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De la rara forma en que, encantado, fue transportado don Quijote de Güicholandia a su aldea, con el comienzo de los sucesos acaecidos con un canónigo desocupado que se encontraron por el camino
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aquí y allá, como de la espesura de un bosque encantado, en un rincón cualquiera de Madrid,
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Encantado con su cómodo sin escuchar la campana odiosa que implacable, a 7:30 de la mañana, consternada muscular, que durante mucho tiempo estaba en forma del tambor, perdiendo la forma de arte natural que sirve como destino para las flechas de Cupido caliente
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Sólo en 3 de la mañana era capaz de dormir, como estaba encantado por una naturaleza benigna y grandioso
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Estos majestuosos animales de gran calma en el racionamiento de agua, me recordaban, no sé por qué, el circo que jóvenes, después de muchas vicisitudes, me ha encantado visitar
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Estoy convencido de que lo harás encantado de saber que a partir de este momento usted tendrá tres mujeres: la primera soy yo, y mis otros dos compañeros que lo presente en breve
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encantado los efectos visuales que la luz producía en sus tubos
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- Encantado, soy el Doctor Ibáñez- dijo tendiéndome la
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refunfuñar, encantado de la vida
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otras tierras, un París encantado, donde,si va uno con dinero, se pasea en los jardines
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que las había "encantado ysorprendido inolvidablemente"
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encantado de verse donde se veía,el mejor punto de la tierra para
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El auto de la esquina seguía estacionado en el mismo lugar, el tiempo no pasaba para la plaza de mi infancia, en ese lugar encantado
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Y cuando el cerril retoño estaba más encantado en la contemplación deuna maravilla nunca
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ingenio despierto, encantado por sus agudezas yrecordando que lo sostuvo en la pila bautismal,
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encantado por el trozo deenagua blanca al descubierto y las pequeñas botinas que saltaban
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horas antes nos había encantado
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»Mi esposo sentíase encantado de las bellezas de esta modestahabitación, que yo
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Encantado entonces por tener, a mi vez, una historia que contar, hicesaber en pocas
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unhadi le habrá encantado recibir todo tipo de información
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Lablancura del patio silencioso—frisos, columnas y estatuas demármol—producía una otoñal impresión de palacio encantado
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sino que el Kande Tartaria es quien tiene encantado a mi
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Carpio,porque en Roncesvalles había muerto a Roldán el encantado, valiéndose de laindustria de
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encantado este castillo, al tiempo que yo estaba con ellaen dulcísimos y amorosísimos coloquios,
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para creer que este que se vee sea el encantado moro
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la tierra, el cual yace en aquellacama, malferido por las manos del encantado moro que está en
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el tiempo que allíestuviese encantado, que sin duda alguna se había creído que lo estaba;allí el
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que con el día se remediara su cuita,porque la tenía por eterna, teniéndose por encantado
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— Cualquiera que dijere que yo he sido con justo título encantado, como miseñora la princesa
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que yo voy encantado en esta jaula, por envidia yfraude de malos encantadores; que la virtud
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encantado en esta carreta, no por sus culpas y pecados, sino porla mala intención de aquellos a
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encantado habrán tomado esa apariencia ysemejanza; porque es fácil a los encantadores tomar la
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encantado, como yo, no tiene libertad para hacer de supersona lo que quisiere, porque el que le
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recibieron los dos gran contento, por parecerles que habían acertadoen haberle traído encantado
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pues yo noestoy encantado, ni lo puedo estar, según buen discurso, ella es laencantada, la
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estar encantado, pues tocaba con la mano dostan contrarios don Quijotes
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devoto, estaba encantado con suconfesor, que pasaba con él largas horas hablando de
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—Sí, Blasillo, tal es la suerte que me espera en Egipto, si el bauprésde mi tartana se dirigiese hacia ese suelo encantado
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contento del alma, y encantado con la dulzura de su voz,que de
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un verdadero castillo encantado
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Mario quedó tan encantado del éxito de su frase que,excitado por él, supo hallar en
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un encantado espejo quereflejase el cielo
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tendrás una idea de mi retiro encantado, del Edén que espero
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—¡Parece usted encantado por ello! contestó con vivacidad la joven
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Parecía encantado cuando le
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Es un camino encantado el quesiguen aquellos dos seres
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y esosimpulsos entusiastas que habían encantado su juventud;
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Don Paco se sintió lastimado y encantado a la vez con la lectura de lacarta, que calificó de
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Al cabo de unos años se quebró el cristal encantado de la
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las letras y había caído en la Puerta delSol, encantado por la
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Y lo que había conmovido sobre todo y encantado al pueblo de
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Alentrar, creí que entraba en un encantado y
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se encontraba por fin con su amada, esposo y señor, sobrela torre de encantado
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Las tejas tenían uncolor azul encantado, y algunas ventanas, en plena
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Froilánera un muchacho alegre y decidor, encantado de dejar la tranquila casapaterna
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El peatón, encantado de tan buena suerte, siguió a la anciana; Luisa ibadetrás, y
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De Pas visitaba a menudo a la Regenta, y estaba encantado de losprogresos que la piedad más
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Parece que el padre Tomás está encantado por la felicidad de
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yo, que creíaque su conversación había encantado a usted
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Y el joven se quedó encantado
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Esto es un palacio encantado
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Carlos V pedía para las suyaseste remedio encantado de los
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)—¡Querida señora, estoy encantado! Os juropor la
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Febrer, lugar encantado que guardaba cuanto en el mundo
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cabeza, de puro encantado
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—¡Parece la habitación de un palacio encantado!
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Braulio estabatan encantado del Conde, que no recelaba
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Delaberge sentíase a la vezsorprendido y encantado de la
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encantado de la señoraLiénard y se felicitaba de tan
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encantado su graciosa charla y admiraba su espíritu a la
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unaprueba de confianza de que estoy encantado
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encantado de loque él mismo creía
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De pronto ve surgir unas canteras que semejan lasruinas de un castillo: El eco de los truenos rueda encantado entreellas
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Benito, encantado con su propia gracia
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¡Qué buen sentido! Caballero estaba encantado
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Laverdad, le tienes encantado
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encantado, estaba separado de Roussel y la empresa de odio emprendida hacía veinte años
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yhermoso, el cual le dijo que era un príncipe encantado y
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realidad! ¡Ay! Hubo un tiempoen que estuve encantado, y ahora la realidad me desencanta
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ávisitar las maravillas del Palacio encantado de Alhamar el
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promesas con avidez –y encantado de haber conocido a los chapulines
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–Eso también lo he considerado –respondió el detective encantado con el sabor de los espaguetis–
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Era un sitio del que yo siempre me había dicho que abandonaría encantado
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Charles estaría encantado
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Estoy segura de que Charles escribirá encantado al señor Ireland
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Señor me dijo con el aire de un hombre encantado de sí mismo, ya están héchas las maletas
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—¿Por qué he de permanecer —dijo— en este frió y horrible país, si puedo estar encantado en el jardín de mi precioso hotel de Florencia? Allí estaría lejos de esta estúpida Policía
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¿Estarás encantado, no?
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-Señor, quien quiera que seáis, hacednos merced y beneficio de darnos un poco de romero, aceite, sal y vino, que es menester para curar uno de los mejores caballeros andantes que hay en la tierra, el cual yace en aquella cama, malferido por las manos del encantado moro que está en esta venta
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-Señora mía, sabrá la vuestra grandeza que todas o las más cosas que a mí me suceden van fuera de los términos ordinarios de las que a los otros caballeros andantes acontecen, o ya sean encaminadas por el querer inescrutable de los hados, o ya vengan encaminadas por la malicia de algún encantador invidioso; y, como es cosa ya averiguada que todos o los más caballeros andantes y famosos, uno tenga gracia de no poder ser encantado, otro de ser de tan impenetrables carnes que no pueda ser herido, como lo fue el famoso Roldán, uno de los doce Pares de Francia, de quien se cuenta que no podía ser ferido sino por la planta del pie izquierdo, y que esto había de ser con la punta de un alfiler gordo, y no con otra suerte de arma alguna; y así, cuando Bernardo del Carpio le mató en Roncesvalles, viendo que no le podía llagar con fierro, le levantó del suelo entre los brazos y le ahogó, acordándose entonces de la muerte que dio Hércules a Anteón, aquel feroz gigante que decían ser hijo de la Tierra
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Quiero inferir de lo dicho, que podría ser que yo tuviese alguna gracia déstas, no del no poder ser ferido, porque muchas veces la experiencia me ha mostrado que soy de carnes blandas y no nada impenetrables, ni la de no poder ser encantado, que ya me he visto metido en una jaula, donde todo el mundo no fuera poderoso a encerrarme, si no fuera a fuerzas de encantamentos; pero, pues de aquél me libré, quiero creer que no ha de haber otro alguno que me empezca; y así, viendo estos encantadores que con mi persona no pueden usar de sus malas mañas, vénganse en las cosas que más quiero, y quieren quitarme la vida maltratando la de Dulcinea, por quien yo vivo; y así, creo que, cuando mi escudero le llevó mi embajada, se la convirtieron en villana y ocupada en tan bajo ejercicio como es el de ahechar trigo; pero ya tengo yo dicho que aquel trigo ni era rubión ni trigo, sino granos de perlas orientales; y para prueba desta verdad quiero decir a vuestras magnitudes cómo, viniendo poco ha por el Toboso, jamás pude hallar los palacios de Dulcinea; y que otro día, habiéndola visto Sancho, mi escudero, en su mesma figura, que es la más bella del orbe, a mí me pareció una labradora tosca y fea, y no nada bien razonada, siendo la discreción del mundo; y, pues yo no estoy encantado, ni lo puedo estar, según buen discurso, ella es la encantada, la ofendida y la mudada, trocada y trastrocada, y en ella se han vengado de mí mis enemigos, y por ella viviré yo en perpetuas lágrimas, hasta verla en su prístino estado
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Muchas de cortesías y ofrecimientos pasaron entre don Álvaro y don Quijote, en las cuales mostró el gran manchego su discreción, de modo que desengañó a don Álvaro Tarfe del error en que estaba; el cual se dio a entender que debía de estar encantado, pues tocaba con la mano dos tan contrarios don Quijotes
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A continuación, el laureado bajaba al son de la música, en medio de los aplausos, con sus volúmenes bajo el brazo, encantado y buscando con la mirada a los felices padres que enjugaban sus lágrimas
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Estaba tan encantado con sus nuevos jefes que se cambió el nombre a Xiao-shek («Lealtad a Chiang Kai-shek»)
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—Gracias, encantado —dijo Bob
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Hunter quedó encantado con el resultado y dijo:
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Franklin Mott estaba encantado
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—Pues créeme, a mí me habría encantado perderme aquella noche en el Club de los Muertos