sufriendo los terribles mordiscos del hambre; en medio de casas, pero sin ningún hogar; entre semejantes, pero sintiéndose como en medio de bestias salvajes, cuya avidez por devorar al tembloroso y hambriento fugitivo sólo es equiparable a esa con la que los monstruos de las profundidades devoran a los peces indefensos de los que se sustentan
32. El pueblo gritaba su desolación, su miedo a la miseria y al porvenir, y los soldados, aterrorizados ante la cólera del hombre hambriento, detenían y golpeaban
33. Había anochecido, y me sentía hambriento
34. El origen de los cloroplastos primitivos o plástidos tuvo lugar cuando una eucariota, una célula con núcleo, un heterótrofo hambriento ingirieron una cianobacteria y ésta pudo resistir los jugos digestivos del anfitrión y logró establecer un acuerdo de cooperación con él
35. No quiero yo decir, ni me pasa por pensamiento, que es tan buen estado el de caballero andante como el del encerrado religioso; sólo quiero inferir, por lo que yo padezco, que, sin duda, es más trabajoso y más aporreado, y más hambriento y sediento, miserable, roto y piojoso; porque no hay duda sino que los caballeros andantes pasados pasaron mucha malaventura en el discurso de su vida
36. Se había hecho tarde y él estaba realmente hambriento
37. Los Breland descubrieron que determinadas conductas instintivas incluso podían hacer que un animal hambriento rechazara un refuerzo con comida
38. —¡Yo no sabía que estabas en el maletero del coche cuando la empuje allí dentro! ¡No sabía que estaba encerrándola con un vampiro hambriento! —dijo Debbie
39. A estas alturas empiezas a estar hambriento
40. Estás cansado y hambriento, y empleas el poco dinero que te queda en comprar una barra de pan
41. Aquella tarde, en el momento en que los rayos del sol trasponían por el horizonte, dejando en las copas de los árboles, en los techos de las casas y en la superficie del Jarama resplandecientes rastros de luz y perfiles y destellos de mil colores; en el momento en que las ovejas se aproximaban unas a otras, buscando cada una [260] abrigo en las calientes lanas de las demás; cuando salía el humo de los techos y empezaban a pedir la palabra las ranas para su discusión nocturna; cuando la Naturaleza se adormía, impresionando los sentidos con recuerdos virgilianos, Pepita encontró lo que deseaba, encontró su pasto en un chico que, habiéndose presentado unos días antes en la puerta de la casa hambriento, cubierto de harapos y pidiendo limosna, fue recogido por los colonos, que eran gente compasiva
42. Había soportado las privaciones y escasez de la prisión común, y sin embargo, la costumbre le hacían insoportable el verse mal vestido, sucio y hambriento
43. – Hambriento, dijo sin la menor pasión el traductor en su oído pero la expresión de su rostro en esos instantes lo decía todo al respecto
44. Estaba de buen humor, hambriento, impaciente
45. El hombre estuvo perdido en la cordillera durante dos semanas, y cuando ya los equípos de rescate habían abandonado la búsqueda y estaban a punto de declararlo muerto, apareció agotado y hambriento, pero intacto
46. Era buen camarada, capaz de ceder su ración a otro más hambriento y su cobija a otro con más frío
47. -¿Qué dicen los Mandamientos de la Ley de Dios? Hay que alimentar al hambriento y vestir al desnudo -me interrumpió
48. Blanca notó que en todos esos afanes, no apareció fantasma alguno detrás de las cortinas, no llegó ningún rosacruz advertido por su sexto sentido, ni poeta hambriento llamado por la necesidad
49. Había dormido muy bien, y se sentía descansado y hambriento
50. Los sedientos en los desiertos llegan a beber bencina y alguna vez un hambriento se ha comido el cuero de sus zapatos